Conexión...
— ¿Ahora podemos hablar? — interrogó Gian.
— Nop, creo que debes conseguir algo de mí— supuso una silueta de un chico.
Gian tomó consciencia dentro de su sueño y despertó de ipso facto. Al abrir sus ojos, había un extraño chico mirándolo fijamente.
Gian se levantó espantado del lado contrario de la cama.
Con la cama de por medio, y con la luz del sol entrando por la ventana, Gian lograba ver algo menos parecido a un lo que podría ser un espectro.
— Me jodas Reshi— frustró chocando su mano contra su frente.
El chico lo miraba como si lo conociera, incluso sonrió cuando Gian hizo el gesto de la mano contra la frente.
La luz que se filtraba a través de él hacía que por un momento pudiese verlo, y otras no.
El espectro divertido de notar que el chico recién despierto lo veía, corrió por todos lados mirando su cuarto. Comenzó a mover sus cosas, y a la vista de Gian, sus cosas se movían de la nada.
Gian miraba como sus objetos volaban de un lado a otro sin razón aparente con este tipo de expresión: -_-
En una tocó las teclas del piano en orden, y se detuvo cuando una sonó desafinada. Regresó tres veces desde el inicio hasta la tecla, como asegurándose de que ese piano que estaba perfectamente afinado, realmente tenía una tecla que tan mal sonaba.
— Si está desafinado— dijo saliendo del cuarto.
Sabía que Reshi le estaba jodiendo la paciencia. Ya no le parecía agradable el ángel aquel.
Bajó a la planta baja de su casa; Tomó el teléfono e hizo sus llamadas.
Mientras Gian estaba abajo, el chico de cabello negro estaba observando con total cuidado el piano. Estaba divinamente afinado y limpio, y aunque estaba afinado en su perfecto tono y sonido, parecía que él no lo tocaba, no al menos con esa nota mal arreglada bajo la tecla.
Era muy sospechoso, entonces el espectro de cabello negro comenzó indagar.
Gian buscó entre la cocina algo para comer y relajarse, miró una nota de su madre: "El desayuno está en el microondas, el café incluido. Estaré de vuelta las 11".
Declarado hoy por la secundaria, viernes, no habría clase. Razón: Consejo de docentes.
Entonces genial, tenía un día libre hasta las 5 de la tarde. Podría salir de casa luego de que se acabara su problema.
Podría ir a la centro a conocer, buscar un lugar de libros y comprar dulc...
— Aló— contestó una llamada desde su teléfono.
El teniente Galvin dictó sus palabras y ordenes, de seguro hasta instrucciones.
— Si, bien... estaré en dos horas allá.
No podía oponerse, y su día libre acaba de valer. Ahora debía ir al cuartel...
Con la taza del café en su mano y el teléfono en la otra, observó como una sábana flotante bajó por la escalera. Gian se quedó con una expresión descompuesta mientras la sábana se dirigía hacia él.
<< No puede ser...>> chocó su mano contra su frente teniendo a la sabana flotante a unos 30 centímetros de él.
Gian miró la sabana fijamente.
— ¿Crees que puedas oírme? — interrogó la voz bajo la sábana.
Gian se sorprendió dando un paso atrás, estaba confundido.
El chico levantó la sábana como tímido y miró a Gian.
— ¡Boooh! Jajaja...— el chico dio un paso hacia adelante pretendiendo asustar a Gian.
Su risa... Gian estaba atónito, no conseguía una reacción correcta dentro de su sistema.
— ¿Ahora hablas! — le interrogó Gian.
El chico vio como Gian gesticuló la boca para moldear sus palabras. Pero el chico no pudo escucharlas.
— Lo que sea que hayas dicho amigo, no puedo escucharlo— dijo bajando la sabana de su cabeza hasta los hombros.
Gian podía verlo claro.
Vestía una camisa completamente blanca, monos color negro con dos líneas blancas a los costados, zapatos blancos escolares. Su piel era blanca, sus ojos negros, su cabello negro.
— Puedo verte, y sé que me oyes..., pero tú no podrás hasta que hagas tu parte de la relación— informa.
— ¿Qué! — Interrogó Gian—. ¿Relación? No sé de qué hab...
El timbre fue tocado y el sonido interrumpió a Gian.
El chico se quedó mirando con atención la puerta y Gian caminó como irritado hacia la puerta. El azabache se quitó la sábana rápidamente y la extendió sobre el sofá de color blanco que tenía a un lado.
— ¿Casa de los Mendez? — interrogó un hombre.
— Si, aquí es. Último cuarto a la izquierda subiendo la escalera— señaló rígido.
Un hombre con una máquina extraña y otro de gorra roja entraron directo a la escalera.
Los dos hombres se colocaron a caminar por todo el cuarto de Gian, algo que el azabache no entendía.
El azabache se colocó a seguir a los dos hombres como curioso. Y fue allí que el azabache se dio cuenta de que Gian podía verlo sin la sábana, sino fuese porque golpeó su mano contra su frente mientras miraba que el fantasma del cual quería deshacerse estaba siguiendo a los caza fantasmas.
<< Esto no puede ser real...>> sospesaba << Sabía que podrían ser un fracaso, pero al menos me aseguré de todo, ya veremos si otras cosas funcionan Reshi>> retó su mala suerte.
Entendiendo el punto, el azabache decidió ser un poco piadoso con Gian.
Cerca del escritorio de Gian, había una lámpara. Había, porque el azabache la arrojó al suelo mientras el objeto se iba desarmando y el foco rompiéndose.
— ¡Ahí es! — apuntó el de gorra roja.
El otro le siguió y colocaron un aparato extraño de luces. Brilló 5 segundos hasta que dejó de brillar.
— ¡Listo padre, lo tenemos! — festejó el regoderte que sostenía la máquina.
— Son 10 dólares hijo— pidió el fracasado hombre de la gorra roja.
Gian sacó 2 billetes y se los entregó al hombre para que se fuera.
— Ojala hayan atrapado al fantasma, me dan un poco de miedo— se burló el azabache que caminaba detrás de aquellos dos hombre que ya iban saliendo del cuarto a la salida.
Saliendo y entrando, luego de que esos dos hombres se fueran llegó un hombre de sotana negra, junto con un chico de gafas que llevaba en sus brazos la Santa Biblia.
— ¿Familia Mendez? — interrogó.
— Si, aquí es... último cuarto a la izquierda primer piso— repitió la misma dirección.
Al entrar al cuarto, el joven dijo que no había nada en ese lugar, eso hasta que el azabache entró y se sentó directo en el banco del piano. El sacerdote y el joven suspiraron y comenzaron a caminar una vez más por el cuarto, se detuvieron cerca del piano.
Allí el sacerdote comenzó a recitar escrituras y cantar, pero antes de continuar:
— ¿Este piano pertenecía algún familiar que murió? — interpeló a Gian.
— Si, mi padre que murió hace dos días— mintió Gian rodando los ojos.
Eso no lo escuchó el azabache.
— ¿Su padre que murió hace dos días? — repitió el hombre. Gian asintió con la cabeza...
¡Eso sí lo escuchó el azabache!
Gian observó como el chico de los ojos negros lo miró como sorprendido con una sonrisa.
— Mi más sentido pésame— se volvió a burlar el fantasma con Gian.
El sacerdote comenzó a arrojar agua bendita sobre el piano y el chico comenzó a sisear su debilidad. Comenzaba a retorcerse.
Gian, siendo su amigo o de conocerlo se hubiese reído, pero se encontraba tan irritado, que solo deseaba que la tierra se lo tragara.
Una vez el chico cayó al suelo, el sacerdote sin más quehacer se largó junto al chico con el que había llegado.
Una vez cruzaron la puerta, Gian miró al fantasma acostado en el suelo, torcido, con la lengua afuera.
— Pensé que me mataría con esa agua salada— dijo antes de deshacer su pose de "humano muerto".
<< Dios mío>> rodó sus ojos y bajó.
Luego de que no viniera nadie más, Gian subió a su habitación, donde el azabache se encontraba parado en medio de su ventana.
— Esto... ¿Es lo más preciado para ti? — preguntó mientras arrojaba un pequeño pergamino.
El delicado y pequeño papel cayó a los pies de Gian, Gian miraba sorprendido al chico de los ojos oscuros.
<< ¿Dónde lo ha conseguido?>> se interrogó así mismo mientras lo tomaba.
Gian frunció el ceño levemente enojado. Ese chico había encontrado lo más preciado que él poseía, y no sabía aún como lo había hecho, de pronto Gian comenzó a verlo como una pequeña amenaza para todos sus secretos.
— Esto es lo que sucede...— suspiró—. Debes encontrar lo que en esta vida es lo más preciado para mí, así la conexión estará completa. Podré escucharte, y podré ser materialmente físico para ti... como has sido tu quién ha sido conectado a mí, es porque debes de ser más cercano de lo que recuerdo o crees. Debes completar la conexión si quieres deshacerte de mí— finaliza.
Gian le miró un segundo.
— No recuerdo haberte conocido en mi vid...
— Deja de hablar...— pide—. Veo que mueves tu boca, pero no puedo escucharte nada. Mejor no malgastes tu tiempo... estaré contigo todo el día, espero puedas completar la conexión hoy...— deseó.
¿Qué pasaba con este sujeto?
Gian suspiró y bajó a terminar de adelantar algunas cosas para luego alistarse, esperar a que llegara mamá y marcharse al cuartel.
¿Qué onda con ese chico? En un momento es relajado, amistoso y bromista... y al otro, habla como Gian lo haría en su leve carácter exigente y determinante.
<< Él... no es alguien fácil>> pudo percibir certeramente.
Esa curva estrecha en la que su personalidad se deslizó, fue muy reñida y brusca. Alguien así, sabía mucho más de lo que una persona promedio podría.
Acaso, y tal vez... ¿Podría ser muy de mente? Quizás... ¿Ese chico era muy bueno al descifrar personas? O también podría ser que ese chico, es un muy buen manipulador...
<< No puede seeer>>
-<-<-<-<-<--<-<-<-<-<-<-<
Sassán...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro