
Capítulo XVII
Desde aquel día, Draco había comenzado a salir con Pansy, dejando a Amy en segundo plano. Ya no iba a clases con ella, ya no le importaba si estaba o no en su dormitorio cuando él regresaba, si había vuelto a tener otro de esos episodios como trances, o si había desaparecido absorbida por los dementores o por algo más.
Draco y Pansy se la pasaban besuqueándose, y se hicieron novios durante una visita a Hogsmeade.
Harry había intentado colarse a aquella visita usando su capa de invisibilidad, pues los estudiantes necesitaban un permiso firmado por sus padres o tutores para poder ir, pero los tíos de Harry no lo habían firmado.
Fred y George Weasley habían pillado a Harry tratando de colarse, pues estaba nevando y vieron sus huellas en la nieve, así que lo arrastraron hacia una bodega, obligándolo a salir de su escondite, y le dieron un extraño pergamino en blanco.
—¿Qué es esta porquería? —Preguntó Harry.
—¿Qué es esta porquería, dices? Es le secreto de nuestro éxito —respondió George.
—Oigan, sólo intento ir a Hogsmeade.—Lo sabemos. Es muy doloroso para nosotros darte esto, Harry, pero ahora eres tú quien lo necesita —añadió Fred—. George, por favor.
Los gemelos sacaron sus varitas y, apuntándolas hacia el pergamino, recitaron al unísono:
—Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.
Entonces un curioso mensaje se reveló en el pergamino y Harry lo leyó en voz alta:
"Los Sres. Lunático, Colagusano, Canario, Canuto y Cornamenta están orgullosos de presentar el Mapa del Merodeador"
—Les debemos muchísimo —afirmó George.
Harry desdobló el pergamino y vio que se había revelado un mapa con muchos nombres que se movían dejando huellas de zapatos atrás, y las mismas se desvanecían conforme los nombres iban moviéndose.
—Esperen, ¡esto es Hogwarts! —Exclamó Harry sorprendido—. Y eso... No, ¿de verdad es...?
—Dumbledore —afirmó Fred.
—En su estudio —añadió George.
—Dando vueltas.
—Lo hace mucho.
—Este mapa muestra...
—A todos.
—Dónde están.
—Lo que hacen.
—Cada minuto.
—De cada día.
—¡Increíble! ¿De dónde lo sacaron? —Preguntó Harry.
—Se lo robamos a Filch en Primer Año —respondió Fred con orgullo.
—Escucha, hay siete pasadizos secretos para salir del castillo —añadió George—. Te recomendamos este, el de la bruja tuerta. Va directo al sótano de Honeydukes.
—Pero apúrate. Filch viene para acá.
—Y no lo olvides, cuando acabes, nada más tócalo con tu varita y di: "travesura realizada".
—Si no lo haces, cualquiera lo puede leer.
Los gemelos apuntaron sus varitas hacia el pergamino y recitaron al unísono:
—Travesura realizada.
Entonces el mapa se desvaneció hasta dejar el pergamino en blanco.
Harry se escondió bajo su capa y se escabulló por el pasadizo de la bruja tuerta, pero se detuvo al escuchar sollozos, y vio que una hermosa muchacha de cabello verde oscuro, largo y ondulado, vestida con un vestido de gala celeste, lloraba sentada en una banca.
Era Amy, quien se había escondido allí y había estado llorando por horas.
Al ver que el cuerpo de aquella muchacha era semitransparente, Harry se dio cuenta de que era un fantasma, pero cuando se quitó la capa para acercarse a ella, ya no podía verla ni escucharla.
"¿A dónde se fue?", se preguntó Harry, y por un momento creyó que estaba volviéndose loco, pero al volver a esconderse bajo su capa, vio que ella seguía allí.
—¿Por qué lloras? —Preguntó Harry acercándose a ella, haciéndole dar un pequeño salto del susto.
—¿Quién dijo eso? —Preguntó Amy sobresaltada.
Amy no podía ver a Harry mientras estuviera bajo la capa, y Harry no podía ver ni escuchar a Amy si no se escondía bajo la capa.
—Soy Harry, Harry Potter —respondió él y se quitó la capa, pero rápidamente se la volvió a poner—. Lo lamento, al parecer no puedo verte ni escucharte si no me escondo bajo mi capa.
—¡Oh, por Merlín! ¡Puedes verme! —Exclamó Amy emocionada, poniéndose de pie—. ¡Y tienes una capa de invisibilidad como la del cuento de Los Tres Hermanos! ¡Y me siento como una tonta hablando sola porque no puedo verte, pero no me importa porque tú sí puedes verme, Harry! Y...
