Un día, Taehyun recibió una nota anónima, escondida en el bolso que llevaba a clases de baile.

<< No soy de hacer esto, no te lo tomes mal.

Quería decirte que bailas hermoso.

Lástima que sea un solo triste, sería más hermoso si te viera sonreír.

Tu sonrisa también es hermosa.

Te admiro muchísimo. >>

Sus mejillas se tiñeron de rojo y sus ojos se abrieron ampliamente, se sintió tímido de golpe, y lo primero que se preguntó fue quién era aquel misterioso.

—Choi Yeonjun —dijo Soobin, apareciendo a su lado de la nada y haciendo que pegara un salto, a veces solía hacer eso—. Alto, cabello largo, muy marcado, lleno de tatuajes... —Soobin asintió, relamiendo sus labios. —Yo que tú le hago caso.

Taehyun tenía el rostro muy caliente ahora, había visto a ese chico que siempre llevaba su cabello largo y medio ondulado atado a la altura de su nuca, tenía un cuerpo que envidiaría cualquiera y una sonrisa encantadora; iba en el turno anterior a su clase y sólo habían cruzado un saludo amable mientras él se marchaba y Taehyun entraba al estudio.

—Soobin... ya te dije que no iba a salir con hombres de nuevo —el pelirrubio negó.

—Tyun, eres un asco para las mujeres —dijo Soobin sin un gramo de sutileza.

—Soy un asco para el amor en general —corrigió el menor.

—A ver, te gustan los hombres, ¿qué problema hay? ve y ámalos, hay muchos hombres que también aman a hombres. ¿Estás en una fase heterosexual o algo?

Taehyun suspiró con cansancio y rodó los ojos.

—El único hombre que amé en mi vida es y serás tú —dijo, mirándolo. Los ojos de Soobin se abrieron un poco de más y un ligero rubor apareció en sus mejillas—. Temo que cualquier otro hombre me haga acordar de ti, pero es peor que eso porque cualquier otra persona me hace pensar en ti, Soob.

Caminó de forma silenciosa hacia él, y Soobin no se apartó, sólo lo miró sin decir nada.

—Porque ni hay ni habrá nadie después de ti, y porque aún te amo y a pesar de todo no quieres volver conmigo y nunca volverás, pero, por algo sigues aquí, ¿no?

—Taehyun, no-

—Me amas también —afirmó el menor.

Soobin rió con algo de vergüenza.

—Claro que te amo, Taehyun, ¿quién no te amaría?

—Ya sabes de qué forma me amas, Soobin —dijo el menor, para que él no le restara importancia—. Sabes que me amas como yo.

El peliazul se mantuvo sin palabras. Taehyun se inclinó hacia él para unir sus labios en un suave beso, haciendo que Soobin cerrara sus ojos y disfrutara del contacto; no hubo mucho movimiento ni muchos gestos por parte de ninguno, fue solo una unión de varios segundos, sin nada más.

Taehyun lo empezó y lo terminó, separándose para mirarlo con cierta pena.

—Si tú no quieres estar conmigo... hay una forma para que yo si esté contigo —dijo el menor, de inmediato Soobin empezó a negar.

—No, de ninguna manera, estoy aquí para que consigas a alguien que merezcas y ese... no soy yo —dijo, su tono y su mirada hicieron que Taehyun se sintiera molesto, porque el mayor quería estar a cargo de todo—. Yeonjun es un buen partido, Tyun.

El rubio estaba tan molesto de que su exnovio quisiera que él este con otras personas, que en su mente solo pudo decir una cosa para intentar lastimarlo:

—La próxima clase, vendré antes para ver a este tal Choi Yeonjun.

Y eso fue lo que más le dolió a Soobin, a ambos en realidad, pero fue uno de los momentos claves que lo hacían sentir que en verdad, ya no tenía nada que hacer allí.