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capítulo 58.1

Narrador omnisciente.

La radio emitía una canción suave en la piscina del pueblo mientras reposaba en una de las mesas, y Anastasia se dedicaba a lavar los platos que estuvo recogiendo en una bandeja bajo la atenta y burlona mirada de Dottie sobre cada uno de sus pasos.

—Por eso no debes distribuir los asientos con el estómago vacío—dijo la mujer viéndola voltearse para seguir recogiendo, y la chica solo podía fingir no estarse cansando y dar su mejor sonrisa.

—Caray, eres un genio en todo esto del comité, Dottie—tomó dos de los adornos que aún llevaban galletas—Gracias por elegirme para ayudarte a limpiar hoy. Me siento muy afortunada.

—Lo eres.

Anya al voltearse dejó de sonreír y sacó la lengua sin que ella lo viera, dejando el resto de cosas en la mesa donde estaban todos los trastes sucios.
Meditó unos segundos antes de decirse a voltearse a encarar a Dottie, intentando parecer amable.

—No puedo evitar preguntarte si no empezamos con el pie izquierdo, Dottie—dijo avanzando hacia ella—y me gustaría remediarlo si puedo.

—¿Y cómo lo harías?—le cuestionó sus palabras viéndola directamente a sus ojos, tratando de intimidarla. Y al no ver qué Anya tenía una respuesta clara para contestar y solo pudo sonreír nerviosa, continuó:—Oí cosas sobre tí.

Se levantó lentamente sin apartar sus ojos de los de ella, y la rusa frunció el seño mientras la escuchaba.

—Sobre ti y tu marido—agregó Dottie a la defensiva.

—No sé qué te dijeron—Anastasia caminó hasta permanecer frente a ella y se relamió sus labios—pero te aseguro que no quiero hacerle daño a nadie.

La música de la radio se iba intensificando con cada palabra que salía de su boca, y aún así eso no le impidió continuar con la pequeña batalla de miradas que ella y la otra mujer llevaban.

—No te creo...

La radio comenzó a emitir sonidos extraños y distorsionados que lograron ponerla incómoda al igual que la mirada de Dottie, y todo el aire levemente calmado que había estado rodeándolas pasó a un aire suspensivo y tenso.
Cambió su semblante a uno de confusión y miedo, sobretodo cuando a través de la radio las distorsiones comenzaban a formar palabras que ambas lograron oir.

Anastasia, ¿Me escuchas? Cambio—una voz masculina de escuchó a través de la música de la radio, llamándole la atención—¿Anastasia?

—¿Quién es?—preguntó Dottie temblorosa y asustada, y la rusa permaneció callada y escuchando atentamente las palabras que el hombre misterioso pronunciaba en la radio.
La mujer la vió aterrada, teniendo una mueca de confusión y terror en su rostro—¿Quién eres?—preguntó esta vez en dirección a la chica frente a ella.

¿Anastasia? Anastasia...¿Quién te está haciendo esto, Anastasia?—la fémina vió directamente la radio sobre la mesa sin saber que decir—¿Anastasia?, ¿Anastasia?...¿Anastasia?—y de repente, la radio se quemó, callando la voz del hombre misterioso y haciendo que Dottie hiciera presión de más en el vaso que llevaba en la mano, rompiéndolo en pedazos y asustando a Anya en el proceso.

Su mano comenzó a sangrar de una cortada algo profunda, y el color que emanaba de su herida era de un rojo intenso que goteaba desde su palma y chocaba contra el suelo.

—¡Dottie!—exclamó preocupada viendo su mano, y la nombrada no hizo más que bufar y parpadear sin entender lo que acababa de pasar.

Anya corrió a las mesas para buscar un paño y enredar la mano de la mujer en él, intentando detener el sangrado y algo que la jefa del comité no le permitió continuar.

—Examen sorpresa, Anya—dijo viendo su expresión confusa y anonadada—¿Cómo saca una mancha de sangre un ama de casa?—le preguntó a la espera de su respuesta, respuesta que no obtuvo a parte de su mirada confundida—haciéndolo ella misma.

Le sonrió levemente de manera cortés y tomó el paño que Anya tenía en sus manos y el cual colocó en la herida de Dottie, llevándoselo consigo y saliendo del lugar; dejando a una Anastasia aún anonadada por lo que había sucedido.

(…)

“Un hombre no está completamente vestido si no lleva dos accesorios importantes...—el hombre se acomodó su traje frente al espejo, y segundos después llegó una mujer vestida de gala para ayudarlo con el resto—su dama especial...y su Strücker

Levantó su muñeca para mostrar el reloj a la cámara, sonriéndole a su acompañante para luego entrelazar su brazo con el de ella y comenzar a caminar fuera de la habitación.

Strücker. Él encontrará tiempo para usted.

Dicho reloj fue mostrado en el anuncio propagandístico, siendo este adornado por un pequeño símbolos de una calavera con tentáculos y llegando a ambos lados de este la frase “HYDRA 1000M

Strücker–HECHO EN SUIZA HYDRA—1000m.

(…)

Show de Talentos 'POR LOS NIÑOS'

En la plaza de Westview, todos los del pequeño pueblo se preparaban para su show de talentos para recaudar fondos o solo se dedicaban a observar los diferentes actos.
Una pareja bailaba tap con sonrisas y cansancio en sus rostros, pero aún así continuaron con su baile al ritmo de la música.

Luego de ellos pasaron una pareja disfrazados de vaqueros y fingieron arrear a una persona vestida de cabello para la ocasión mientras bailaban al sonido de la música del piano que Jones tocaba.

Geraldine, del otro lado del escenario, sonreía emocionada por los actos que pasaban, aunque divertida porque para ella le daría vergüenza salir.

—Me alegra no tener que salir después de él—dijo en voz alta con diversión, olvidándose a Anya la había escuchado ya vestida con su traje.

—¿Qué?—preguntó nerviosa por ver qué su esposo no llegaba, y luego de ese acto seguían ellos.

—Pero lo harás bien—remedió su error intentando tranquilizarla, aunque aquello no le sirvió de mucho aliento a la chica y continuó caminando de un lado a otro hiperventilando y con los nervios a flor de piel.

—¿Qué hora es?

—Dos minutos más tarde que la última vez.

—No sé dónde puede estar—Anastasia habló cada vez más nerviosa, continuando caminando de un lado a otro he ignorando el hecho de que Visión se encontraba vestido para el acto del otro lado, pero no en sus cinco sentidos.

Geraldine vió al androide transformado en humano internar subir las pequeñas escaleras usando sus cuatro extremidades, no comprendiendo.

—¿Es él?—la rusa asintió tampoco entendiendo el comportamiento físico de su marido—parece que algo no está coordinado en su cerebro—agregó al verlo de pié y murmurando algo cuando lo vió casi caerse de espaldas, pero solo logró caer de rodillas antes de sostenerse y levantarles el pulgar a ambas chicas.

—Anya, amorcito, ¡Luces estupenda!—habló Visión vagamente aunque estando feliz, cosa que la puso en sospecha.

En los engranajes de Visión, le chicle que Herb le había dado y el cual se había tratado sin intensiones de hacerlo por un golpe amistoso que este le proporcionó, siguió enredándose y pegándose más a ellos; dificultando algo más sus movimientos y pensamientos.

—Vis—pronunció la Lagugtik calmadamente—¿Dónde estabas?

—Estaba jugando con los chicos un juego bastante emocionante de caballos y zapatos—le respondió a su mujer con muecas extrañas en sus labios—no, no es eso. ¡Herrar caballos! No—se dijo a sí mismo, cosa que puso en duda a la chica frente a él—zapatos de caballo.

—Escucha, algo raro sucedió con Dottie—le comentó tomándolo de las manos—Antes de eso también sucedió algo raro. Es difícil de explicar...

—Estaba jugando con sus zapatos—Visión apuntó con su dedo los zapatos de vaquero que el anterior acto llevaba.

—¿Qué pasa?—preguntó Anastasia bruscamente, siendo interrumpida por Geraldine.

—¡Ustedes deben pasar!

Anya volvió a hiperventilar y miró a su esposo con miedo, aunque este estaba más atontado y feliz por cualquier cosa que pasaba.
Del otro lado del escenario, Dottie decía algunas palabras para todos los presentes que la veían desde las mesas.

—Quiero agradecerles a todos por venir a ayudar a la Primaria de Westview, “Por los niños”.

—“Por los niños”—repitió el público mecánicamente y sonriendo.

—Y para nuestro acto final...les presento a Anya y Visión—dijo los nombres de los últimos con pesadez antes de aplaudir perezosamente y sentarse en una de las mesas frente al escenario, al lado de Jones y Bev quien tenía la cabeza del traje de caballo en su regazo.

Anya salió sonriendo nerviosamente, bajando las escaleras y señalando las cortinas que dividían el escenario, esperando la llegada de su esposo, llegada que no llegó y eso puso más en duda a Dottie sobre la pareja nueva de Westview.

—¡Oye! ¡Te toca a ti, vaquero!—Geraldine intentó llamar la atención de Visión, quien registraba sus bolsillos con cansancio.

—¿Qué?—la mujer le señaló las cortinas cerradas del escenario—¡Ah, si! ¡Debo ir!

»¡Hola, Westview! Buenas tardes—finalmente Visión apareció luego de unos segundos que para Anastasia le parecieron eternos—Es hermoso estar...—chocó contra la barandilla de las escaleras—Lo lamento mucho. Disculpe. Soy Glamour y ella es mi encantadora asistente, Ilusión.

—Yo soy Glamour y él es Ilusión—corrigió al chica intentando permanecer en el acto, y su esposo quedó pensativo mirando el cielo.

—Sí, lo que ella dijo—la señalo con obviedad—Hoy, les mentiremos, y aún así creerán nuestros pequeños engaños... pues es fácil engañar a los humanos debido a su limitada comprensión del mecanismo interno del universo...

La sonrisa de Anta cambió a una mueca por las palabras del androide, y el público se confundió por lo que les decía.

—¡Reverencia!

—Hazlo sin decirlo en voz alta—susurró su esposa, pero este lo ignoró.

—Y ahora, mi esposa y yo nos deleitaremos con sus caritas atónitas...¡Reverencia!

De repente Visión comenzó a flotar en el aire en uso de sus habilidades, y la rusa no podía estar más aterrada por verlo revelar sus secretos.
Los que miraban el show solo podían fruncir el seño y sorprenderse por el acto.

Anya vió los rostros de todos los presentes, sobretodo la intensa mirada de Dottie que veía todo con atención.
En un intento de arreglar lo que estaba haciendo su esposo movió sus manos en su dirección y una cuerda se formó sosteniendo en cuerpo de Visión y pasando por la mitad del escenario, y caminando a dónde porvenía la cuerda apartó el letrero que lo cubría, revelando el truco de “magia”.

—¿Ven? Usa una cuerda—Norm señaló dicho objeto con una sonrisa, y la chica giró de la máquina que llevaba la cuerda.

—Anya, ¿Qué...? ¡No! ¡Anya, por favor! ¡Bájame!—el resto del público se reía por las palabras de Visión—¡Tengo náuseas!

Las personas ante el espectáculo, y Anastasia bajó a su esposo usando la máquina que sostenía la cuerda.

—¿Qué sigue? Sí. ¡Esto va a ser genial!—caminó hasta el piano a su lado con emoción mientras Anya volvía a colocar la cuerda en su lugar—Una asombrosa hazaña de fuerza.

Dicho esto, levantó con una mano el piano de madera sin esfuerzo, y toda la audiencia abrió la boca con asombro.

—Ilusión...—la rusa buscó la manera de arreglar los trucos de su marido, hasta tener una idea en mente que precisaba del movimiento interceptible de su mano—Ilusión, maestro del enigma, déjame a mí.

—¿Sí? ¿Qué?

Anastasia tomó fácilmente el piano ente sus manos, y caminando nuevamente a su lugar reveló que no era más que un gran cartón pintando; revelando otro de sus trucos, y el público volvió sorprenderse.

—¡Ups!, No debían ver cómo hicimos ese truco—después de sus palabras todos aplaudieron con sonrisas de emoción.

—Era el piano de mi abuela—dijo Jones a nadie en particular, siendo escuchado por Dottie.

—¡Sherbert! Sí, él es mi viejo amigo Sherbert—Visión apuntó a uno de sus compañeros que vio en la biblioteca—Párate, Sherbert. Saluda a la multitud.

—Me llamo Herbert, Herb—se levantó confundido viendo al androide mezclar unas cartas en sus manos.

—Cierra el pico, Sherbie, y elige una carta. Cualquiera—Herb tomó una cualquiera y la observó, luego Visión se dió la vuelta y puso el conjunto de cartas en su espalda—Sí, ahora ponlas de nuevo en el mazo, no estoy mirando—colocó su carta en en el mazo—Bien. Mira esto.

Movió la cartas un par de veces y tomó una cualquiera, mostrándose a Herb.

—¿Esta es tu carta?

—No—contestó, y Visión se confundió a ver qué su truco no funcionó.

—Siento tener que desentir—Herbert volvió a negar con la cabeza—¿En serio? ¿Esta es tu carta?—tomó otra carta—¿Esta es tu carta?

—Visión...

—¿Esta es tu carta?—comenzó a pasar las cartas con rapidez, y su compañero negaba rotundamente—¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta?

»¿Esta es tu carta?—Herb hizo una negación con su cabeza—¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta?

—No.

—¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta?

—No.

—¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta?

—No.

—¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta? ¿Esta es tu carta?.

—No.

—¿Esta es tu carta?—mostró la última que tenía en su mano.

—¡Lo es!—señaló sonriente.

—¿Qué es?—cuestionó confundido y harto de que su truco no sirviera de nada.

—Es mi carta.

—Perdóname, Herb. Te la devuelvo—golpeó la carta contra su pecho y volvió al escenario con cansancio.

—No, hiciste bien el truco.

—¡Claro que lo hice bien! ¡Soy Ilusión!—exclamó tendiendo sus brazos en el aire, y su mujer lo observó con una mueca—¡Reverencia!

Anastasia fue la primera en aplaudir efusivamente y se le sumó el resto del público de Westview, entre sonrisas resplandecientes y carcajadas divertidas.

—Y ahora, para mí próximo truco...

—Dios mío—murmuró Anya cansada de tener que cubrir los trucos de su esposo.

—¿Quién robó mi sombrero?—Dicha prenda se encontraba en el suelo y el conejito de Agnes salió corriendo de él, con la rusa intentando detener su huida—¡Detengan a ese conejo! ¡Tengo que sacar un sombrero de él!

Anastasia logró agarrar al pequeño animal entre sus manos antes de que consiguiera escaparse.
La vecina dueña del conejo se rió divertida por la reacción de su mascota:

—El señor Rasguños tiene cualidades de estrella, ¿No creen?—todos rieron por su comentario, y Anya le sonrió en respuesta.

—Quizá podamos dejar al pobre conejito fuera de esto, ¿Si?—vió a su marido para luego dejar al animalito fuera del acto de magia.

—Entonces tendré que sacar este sombrero—sus ojos se posaron en el público con un rostro extrañamente burlón—de mi mismo—agregó colocando inquietos a los ojos que observaban sus movimientos.

—Visión, no.

—Lo estoy haciendo—el androide condujo con lentitud el sombrero hasta su pecho, dónde no se detuvo y la prenda de vestir pasó fácilmente a través de su ropa y la mitad de su cuerpo; saliendo por su espalda sin ningún problema bajo la atónita mirada de los ciudadanos de Westview.

Mostró el sombrero al públicos, y varios de ellos acercaron sus sillas para poder observar aquello con sorpresa.
Sin embargo, Anya se encontraba algo cansada del comportamiento infantil de su esposo, y no pudo hacer otra cosa más que seguir incubriendo sus trucos usando sus poderes.