—Lamento interrumpirte. No quiero ser grosero, pero... ¿quién eres tú?
—Soy Amy.
—¿Eres uno de los fantasmas del castillo?
—No —Amy negó con la cabeza.
—¿Por qué estás aquí? ¿Por qué llorabas?
—Porque me enamoré de mi mejor amigo, pero él prefirió a otra —respondió Amy con los ojos llenos de lágrimas—. Ella es de carne y hueso.
—¿Tu mejor amigo es un fantasma?
—No, él es un estudiante, pero no necesita una capa de invisibilidad para verme.
—¿Y cómo es que puede verte?
—No lo sé... O tal vez sí... Es complicado.
—Escucha, si tu amigo prefirió a otra es un tonto. Eres hermosa, Amy.
Las mejillas de Amy se pusieron azules, y Harry se sintió agradecido de que ella no pudiera ver que él también se había sonrojado al darse cuenta de lo que había dicho.
—¿Te escabulles a Honeydukes? —Preguntó Amy cambiando de tema.
—Sí, así es —respondió Harry.
—Bueno. Fue lindo hablar contigo, Harry —dijo Amy con tristeza y se sentó en la banca—. Por favor no le digas a nadie que me viste.
—¿Qué? ¿Por qué? Estoy seguro de que a mis amigos les vas a caer muy bien.
—Por favor, Harry. Será nuestro secreto, ¿sí?
Harry dudó, pero por alguna razón sintió que podía confiar en ella, y le pareció emocionante que fueran amigos en secreto, así que respondió:
—De acuerdo. Serás mi amiga secreta.
Amy soltó una risita nerviosa y sus mejillas se pusieron azules. Ni siquiera la profesora Trelawney hubiera podido predecir eso.
—¿Amy?
—¿Sí?
—¿Me acompañas?
—Sí, será divertido.
—Bien, vámonos.
A Harry se le cayó el mapa de lo nervioso que se había puesto, pues ahora tenía la compañía de una muchacha hermosa, y Amy había notado que apareció un curioso pergamino cortado en el suelo, aunque no estaba cortado realmente, sino que una parte de éste se asomaba fuera de la capa de invisibilidad de Harry.
—Tiraste algo, Harry.
Harry se quitó la capa y recogió el mapa, y Amy jadeó y se cubrió la boca con las manos.
—Es un mapa que he estado usando para atravesar este pasadizo —respondió Harry y rápidamente se escondió bajo la capa.
—¿De dónde lo sacaste?
—Me lo dieron unos amigos.
"No puede ser", se dijo Amy a sí misma.
—Pero no necesitas un mapa ahora que me tienes a mí, Harry. Conozco los pasadizos de la escuela como la palma de mi mano. Sígueme.
—De acuerdo.
Amy guió a Harry hacia el sótano de Honeydukes, y cuando subieron a la tienda, encontraron a varios de los compañeros de Harry comprando dulces, pero pasaron de largo y salieron de allí, y entonces Amy comenzó a reír.
—¿Qué sucede, Amy?
—Es que tienes una paleta de dulce pegada en la capa —respondió ella sin parar de reír.
—¿Qué? —Harry se sonrojó—. ¡Quítamela!
—Uno: no puedo aunque quisiera, Harry. Soy un fantasma. Y dos: aunque pudiera no lo haría. Así puedo ver dónde estás.
Ambos comenzaron a reír a carcajadas y siguieron su camino, hasta que se detuvieron junto a un árbol desde donde se podía ver la cerca de seguridad que los separaba de La Casa de los Gritos, y para entonces, la paleta de dulce se le había caído de la capa a Harry.
—Se dice que es la casa más embrujada de toda Gran Bretaña. ¿Nos acercamos un poco más? —Preguntó Harry.
—No gracias. La verdad, estoy muy bien aquí —respondió Amy, y tuvo la extraña sensación de que aquella conversación la ya había tenido antes, aunque no con Harry.
Entonces Amy se perdió en un recuerdo de sus días de escuela:
Era un hermoso día soleado cuando a los estudiantes de Sexto Año se les permitió ir de paseo a Hogsmeade. Una Amy de 16 años vestida con un lindo vestido floreado hasta las rodillas, con tirantes y zapatos de tacón, conversaba con un Remus de 16 años mientras observaban La Casa de los Gritos desde de una cerca que los mantenía a una distancia segura de la misma.
—Es la construcción con más fantasmas de toda Gran Bretaña. ¿Nos acercamos un poco más, Amy?
—No gracias, Remus. Me da escalofríos. La verdad, estoy muy bien aquí.
