Única parte
Ahí estaba, en medio del cielo, aquel ser colosal e imponente que había causado temor alrededor del espacio. Geygish, la aberración gigantesca. Era una masa blanca indescriptible de tentáculos dientes y ojos. Y al lado de él, cientos de pedazos de planetas, ahora muertos y no siendo ni un recuerdo de lo que alguna vez fueron. Los habitantes del planeta pronto se sintieron insignificantes en esa roca que pronto sería destruida por aquel ser. Un evento que muchos ya habían previsto.
Los altos mandos del planeta sabían de la existencia del ser desde hace tiempo, y otros grupos (sectas ocultistas de gran antigüedad), muchísimo antes.
Todo comenzó cuando los científicos, mirando lo más lejano del espacio desde sus observatorios con sus telescopios super potentes, detectaron algo, algo impresionante. Vieron que el sistema solar 125, de un día para otro, estaba en completo caos y destruido. Miraron asombrados como, de un día para otro, donde alguna vez hubieron varios planetas y un hermoso y perfecto rastro de vida, ahora solo habían miles de escombros espaciales chocando entre sí en un caos perpetuo e irreparable de categoría bíblica.
Esto generó un miedo y asombro entre los individuos que vieron tal caos. Los científicos le contaron de esto a los altos mandos. Ellos no creyeron necesario contarle de eso a los ciudadanos, pues creían que los Tedherads (el imperio más poderoso, capaz de lidiar contra grandes amenazas y que había conquistado miles de planetas en 7 galaxias) se encargarían de eso.
Aparte: esto podría causar un alboroto entre las personas. Así que, en vez de eso, comenzaron a teorizar lo que pudo causar ese suceso.
Aunque intentaron, no tenían la mínima idea de algo que anteriormente pudiera hacer algo parecido. Tal cosa solo pudo ser predicha por las antiguas sectas regadas por el universo. Aunque creer que algo de esas sectas paganas aberrantes era real, era una estupidez apenas pensada.
Así paso un tiempo, y la población vivía en completa ignorancia ante lo que pasaba allá afuera en el frío espacio lleno de peligros. Los científicos seguían investigando aquel suceso inexplicable, aunque muy en el fondo, pensaban que en el futuro aquel suceso solo quedaría como otra cosa inexplicable del universo. Pero vaya que se equivocaron.
A 2 meses de el descubrimiento del evento, apareció algo extraño.
Cuando una nave de esa civilización estaba en una excursión explorando el espacio, sin memoria alguna de aquel descubrimiento, está, de un momento a otro, dejo de mandar información a los altos mandos cuando esta estaba muy lejos de su sistema solar.
No se tuvieron noticias de la nave. Mandaron varias naves a explorar la ubicación de la nave, o siquiera para encontrar algún rastro de ella y ver su estado. Pero nada. Incluso algunas de esas naves de búsqueda desaparecieron completamente.
Esto extraño a todos los que supieron de esto, pero creyeron que era una simple coincidencia, pues ya había pasado mucho tiempo desde lo pasado en el sistema solar 125.
Lo que no pudo llamarse coincidencia, fue la destrucción del sistema solar 22. Esto apenas fue descubierto, causó, en vez de una mezcla de miedo y asombro, únicamente miedo.
Esto ya lo sabían otras razas, aunque ni con eso, se vio una respuesta de los Tedherads. Ya sabían que los Tedherads no iban a dar alguna respuesta a las otras razas, pues ellos son seres misteriosos que no tienen contacto alguno con otras razas (aún cuando las conquistan, lo hacen rápidamente y sin palabrerío).
Aún así, el gobierno de la civilización escondió lo que pasaba allá afuera, haciendo vivir a la gente en completa ignorancia. Pero siguieron investigando los eventos que empezaban a suceder, viendo si lograban descubrir la cosa causante de los eventos.
Y un día, pudieron ver al ser causante de problemas.
Ellos no podían ni imaginar que cosa causaba tanto caos. Ni siquiera un poco.
Era un ser inenarrable de un color completamente blanco, con cientos de miles de tentáculos que se movían en todo momento, con dientes gigantescos que cubrían todos los lados de su boca (que también tenía tentáculos), con varios ojos que vigilaban todo, y de una altura de 4 planetas. El ser estaba devorando un planeta muerto. Primero devoró su satélite natural, el cual devoró de un bocado, y que fácilmente puedo haber destruido apretando lo con su tentáculo. Luego encajo sus 200 dientes frontales en el planeta, partiendo lo a la mitad. En poco tiempo se lo comió entero, dejando unos cuantos escombros regados por hay. El ser simplemente siguió vagando, buscando más planetas que devorar.
Al día siguiente de haber visto eso, el gobernador y otras personas fueron encontrados muertos...
Se descubrió algo horrible, y era que las religiones paganas eran reales y habían predicho a ese ser. "Geygish" la aberración planetaria. Hijo de la reina Ghulag y otro monstruo.
Los altos mandos ya estaban planeando varios planes. Desde empezar a construir grandes naves para escapar, hasta varias armas para atacar a aquel ser. Así se empezaron a construir aquellas máquinas, rezando para que aquel ser no tuviera como siguiente objetivo su planeta, haciendo su trabajo lo más rápido posible. Incluso colaborando con otras 2 razas.
El tiempo pasó y paso, y aquel ser siguió con sus desastres sin muestra de que algún momento fuera a acabar.
Estuvieron trabajando bastante tiempo en las naves y las armas, hasta que llegó ese monstruo. Tuvieron para preparar específicamente: un mes.
Estaba a 958.700 kilómetros de su planeta cuando lo pudieron ver. Preparaban las armas y las naves. El ser aunque era gigante, era rápido. Lo primero que atacó fue el último planeta de su sistema solar. Lo destruyó con un simple golpe de su tentáculo. Este explotó, haciendo que varios escombros salieran volando por todo el espacio, siendo algunos devorados por el. Ellos esperaron al ser, sintiendo miedo.
Luego el monstruo devoró otro planeta que tenía 22 lunas. Incluso se podían oír los gritos de desesperación de los habitantes de ese planeta. Ellos habían colaborado con la otra civilización para detener al monstruo. Solo una nave pudo escapar de aquella abominación, siendo que las otras fueron destruidas por el ser y sus mil tentáculos.
El ser devoró 20 de las 22 lunas, ya que las otras 2 fueron lanzadas hacia otro planeta deshabitado, que se destruyó rápidamente.
El monstruo ya estaba cerca, así que todas las razas de todos los planetas habitados, dispararon sus armas. Los rayos lásers no le hicieron nada a la aberración, quién se acercó a uno de los planetas y lo devoró de un bocado, con todo y habitantes, quienes nisiquiera pudieron escapar de eso.
Pronto casi todos los planetas fueron comidos y destruidos por la abominación. Excepto uno: el de aquellos que hicieron caso omiso del ser y prefirieron dejar a todos sus habitantes en ignorancia.
Ellos fueron más rápidos, y en cuanto vieron el gigantesco tentáculo del ser intentando tocar su planeta, volaron sus naves hacia algún escape.
Volaron 5 antes de que el ser destruyera el planeta.
Ellos volaron hacia otra galaxia, la vía Láctea. Hacia el sistema solar 39. Ahí no había mucha vida aparte de "los humanos": unos seres primitivos que fácilmente habrían sido devorados por la abominación, y unos seres escarlatas que vivían en Marte y que eran más primitivos que los humanos aunque eran más salvajes. Y, al no haber mucha vida en ese sistema solar, fue fácil que ellos habitarán Júpiter.
Y en cuanto al destino del monstruo, el simplemente siguió devorando planetas y sistemas solares enteros, hasta que se lleno y volvió a dormir otro milenio sin ser molestado por alguna raza, quedando inmóvil en medio del espacio, como si estuviera muerto, como un vivo recuerdo para otras especies: de que ellos no son nada ante los altos mandos (los dioses y los dioses inferiores). Porque al final, nosotros los bajos mandos, tenemos solo algo asegurado: la muerte.
Nota del autor.
Quiero agradecerle a Humberto136912 por la portada y por apoyar mi trabajo, a kennVil por darme inspiración en crear este one-shot, pues no creía que hacer un one-shot quedaría tan bien, pero viendo su obra, cambie de opinión, y a Sara_Bernal_OF por ser una gran amiga que me a escuchado muchas veces.
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