—Si tan solo todos supieran nuestros secretos—con un movimiento de sus dedos y una sonrisa forzada he inquieta, las cortinas detrás del escenario se abrieron de par en par, dejando ver un gran espejo de cuerpo completo al otro lado.

La audiencia rió por el truco y aplaudió emocionado.

—¿Así funcionan los espejos?

—Cállate, Bev—regañó Dottie observando atentamente el acto de magia de la pareja.

—Y ahora, damas y caballeros, para nuestro acto final—Anya lo escuchaba mientras volvía a cerrar las cortinas—Les traigo, ¡El Magnario de los cisterios!

—¡El Armario de los Misterios!—habló la chica trayendo dicho objeto sobre ruedas y respondiendo bruscamente.

—Sí. Lo que dijo ella.

Entre ambos acomodaron el armario en mitad del escenario frente a su público, dejando a la vista los detalles en cada puerta de esta.

—Ahora haré que mi esposa...—Visión y Anastasia abrieron cada uno una de las puertas—...desaparezca—las cerró sin esperar reacción de la rusa, quién lo vió extrañada y confusa por su acción.

—¿Seguro que no quieres un voluntario del público llamado “Mi esposo Ralph”?—Agnes preguntó en son de chiste fuerte y claro para llamar la atención de todos los presentes, quienes rieron junto a ella. Y Visión se rió más fuerte que nunca.

—No—contestó en susurros—¡Abracadabra!—apuntó con su varita al clóset a su lado con cansancio.

Su mujer vió al público antes de volver a observarlo con cansancio por igual.

—¿Cariño?

—¿Sí?—le preguntó posando su mirada en ella y estando apoyado del armario.

—Hola—le saludó incómoda por las miradas de todos, y Visión se dió cuenta de que su esposa aún no se había metido en el armario.

—¿Qué hay en la caja?—cuestionó Herb usando un tono cantado para formular la pregunta, y le siguió el juego su compañero Norm—¿Qué hay en la caja?

—¿Qué hay en la caja?—siguió el resto de los presentes.

—Sí, ¿Qué hay en la caja?—Visión vió a su esposa confundido, y esta solo pudo abrir sus ojos irritada de todo eso mientras continuaba escuchando al público que había en la caja frente a ellos.

Anya movió su dedo y apuntó al armario sin que nadie se diera cuenta antes de tomar una de las perillas y dejándole la otra a su marido. Abriendo la caja y revelando su contenido.
Geraldine apareció frente a sus ojos con su seño fruncido y llevando una tabla de notas en su mano, viendo al público con sus ojos bien abiertos, dejándolos a todos asombrados.

La pareja fingió sorprenderse cuando la mujer salió de la caja y esta posó su mirada en ellos, mayormente Anya.

—¡Si Reverencia—indicó el androide tomando de la mano a Geraldine y ella tomó la de su esposa, los tres sonrientes he inclinándose hacia adelante dando por finalizado su acto de magia, bajo las miradas de todos los presentes y ganándose algunos alagos y gritos de alegría de ellos.

—¡Adiós! Larguémonos de aquí—Visión se alejó trotando del escenario con Anastasia siguiéndolo por detrás, y una vez lejos de los ojos de los demás comenzó a quejarse—Lo lamento, lo lamento mucho, soy un tonto.

—¿Vis? Está bien, está bien—Anya tomó las manos de su esposo cuando lo vió casi queriendo llorar frente a ella—Pero ¿Qué te pasa?

—No tengo idea—le respondió frustrado—Me sentí raro todo el día.

—Está bien, está bien.

La rusa se alejó un poco y elevó su mano hasta estar a pequeños centímetros de distancia del rostro de su marido, bajándola lentamente hasta lo que sería su estómago en dónde formuló un sonido de desagrado con su garganta cuando ambos escucharon los engranajes de Visión en mal funcionamiento.

