Narrador ovminente.

Las pelirrojas lo mira en silencio bajo la lluvia. De espaldas a ellas con el cadáver de una persona a sus pies y su espada ensangrentada.

- no deberían estar aquí - habló por primera vez.
- tu tampoco - el se voltea lentamente, dejando a la vista su corto cabello rubio y un rostro que reflejaba dolor.
Ambas se le acercan.
- hola, Barton.
- ¿Qué hacen aquí? - pregunta en un suspiro.
- encontramos algo, una oportunidad tal vez.
- no lo hagan - las ex-espías lo miran confundidas.
- ¿Qué no hagas qué?
- no me den esperanzas - las Romanoff suavizan sus miradas.
- perdón por no habértela dado antes, Barton....

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- Noobmaster - dice el rubio entre dientes antes de tomar el audífono del juego - Oye, soy Thor otra vez. Ya sabes el Dios del trueno - el grandote verde y el mapache lo miran confundido - escucha amigo, sino te desconectas de este juego inmediatamente voy a volar a ti casa, bajaré al sótano en el que te escondes, te arrancaré los brazos y te los meteré por el trasero.
Eso es correcto ¡Si, ve a llorarle a tu padre, pequeña rata! - le devuelve el comunicador a su amigo.

- gracias, Thor.
- si te vuelve a molestar avísame.
- Thor, tenemos una solución - el Dios lo miró.
- ¿Para qué? ¿Para el cable? Porque lleva semanas desquisiándome.
- no eso, Thanos - la sonrisa que tenía se transformó en una línea recta, lo miró con dolor mientras le golpeaba el hombro.

- nunca digas ese nombre - su voz se quebró, Korn, su amigo, se levantó.
- ah! Si, aquí nunca decimos ese nombre - el Ser verde suspiró.
- mira, se que tienes miedo - Thor rió.
- yo no tengo miedo, Korn ¿porqué no les dices quien mató a Thanos? - el Dios caminó a otro lado.
- fue rompe tormentas - señaló el hacha.
- ¿Y quién empuñó a rompe tormentas? - habló entre dientes - si quieren algo, hablenles a los asgardianos de ahí - señaló la ventana antes de sentarse y comer un dulce.
- porfavor amigo, te necesitamos - no recibió respuesta.
- hay cervecita en la nave - le insitó Rocket, el rubio levantó su mirada.

- ¿De cuál tienes?

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- Nébula, hola - la pelirroja menor abrazó a la chica, la cual le correspondió - tienes que mostrarme todo lo que hiciste con tu nave.
- lo haré - ambas se sonríen. La primera vez que se hablaron congeniaron genial, se volvieron buenas amigas.

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- si alguien viaja al pasado, ese pasado se vuelve su futuro, y lo que fue su presente, se vuele el pasado que ya no se puede alterar por su nuevo futuro - la pelirroja menor alza ambas cejas y abre la boca para formular palabras, pero no sale ninguna.
- ¿Volver al futuro son puras mentiras? - Scott se encontraba igual que ella o incluso peor.
- ¿Listo Clint? - ignoró a Lang.
- si.
- entramos en 3.....2.....1 - y se fue por el túnel cuántico.

Apareció en un suelo de madera oscura, confundido y con la respiración agitada.
A paso tambaleante se encaminó a la puerta, notando que estaba en el garage de su casa en el prado. Aún confundido caminó hasta el porche de la puerta trasera, fijando su vista en un guante de baseball que había en el suelo, lo levantó para después escuchar una voz.

- ¡COOPER!!, ¿Dónde están mis audífonos? - el se quedó estático unos segundos al escuchar la voz de su hija, Lila, pero volvió a la realidad al escuchar un pitido en la palma de su mano.
- ¡Lila!!! - empezó a correr a la puerta - ¡LILA!!, ¡LI...-  no pudo terminar cuando ya lo había teletransportádo su traje.

Llegó al complejo de rodillas.

- ¡CLINT!! - ambas pelirrojas se acercan corriendo a el con el equipo detrás.
- ¿Estás bien? - pregunta la mayor de las Romanoff.
- si - murmura - estoy bien, mira - se levanta para tenderle el guante a Nat, mira a el Ser verde con una enorme sonrisa - funcionó - Anastasia abrazó a su madre con fuerza, por fin todos volverían a estar con ella....

(Corto pero valió la pena)