02
Nicole Doyle
El ardor en mi espalda es tan fuerte que me obliga a abrir los ojos, me siento desorientada cuando veo que paredes blancas me rodean, lo siguiente que noto es que no me encuentro en mi cama,ni me siento sudada o sucia,por primera vez en años tengo una rara sensación en mi que se acerca a la limpieza y es cuando recuerdo todo lo ocurrido anoche, el dolor de los latigazos y luego a él...Mi ángel guardián.
Recuerdo sus brazos levantándome con delicadeza,el primer hombre que me toca con delicadeza en seis años, recuerdo como golpeó a uno de mis verdugos, la seguridad que sentí en sus brazos.
Estoy confundida ,no lo niego,pero dejo de pensar y me pongo a la defensiva cuando noto que alguien me observa. Unos ojos marrones me miran imperturbables desde la distancia. En un sillón de cuero al otro lado de la habitación se encuentra una mujer de cabello oscuro y piel pálida, imponente solo con su presencia y denotando clase solo por la forma tan elegante de vestirse y sentarse, es una mujer de la mafia ,no tengo dudas,lo sé porque me recuerda a mis hermanas,a mi madre.
-¿Quién eres?-Pregunto incorporándome,pero el gesto duró en mi desparece cuando siento un latigazo de dolor en mi espalda.-Habla.
-Soy Victoria. -Dice destrozando sus largas piernas antes de ponerse de pie y caminar hasta mi,erguida y elegante. No deja de evaluarme con la mirada y por un momento temo haber sido transferida a otra casa de patas, donde ella será mi nueva jefa.-No temas,estás segura.
-Dudo que pueda estar segura en algún lado.-Es todo lo que digo distrayendome cuando mi cabello ahora rubio cae frente a mis ojos.-¿Qué quieres de mi?
-¿Yo?-Ríe.-Soy probablemente la única persona en el mundo que en estos momentos no quiera nada de ti.
-No entiendo nada ¿Dónde está...?
-¿Arno?¿El hombre que te salvó?-Su voz es dura y decidida,he visto a pocas mujeres en mi vida y en mi mundo hablar con tal confianza .-Imagino que preguntes por él y no por alguno de tus verdugos, rubia.
El apodo me sabe amargo en el momento en que lo pronuncia y levanto la mirada,mi madre me hubiese regalado por tenerla baja ,pero en seis años aprendí que mientras más levantaba la cabeza más dolían los latigazos.
-Arno...-Susurro el nombre del hombre que ayer me ayudó,suena bien-Él ...¿Dónde está?
-Tus murmuros y susurros me están cansando rubia.-Se queja .-Habla con propiedad ¡Y no desvíes la mirada!-Suejeta mi barbilla.-Esos ojos azules no imponen respeto cuando los apartas.
-Lo siento...
-Creo que nos equivocamos.-Dice volviendo al sillón. -Rescatamos a una puta cualquiera y no a la última Rosa,no a una Doyle.
Sus palabras calan hondo en mi y consiguen que tiemble,ayer Arno me llamó por mi nombre, hoy ella me llama Rosa ,y Doyle ,esta gente no son unos simples héroes que se apiadaron de una pobre alma,estos saben quién soy.
Así que llenándome de toda la fuerza que encuentro en mi menudo cuerpo levanto la mirada y enfrento sus ojos marrones.
-Para no querer nada de mi,sabes perfectamente quién soy.- La encaro.-Victoria.
-Umm ,ya veo,no todo está perdido.-Sonríe de costado. -Solo hay que limpiar el diamante de todo el carbón que lo ha rodeado.
-No has respondido a mi pregunta.
-Ya lo hice.-Camina alrededor de la cama mientras mira sus uñas con la manicura perfecta.-Lo hice desde que preguntaste por primera vez.
-No te creo
-Deberías, yo no suelo mentirle a nadie,rubia.
-¡Ya basta con el rubia!¡Yo no soy rubia!
-¿Te has visto en un espejo ?-Sonríe.-Porque todo lo que veo es aúna chica rubia lloriqueando sobre la cama.
-No te soporto .-Me pongo de pie ignorando el dolor y a la mujer en la habitación.
Ella ríe como si algo le hiciera verdaderamente gracia y su risa solo consigue que mi molestia vaya aumentando poco a poco,hasta el punto que pierdo el control y lanzo un perfume que se encontraba en el tocador contra ella, quien lo esquiva sin duda,borrando su sonrisa de un plumazo.
Camina hasta mi y nuevamente me siento congelada,como si estuviera a punto de resivir una de las tantas palizas que resibía en el club,donde si trataba de huir el dolor final sería peor.Llega hasta mi tomando con agresividad mi barbilla ,haciéndome mirarla a los ojos.
-Escúchame bien,rubia,me causas tanta gracia.-Sonríe. -Eres como un condenado a muerte que le dejan la jaula abierta y aún así no escapa,estás tan acostumbrada a resignarte que resultas aburrida.
-Yo...
-¿Tú qué?Dime ¿No piensas en venganza?.No piensas en recuperar lo que te fue arrebatado.-Yo asiento lentamente pero ella solo bufa.-No,no lo haces,solo eres una niña mimada,tirada en una cama que no aprovecha su libertad.
-¿Quieres que escape?
-Claro,escapar y veamos cuantos segundos tarda el jardinero en encontrarte.-Pone los ojos en blanco.-Quiero que uses tu cabeza, que dejes de ser una maldita niña asustada,créeme entiendo por lo que pasaste pero siendo una mártir no vas a resolver nada.
-¡Ni siquiera sé que quieren de mi!
-No importa lo que quieran de ti.-Me suelta. -El mundo es una escalera y tienes que aprender a ver a todos como escalones .
-Estás diciendo que...
Veo como mira el cato reloj en su muñeca y maldice.
-En el baño tienes tinte ,creo que hice un buen trabajo buscando tu tono,en el vestidor ,tienes ropa.-Declara.-Arno debe estar por llegar,es hora de que decidas.
-No sé sobre qué tengo que decidirme.
-Aprende a usar tu instinto y la lógica. -Se aleja hacia la puerta.-Escoger la ropa adecuada es un buen paso.
Se va cerrando la puerta tras de sí y dejándome la cabeza hecha un lío,llena de pensamientos, llena de dudas.
¿Qué si quiero vengarme dice? Cada segundo que tenía a alguno de esos viejos gordos sobre mi,ocuando resibía castigos, cerraba los ojos y recordaba el rostro del jardinero,el rostro de cada volador,de cada verdugos,susurraba sus nombres ,pensaba en el momento en que cambió mi vida,en los rostros sin vida de mi familia,en mis hermanas mayores,en las menores, en mis padres,en la mierda que me rodeaba y la ira era tal que solo me traía paz el imaginarme torurandolos ,acabando con ellos.
Camino hasta el baño personal al otro lado de la inmensa habitación, todo aquí, grita lujo. Me quedo mirándome frente al espejo, el cabello rubio desordenado cae hasta la mitad de mi espalda. Mis ojos azules han perdido el brillo de años atrás, no recuerdo cuando fue la última vez que sonreí por felicidad, soy solo la sombra de la rosa que fui hace seis años,solo la sobre de Nicole Doyle.
En uno de los lados del lavamanos se encuentra una tijera ,la tomo y la abro,pasando mis dedos por la parte filosa y contándome en el proceso. Mi rostro permanece inexpresivo, he sentido dolores peores como para inmutarme siquiera por una pequeña cortada.
Mi mirada baja a mi muñeca y por un momento me siento tentada,podría acabar con todo, podría escapar de mi mierda,pero eso sería todo ¿Quién buscaría venganza? Al final el maldito jardinero ganaría y me niego a que mi familia no tenga lo que merece, tengo que recuperar la mafia irlandesa a como de lugar.
Vuelvo a mirar mi cabello y luego las tijeras.
-Es hora de que vuelva a ser Nicole Doyle .-Susurro cortando lo suficiente como para dejarlo un poco más abajo de mis hombros, justo del largo que lo tenía hace seis años.
Veo los mechones rubios caer y se siente como ir quitándose capas de mugre poco a poco,pero no es suficiente, levanto la mirada y encuentro en uno de los estantes de mármol, el tinte rojo,y la numeración me hace suspirar de alivio,es lo más parecido a mi color natural que jamás voy a encontrar.
Preparo todo con suma delicadeza, y comienzo a pintar mi cabello,el tiene corre como si de sangre se tratara,y to ayudándome del espejo pinto hasta el último rincón, no quiero que quede nada de rubio,nada de mugre. Pinto todo y luego lo recojo es hora de esperar un poco .
Voy a la ventana y observo que ya es de noche,luego al coset y encuentro la ropa ideal para mi regreso, antiguamente mi hermana mayor Enya ,me hubiese ayudado ,ahora solo me queda escoger lo que ella habría escogido para mi.
Nuevamente voy al baño una vez ha acabado el tiempo necesario y lavo mi cabeza, veo el agua teñirse se rojo y dejo ir un suspiro ,estoy a nada de volver.
Ni siquiera me miro en el espejo cuando termino y voy a vestirme y maquillarme,secó mi cabello, sin mirarlo, no quiero ver el proceso, solo el resultado final. Me coloco el vestido plateado entallado que dibuja mi figura a la perfección, cubre mi espalda en su totalidad y las vendas que cubren mis heridas, tiene un escote delantero hermoso,revelador pero no pierde la elegancia, un par de tacones a juego,un labial claro,un poco de lápiz de de ojo,otro que otro polvo y estoy lista.
Camino hasta el espejo que se encuentra cubierto por la toalla ,y por alguna razón me siento más grande,más poderosa, más yo.
Quito la toalla y siento que fui trasladada hacia hace seis años,el cabello rojo brillante cayendo sobre mi espalda como marca personal ,mi mirada cargándose de poder.
Por que si,a veces un simple cambio de color del cabello puede hacerte sentir poderosa.
-Soy Nicole Doyle -Susurro creyéndolo dejando que las palabras calen hondo en mi.-Soy la heredera de la mafia irlandesa y es hora de empezar a subir escalones hacia mi venganza.
Salgo de la habitación sin remordimiento alguno, caminando erguida y decidida hacia donde se escucha una suave melodía de piano. Por un momento tengo un deja vú de Enya tocandolo,pero este estilo y canción es más evocador, más relajado que el de mi hermana mayor.
Llego hasta un balcón que va a dar a un hermoso salón,dónde sin duda se está realizando alguna fiesta.
Curioso,me fui en una fiesta y vuelvo en otra.
Busco con la mirada el piano y mi corazón extrañamente se acelera cuando veo que es un hombre quién lo toca,no cualquier hombre,es Arno,quien me salvó de los golpes ,podría olvidar mis miedos pero sus ojos grises jamás.
Está vestido de completo traje ,uno negro y azul,sin corbata y con los primeros botones de su camisa abiertos ,dejando un muy apetecible cuello y parte de lo que imagino un duro pecho a la vista.
Sus ojos grises conectan con los míos y siento que es el empujón que necesitaba,deja de tocar y todos aplauden dejando sus copas de champán a un lado, yo por mi parte comienzo a caminar,más despacio pero más segura hacia la escalera.
Siento la vista de todos sobre mi cuando voy a mitad,pero los ignoro,mis ojos no se apartan de los del hombre que toca el piano como los dioses y me está esperando a mitad de la escalera con lo que creo,es una media sonrisa en sus tentadores labios.
Bajo las escaleras despacio hasta encontrarme con el,quién toma una de mis manos y con disimulo coloca algo en mi dedo anular antes de besarla ,incendiando mi piel en ese lugar.
¿Un anillo?
-Señoras y Señores .-Habla y tiene un acento demasiado sexy para ser real.-Con usted Nicole Doyle ,mi prometida.
Espera ¿Qué?
Me tenso,no hablo,solo llevo mi mirada hacia Victoria que se encuentra sujetando el brazo de un hombre de traje absolutamente negro y me guiña un ojo.
Yo solo me dejo guiar por el instinto y beso la mejilla del hombre de mirada intensa, cubierta por un delicado rastro de barba.
Esto es solo un escalón más
¿Amamos a Victoria?La amamos.
Esperemos y no muera.
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