Narra Anya.

Noto miradas disimuladas de algunas personas en el vagón del tren, fingen ver a su alrededor para mirar a mi asiento unos segundos más, ingenuos agentes de Ross.

No me llevó mucho tiempo saber quienes eran, se les notaba a kilómetros y no era exageración.
Eran ocho, uno en el asiento delantero, uno dos asientos más adelante, otro en el fondo, tres en el siguiente vagón y los otros dos en en el último vagón, cabe decir que planeaba salir por ahí pero no podré.

Me levanto para dirigirme al baño con mi movimiento de caderas observando disimuladamente como los agentes presentes me seguían con la mirada.
Había cámaras en cada esquina del tren menos en el baño ¿Quién quiere ver a una persona haciendo sus necesidades? Un pervertido quizá.

Abro la ventana y me coloco en la pequeña esquina al lado de la puerta abierta, dejando que pasaran dos de ellos.
Cuando ambos se asoman por la ventana rápidamente lanzé a uno y el otro le rompí el cuello, dejando caer su cuerpo al suelo inerte.
Salgo nuevamente lo más calmada de la vida solo para observar como en el vagón donde me encontraba sentada se encontraban los otros seis agentes restantes mirándome seriamente. Lentamente volteo cerrando la puerta que da al otro vagón con seguro.

- ¿Alguien quiere retirarse? - no obtuve respuesta más que un golpe que de milagro logré esquivar.
Saqué mi arma al igual que ellos y comencé a disparar a diestras y siniestras, siendo protegida por uno de los asientos. Murieron dos más, solo quedaban cuatro.

Gruñí al notar que me había quedado sin balas, pero no fuí la única, ellos también.
Me levanté para posarme en medio de los asientos, notando como ellos hacían lo mismo.
Uno de ellos me agarró por la espalda pero le propiné un codazo en el estómago y otro en la cabeza mientras pateaba en los bajos a otro que se me acercaba por el frente, golpeé su cabeza contra el metal del asiento, dejándolo inconsciente mientras que hacía una pirueta quedando atrás de los otros tres con un cuchillo afilado en mano.

Dos de ellos se me acercaron a la vez pateé a uno logrando que se cayera al asiento mientras que al otro le tiraba el cuchillo impactándolo en su pecho haciendo que él pegara un grito ahogado de dolor.
Le saqué el cuchillo y esta vez se lo clavé al otro en la mano y le daba una patada en las costillas al tercero que se me venía acercando, tirándolo al suelo. Agarré sus cabezas y las junté golpeándolas entre sí.

En el suelo se encontraba un arma cargada, miré al último sujeto que quedaba antes de hechar a correr a el con el hombre pisándome los talones.
Logré tomarla pero el agente agarró mi mano con fuerza tratando de dirigir el disparo hacia mí barbilla en un intento de matarme, con mi otra mano le clavé en cuchillo en la pierna haciendo más flojo su agarre mientras gemía de dolor, tomé bien el arma antes de apuntar a su cabeza y disparar, dejando que una par de gotas de sangre salpicara mi rostro.

Con la respiración agitada le volví a disparar al igual que a todos los agentes dejándolos inertes en el suelo con pequeños charcos de sangre.

- equipo Beta ¿Me oye? - uno de ellos tenía un radio, lo agarré entre mis manos cubiertas de sangre - ¿Neutralizaron a las Viudas? - fruncí el ceño ¿Las viudas? Pero si solo soy yo la única que está en el tren....a menos....Mierda....

Vuelvo a tomar mi mochila y salgo corriendo al siguente vagón, dejando los cuerpos.

Miré detalladamente el vagón siguente, tenía pocas personas pero una de ellas me llamó la atención.
Su cabello lo tenía amarrado en una trenza francesa y llevaba las puntas de un rubio muy pálido, casi llegando al blanco mientras que el resto de su cabello era rojo.
Parecía estarse viendo en un espejo, pero noté que su mirada venía hacia mí a través de él, esos penetrantes ojos verdes me miraron a través del espejo. Cuando abrió sus ojos como platos salí en dirección contraria, buscando una salida, no quedaba mucho para llegar a Budapest.

Voy directo al último vagón, abriendo la puerta observando que es el vagón de carga.
Rápidamente cierro la puerta con seguro detrás de mí y me apresuro a buscar algo con lo que amortiguar la caída, porque me lanzaré desde aquí.
Soy una Romanoff ¿Qué les puedo decir?

En una de las cajas grandes encontré al amor de mi vida, bueno, a parte de Visión, pero el es mi ex.

Era simplemente hermosa.

Cuando escuché como la puerta estaba siendo forzada, agarré la moto y la encendí.
- juntos hasta el final, Boris - y arranqué a máxima velocidad saliendo disparada por la puerta corrediza justo cuando las puertas del vagón se abrieron.
Boris y yo hicimos algo parecido a esto, solo que el no me dejaba manejar.

Aceleré lo más que pude para alcanzar a el tren, de vez en cuando giraba mi cabeza observando por las ventanas de cada uno de los vagones a ella corriendo mientras también me observaba.

En mi campo de visión se hizo presente la parada de Budapest, haciéndome cambiar de ruta dejando que ella solo me miraba en el proceso.
Logré ver al fondo la ciudad.

Me detuve en la calle de la montaña unos segundos a observar, era hermoso el amanecer aquí.
Volví a continuar manejando llegando al puente, donde solo habían pocos autos o personas caminando de un lado a otro por las aceras.

¿Por qué huiste de ella? Se preguntarán.
Bueno, ella a hecho lo imposible por encontrarme, mientras ella me buscaba tratada de no ser vista por ningún medio de seguridad, yo hackeaba las cámaras de seguridad para verla o simplemente alteraba la ruta de búsqueda.
Aún no quiero verla, me prometió sacarme de aquella balsa pero no lo hizo y tuve que salir por mi propia cuenta.

No la culpo, solo que simplemente no quiero verla y listo, no tengo porque darles tantas explicaciones.

Volviendo al tema, cruzo un par de calles llegando al conjunto de departamentos donde, se supone, que debe estar.....