Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo III

—Soy el profesor Snape, jefe de la casa Slytherin y su maestro de Pociones —dijo el profesor mientras entraba abruptamente al aula y usaba su varita para cerrar las cortinas—. Nadie hablará sin permiso en esta clase ni agitará su varita a lo loco...

Amy sonrió. Estaba en la clase, sentada junto a Draco.

"No puedo creer que Severus sea el profesor de Pociones", se dijo a sí misma.

El profesor Snape seguía hablando y se dio cuenta de que Harry no dejaba de escribir en su cuaderno, entonces frunció el ceño y espetó:

—Quizá algunos han venido a Hogwarts en posesión de habilidades tan formidables que pueden darse el lujo de no prestar atención.

Hermione le dio un codazo a Harry y sólo entonces él dejó de escribir y miró al profesor.

—Sr. Potter, nuestra nueva celebridad —añadió Snape y toda la clase volteó a ver a Harry—. ¿Qué obtendría si agrego polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

—Severus —susurró Amy con tristeza, tan bajito que sólo ella escuchó, pues se dio cuenta de que no lo preguntó porque sí, sino que estaba dando un mensaje en clave: "lamento amargamente la muerte de Lily".

—No lo sé, señor —Harry negó con la cabeza.

—¿No lo sabe? ¿Y a dónde iría exactamente si tuviera que buscar un bezoar?

Amy y Hermione levantaron la mano al mismo tiempo, pues ambas sabían la respuesta. Draco volteó a ver a Amy y se sonrieron.

—No lo sé, señor —repitió Harry.

—¿Y cuál es la diferencia entre acónito y luparia?

Amy y Hermione continuaron levantando la mano, y Draco volteó a ver a Amy nuevamente. Ella le guiñó un ojo y él se sonrojó.

—Yo... no lo sé, señor —dijo Harry por tercera vez.

—Lástima. Está claro que la fama no lo es todo, ¿o si, Sr. Potter?

—Está claro que Hermione sabe las respuestas. Lástima que no le pregunte.

Esa respuesta había hecho enfadar mucho al profesor, así que frunció el ceño y bramó:

—Cinco puntos menos, Gryffindor. Para la próxima clase quiero que escriban un ensayo de cinco pergaminos acerca de las preguntas que hice hoy, haciendo hincapié en el bezoar y su uso como antídoto. Pueden darle las gracias por eso a su compañero después.

Toda la clase bufó y Draco le lanzó una fulminante mirada a Harry.

—Tranquilo, Draco. Iremos a la biblioteca después y te ayudaré —Amy le guiñó un ojo y Draco sonrió.



El tiempo pasaba y Amy asistía a clases con Draco todos los días. Le pareció divertido volver a recordar todo lo que había estudiado desde el Primer Año, pero permanecía en silencio, pues decirle las respuestas sería hacer trampa, pero ella lo ayudaba a estudiar y muchas veces se desvelaban en la biblioteca hasta que Draco terminara de hacer sus deberes.

Amy siempre estaba ahí para Draco.

La hermosa muchacha del cabello verde solía deambular por el castillo durante los exámenes, y lo más curioso era que los otros fantasmas tampoco podían verla.

—Estoy seguro de que Potter y sus amigos están tramando algo —dijo Draco mientras caminaba de un lado a otro en su dormitorio.

—¿A qué te refieres, Draco? —Preguntó Amy.

—Los escuché cuchicheando esta mañana y dijeron algo sobre salir a escondidas esta noche para visitar a Hagrid.

—Creo que estás imaginando cosas. Es más, creo que estás celoso porque Harry es el nuevo buscador de Gryffindor y ahora has comenzado a tejer historias a su alrededor.

—¡¿Qué?! —Exclamó Draco frunciendo el ceño—. ¡Si yo quisiera podría convertirme en el buscador de Slytherin con tan sólo chasquear los dedos!

Amy no le contestó y sólo sacudió la cabeza.

—Puedes sacudir la cabeza todo lo que quieras, Amy. No me importa. ¿Sabes qué? Yo también pienso salir a escondidas esta noche y voy a seguirlos, y tú vendrás conmigo.

—¿Qué? ¡Por supuesto que no!

—¿Qué sucede, Amy? ¿Tienes miedo?

—¡No tengo miedo, Draco!

—¡Entonces si no estás conmigo, estás contra mí! —Amy rodó los ojos.

—Bien. Tú ganas. Iré contigo, Draco, pero será una pérdida de tiempo.

—¿Eso crees? Bien, entonces hagámoslo más interesante. Apostemos.

—¿Qué?

—Si yo gano, harás mis deberes durante una semana.

—¿Y si yo gano?

—Entonces seré tu esclavo durante una semana.

—¿Esclavo? ¿Dónde aprendes esas cosas, Draco? —Amy soltó una risita y Draco se encogió de hombros—. Nunca he tenido uno.

—Y tampoco lo tendrás porque yo voy a ganar.

—¡Por supuesto que no!

—¡Por supuesto que sí!

—¡Que no!

—¡Que sí!

—¡Draco!

—¡Amy!

Ambos comenzaron a reír, y cuando todos los estudiantes se encontraban dormidos, salieron del dormitorio a escondidas, y se dirigieron hacia la salida del castillo, donde permanecieron escondidos hasta que vieron salir a Harry, Ron y Hermione.

Los siguieron hasta la cabaña de Hagrid y se quedaron espiándolos por la ventana, aunque no podían escuchar lo que decían.

