Draco temía que algo malo estuviera sucediéndole a Amy, a juzgar por el grito que escuchó, así que intentaba razonar con Pansy para ir a buscarla.

—Escucha, Pansy, es de vital importancia lo que tengo que hacer. Necesito salir ahora.

—De ninguna manera me quedaré aquí sola, Draco. Iré contigo.

Draco cerró los ojos y respiró hondo para no explotar, y no tuvo más remedio que aceptar. Después de todo, aceptar era mejor que quedarse a perder el tiempo discutiendo con ella.

—De acuerdo, Pansy. Sígueme.

Pansy asintió y ambos salieron del compartimiento con su varitas en mano, en guardia y atentos a lo que sea que pudieran encontrarse en el camino, y aunque ella caminaba detrás de Draco, aprovechó para agarrarse de su mano.

Draco se asustó pero no dijo nada, pues no sabía cómo reaccionar al respecto. Estaba muy confundido. Por un lado, Amy era su compañera de toda la vida y se sentía muy atraído hacia ella, y por otro lado, Pansy había comenzado a insinuársele de una forma tal, que logró alborotarle las hormonas increíblemente en tan sólo unas horas.

Ambos siguieron caminando, apretándose las manos con fuerza, hasta que escucharon los sollozos de una niña en un compartimiento cercano.

—Cálmate por favor, Astoria. Ya se fue —decía Daphne Greengrass en voz baja, abrazando y tratando de consolar a su pequeña hermana.

—¿Daphne? —Dijo Pansy, acercándose a la puerta del compartimiento.

—¡Oh, por Merlín! Qué bueno que estás aquí, Pansy. No logro que Astoria se calme. ¿Me das una mano?

—Creo que deberías quedarte, Pansy —añadió Draco.

—Sí —Pansy asintió, entró al compartimiento y cerró la puerta.

Mientras tanto, Amy luchaba inútilmente por conservar su energía mientras era absorbida por el dementor.

—¡Ayúdenme! —Sollozaba ella, pero estaba tan débil que su grito de auxilio sonó más como un susurro.

En ese momento, Draco llegó al vagón donde estaba Amy y vio al dementor de espaldas, ignorando por completo que la estaba atacando, y fue cegado por una luz blanca muy brillante que salió de uno de los compartimientos.

Otro dementor estaba atacando a Harry Potter en aquel compartimiento, de la misma manera que Amy era atacada en la puerta de éste, y el profesor Lupin, quien viajaba en el mismo compartimiento, usó un poderoso hechizo para ahuyentarlo y, sin saberlo, ahuyentó también al otro dementor y salvó a Amy.

Amy soltó un leve gemido y cayó de espaldas en el suelo. Draco la escuchó y se fregó los ojos, pues su visión estaba borrosa debido a aquella luz blanca que lo había cegado.

En ese momento, las luces del tren se encendieron y entonces pudo verla.

—¡Amy! —Exclamó Draco y corrió hacia ella, y se arrodilló a su lado.

—¿Draco? —Dijo ella con voz débil y logró sentarse.

—¡Oh, Santo Cielo! Amy, ¿qué te pasó? —Preguntó él con preocupación al ver que el cuerpo de la muchacha estaba más transparente que de costumbre.

—Esa criatura espantosa comenzó a absorber mi energía. ¡Fué horrible! —Sollozó Amy—. Creí que no volvería a verte, Draco... Que nunca podría decirte que...

—Shh... —Draco puso su dedo índice sobre los labios de Amy, y aunque ella no podía sentirlo, se calló—. Tranquila Amy, aquí me tienes. Conserva tu energía, por favor —le dijo con dulzura y se abrazaron.

—¿Dónde está tu chaqueta, Draco? Creí que estaba helando.

—Es que Pansy tenía frío, y...

—Y ahora tú tienes frío —lo interrumpió Amy, acariciándole el rostro con ternura y Draco se estremeció aunque no podía sentirlo.

De repente, el profesor Lupin salió del compartimiento hablando:

—Cómelo Harry. Es chocolate. Te hará sentir mejor. Iré a hablar con el maquinista. Vuelvo en seguida.

"¿Remus?", se preguntó Amy, aunque no pudo ver bien su rostro, pues el profesor se fue caminando en dirección opuesta, hacia la locomotora, sin darse cuenta de que Draco estaba arrodillado en el suelo.

—Deberías comerlo, Harry. Acabas de desmayarte —dijo Hermione mientras Ron cerraba la puerta del compartimiento.

—¿Acaso Potter se desmayó? —Preguntó Draco aguantando la risa.

—No es gracioso, Draco. Tal vez lo atacaron igual que a mí —respondió Amy—. Cómo quisiera poder comer chocolate para recuperar mi energía.

—No se parece al chocolate, pero tengo algo que te hará sentir mejor. Ven. Regresemos a nuestro compartimiento.

—¿Pansy sigue ahí?

—Claro que no.

—De acuerdo.

Ambos se pusieron de pie y Amy se aferró al brazo de Draco, y comenzaron a caminar lentamente de regreso a su compartimiento, pues Amy aún estaba débil, así que cuando llegaron a éste, se recostó en el asiento.

Draco se dispuso a cerrar la puerta, pero antes de que pueda hacerlo, Pansy regresó.

—¡Oh, por Merlín! Esto tiene que ser una broma —masculló Amy frunciendo el ceño.

—Sólo vine a agradecerte y a devolverte tu chaqueta, Draco —dijo Pansy—. Este será el primer año de Astoria, la hermana de Daphne. La pequeña está muy asustada por lo que ocurrió y Daphne me pidió que me quede con ellas, así que estaré en su compartimiento el resto del viaje, si no te...

—¿Pansy? —La interrumpió una niña de ojos verdes y cabello castaño que asomaba su cabeza por la puerta—. ¿Por qué tardas tanto?

—Tenía que devolverle su chaqueta a mi amigo Draco, Astoria.

—Es un placer conocerte, Astoria —añadió Draco con una sonrisa mientras se ponía su chaqueta.

Astoria abrió los ojos como platos y huyó tan rápido como pudo, poniéndose roja como un tomate.

—¡Guau! Creo que le gustas, Draco —advirtió Pansy.

—¡Cállate Pansy! No digas tonterías —respondió Draco y Pansy soltó una risita.

—Nos vemos luego, Draco —dijo Pansy acariciándole el rostro y le hizo ojitos antes de irse.

Amy frunció el ceño aún más y se cruzó de brazos. Draco se tensó, pero rápidamente cerró la puerta con llave y cerró la cortina.

—No más interrupciones, Amy. Lo prometo.

—Parece que tienes muchas admiradoras, Draco.

—¿Pero qué cosas dices, Amy? —Respondió él, haciéndose el desentendido mientras bajaba su maletín de la parrilla de equipaje de mano, y sacó de él la caja de música de Amy.

Y eso lo cambió todo. El rostro de Amy se iluminó con una hermosa sonrisa.

—Creí que mi caja de música estaba en tu baúl —dijo ella mientras se sentaba.

—Estaba, pero algo me decía que tenía que traerla aquí conmigo —Draco le guiñó un ojo y las mejillas de Amy se pusieron azules.

Él colocó la caja en el asiento de enfrente y usó su magia para hacer que comenzara a tocar música. Entonces la diminuta bailarina comenzó a bailar y Draco se sentó en silencio junto a Amy, mirando sus manos sobre su regazo sin saber qué decirle.

Pero no hicieron falta las palabras. Amy se aferró al brazo de Draco y apoyó su cabeza sobre su hombro. Draco la miró y se sonrieron, perdiéndose en la belleza de los ojos del otro y quedando en la misma posición que estaban antes de que Pansy los interrumpiera la primera vez.

—¿Nuestro tiempo juntos, Amy?

—Nuestro tiempo juntos, Draco. Esto es mejor que el chocolate —respondió Amy coqueta y le dio un beso en la mejilla.

Draco se sonrojó y su sonrisa se hizo más grande al sentir ese beso, aunque no lo sintió como un beso, sino como electricidad.

Como un agradable cosquilleo en su mejilla.

¿Acaso aquel escalofriante encuentro entre Amy y el dementor había alterado su energía?

😱😱😱

Así que Amy también conoce a Remus 😱

¿Será que Astoria acaba de conocer a su futuro esposo?

¿Qué se traerá entre manos la Pancrasia (alias Pansy Parkinson)?

Jajaja sorry not sorry, es que así la llamaron en un comentario en el anterior capítulo y me hice pipí de la risa 😂😂😂

Pero volviendo al tema, ¿en qué posición queda Amy ante los recientes acontecimientos?

¿El beso que Draco sintió será un efecto secundario del ataque del dementor?

¡Esto está de locos, señoras y señores!

¿Alguien puede explicarme lo que está pasando aquí? 😱

No olviden dejarme sus opiniones y sugerencias en los comentarios x

¡Nos leemos el próximo miércoles!