11. Solo somos tú y yo
Regrese al hotel caminando junto a Summer, ambas habíamos decidido entrenar en la playa por la mañana, ya que esa tarde era un día muy importante en la competencia y debíamos estar lo suficiente preparadas.
Detuvimos nuestro andar al encontrarnos el camino a nuestras habitaciones repleto de ropa, nuestra ropa. Las prendas se encontraban colgando de los árboles, luces, y desparramadas por toda la calle.
— Ataque de madrugada, así es Nueva Galés del Sur — explicó Wren.
Dando un suspiro deje mi tabla contra un árbol y comencé a recolectar mi ropa. Mis mejillas se tiñeron de rojo al encontrar incluso mi ropa interior. Forme una pequeña pila de prendas en una esquina y luego me dirigí a la ropa que colgaba de los árboles. Era imposible descolgar aquello.
— ¿Cual es la gracia de hacer esto? — espete mientras daba saltos para alcanzar una camiseta.
— Escúchenme todos, lo hicieron porque somos una amenaza — Wren se bajo de los hombros de Ari, quien la ayudaba a buscar su ropa —. No podemos dejar que nos distraigan. Creo que aún podemos ganar.
— Si, es cierto. Que eso no nos afecte — coincidió Bodhi.
Deje de oírlos al necesitar mi ropa con urgencia, pero esta se encontraba demasiado arriba en el árbol. Sin pensarlo demasiado me decidí a trepar.
— Espera un segundo, detente — Bax apareció como la voz de mi conciencia —. ¿Qué estás haciendo? ¿Piensas subir, pisar una rama débil y caerte? Si ese es tu plan, déjame decirte que no volverás a surfear en mucho tiempo.
— Ayúdame entonces — me acerqué, señalándolo.
Baxter asintió y me permitió subir a sus hombros. Cuando se puso de pie, se volvió mucho más fácil la tarea de alcanzar mi ropa. Mis nervios ante su presencia incrementaron, así que con velocidad sostuve mi ropa del equipo, ropa interior y un pantalón, antes de pedirle al chico que me bajara.
— ¿Eso es todo? — preguntó, creyendo que entablaría una conversación con el.
— Así es — me mantuve reacia, mientras me dirigía a la pila de ropa que formé antes y tomaba todo en mis brazos, intentando huir lo más pronto posible —. Nos vemos.
Le di la espalda, alejándome.
— Suerte en tus rondas.
Apenas alcancé a oírlo, pero aún así voltee un segundo para dedicarle una sincera sonrisa.
La primera ronda individual femenina iba a comenzar, y minutos antes decidí preparar mi tabla para surfear, intentando ahuyentar mis nervios. Me distraje colocándole cera y revisando las aletas, solo por si acaso.
— ¿Vas a utilizarla?
No tuve que alzar la vista para saber que se trataba de Baxter, preguntando específicamente por la tabla que me regaló.
— No fue un regalo, Baxter, fue tu compensación por dañar mi anterior tabla, ¿porqué no la usaría? — intente mantener un tono de voz suave, sin alterarme.
— No quiero que cuando la uses pienses únicamente en eso, porque sabes que no fue la única razón para dártela.
No pase desapercibido el atisbo de culpa que se hizo notar en sus palabras. Solté un suspiro, demostrando lo agotada que me encontraba mentalmente.
— Es difícil — fue lo único que conseguí decir, a causa del nudo que se formó en mi garganta.
Se mantuvo en silencio, únicamente observándome, como si quisiera decir algo más pero no estuviera seguro. Mi mente comenzó a inventar alguna excusa, buscando una forma de escapar del incómodo momento, pero no hizo falta hacer nada, porque Wren apareció a un lado de su hermano.
Fue como un milagro, aunque uno no tan agradable.
— Necesito hablar con Merlia, de todas formas, Elo te necesita — la rubia empujó los hombros de su hermano suavemente.
Baxter asintió y se fue sin replicar.
Alce la vista un poco, lo suficiente para verla.
— Te dire lo mismo que le dije a tu hermano, tú y él ya no existen para mi — me puse de pie —. Tu tienes la peor parte, ¿sabes? Porque mientras enviabas a Baxter a hacer el trabajo sucio, tú te quedaste de brazos cruzados, dejándolo cargar con todo el peso de la culpa.
— No vine aquí para que me perdones o sermonees, Merlia. Vine a desearte suerte, porque ahora que competimos de verdad, vas a necesitarla — ladeó el rostro.
Estaba intentando hacerme sentir inferior, pero no lo iba a conseguir, porque ya no soportaría que me tratara de esa forma.
— Creo que siempre competimos de verdad — lleve los brazos detrás de mi espalda, fingiendo tranquilidad.
— Tal vez — asintió.
— Y también se la razón — murmure, la rubia espero a que continuara —. Sabes que puedo ser mucho mejor que tu, y te asusta que pueda superarte — sonreí ladinamente, mientras Wren arrugaba las cejas con molestia —. Así que, te deseo suerte a ti también, porque ahora que no somos amigas, no me importará quitarte el puesto de capitana.
La alerta del inicio de la competencia sonó y tome mi tabla, antes de darme media vuelta y alejarme de ella, sin quedarme a ver la expresión en su rostro.