—Te lo dije, Amy —susurró Draco.

—¿Sabes qué, Draco? Cuando una persona se equivoca, no se lo restriegas en la cara —respondió Amy.

De repente, Hagrid se puso guantes de cocina para horno y sacó algo parecido a un balón de un caldero que estaba sobre el fuego, y lo puso sobre la mesa.

—¿Acaso está cocinando un balón? —Susurró Draco y Amy soltó una risita.

Lo que parecía ser un balón comenzó a temblar y se quebró. Era un huevo, y de su interior salió una pequeña criaturita alada que tosía fuego y humo, y luchaba por mantener el equilibrio resbalando en un líquido viscoso que también salió del huevo.

—¡Oh! Es un dragón bebé. ¡Qué adorable! —Amy se derritió de ternura y Draco frunció el ceño.

—Él no puede tener un dragón en la escuela. Cómo quisiera escuchar lo que están diciendo. Mmm... Tú sí puedes, Amy. Atraviesa la pared y escucha.

—¿Estás loco, Draco? No voy a hacerlo. Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas.

—También lo es espiar, y ¿qué crees que estamos haciendo?

Draco había dejado de susurrar durante su pequeña discusión, y de repente, Hagrid escuchó ruidos afuera y volteó hacia la ventana, y entonces vio a Draco.

—¿Quién es él? —Preguntó Hagrid.

—Malfoy —respondió Harry.

Aunque Draco y Amy no podían escucharlos, Draco sabía que lo habían atrapado.

—¡Vámonos Amy! ¡Salgamos de aquí! —Exclamó el pequeño Malfoy y comenzó a correr.

—De acuerdo —respondió ella y lo siguió.

—¡Esto es tu culpa, Amy! —Espetó Draco con la respiración entrecortada por la carrera.

—¿Mi culpa? ¿Pero de qué estás hablando?

—Si no hubieras abierto tu bocota con tus lecciones de moral, no habríamos discutido, no me habrían escuchado y no estaríamos huyendo ahora.

—¡Oh! Ahora resulta que tengo una gran boca, ¿eh? ¿Acaso soy una molestia, Draco? ¿Soy una carga para ti? —Amy se detuvo en seco y Draco se detuvo a unos metros más allá—. Si es así, sólo dímelo y me iré. Puedo regresar a...

—¡No! No te vayas, Amy, por favor. Eres mi mejor amiga y los mejores amigos también pelean a veces. No me dejes, por favor.

Bien, lo que dijo Draco fue lo más cercano a una disculpa, y Amy vio en sus ojos que lo decía de corazón. Entonces sonrió y respondió:

—Está bien, Draco. No me iré. Pero que no se te haga costumbre conquistarme con esos ojitos tiernos, ¿eh? —Draco se sonrojó y una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro.

—De acuerdo. Ahora vámonos. La profesora McGonagall tiene que enterarse de esto.



Cuando Harry, Ron y Hermione regresaron al castillo, la profesora McGonagall los esperaba en la puerta.

—Buenas noches, niños —dijo ella con una expresión muy seria en su rostro.

Los tres niños se paralizaron y Draco se paró junto a la profesora, cruzándose de brazos. Amy se paró detrás de él, apoyando sus manos sobre sus hombros.

—¡Es inconcebible que estén fuera de la cama a estas horas de la noche! —Exclamó McGonagall—. Cinco puntos le serán quitados a cada uno por su falta de respeto al reglamento.

—¿A cada uno? —Preguntó Harry con preocupación y Draco sonrió victorioso.

—Los cuatro están castigados —aseveró la profesora.

Draco abrió los ojos como platos y parpadeó varias veces. Estaba claramente sorprendido por lo que acababa de escuchar. Miró a Amy y ella se encogió de hombros.

—Disculpe, profesora. Tal vez escuché mal. ¿Acaso dijo: "los cuatro"? —Preguntó Draco.

—Escuchó bien, Sr. Malfoy —respondió McGonagall—. Aunque sus intenciones eran buenas, usted también estaba fuera de la cama a horas inapropiadas. Así que al igual que sus compañeros, será castigado.

Draco frunció el ceño y Harry sonrió victorioso.


La noche siguiente, Filch escoltaba a los cuatro niños hacia la entrada del Bosque Prohibido, donde los esperaban Hagrid y Fang.

—Esta noche cumplirán su castigo con Hagrid —afirmó el celador.

Amy acompañaba a Draco, y Fang corrió hacia ella y comenzó a menear su largo rabo. Al parecer no sólo Draco podía verla, sino también Fang.

Los demás se quedaron boquiabiertos al ver que Fang le meneaba el rabo a Draco, daba saltitos y giraba persiguiendo su cola, pero lo que no sabían era que toda aquella alegría se debía a alguien a quien sólo Draco y Fang podían ver:

Amy.




¡Guau! Más misterio 😱

Entonces Fang también puede verla 😱😱😱

¿Cuál será la razón de la alegría de Fang?

¿Qué opinan sobre la reacción de Amy ante el mensaje en clave de Snape?

Leeré sus teorías, no importa lo locas que sean, me encanta leer sus opiniones ❤️

¡Feliz miércoles!

PD: Les invito a leer mi libro de mini imaginas en español: "The Malfoy-Felton Diary". Busquen esta portada si les gustan las historias de Tom/Draco y tú 😍

¡Besos!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro