[Capítulo 1]
La cabaña lucía igual a la foto del sitio web, valió la pena el viaje tan largo que hizo para llegar allí. La chamarra que compró cuando llegó a ese país tan frío era lo suficiente para hacerlo sentir cálido, lo que necesitaba en esos momentos.
En cuanto le entregaron las llaves de la habitación que reservó fue guiado hasta ella. Desde su ventana podía ver los árboles cubiertos de nieves y las montañas blancas a los lejos, todo era tan blanco y muy hermoso. Podía sentirse seguro ahí, tan lejos de su supuesto hogar y fuera del alcance del sufrimiento.
Se despojó de su chamarra y guantes para poder descansar, se metió bajo las cobijas de la cama para recuperar energías y más tarde poder recorrer ese lugar que visitaba por primera vez. Sin embargo, su siesta apenas duró una hora, las mismas pesadillas de siempre lo obligaron a levantarse y buscar aire para no sofocarse ahí dentro. Con mucha prisa salió de la habitación, aunque no tenía bien puesto el abrigo, Baekhyun solo necesitaba desesperadamente salir de ahí, pero terminó tropezando con una pareja que iba llegando, recogió enseguida la maleta que tiró y cuando comenzó a escuchar esa voz molesta que siempre estaba lista para atacar porque jamás dejaba pasar nada, buscó una puerta que diera al exterior.
Con eso había confirmado nuevamente que difícilmente podría escapar de las garras de aquel monstruo y no podría reponerse con facilidad de tanto daño, tanto físico como mental; la decisión que había tomado días atrás era la correcta.
Se fue alejando de la cabaña para adentrarse en el bosque, conforme avanzaba su respiración se controlaba. Decidió concentrarse en lo que veía y desconectó su mente de todo lo demás. En algún punto de la caminata se detuvo para poder tachar una entrada más de su corta lista de pendientes, se quitó los guantes —que encontró antes en la chamarra— por un momento para sentir en sus dedos la nieve fría. Luego comenzó con la creación de su muñeco de nieve.
Durante el proceso se dio cuenta que había olvidado dentro de su maleta la cámara que compró en el aeropuerto, se apuró en terminar el muñeco para ir a buscarla. Le dijo al muñeco de gran sonrisa —la cual envidio— que no tardaría en volver.
Al regresar se encontró con que su muñeco tenía un nuevo amigo, vio de espaldas a un hombre acomodando las piedritas con las que había formado la cara de su muñeco. Retrocedió enseguida dispuesto a regresar más tarde, lo habría logrado de no haber sido por las ramas que se rompieron al ser pisadas.
Le advirtió sobre su presencia y él volteo enseguida. Al descubrir la cámara entre sus manos entendió que había encontrado al responsable del muñeco, lo saludó y enseguida se disculpó por el pequeño ajuste que le hizo. Baekhyun tuvo la oportunidad de tomarle por fin la foto cuando el hombre —de cabello castaño largo y sedoso que parecía ser menor que él por algunos años— recogió unos troncos y se movió a un extremo.
Se sintió cohibido ante la presencia del desconocido, aunque parecía ser amable, a Baekhyun le costaba confiar en las personas y mucho más relacionarse con ellas para poder conocerlas, tenía un miedo enorme a socializar, normalmente había alguien que hablaba por él.
Tomó la foto sin preocuparse que tan bien saliera, deseaba irse de ahí lo más pronto.
—Si quiere le tomo una foto con él —se ofreció el desconocido, soltó de nuevo los troncos y avanzó un paso hacia Baekhyun.
—N-no, gracias, está bien así.
—Debería aprovechar bien esa cámara y tener evidencia de sus vacaciones.
“—Vacaciones, claro… Cierto, lo son. Debo creérmelo”
Para no alargarlo aceptó su ofrecimiento, le entregó la cámara y se colocó junto al muñeco de nieve. Nervioso por estar frente a una cámara, hizo un esfuerzo por levantar la cabeza.
—Sonría —dijo el desconocido de cabello bonito.
Elevó ligeramente las comisuras, estaba temblando. Pudo respirar cuando la cámara volvió a sus manos.
—Gracias.
Caminó de regreso a la cabaña, aumentó la velocidad de sus pasos cuando sintió que lo seguían. Se obligó a conservar la calma para no armar una escena innecesaria, hasta que no soportó la sensación y se detuvo a supuestamente atar las cintas de sus botas.
Vio al desconocido seguir adelante y cuando retomó la caminata, pudo verlo entrar a la cabaña por una de las puertas de servicio. Una parte de él descansó, al final de cuentas no era un completo desconocido, si algo pasaba sabía a donde recurrir.
Llegó a su habitación, cerró bien la puerta y se dejó caer al suelo recargándose en la madera. Aún era temprano para no salir más y tampoco había comido antes, era el momento de buscar alimento, pero prefirió esperar un rato más para salir.
La soledad de su habitación fue reconfortante, estaba aislado del ruido del exterior. No había nadie ahí mirándolo, pudo sentirse en paz. Esperaba que así fuera hasta que todo terminara, necesitaba pasar esos días en la cabaña bien para después poder irse tranquilo y por supuesto, esperaba que aquel monstruo al que llamaba esposo no lo encontrara hasta entonces.
Una semana, solo sería una semana para poder completar su escape y después descansaría para siempre.
[. . .]
Hola, estoy de regreso!
La verdad esta historia me gusta mucho y por eso me animé a volver a publicarla. Espero que le den una oportunidad, en estos días subiré el siguiente capítulo
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