Narra Anya.

Las tres caminamos a la cocina, yo aún asimilando lo que acaba de decirme ¿Encerio Yelena es mi tía? ¿Dónde, cuándo y por qué?

- ¿Qué te trae a casa? - mamá levanta su vista para verla con una sonrisa.
- lo mismo que la trajo a ella - me señala a lo que yo fruncí el entrecejo. Algo hizo “click” en mi cerebro.
- te refieres a...-
- si - me corta, y yo que quería hacerlo sola o con la ayuda de Yelena - tenemos asuntos pendientes - continúa con el tema -  tenemos que volver a dónde todo comenzó - definitivamente sabe porque estoy aquí.
- que suerte la nuestra - miré a la rubia.
- algo es seguro - volvió a hablar - será una reunión infernal
- por eso te contacté - hablé yo esta vez - quería que me ayudaras, pero luego apareciste - murmuré más para mí misma que para ellas pero lo suficientemente alto para que me escucharan.

- me debes muchas explicaciones - mamá me miró con los ojos entrecerrados.
- lo dice la que me debe una explicación del cómo y el por qué es mi tía - contraataqué mientras señalaba a Belova que solo rodó los ojos.
- nos criamos juntas, peleábamos juntas desde niñas y fin - Yelena aplaudió una vez llamando nuestra atención - ahora yo ¿Desde cuándo es tu hija? - mi madre pelirroja suspiró.
- desde siempre - frunció el seño - un segundo ¿Cómo se conocen? - nos señaló sucesivamente.

- cuando me volvieron a entrenar la conocí, fue como mi segunda madre - la ex-espía rubia bajó la mirada con una sonrisa - pero siempre te daba una paliza - ella rió.
- yo te di la confianza para vencerme.
- tuve una buena maestra - apoyé mi brazo en su hombro - pero ahora debemos pensar ¿Cómo...- se escucharon fuertes ruidos en la entrada.

Mamá hizo una señal de silencio, empuñé mejor mis armas G18 y M9 para después tomar camino hacia la entrada principal desde la cocina.
Yelena me seguía por detrás pero a una distancia considerable mientras mi madre iba desde el pasillo, o sea, directo a la puerta.
Pensé que aparecería los policías, los militares o incluso el gobierno, pero me llevé la sorpresa al igual que ellas de no ver a nadie.

¿Por qué los militares estarían en la puerta?, Puueeess, tal vez puede que me haya infiltrado entre ellos hace unas semanas para dejar inconsciente a algunos y robarme un par de armas y un avión, nada del otro mundo.

- no hay nada - mamá y Belova miran en la puerta con el seño fruncido, me volteo solo para ver a algo o mejor dicho a alguien al final de pasillo mirándonos directamente.
- pregunta ¿El hombre que nos está mirando al final del pasillo y que parece la copia barata de Jason Voorhees cuenta como que no hay nada? - rápidamente las dos voltean mirando a mi dirección.

Lo miramos una última vez antes de salir disparadas a la puerta cerrándola justamente cuando venía una flecha.
- ¿Quién carajos es el? - comenzamos a bajar las escaleras rápidamente.
- ¿no te enseñaron a cuidar tu lenguaje? - murmuró mamá, parecía desesperada - su nombre es Anthony Masker, y es un viejo amigo.
- pues tú “amigo” no me agrada - Yelena hizo comillas con los dedos mientras salíamos a la parte trasera del edificio. Subí mi mirada solo para ver a ese tal Anthony mirándonos desde el balcón.

- ¿Quieren jugar? - miro nuevamente al frente, observando como mamá encendía una moto.
- no gracias, tengo la mía - me subí en mi nueva moto, ya saben, la verde hermosa que robé en el tren, cuando huí de ahí ¿Porqué les dije tantas explicaciones?
- ¿Tu no tienes poderes?
- agradecele a Tony por eso - sin más aceleré para comenzar a manejar dejando a ambas a unos metros de mí, me seguían por detrás.

No llevábamos ni diez segundos de haber conducido cuando detrás de ellas apareció un gran camión blindado que nos empezó a perseguir, valla mierda mi vida.
Desaceleré un poco dejando que mamá me sobrepasara para comenzar a disparar hacia el vidrio, seré idiota, ESTÁ BLINDADO.
Volví a acelerar llegando al lado de ambas.

- ¡Tomaré otra ruta, tengo una idea!!! - grité por sobre el ruido de las llantas al tener contacto contra el pavimento y el sonido del viento al chocar con nuestras caras.
- ¡Nosotras lo distraernos!!! - asentí a las palabras de Yelena y cambié de dirección al notar como de entre el camión salían dos motos que venían en mi dirección junto con sus conductores con metralladoras en mano.

- mierda - esquivaba como podía los disparos moviéndome junto con la moto de un lado otro, la gente a mi alrededor solo nos miraba atónita o corrían mientras gritaban.
Saqué la M9 y disparé hacia atrás mientras intentaba conducir a la vez. Logré darle a un, ahora solo quedaba el otro y podré ejercer mi idea.
Paré la moto de golpe haciendo que el otro se estrellara contra un muro, dejando una exploción en el proceso.

Rápidamente bajé para adentrarme a un edificio y subir las escaleras para poder llegar a la azotea.
Corrí al borde saltándolo para llegar al otro mientras observaba a mi lado, a unos metros más adelante, el camión con Masker en el techo.
Tomé más velocidad mientras cambiaba de dirección directo al camión, iba rápido a decir verdad.

Con mi corazón latiendo a mil por segundo salté del último edificio, en un intento de llegar a dónde está esa copia de Jason Voorhees. ¿Me creerían si les digo que me resulta conocido? Sino me creen váyanse a la mierda.
Logré hacer que el camión se estrellara haciendo que el Masker y yo rodeamos lejos, ambos en distintas direcciones. Solté un gemido de dolor mientras me incorporaba, observando por dónde el maldito corría.

Volví a subir un edificio pero  por las escaleras de emergencia.
No veía por dónde se habían ido Yelena y mamá pero pude notar al fondo como un gran tubo de metal se inclinaba, tuve que agudizar mis ojos para poder ver a las personas que se encontraban agarrados a ella. Comencé a correr nuevamente por cada uno de los edificios mientras saltaba los bordes de cada uno, mientras más me acercaba podía ver mejor las cabelleras rubia y roja, pero también noté una negra que me llamó la atención.

Cuando el tubo se terminó de inclinar chocó contra el borde de un apartamento, justamente en el que yo estaba.
Yelena casi se resbala de el, así que, la tomé de la mano evitándolo. Ella alzó la vista con su respiración agitada.

- hola, tía - hablé burlona mientras la impulsaba hacia mí, vuelvo mi vista a mi mamá, que venía subiendo con la pelinegra detrás - ¿Todo bien? - levanté una ceja.
- a veces te odio - me abrazó, por su hombro observé cómo la otra chica nls miraba con sus ceño fruncido
- ¿Quién eres? - se acercó tendiéndome su mano.

- Melina Vostokoff, ¿Y tu eres?.....