El chicle continuó pegándose y evitando que rodaran. Sólo bastó que moviera nuevamente su mano para removerlo por completo y devolverlo por dónde había llegado, es decir, a través de su garganta hasta llegar a su paladar, dónde Visión se permitió sacarlo de su boca para observarlo.

—¡Mira eso!—dijo cansinamente—Pegoteó mis mecanismos, ¿No?—rió de su propio chiste con la mirada llena de burla de su mujer sobre él, regalándole una sonrisilla que la describió por completo—No soy tan divertido sin eso, ¿No?

Tiró el trozo de chicle con pesar.

—Eres tú mismo otra vez, solo me importa eso...salgamos de aquí antes de que Dottie y el comité de planeación nos cuelguen por arruinar el show.

La pareja asintió y comenzó a escabullir tras bambalinas, Anya ocultando su rostro con su sombrero y Visión con la cabeza baja y sin ver a su alrededor para evitar llamar la atención.
Y aún así, Dottie los vió intentando escapar del lugar.

—Ustedes dos, alto ahí—los señaló obligándolos a detener su andar y voltear sin prisa sus cabezas, ambos con muecas de espanto en sus rostros y volviéndose, otra vez, el centro de atención del público presente—Nunca pasó nada como lo que acaban de hacer en la historia de nuestro show de talentos.

Visión bajó la mirada avergonzado y sin nada que comentar al respecto tomado de la mano de su esposa, y Anastasia fue la encargada de hablar por los dos.

—Dottie, estamos muy...

—Fue hilarante—la cortó diciendo finalmente la palabra que le costaba decirle, y los rostros de ambos se desfiguraron por la confusión mientras se observaban entre sí—fue el acto más hilarante que vimos, ¿No están de acuerdo?—el público aplaudió en respuesta.

—Sí—asintió el androide siguiendo el juego junto a su esposa.

—Ustedes dos, vengan aquí. Vamos—la joven pareja obedeció sonrientes y subieron por segunda vez al escenario aún con los aplausos de todos—En nombre del comité de planeación, quisiera darles el premio a la actuación cómica inaugural del año.

Dottie les tendió un pequeño trofeo de plata bañado en oro de plástico, y Anastasia lo recibió sonriente con su esposo detrás de ella y aplaudiendo con el resto del público.

—Gracias—todos los presentes se levantaron aún dando sus aplausos y sonriendo ante sus nuevos vecinos y posiblemente nuevos amigos en un futuro cercano.

Anya llamó a Geraldine al verla a un lado sin hacer nada más que chocar las palmas entre sí, y Visión la tomó delicadamente para posarla en medio de ambos.

—Debo preguntarlo...en un momento estoy entre bastidores, y al siguiente en un armario oscuro—dijo Geraldine susurrándoles a la pareja mientras hacían una reverencia—¿Cómo lo hiciste? Y lo más importante, ¿Dónde aprendieron a hacer magia de esa manera?

—Un mago nunca revela sus secretos, se los deja a su asistente—contestó Visión fingiendo aires de grandeza, señalando a Anya a lo último.

—Y ella no hablará.

—Presentí que dirías eso.

—Además, aprender a realizar trucos de magia fue demasiado fácil, me enseñó mi...—quedó trabada al intentar pronunciar la última palabra, bajo la intensa mirada de su nueva amiga sobre ella—mi...mi hermano menor me enseñó.

—Pues debes decirle que me enseñe.

Dieron una última reverencia, y Anastasia mostró su mejor sonrisa.

—¡“Por los niños”!

—¡“Por los niños”!

(…)

De regreso a su casa, Visión en su forma original abrió la puerta con su sombrero del traje y recibió a Anastasia entre sus brazos al compás de una música invisible, sosteniendola por la cintura llevando el traje que ella llevaba mientras esta tenía en su mano su pequeño trofeo.

—Estuviste estupenda, Glamour.

—Al igual que tú, Ilusión—Anya se rió y se separó del agarre de su esposo, dejándolo cerrar la puerta mientras ella admiraba el objeto entre sus manos; encaminándose al sillón de la sala—No sé por qué estaba tan preocupada...no fue tan difícil encajar después de todo.

Dejó su trofeo en la mesita frente a ella y quedó sentada en el sillón largo de piernas cruzadas y entre suspiros.

—Y solo teníamos que ser nosotros mismos—le siguió su marido sentándose a su lado y pasando uni de sus brazos por sus hombros.

—Con algunas modificaciones.

—Y todo fue...

—por los niños—completaron ambos al mismo tiempo con una sonrisa—creo que los niños necesitan palomitas de maíz—dijo frunciendo el entrecejo de forma algo tierna para luego levantarse, confundiendo a Visión por su comentario.

—Anya.

—¿Qué?—dijo volteandose a verlo, y siguió su mirada que se encontraba fija en su estómago, sorprendiéndose al verlo más hinchado y ovalado—Visión...¿Está sucediendo de verdad?

Ambos se vieron directamente a los otros con una mezcla de emociones, y Visión la tomó con suavidad de sus manos y le acarició los nudillos, pensando sus palabras antes de responderle.

—Sí, amor mío—el androide se fue acercando a los labios de su esposa, quién le sonrió enamorada—está sucediendo de verdad—y antes de que pudiera besarla, un fuerte ruido proveniente del frente de su casa lo interrumpió—Si es ese maldito árbol otra vez, ¡Voy a arrancarlo de raíz!

Visión caminó a grandes sacadas fuera a de casa con su esposa siguiéndole por detrás a metros de distancia.
Caminó por el suelo de cerámica hasta los rosales frente a la cerca de madera, buscando entre las casas a su alrededor de dónde había provenido ese ruido.

—No veo nada—dijo Anastasia llegando a su lado.

Ambos buscaron en la lejanía de su vecindario con la mirada, volteando a la vez cuando el mismo sonido que habían escuchado se manifestó del otro lado de la calle, justamente en el centro donde la tapa de una alcantarilla se hayaba.

La tapa se movió de un lado a otro bajo la mirada de la pareja puesta en ella, Visión transformado en su forma humana y Anya frunciendo su seño.

—¿Qué es eso?—preguntó su esposo más para sí mismo que para la rusa frente a él.

La cubierta de la alcantarilla se arrastró hasta descubrir el hueco oscuro de las cloacas, y mientras el androide colocaba sus manos en los hombros de su mujer por cualquier cosa algo, o alguien, salía de desde el interior del desagüe.
Una persona cubierta de un traje de apicultor grueso y ancho color blanco subía por las escaleras desde el hueco, estando de espaldas a ellos y revelando el mismo símbolo de una espada grabado en rojo que tenía el helicóptero de juguete que Anya había visto, siendo rodeado por pequeñas abejas y viendo al otro lado de su vecindario de Westview. Pasando de ser un ambiente pacífico a uno oscuro y de película de terror.

—Anya...—pronunció Visión al verla anonadada observando al desconocido vestido de blanco, quien al escuchar su nombre volteó su cabeza de un momento a otro para verlos ambos, y aún así su rostro no se veía.

—No—demandó con frialdad y serenidad mientras lo observaba, moviendo una de sus manos.

(…)

—Visión...¿Está sucediendo de verdad?

Ambos se vieron directamente a los otros con una mezcla de emociones, y Visión la tomó con suavidad de sus manos y le acarició los nudillos, pensando sus palabras antes de responderle.

—Sí, amor mío—el androide se fue acercando a los labios de su esposa, quién le sonrió enamorada—está sucediendo de verdad—y luego de aquella oración, besó a su esposa con amor, y esta la recibió gustosa.

Los dos se miraron atónitos al ver cómo sus rostros cambiaban y comenzaban a formarse coloridos, separandolas para ver el resto de la casa ser transformado por una energía azulada y rojiza que pasaba por cada parte de su hogar, incluyéndolos.
Volvieron a observarse con sonrisas extrañas, y Anya disfrutaba de tener su estómago abultado y con algún pequeño ser creciendo en su interior.



¿Anastasia? ¿Quién te está haciendo esto, Anastasia?...¿Anastasia?.

Parte 2/2.

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