La siguiente media hora paso entre conversaciones sin sentido y algunos besos robados. Intente de todas formas que Baxter surfeara en la final individual masculina, pero se negó completamente, así que acabe por rendirme. Lo más seguro era que Marlon lo hubiera suplantado.

Pronto sonó otra alerta, indicando que la ronda femenina estaba por comenzar. Me queje por lo bajo.

Siendo sincera, a causa de los Radic, la competencia había pasado a un segundo plano.

— Llego tu turno — Baxter se puso de pie, tire de sus manos para detenerlo y negué con la cabeza —. Claro que sí, vamos.

— ¿Por qué debo hacerlo si tu no lo hiciste? — me detuve frente a él, envolviendo mis brazos en su cintura.

— Porque eres mejor que yo — dejo un corto beso sobre mis labios, desorientándome por un segundo, pero eso no evito que mi ceño se frunciera debido a su comentario.

— No digas eso.

— Es cierto, preferí quedarme aquí contigo. Soy débil — sonrió, dejando en claro que bromeaba.

Le propine un golpe en el hombro y escape antes de que viera la sonrisa en mi rostro. Salí del establecimiento y comencé a caminar por la arena, con el chico de cabello rosa persiguiéndome.

Me adentre a la carpa del equipo Victoria con calma, buscando con la mirada mi tabla. Baxter llego a mi lado y tomo mi mano justo cuando una rubia se interpuso en mi camino.

— No puede ser — Wren pretendió estar asombrada —. Era cuestión de tiempo para que tú y mi hermano estuvieran juntos a mis espaldas.

— Deberías saber que no necesito esconderme para salir con tu hermano — fruncí el ceño.

— ¿Oficialmente estamos saliendo? — Baxter habló en un susurro, asomándose por mi hombro. Fruncí el ceño y lo observé de reojo, retrocedió antes de que pudiera darle un empujón.

Escrute a la rubia con la mirada, sintiendo todo el resentimiento agolpándose en mi pecho.

— Supuse que te habrías ido — comente —. Quiero decir, tu hermana ya no es la entrenadora y ambas quedaron en ridículo. Debería darte vergüenza seguir aquí, ocupando un puesto que no ganaste limpiamente — solté la mano de Bax y la coloque en un hombro de Wren. Forme una mueca que asemejaba tristeza —. Verdaderamente me das lastima.

La chica golpeo mi mano, obligándome a alejarla. Di un paso atrás con una sonrisa, había logrado lo que quería. Desestabilizarla.

— Hare que te arrepientas de tus palabras — hablo entre dientes, un segundo antes de tomar su tabla y dirigirse a la orilla del mar.

Solté un suspiro antes de buscar mi propia tabla entre las demás y sostenerla entre mis brazos. Baxter me miraba con ambas cejas alzadas, quizás sorprendido por mis acciones, pero no lucia enfadado.

Le tendí nuevamente mi mano libre y la sostuvo con gusto, de esa forma avanzamos hacia la orilla, aguardando que la final comenzara. En ese tiempo, en el cual me dedique a acomodarme correctamente el traje de neopreno y a elongar, los nervios se hicieron presentes.

— Lia, solo faltan cinco minutos — anuncio Baxter. Le dedique una mirada cargada de reproche, porque solo consiguió aumentar mi temor —. Lo siento, lo siento — se apresuró a disculparse, luego frunció el ceño —. ¿Qué? ¿Por qué estas tan asustada?

— ¡Tal vez porque es la final de las nacionales! — alce los hombros, incrédula, y cada vez más aterrada.

Bax soltó una risa y se apresuró a envolverme con sus brazos. Lo agradecí interiormente.

— No dudes, tú puedes con esto.

— ¿Y si te equivocas? Solo lo dices porque te gusto.

— No, lo digo porque estoy enamorado de ti, y se de lo que eres capaz.

Ahí estaba de nuevo, esa inmensa calidez que me reconfortaba. Solo Baxter conseguía tranquilizarme en una situación como esta.

Cuando la última alerta sonó, una tercera persona se posicionó a nuestro lado. Summer.

— Surgieron algunos cambios... Wren se fue — explicó, y no fui capaz de ocultar mi sorpresa —. Voy a surfear en su lugar.

— Al final, no soportó la presión — torcí los labios en una mueca. Voltee hacia el chico, sintiendo una repentina preocupación —. No te irás, ¿verdad?

— ¿Qué?

— ¿Te irás de Shorehaven con ellas?

— No, y no debes preocuparte por eso ahora. Solo importa la competencia en este momento. Tú y la competencia, céntrate en eso — llevo sus manos a mis hombros, sonriéndome con ternura —. Mientras tanto, estaré viendo todo desde aquí, no me moveré ni un centímetro.

— No quiero que te vayas — confesé, sin poder evitarlo.

— No me iré, lo prometo. No sería capaz de dejarte, no otra vez.

El equipo victoria ganó el segundo puesto.

No pude evitar sentirme desilusionada, pero tenía sentido, ya que nuestro equipo atravesó una ruptura con su entrenadora y parte de su equipo en medio de la competencia. En la final nos quedamos sin dos competidores, y sin nadie que nos dirigiera. Era un gran logro haber conseguido el segundo puesto.

Ahora mismo, arrastraba mis maletas hacia el interior de la casa de mi abuela, con Bax siguiéndome el paso. Amelia corrió a abrazarnos apenas vernos.

La competencia y todo lo que conllevó, fue una experiencia asombrosa. Pero ya era momento de tomarnos las cosas con calma y disfrutar de lo que restaba del verano. Me dedicaría simplemente a pasar tiempo con mi abuela y Bax.

Llevamos las maletas hacia mi habitación y un rato más tarde nos encontramos sentados en la sala de estar. Mi abuela nos tendió dos vasos de té helado, su bebida favorita, y sonrió en grande.

— Quiero que me cuenten absolutamente todo — pidió.

Baxter y yo asentimos. Relatamos completamente todo, los inconvenientes, los buenos resultados. Ignorando deliberadamente los detalles acerca de nuestra relación.

— Se fueron — Baxter se encogió de hombros, refiriéndose a sus hermanas.

— Lo lamentó, ellas actuaron de forma terrible contigo. Nunca imaginé que fueran así — mi abuela lució entristecida —. Eres un buen chico, Baxter. Me alegra que tú y mi nieta estén felices ahora.

Enrojecí hasta las orejas.

— ¿Podemos cambiar de tema? — casi rogué.

— Por supuesto que no — Bax sonrió con picardía, buscando hacerme rabiar —. Quiero saber, ¿qué es lo que dices sobre mi?

— Que eres un grandísimo idiota — murmure, cubriéndome el rostro con las manos. El chico soltó una carcajada —. Y te odio.

— Yo te quiero.

— Cierra la boca — si era posible, mi rostro enrojeció aún más.

— Merlia, no hables de esa forma — me reprendió Amelia.

Avergonzada, me puse de pie de un momento a otro, avanzando a mi habitación.

— ¿Surfeamos? Es un lindo día — ofrecí.

Bax aceptó rápidamente y no tardó en seguirme el paso. Apenas entrar, cerré la puerta detrás de mí y giré a verlo con el ceño fruncido.

— No insinúes nada frente a mi abuela — lo señale con un dedo —. Tú y yo no somos nada.

— ¿No lo somos? — se acercó unos pasos y llevo las manos a mi cintura.

— Quiero que las cosas vayan lento... — solté un suspiro, pero no logré ocultar la sonrisa —. Así que, cuando Amelia nos vea, solo somos amigos.

— ¿Y aquí, a solas, que es lo que somos?

Un escalofrío me recorrió completa. Bax acercó sus labios a los míos, provocándome.

— No lo sé — susurre. Lo sostuve del cuello para, finalmente, besarlo.

BAXTER

Camine por la orilla del mar, sacudiendo mi cabello mojado con una mano, en un intento de secarlo aunque sea un poco. Tendí la tabla sobre la arena y voltee a observar el mar por unos minutos.

Merlia continuaba surfeando, centrándose únicamente en las olas, como si nada más existiera. Esa era una de las cosas que más me encantaban de ella, su pasión por el surf y como se refugiaba en ello.

Una persona apareció a mi lado, sonriéndome cálidamente.

— Summer — salude, sonriendo de vuelta.

— ¿No habías huido del país? — se burló.

— Solo mis hermanas.

— ¿Que planes tienes? — cuestionó.

Ante aquella pregunta, volví mi vista hacia Merlia, la cual ahora avanzaba en nuestra dirección.

Esta vez, mi sonrisa fue más grande y sincera.

— Voy a quedarme este verano — respondí al cabo de unos segundos —. Después de todo, lo único que quiero está aquí.

Summer asintió, dándome la razón.

Merlia llegó a nuestro lado y saludó a la chica con un medio abrazo. Compartieron unas cuentas palabras antes de que finalmente centrara su atención en mi. Me abrazo por la cintura y, luego de despedirnos de Summer, tomamos nuestras tablas para alejarnos.

No conseguía dejar de observarla, y no entendía la forma en la que mi corazón se aceleraba cada vez que lo hacía.

Ella me deslumbraba, cada día, continuaba perdiéndome en el color de sus ojos, en sus caricias, en su forma de sonreír.

La simple idea de pasar todo el verano a su lado me enloquecía. Amelia había permitido que me quedara en su casa, mientras me mantuviera lejos de la habitación de Merlia. Aunque rompería esa regla varias veces, me alegraba que me hubiera recibido en su hogar.

Actualmente, Lia era lo más preciado en mi vida. Y estaba seguro de que lo sería durante un largo tiempo.

FIN

Fin del primer acto de esta historia.
Solo me queda agradecerles por todo el apoyo, de verdad los adorooooo <3

Se que, posiblemente, les surge la siguiente duda:
¿Va a haber segundo acto?
La realidad es que todo depende de netflix y si deciden hacer una tercera temporada de la serie, en caso de que eso suceda, habría un segundo acto de este fic.

Eso es todo, nuevamente GRACIAS A TODOS🩷
Nos leemos pronto.