—¡Oigan, espérenme! —Gritaba Sirius, quien llegó corriendo detrás de ellos.
Amy y Remus se voltearon y Sirius tomó la mano de Amy y entrelazó sus dedos con los de ella. Amy se sonrojó pero se soltó de su agarre rápidamente.
—No recuerdo haberte dado permiso para tomarme de la mano, Sirius.
—¿Cuándo vas a decirme que sí, Amy?
—Ya te lo dije, Sirius. Cuando te deshagas de todas tu novias. Sé que tienes al menos tres, y no sé cómo es que ellas no se dan cuenta.
—Vamos, Amy, hay mucho Sirius para todas —respondió él, pasándose la mano por su rebelde melena.
—Lo lamento, Sirius. Si voy a ser la novia de alguien, lo quiero para mí sola.
—¿Sabías que los opuestos se atraen, linda? —Preguntó Sirius, acariciándole suavemente la mejilla.
Amy se estremeció pero no iba a ceder, así que se escondió detrás de Remus, quien hacía un esfuerzo sobrehumano para aguantar la risa.
—¿Qué tal si vamos a Las Tres Escobas, chicos? —Preguntó Amy cambiando de tema—. Sirius invita.
Remus no pudo más y estalló en carcajadas, y Sirius le lanzó una fulminante mirada que cambió totalmente en cuanto se dirigió a Amy, pues la tomó de la mano nuevamente y la sacó de su escondite.
—Lo que sea por ti, hermosa —dijo Sirius y, haciendo una reverencia, depositó un suave beso en el dorso de la mano de Amy, haciéndola sonrojar.
En ese momento, tres Slytherins vestidos de negro se acercaron a ellos.
—¡Fíjate por dónde caminas, Lupin! —Espetó Crabbe y le dio un fuerte empujón a Remus.
—¡Tú también, Black! —Espetó Goyle y le dio un empujón aún más fuerte a Sirius, tirándolo al suelo y tumbando también a Amy, quien soltó un gritito y cayó de rodillas, lastimándose y ensuciando su lindo vestido.
—¡¿Pero qué hicieron, par de inútiles?! —Bramó Lucius Malfoy—. ¿No ven que hay una dama en medio de estos perdedores?
Lucius se inclinó frente a Amy y...
—¿Amy? ¿Amy, te sientes bien? —Preguntó Harry, sacándola de aquel recuerdo y devolviéndola a la realidad.
—Sí, estoy bien. Yo...
En ese momento se escucharon risas. Eran Draco y Pansy que pasaban por allí caminando junto a la cerca, tomados de la mano y besuqueándose.
Amy ahogó un sollozo y se escondió detrás del árbol para que Draco no la viera, pero ella lo miraba con tristeza y silenciosas lágrimas rodando por sus mejillas.
Entonces Harry comenzó a atar los cabos sueltos y preguntó:
—¿Malfoy es tu mejor amigo?
Amy asintió y notó que Harry comenzó a alejarse de ella por las huellas que dejaba en la nieve.
—¿A dónde vas, Harry? ¡Regresa, por favor! ¡Harry!
😱😱😱
Lo siento, me atrasé otra vez. No me maten 😱
Es que esta semana en Bolivia entramos en cuarentena moderada y estoy yendo al trabajo nuevamente, entonces no he tenido mucho tiempo para escribir, pero veré la manera de optimizar mi tiempo e intentaré no atrasarme de los días que fijé para actualizar.
No hubieron teorías locas en el anterior capítulo, pero fue el capítulo en el que más personas comentaron, y eso me hace muy feliz 😄 así que la mención especial va para todas ellas: Ampiu0, PaulinaVazqV, PaoWiGo, alejandra-malfoy, --fresita, -ASTR0BABE, destinyfeliciti, wachapotterhead, sunflxwwer
Llegó la hora de las preguntas, muajajajaja:
¿Les gustó que Harry pueda ver a Amy y sean amigos ahora?
¿Qué opinan de Sirius coqueto?
¿Se habrá deshecho de sus novias para estar con Amy?
¿Qué habrá pasado entre Lucius y Amy al final de aquel recuerdo?
¿Por qué se habrá ido Harry?
Las revelaciones no terminan aquí, señoras y señores 😱
No sé ustedes pero yo sigo queriendo matar a Draco y a la suripanta de la Pancrasia 😤
En el próximo capítulo haré una mención especial a la primera persona que responda correctamente la siguiente pregunta:
¿Cuál fue la primera revelación de este capítulo?
Hagan sus apuestas y no olviden dejarme sus opiniones y sugerencias en los comentarios x
¡Nos leemos el próximo miércoles!
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