5.Little Tricks
-Un poquito por acá, otro poco por allá...¡Una obra maestra!
Le di una mirada divertida a la libreta frente a mí, para después bufar y lanzar hacia cualquier sitio aquel dibujo de un trapero negro con ojos que tenía escrito 'Roman' sobre él.
-Estar muerto es una verdadera mierda...-Gruñí para mí, echando las manos dentro de mis bolsillos para dejarme caer al cerámico del pasillo.
Me aburría bastante ahora que no podía hacer nada.
Ni trabajar, charlar...Con suerte podía agarrar algo cuando nadie estaba presente y pasar el rato con mis tonterías.
Seguía el rumbo en que el viento me llevaba, sin sentir sueño, hambre, ni dolor. Era como si lo único que pudiera sentir era la pereza de seguir en esta especie de 'limbo' entre dos mundos.
Había descubierto un par de cosas estos días después del funeral, tomando nota mental mientras averiguaba como terminar con esto.
Primero, no podía ser escuchado de ninguna manera. Sí podía tomar objetos al igual que cuando estaba vivo, pero no podía atravesar puertas ni paredes como en las películas.
Divertido ¿No?
También descubrí que no puedo tener ningún contacto con los vivos ya que termino siendo empujado por una fuerza extraña y tirado en alguna parte del suelo. En resumen, punto menos para que se dieran cuenta de que estaba aquí.
Y por último...
Que tenía que encontrar una forma de que Roman me notara.
Solté un suspiro agotado, disponiéndome a volver a levantarme para pensar en más opciones mientras recorría los alrededores.
Entonces fui empujado nuevamente contra la pared, escuchando unas risitas por sobre mi fruncir de ceño.
-Demonios...-Agité mis hombros, acomodando de paso la chaqueta de cuero que llevaba desde ese día- Odio esto.
Moví un poco mi cabeza, encontrándome con aquellas personas vivas con las que había chocado sin darme cuenta.
Nikki y Brie caminaban por el pasillo, charlando animosamente mientras una se apoyaba del brazo de la otra.
Eso me hizo sonreír de lado, para así seguirlas con la mayor tranquilidad posible.
Siempre quise hacerles alguna broma, pero el chivo Daniel me cae bien y a John le tengo respeto.
Pero ahora nadie podía verme...
Aproveché que Nikki seguía hablando con su gemela cuando abrió un poco la puerta de su camerino, pero bastó para que entrara en él sin problemas.
Tal como imaginé en un cuarto de chica, todo desordenado y lleno de chucherías románticas que le ha regalado Cena.
Ignoré rápidamente eso, acercándome al gran espejo en una de las paredes.
Como pensé, no me reflejaba en él.
Casi rodé los ojos, pero decidí concentrarme en lo que haría.
Agarrando uno de los labiales rojos de Nikki, lo destapé rápidamente y acerqué la punta al espejo.
No me tardé en hacer un par de garabatos en el cristal, sonriendo satisfecho ante las DA de color rojo pasión.
-Perfecto-Murmuré con admiración, dejando caer el labial al suelo mientras asentía satisfecho.
Pero casi salté sobre mis zapatos cuando un chillido resonó a mis espaldas, volteando de inmediato con alarma en mis ojos.
Las hermanas Bella miraban la escena con horror en su semblante, pareciendo estar a punto de desmayarse.
-¿¡Q-Qué demonios...!?-Balbuceó la ex campeona- ¿¡Brie!?-Volteó sobre sus tacones, mirando acusadora a la castaña- ¿¡Tú hiciste eso!?
-¿¡Qué!? ¿¡Qué tienes en la cabeza, Nikki!? ¡He estado contigo todo este tiempo!
Hizo una pausa, mirando el espejo con el ceño fruncido a pesar del terror todavía en sus rostros.
Se habían dado cuenta, ahora solo tenía que llegar el rumor a Roman...
-¿¡Y por qué diablos yo haría las iniciales de Ambrose!?-Agregó con fuerza Brie, llevándose otra mirada por parte de su gemela.
-¡N-No deberías jugar con esto, Brie! ¡D-Dean falleció! ¡No lo metas en tus bromas!-Balbuceó Nikki, llevándose las manos al rostro.
-¡Te dije que yo no he sido!
Dejé caer mi cabeza hacia atrás, gruñendo a mis adentros antes de comenzar a caminar hacia la puerta.
Procuré tener cuidado de no chocar con las gemelas, discutiendo la una con la otra incluso cuando ya había abandonado el camerino.
Primer intento, fallido.
-S-Solo un poco más...-Murmuró el bicolor, estirando su brazo por debajo de la puertilla de la máquina- Vamos...
Pero reprimí una risa cuando la mano de Seth se quedó atorada en el interior del dispensador de la máquina de dulces, a lo que este cerró los ojos más que exasperado.
-Me lleva la...-Soltó un gruñido casi para sí mientras intentaba sostenerse con su brazo libre sobre la muleta- Um...¿Hola? ¿Hay alguien por ahí?
Pensé que lo mejor sería ayudar a mi amigo, pero ya había tenido suficiente con el golpe que me di cuando choqué con él en el pasillo de la empresa.
Había decidido seguirlo ya que, para variar, no se me ocurría nada más que hacer.
Tal parecía que no era el día de suerte de Seth. Ni tampoco el mío.
-¡Diablos! ¡Esto duele!-Exclamó una vez más, golpeando su frente contra el cristal de aquella máquina.
-Un elefante se balancea...-Aquel canturreo de la Diva de coleta se detuvo en cuanto volteó hacia su novio- ¿Seth? ¿Qué pasa?
-¡Estoy atrapado aquí! ¡Eso es lo que pasa!
Paige rodó sus ojos con risa, dando un par saltitos hasta encontrarse más cerca del enojado bicolor.
-Relájate, ya pareces un viejo gruñón-Se burló la pelinegra, agachándose a pesar de la mirada de reproche en los ojos de Seth- Esto me pasa todo el tiempo.
Miré con curiosidad cómo la Anti Diva metía la mano por la puertecilla que aprisionaba la mano del bicolor, moviéndose un poco para agarrar aquella barra de chocolate por la que había estado ahí y liberando fácilmente a Seth.
-Listo-Sonrió de lado, levantándose al igual que su pareja que agitaba la mano con una pequeña mueca de disgusto- ¿Lo ves? No era tan complicado.
La negriazul le tendió aquel dulce, a lo que Colby pareció relamerse los labios algo tenso antes de agarrarlo con dedos temblorosos.
-S-Saraya, yo...-Comenzó a balbucear bajo la mirada desentendida de la fémina- En serio lo siento.
Hizo una pausa, negando para sí antes de volver a retomar el habla.
-Te he tratado muy mal estos días, y siento que me he portado como un verdadero estúpido. Yo...
Paige puso una mano sobre sus labios, sonriéndole con dulzura a pesar de la tensión en el rostro de él.
-Está bien, Colby-Comenzó a decir con suavidad, suspirando profundamente al mismo tiempo en que el bicolor ponía la muleta bajo su brazo y agarraba la mano de la pelinegra- La muerte de Dean nos afectó a todos. En especial a Roman y a ti.
Me vi obligado a tragar con fuerza al momento en que Seth se relamió los labios con la mirada baja, al igual que recordar cuando el samoano visitó mi tumba.
-Lo extraño ¿Sabes?-Murmuró Seth, casi en un hilo de voz.
-Aw...
Su novia lo abrazó con delicadeza, acariciando su espalda con sus manos mientras sonreía dulcemente.
-Estoy segura que él también te extraña, cariño.
Me acerqué un poco, sonriendo de lado a pesar del nudo que apresaba mi garganta.
-No tienes idea de cuánto, Sethie...
Estaba un poco más tranquilo de saber que Paige era un gran apoyo para él, ayudándolo a no caer con el desastre que dejé detrás de mi accidente.
-Supe que tenías una sesión de fotos pronto-Comentó el bicolor después de pasar rápidamente su mano libre por debajo de sus ojos.
-Para allá iba.
-Iré contigo.
Paige sonrió encantada, dejando que un ligero rubor rosa se expandiera por su pálida piel al momento de agarrar la mano que su pareja le tendía.
-Saige is the best-Me burlé a sus espaldas, siguiéndoles el paso con una sonrisa en mi boca.
Pero no me percaté de que cierto luchador con máscara caminaba hacia la otra dirección, y que después de saludar amistosamente a mis amigos, terminara chocando con su hombro y siendo empujado con fuerza sobre mis pies.
Mi mano tocó algo blando, para a continuación desplomarme en el cerámico con una maldición entre dientes.
Odiaba eso.
Volteé un poco mi cabeza, notando que la pelinegra se había detenido abruptamente en medio del corredor mientras miraba alarmada al bicolor que cojeaba unos pasos más allá.
Seth no tardó en darse cuenta de que caminaba solo, por lo que volteó en tanto masticaba un bocado de su chocolate.
-¿Qué sucede, nena?-Balbuceó mi amigo, tratando de que se entendiera a pesar de tener la boca llena.
-Seth...¿Acaso me tocaste el culo?
Abrí los ojos con sorpresa, casi al mismo tiempo en que mi ex compañero de The Shield lo hacía e intentaba recuperar el habla.
-Ups...Mi culpa...-Levanté la mano, todavía tirado en medio del cerámico y con un fruncir de labios.
Seth pareció nervioso ante la mirada de la fémina, pasando su mirada de lado a lado en busca de algo que decir.
-P-Puedo jurar que no he hecho nada-Trató de ocultar el terror en su voz, pero este pareció apoderarse más de él cuando la pelinegra comenzó a acercársele suavemente- P-Paige, en serio que yo no...Tenía las manos ocupadas ¿¡Ves!?
Lo siento, viejo. No fue mi intención.
Pero su expresión de horror cambió cuando la chica llevó sus dedos hasta los botones de su camisa, comenzando a desabrocharlos delicadamente después de arrebatarle la barra de chocolate de la mano y lanzarla hasta mis pies.
-¿Por qué no terminas lo que empiezas, Seth?-Murmuró juguetonamente, sonriendo de lado cuando consiguió desabrochar los dos primeros botones.
Solo fruncí una mueca extraña, quedándome en medio del cerámico después de que lo encaminara hacia su anterior camerino y cerrara la puerta entre risas de ambos.
Momento...¡Este tarado me debe una!
-Algo más, algo más...-Murmuraba para mí, recorriendo el lugar de utilería con los brazos cruzados sobre mi pecho.
Llevaba todo el día intentando llamar la atención, pero nada funcionaba.
-Esto apesta-Dije con simpleza, cerrando los ojos mientras fruncía mis labios.
Pero entonces encontré algunos baúles abiertos, y de uno de ellos sobresalía una sábana blanca.
-Demasiado cliché...-Agarré la prenda con una mueca divertida- Pero no se me ocurre nada más.
Hice lo mismo que veía en las caricaturas, poniéndome la sábana sobre la cabeza y dejando que esta cayera sobre mí como un fantasma.
Bastante ridículo e irónico, si debo decirlo.
-Genial-Me quejé con sarcasmo, poniendo mis manos sobre la cinturilla de mis jeans- Con esto parezco una bolsa de supermercado.
No tardé en escuchar unas risas no muy lejos de mí, por lo que me apresuré a saltar dentro del baúl y ocultarme lo mejor posible.
Los pasos se hicieron cada vez más cercanos, a lo que procuré dejar de pensar en lo estúpido que estaba siendo al intentar estas cosas.
-¡Vamos, Benjamin! ¡Solo necesito que decidas!
Reconocí esa voz de inmediato como la del cabeza de pasta de Ziggler.
-No entiendo para qué quieres saber qué clase de comida prefiero, Nick-Murmuró de mala gana Neville, a lo que fruncí un poco el ceño ante su 'conversación'- Y deja de perseguirme, sigo molesto contigo.
-Nikki es solo mi amiga, y lo sabes-Se explicó el pelirrubio, por lo que me atreví a asomar un poco la cabeza por sobre el baúl en el que me ocultaba.
Solo pude parpadear, impactado de ver a Dolph besando en los labios al pequeñito de capa roja.
-¿¡Qué mierda!?
Volví a meterme al baúl cuando por accidente toqué unas cosas con mi pie, haciendo un poco de ruido y que ambos se separaran con perplejidad.
-¿Escuchaste algo?-Dijo Neville, a lo que probablemente el pelirrubio se encogió de hombros antes de volver a retomar el tema anterior.
-Entonces ¿Comida china o italiana?
La insistencia de Dolph hizo refunfuñar al pequeñito, probablemente cruzando los brazos como cada vez que lo molestaba con su altura.
-Insisto, Nick ¿Para qué? Solo has preguntado y no sé pa--
-Es nuestro aniversario, tontito-Interrumpió emocionado el pelirrubio- Diablos. Es raro que yo recuerde una fecha y tú no, Ben.
Estos dos...¡Estaban juntos y yo ni enterado hasta que me muero!
¡Excelente!
Solo gruñí para mí mismo, sin disponerme a escuchar más de su ridícula discusión y saliendo del baúl con un estúpido y trillado '¡Buh!' aunque no pudieran escucharlo.
Ambos se miraron el uno al otro, dejando que las sonrisas crecieran en sus bocas antes de comenzar a carcajearse casi al mismo tiempo.
-¡Dios! ¡Casi me asustas, Bo!-Exclamó divertido Ziggler, manteniéndome quieto bajo las sábanas con una clara expresión de tarado.
Esta había sido sin duda la peor idea del mundo.
-A mí también casi me matas de un susto, Bo-Admitió el pequeñito, sonriendo con los brazos en sus caderas- Pero ya pasó Halloween, creo que la broma ya pasó de moda.
Solo me encogí de hombros, volviendo a sentarme dentro del baúl y que ellos solo se miraran con confusión.
No lo estaba haciendo bien.
Golpeé nuevamente mi cabeza contra el casillero con mi placa todavía en él, evitando tropezar con las velitas apagadas y flores que se encontraban cerca de él para tener espacio para torturarme a mí mismo.
Me sentía como un verdadero fracaso.
Pero cuando estás entre muerto y vivo, no hay gran cosa que puedas hacer.
A este paso, Roman iba a olvidarse de mí.
Dejé que mi frente golpeara el metal, abriendo los ojos con pereza mientras apoyaba las manos en lo casilleros contiguos.
Tenía que haber algo que pudiera hacer, no puedo estar atrapado sin tener un bonus extra o alguien que pudiera ayudarme.
-¿Tío Dean?
Casi sentí que mi corazón saltaba...Aunque fuera imposible.
Volteé bruscamente sobre mis botas, apoyándome contra los casilleros sin poder evitar una estupefacta mueca frente a la pequeña morena de trencitas que me miraba desde la puerta de los camerinos.
-¿J-J-Joelle?
Su sonrisa se volvió cada vez más grande, lo cual me habría dejado sin aliento si hubiese estado vivo.
La hija de Roman podía verme.
-------------------------------
Capítulo largo porque soy genial *-* Okno, se lo merecen :)
Gracias por el apoyo en esta historia, en serio no pensé que tendría tal gusto en ustedes <3 Son lo mejor del mundo.
Explicaré un poco el asunto de Dean, por las dudas.
Él puede agarrar objetos que sean livianos (Como la libreta o el labial).
No puede atravesar muros, ni puertas, ni nada sólido.
Si toca a alguien vivo, o si uno de ellos tropieza con él, termina siendo empujado por una fuerza rara para que se aleje de él.
En resumen, no puede tocar a Roman :c
Como sea, tenemos una pequeña luz de esperanza para el lunático y esa se llama Joelle <3 Es que es tan linda esa niña, ay <3
Espero les haya gustado.
Se despide, Rock.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro