El suave sonido del piano inundaba todo el ambiente, el salón de la mansión de estilo victoriano estaba más vivo que nunca esa noche, el fuego de los candelabros lucía más ardiente incluso,la lámpara de araña que colgaba llena de diamantes en el techo alumbraba hasta el más recóndito lugar del salón con suelo de mármol tallado y columnas llenas de los más delicados y finos tallados. Grandes jarrones con rosas rojas ayudaban en la decoración, pero todo eso era opacado por la incesante melodía del piano acompañado en última instancia del violín a manos de dos hermosas jóvenes.

La verdadera atracción de la noche ,no eran las transacciones económicas que se hacían, tampoco los tratados sobre territorialidad ,mucho menos el lujo que desbordaba el lugar, eran cinco jóvenes, cinco hermosas jóvenes ,conocidas como las cinco rosas, ya que en esa noche sus futuros quedarían dictados.

Todas eran un mar de belleza desde la mayor que tenía veinticuatro años hasta la menor que tenía ocho.

Cabellos rojos y ojos azules era la marca personal de las rosas de esta generación,cinco hermanas hijas de la única rosa superviviente de la antigua generación, las chicas más aclamadas por las grandes familias,todos querían una ,todos matarían por una,pues cuando se habla de perfección hay que hablar de ellas.

La mayor, Enya comprometida con el jefe de la mafia siciliana,era la autora de la melodía que se escuchaba en el salón, ella tocaba el piano,la mayor la más alta y esbelta, sus ojos azules hipnotizaban a cualquiera, una estratega sin igual. Breanna ,era quien la acompañaba con el violín, sus ojos celestes pasaban a segundo plano cuando miraban sus muy tentadores labios y su bien dotado pecho, la cabeza de la Bratva llevaba tres años tratando de negociarla,debido no sólo a sus atributos físicos sino también a sus conocimientos sobre armamentística.

Katty la menor de todos se encontraba sentada en las piernas de se su padre,mientras que todos los pedofilos del lugar la observaban con deseo ,ella simplemente se dedicaba a ignorarlos y a seguir aprendiendo a negociar como su progenitor lo hacía. La cuarta hija,Marie, apenas en sus catorce años lucía un vestido plateado de un gran escote en la espalda y se encontraba hablando con uno de los herederos de la yakusa ,a su corta edad tenía bien en claro que la seducción era su punto fuerte.

Sin embargo la tercera,Nicole ,solo estaba sentada,alejada de todo y de todos ,riéndose mentalmente de cómo todos esos hombres se morían por una mirada suya o de alguna de sus hermanas, solo por ser hija de su madre ya eso la hacía deseable ,aunque tuviera su rostro lleno de molestas pecas y odiara maquillarse ,aunque no entendiera nada sobre ningún tipo de negocios, cualquiera mataría por ser su esposo.

Un chico de los sicilianos la invitó a bailar y ella simplemente se dedicó a enviarle una mirada despectiva,aullentando al chiquillo,podía sentir la mirada de decepción de su padre,pero poco le importaba, solo quería que la estúpida fiesta terminará para poder ir a bailar a su habitación.

Poco a poco los invitados se fueron retirando y la chica sonrío de alivio desde su posición, ya se imaginaba el Regaño que llegaría por parte de su familia, pero la verdad ya se había acostumbrado.

Solo que no todos se fueron,un hombre se quedó, mirando fijamente uno de los cuadros hechos por la matriarca de la familia.

-Señor, debe retirarse.-Uno de los capos se acercó a él, su cabello castaño oscuro mal peinado llamó la atención de Selene,la madre de las rosas.

Una risa ronca aterradora inundó la estancia justo antes de que fuese escuchado el sonido de un disparo y luego cayera al suelo manchado de sangre el impoluto suelo de mármol.

-Charles.-Habló la mujer encarandolo y sacando un arma ,su esposo e hijas mayores la siguieron, Nicole corrió junto a sus hermanas menores para protegerlas .-Ha pasado bastante tiempo.

-Juré que me iba a vengar.-Volvió a hablar el tipejo.-Y para eso he venido ...a menos claro de que me regalen una de sus rosas.

La piel de las chicas se heló, y muchas sintieron deseos de vomitar,pero aún así ninguna mostró debilidad.

-Cómo yo lo veo,tienes cuatro armas apuntando a tu cabeza en estos momentos. -Espetó con furia el jefe de la magia irlandesa y padre de las rosas.-No hay mucha venganza posible en estos momentos.

Otra risa justo antes de que los cuatro que apuntaba sintieran el frío del metal de un arma en sus cabezas. De reojo pudieron observar que eran sus mismos hombres los que los apuntaban.

-Creo que ya debería ir coronandome como campeón. -Río alejándose del arma.-Reúnan a la familia para un último abrazo de despedida.

Después de esas palabras todo se volvió gritos y forcejeos , llevaron a los siete Doyle a la fuerzas hacia el frente del cuadro de un jardín de rosas, los padres taraban de pedir por sus hijas,la menores solo lloraban y las mayores asumían su destino con valentía.

Charles tomó una moneda y la dejó caer,sus ojos hicieron contactos con los de Selene.

-Querida,te dije que me volvería tu maldición. -Susurró algo en el oído de uno de los hombres que los apuntaban con metralladoras.-Los Doyle, sufrirán por siempre bajo mi yugo.-Volvió a reír y todos sintieron el aliento de la muerte en sus nuncas.-¡Fuego!

Números disparos comenzaron a salir, huir era imposible, la sangre comenzó a correr como cuando abren las como puertas de una presa,los gritos,se convirtieron en quejidos que poco a poco fueron silenciados.

El dolor en el vientre de Nicole era demasiado fuerte y temía abrir los ojos,sobre todo porque no estaba lista para ver el rostro sin vida de sus seres queridos.

Pero el sonido de una moneda cayendo cerca de su mano y unos pasos acercándose la habían puesto en sobre alerta.

-Abre los ojos rosita.-Demandó la voz de su verdugo mientras la agarraba por el cabello.-Tú condena empieza ahora.