15. Diary of a Madman
Caminaba por las calles como ya acostumbraba, había pasado casi un día desde el encuentro que tuve con ese hombre a las afueras de la residencia de Kirino Ranmaru, nunca antes lo había visto, aunque no es nada raro considerando que estaba tapado casi por completo, al caminar para alejarme, sentí una fuerza que no me permitía voltear, por más que quisiera corroborar que tal hombre continuaba en aquella calle, solo acompañado por la oscuridad de la noche y unos faroles callejeros que no apuntaban a su posición, pero que si permitían que se le hiciese sombra.
Ahora mismo acabo de salir de la escuela, no he permitido que la inquietud provocada por la aparición de aquel hombre me distrajera, por lo que recién ahora me pongo a reflexionar sobre lo sucedido, sin embargo, no tengo ni la menor idea de porque me doy tantas vueltas, la persona que está en peligro es Kirino Ranmaru y su familia, yo no tengo nada que ver.
Tras dar un par de vueltas me decido por volver a mi casa, realmente hoy no tengo mucho que hacer hasta la noche, por lo que decido caminar, observando solo por aburrimiento a las ventanas de las casas, y dentro de mi camino, una persona llama mi atención. El chico que otrora jugo con mi equipo como parche, en el partido contra el equipo de Kariya, y del cual tuve una conversación con mi hermano Yuuichi, había salido de lo que supongo que será su casa, era un lugar bastante grande a comparación de las demás casas del barrio.
El chico parecía nervioso, caminaba hacia mi dirección sin mirar hacia mi, se notaba que temblaba y tenía hasta unas gotas de sudor recorriendo su frente, me pregunto si le habrá pasado algo malo.
Finalmente su caminata cesó, se paró frente a mi con los ojos bien abiertos y sin pronunciar palabra alguna, me miraba de arriba a abajo, como si intentara matarme con la mirada, pero supongo que simplemente tendrá nervios, y para nervios los míos, que ya me estoy comenzando a sentir un tanto incomodo por su actitud.
—Uh... Oye, ¿Estás bien?—
Pregunté, intentando romper el incomodo ambiente que se estaba formando.
—¿Q- Quién? ¿Yo?—
Se tardó en responder, y cuando lo hizo parecía bastante más tonto de lo que había imaginado en un principio.
Miré a la derecha y a la izquierda, para luego levantar los brazos, haciendo un ademan sarcástico denotando que no había nadie mas en la calle, con la intención de contener mis ganas de responderle de mala manera.
—¡AH! Eh... Si si, estoy perfectamente—
Parece que se dio cuenta de que estaba haciendo el ridículo.
—Oye, yo te conozco, eres el chico que jugó con nosotros en el ultimo partido, te he visto en las canchas más de una vez—
Declaré, tampoco soy tan malo como para pasar de el, intentaré darle una oportunidad, de todas maneras, Yuuichi me lo pidió.
—Eh... Si, creo que te he visto yo también, hoy en la escuela te vi—
—¿Es en serio?—
Vaya... No tenía idea, no presto mucha atención a la gente de mi alrededor de todas maneras.
—S-Si, somos compañeros de curso...—
—Ya veo—
No es que yo, Kyousuke Tsurugi, sea un chico aburrido, en absoluto, pero tengo que admitir que esta conversación es bastante aburrida, no se que decir ni que hacer, esto lo hago por Yuuichi...
—¡Oye!—
Exclamó aquel chico, yo simplemente lo miré prestandole mi atención, esperando a que diga algo.
—¿Y si vamos a jugar fútbol?—
Levanté una ceja ante su petición, no me lo esperaba para nada, pensé que se daría mas vueltas antes de arriesgarse siquiera a pedirme algo, pero bueno, supongo que los nervios reprimían su personalidad.
Lo pensé un poco, haciéndome de rogar un poco, para finalmente echar un suspiro y aceptar.
—¡Super! ¡Voy a buscar mi balón, no te vayas por favor!—
—Aquí estaré—
El chico se fue corriendo a la puerta de su casa bastante emocionado, tengo que decir que me dio bastante gracia su euforia.
Entro a su casa, y como todo se sintió muy extraño, como si el ambiente por completo de la situación, que en aquel momento se sentía bastante amigable, se derrumbara por completo, había alguien detrás de mi, que caminaba lentamente hacia mi dirección.
Me di rápidamente la vuelta, esperando divisar a quien quiera que se encontrara a mis espaldas y hacerle frente, pero todo lo que encontré fue una nota tirada en el piso, fue algo muy tenso, y que me cambió el animo por completo.
Al agacharme y recoger la nota, tenía el logo del sector V grabado en la parte posterior, conmigo como destinatario.
Todo lo que había dentro del papel era un mensaje que citaba:
"Ya varias personas se están reuniendo... Quieren acabar con nosotros, es tu deber detenerlo, de lo contrario, puede que no veas a tu hermano en pie pronto..."
Sector V.
Se que tratándose de mi, esto quizás no debería afectarme tanto, pero la verdad es que el Sector V da miedo, lo supe la primera vez que entre a su localidad, la vez que fui reclutado y cuando se me encomendó el rol de "Dealer".
El Sector V tiene bastantes locaciones, normalmente se reúnen en los sótanos de los bares nocturnos, antros, o en prostíbulos. Sin embargo el lugar donde se encuentra el líder de la organización, Ishido Shuuji, se encuentra bastante alejado de los barrios. A simple vista parece una casa abandonada, pero por dentro no podría ser más distinta, no hay luz, sin embargo es un lugar que está lleno de trampas, posee perros guardianes que vigilan cada esquina de los alrededores, y en las ventanas superiores siempre hay alguien que revisa las calles lejanas.
Es un lugar simple, pero pasa desapercibido.
La primera vez que entré, estaba muerto de susto, las trampas seguían estando ahí, pero fui guiado por un miembro que ya se conocía el camino. bajamos las escaleras y al llegar al sótano, ahí se encontraba el anteriormente mencionado Ishido Shuuji, o Seitei, como también se le conoce.
Las pareces del sótano estaban sucias, al igual que las de toda la casa, muchos muebles estaban rotos y la madera se veía añeja, lo único que iluminaba el lugar era una pequeña vela, puesta en la mesa en la que me sentaría a conversar con el "Seitei".
El tipo no parecía estar cuerdo, no a primera vista, muchas de las cosas que decía había que darles más de una vuelta para comprenderlas y pausaba entre frase y frase, su voz sin embargo, era bastante ronca.
Me explicó su extraña visión de la realidad, no creía en un sistema como tal, parecía un anarquista bastante llevado a sus ideas, pero convincente en sus palabras. Con una visión bastante retorcida de el mundo como lo conocemos.
A día de hoy aun desconfío de sus palabras, aquella fachada moribunda y siniestra me cuesta imaginármela, aunque bueno, creo que no puedo fiarme de nada de lo que imagine, tengo que seguir ordenes, de lo contrario, mi hermano podría pagar las consecuencias...
—¡Aquí estoy! ¿Vamos?—
Parece que me había pasado ya un buen rato viajando por mis pensamientos, y el chico había vuelto, yo simplemente asentí a su petición y caminamos juntos a la cancha más cercana.
No conversamos mucho durante el camino, el simplemente me comentaba que ya no le gustaba tanto el fútbol como antes, pero que una vez me vio a mi jugar en la cancha y le entraron ganas de volver a jugar, aunque bueno, según sus propias palabras, eso no terminó bien.
Supongo que se referirá a los problemas en los partidos, que terminaban en maltrato y esa clase de estupideces.
Felizmente al llegar la cancha estaba vacía, por lo que simplemente entramos y comenzamos a pasarnos el balón, llegó el momento en el que me aburrí y pateé fuertemente el balon hacia la portería más cercana y comencé a correr para ir a buscarlo, el chico simplemente me siguió e intenté molestarlo, driblando el balón cerca de el, pero no parecía muy interesado en robarme el esférico.
No sé que bicho le habrá picado, pero su animo bajo bastante y no se movía como al principio, ni se movía igual de bien que en aquel partido que jugamos hace unos días, ya para ese punto me había hartado, por lo que rápidamente puse el balón en el piso, pateándolo con fuerza y dándole con el mismo en la cara, a ver si así su animo cambiaba.
Después del balonazo parece que captó el mensaje, comenzó a jugar más como una persona normal y menos como un fantasma que recorría la cancha de extremo a extremo, y así nos pasamos la tarde. Prontamente lo terminé acompañando a su casa, ahí me dijo su nombre, y bueno, se puede decir que lo recluté para mi equipo en la liga.
Matsukaze Tenma... Es bastante interesante...
-
-
-
Bueno bueno, se que los tenía ya un rato sin capitulo, estando acostumbrado a actualizar casi a diario, pues no me venía mal un pequeño descanso de todo esto, así pude aclarar mis ideas y poder pensar más en que es lo que busco para esta historia.
Espero que el capitulo les haya gustado, nos vemos en la próxima ocasión...
¡Ah! Casi lo olvido, si llegaron hasta aquí, dejen comentarios, hasta la próxima ;)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro