Narra Anya.

- sabía que vendrías - me regaló una sonrisa y yo se la devolví.
- entonces sabes lo que quiero - el asintió.
- siganme - mamá y las chicas estaban impresionadas con la mansión, digo, no todos los días llegas a una mansión que es una escuela para mutantes.

Llegamos al patio, donde en la cancha de básquet Ball se encontraba un Yet.
Mientras las demás se adelantaban me quedé atrás para hablar con Charles.

- ¿Cómo puedo agradecerte?
- no tienes que agradecerme por nada, cariño - levanté una ceja - bueno, solo que no mueras.
- no moriré sin antes ver la cara de Wade - el rió - si alguna vez necesitas otra maestra, llámame - el asintió - gracias, Charles.
- tienes que irte antes de que se queden con la diversión en la cabina del piloto - asentí con una sonrisa antes de despedirme y subir al Yet.

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- Boris, deja de robar comida - susurré antes de acomodarme mi cabello rojo y mirarlo con fastidio.
- no es mi culpa que la comida de ésta mansión sea tan deliciosa - rodé los ojos.
- de nada - volteamos con armas en mano al causante de esa voz.

Era un hombre algo mayor, calvo, andaba en silla de ruedas y nos miraba con una sonrisa.
- Si se mueve, disparo - Boris se pozó a mi lado.
- no pretendo lastimarlos.
- entonces ¿Por qué hay dos chicas atrás? - el calvo levantó una ceja.
- bien disculpen, Jean, Rogue, salgan de ahí - las chicas, confundidas, salieron.

- no queremos problemas - comenzó a hablar mi hermano - solo queremos comida.
- no, tú querías entrar a esta mansión y yo dije que no porque había muchas personas, pero nunca me haces caso - Boris rodó los ojos.
- ustedes no son malos - prestaron atención al hombre de silla de ruedas, las otras chicas se posaron a sus lados - los ha segado la venganza, quédense con nosotros y sino les gusta, pueden irse - Boris y yo nos miramos.

- ¿Cómo dijo que se llamaba? - me atreví a preguntar.
- soy Xavier, Charles Xavier...

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- así fue como lo conocí.
- ¿Qué le pasó a Boris? - mamá bajó su rostro, se siente culpable.
- una bomba impactó a mi lado, pero no me hizo daño, pero a Boris sí - suspiré - Fedor murió más joven por una bala en su frente, protegiéndonos - toqué mis anillos mientras sentía mis ojos humedecerse
- bueno, dejando los momentos tristes de lado - habló Yelena - hay que ir planeando, porque si vamos así como estamos seguro moriremos.

Pensé unos segundos, no tengo ni una maldita idea.

- abre la cajuela al final del Yet - fruncí el ceño al escuchar la voz de Xavier en mi cabeza.
Me levanté poniendo el piloto automático y bajo la atenta mirada de todas fuí a la cajuela, abriéndola observando sorprendida su contenido.

“De tu sexy estriper, Deadpool”

Se leía en una pequeña hoja encima de una caja, pero no cualquier caja.
- Wade, eres un hijo de perra - sonreí antes de sacar la caja roja con un símbolo parecido a la niebla en negro justo en medio.

- ¿Qué es eso? - mamá se acercó a mí.
- ahí tienen trajes, úsenlos - hablé sin levantar la vista de la caja, la abrí viendo con una enorme sonrisa su contenido.
Era mi antiguo traje que utilizaba para hacer misiones con mis amigos de la mansión Xavier. Con Logan, Wade y Scott.

Era de un rojo sangre intenso con líneas negras en los costados de las rodillas y los brazos.
Tenía un cinturón negro con un círculo blanco en el centro, también llevaba un par de brazaletes que pueden generar descargas eléctricas, era perfecto, tal y como lo recordaba.

Salí del pequeño cuarto de baño para encontrarme a las chicas ya vestidas con sus trajes.
Yelena tenía unos pantalones negros con una camisa manga larga verde militar con un chaleco verde oscuro y unos guantes negros. Melina solo tenía puesta una camisa una camisa negra con una chaqueta de cuero negra y unos pantalones también negros.
Mamá llevaba puesto un antiguo traje que había guardado hace mucho tiempo en casa de Wade, lo iba a usar en un futuro pero a mí madre le queda mejor. Era negro y gris y le quedaba bien con su trenza francesa. Creo que de todas yo soy la más llamativa.

- se ven genial - todas posan sus miradas en mí, mamá abre sus ojos sorprendida, Yelena abría y cerraba la boca repetidas veces sin saber que decir, al parecer la única que si podía hablar era Melina.
- tu te vez increíble - sonreí de lado antes sentarme al en medio de mi mamá y Yelena, había un ambiente tenso entre ellas.

Agarré las manos de cada una sintiéndome segura, ahora parecíamos una familia unida, completa, pero eso no quita el hecho de que extrañe a Wanda y a Pietro.
Tal vez, cuando terminemos esto, trate de encontrarlos e ir a hacerles una visita. Los extraño.

Pero no es tiempo de sentimentalismos, ahora hay una misión.
Destruir ese maldito avión y destruir la KGB......

(Corto pero valió la pena)