capítulo 26
2 años después
Corea del Sur.
Narrador ovminente.
- Vamos Anya, no es tan difícil - se repetía una y otra vez miente se miraba en el espejo del pequeño baño del apartamento, donde pasaba desapercibida.
Nuevamente agarra la tijera y de un solo movimiento, corta sus mechones de cabello, dejándolos caer al suelo. Suelta un suspiro mirándose cada facción de su rostro.
De tez blanca, cabello rojo sangre que ahora le llegaba por los hombros, labios rosas y la pequeña cicatriz que adornaba su ojo izquierdo que, ahora, era de un color azul cielo.
Aún recuerda los golpes que le propinaron en la balsa hace dos años, dejándole su cicatriz y sus nuevos ojos heterocromianos, azúl cielo y verde limón.
Sintiendo vergüenza por ella misma se coloca el parche negro, cubriendo su ojo azulado. Limpia el baño y sale con una camisa manga larga negra, pantalones chándal azúl marino y su chaqueta de cuero negra.
Abre la pequeña maleta dejándola sobre la mesa para encaminarse al pequeño armario de madera y guardar toda su ropa. No sé quedaba más de dos o cuatro días en un mismo departamento, tenía que movilizarse.
Miró el pequeño conjunto de fotos que tenía en sus manos.
Una de ellas era con sus hermanos adoptivos mayores cuando era pequeña, nuestro primer día como hermanos, cuando ellos la adoptaron como su hermana menor.
La otra era junto a Boris en sus tiempos como espía y asesina perseguidos por el gobierno, sonrientes a la cámara con armas en mano y el cadáver de un senador al lado, fue cuando la pelirroja y el rubio habían podido salir de la KGB.
La tercera se trataba de ella junto con los Maximoff, la primera semana que la ex-espía los estuvo entrenando en HYDRA, se habían vuelto inseparables, ambos sonriendo ante la cámara mientras que Anya sacaba la lengua.
La siguente se trataba de una foto grupal, cuando la pelirroja y los gemelos pasaron su primera Navidad con los vengadores en el complejo, ella al lado de Visión sentados al rededor de un sillón media luna con sus compañeros y amigos sentados. Todos felices.
Pasó a la otra, que se trataba de ella junto a su madre, ambas con sus trajes de combate y un shot de vodka en la mano, ambas abrazadas por los hombros en la noche, por instinto sonrió.
La última se trataba de su querido androide besando la mejilla de la menor, cuando ella se culpaba de la exposición de Lagos, Nigeria. El día en el que ambos se confesaron su amor. Sentada en la barra de la cocina levemente sonrojada y sonriendo mientras que Visión le besaba la mejilla con un mano sosteniendo la cámara.
¿Qué le había pasado ha aquellos momentos?
Lanzó las fotos a la maleta y se retiró la pequeña lágrima rebelde que se le había escapado. Cierra su pequeño equipaje y sale por la ventana, evitando que los agentes del gobierno que habían entrado la viesen.
Corea del Sur era un lugar ajetreado por el día, mientras que en las noches era calmado y pacífico.
Las luces de las casas, los faroles y los departamentos adornaban las solitarias calles, podías verlos toda la noche y no cansarte jamás.
- Anya - se detuvo en seco sobresaltada por aquella voz que conocía tan bien. ¿Cómo la había encontrado?
- ¿Cómo me encontraste? - preguntó aún sin mirarlo.
- nadie más lo sabe, si es lo que te preocupa, ya eliminé toda tu localización - hizo una pausa - y quería verte.
La pelirroja suelta un suspiro para luego mirarlo, notando como ahora se veía como un humano normal, sin su peculiar piel rojiza.
- Visión, debes irte - el androide negó mientras se le acercaba, frunciendo levemente el ceño al ver el parche en su ojo izquierdo.
- no me voy a ir, Anya, porque te amo - solo los separaban escasos centímetros.
Los alientos chocaban entre sí mientras su corazón se aceleraba y posaba una mano en el pecho del Ser rojizo.
- te extrañé - no esperó más y juntó sus labios con los del androide, los de SU androide.
Extrañaba sus labios, sus ojos, su voz, se extrañaban y eso se notaba a kilómetros de distancia, se separaron para tomar una bocada de aire.
- ¿Qué le pasó a tu ojo? - trató de quitar el parche más la otra Romanoff no lo dejó.
- no lo veas, me veo horrible - bajó la mirada.
- eres hermosa por dentro y por fuera, no me importa - la chica con mano temblorosa se quitó el parche dejando a la vista su ojo azulado.
- entiendo si ya no quieres estar como - sus ojos se llenaron de lágrimas. Visión sonrió.
- tal vez sea un androide, pero no soy tan tonto para abandonarte - volvieron a juntar sus labios en un corto pero apasionado beso - tengo un lugar para que podamos ir ¿Me sigues?
- te seguiré hasta que seamos polvo - se sonrieron antes de entrelazar sus manos y caminar.
No es la típica película romántica en donde todos tienen un final feliz y viven felices para siempre.
Esta sería la clase de película que hace que te quedes sentado en un solo lugar, sin ningún movimiento, mientras lees las miles de aventuras que están viviendo.
Ahora Visión y Anya tendrás que escapar juntos sino quieren que el gobierno los encarcelen.
Amor entre fugitivos, un androide y una humana con poderes hija de la mejor agente que existe, valla combinación ¿No?
(Corto pero valió la pena)
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