La ronda comenzó y todas las chicas nos adentramos al agua, buscando las olas perfectas.
Al terminar, supere a Wren en puntaje, sintiéndome satisfecha conmigo misma. Cuando salimos del mar, camine a su lado sonriéndole en grande, ganándome una mueca de desagrado que no me intereso en lo más mínimo.
Las rondas individuales iban perfectamente, hasta que llegó el turno del grupo de Ari, el chico salió a las olas y se bloqueó, para el fue imposible surfear. Esto alteró a todo el grupo, ya que ganar esa ronda era necesario para sumar puntos, pero alteró aún más a nuestra entrenadora.
— Perdóname — Ari volteó en dirección a la Radic mayor.
— ¿Perdón por qué? ¿Por costarme el título? — le grito, completamente desencajada.
— Elo, déjalo, que lo procese — Bax se acercó a su hermana.
— En serio, me preocupaba que te quebraras bajo la presión, pero Wren me dijo que lo soportarías — espetó la mujer.
Agache la cabeza, sintiéndome mal por el chico. Era notable que se sentía verdaderamente mal, y por supuesto no iba a culparlo por perder su ronda, nadie en el equipo lo hacía, solo Elo y su estupido egocentrismo.
— Oye, ya basta, no puedes hablarle así — se entrometió Summer.
— Summer, olvídalo — Ari intentó detenerla.
— ¿Quieres acompañarlo en la banca? ¿En serio? — Elo continuó gritando.
Rodee los ojos a causa de la molestia que me generaban sus gritos.
— Prefiero dejar el surf que ganar algo para ti, de hecho — sonrió Summer, sarcásticamente.
— Summer, venimos a surfear — replicó Poppy.
— Pops, ¿recuerdas el papel de la purga? — le preguntó a su amiga. Fruncí el ceño —. Elo quería que eso pasara, lo preparo. Y le hizo lo mismo a Tuscany hace un año. La fogata, el papel que se cayo, todo.
— Wren, dijiste que Tuscany era abusiva — Bodhi se dirigió a la rubia.
Tenía entendido que Tuscany era la chica de Queensland con quien Bodhi hablaba por internet, se gustaban.
— Así es, escribió cosas horribles sobre mi — respondió Wren.
— Si, porque su vida es un infierno. Esto es lo que Elo hace, nos pone en nuestra contra, para que vayamos enojados al agua. Poppy y Bodhi, Bax y Ari, Wren y yo. ¡Incluso Merlia se peleó con Baxter y Wren! — Summer continuó explicando, muy segura de sus palabras.
Trate con todas mis fuerzas de ignorar la última parte de su frase. ¿Bax y Wren habrían estado bajo la manipulación de su hermana mayor para alejarse de mi? No lo veía posible, pero si las palabras de Summer eran verdaderas, existía una mínima posibilidad.
— Bodhi, no se de que está hablando — Wren negó rotundamente.
— Si, lo sabes, ambas saben. ¿Podemos ser honestos, por favor? — Bax habló, llamando la atención.
— Todo el mundo, escuchen: cuando acepte este trabajo, eran el equipo que no vencía ni a Tasmania, mis métodos tal vez no les gusten, pero aquí estamos, muy cerca del trofeo. Claramente necesitan escuchar la dura verdad — la entrenadora intentó defenderse de las acusaciones.
— ¿Dura verdad? Si quieres decir la verdad, dile a Bax lo que hiciste — Summer se acercó y enfrentó a Elo.
Me cruce de brazos, repentinamente nerviosa.
— ¿De que está hablando, Elo? — inquirió el chico, inseguro.
— Nunca te expulsaron de Queensland — Summer se dirigió a el, aún clavando su dura mirada en la mujer —. Despidieron a Elo por sus métodos horribles y a Wren por abusiva.
— No me despidieron, me obligaron a renunciar y fue una queja de los padres de Tuscany — corrigió la entrenadora.
— Lo mantuvo en secreto, y te culpo por mudarse a Shorehaven. Y la niña preciosa de aquí — señaló a Wren, burlona —, siempre lo supo
Dirigí mi mirada hacia el chico, quien por fuera se mostraba lo suficiente tranquilo, pero lo conocía, y sabía que por dentro estaba sintiéndose extremadamente traicionado. Y la razón era obvia, sus hermanas habían estado mintiéndole desde hace muchísimo tiempo.
Sentí unas inmensas ganas de acercarme y abrazarlo, pero me mantuve en mi lugar.
— Bax, solo quería mantener a la familia unida — Elo giro a verlo, completamente nerviosa —. Tu carrera, depende de mi reputación.
— ¿Tu reputación? — repitió el chico, sin poder creerlo.
Ari se puso de pie repentinamente, saliendo de la sala y ganándose la atención de todos. Wren corrió detrás de él, y aprovechando esa distracción, Baxter le murmuró algo a su hermana mayor para también irse.
No aguarde ni cinco segundos antes de ir tras el. Ignoré que se adentró en los baños de hombres y lo seguí, intentando no ver nada inapropiado.
Unos golpes a un casillero se oyeron con fuerza y aumente la velocidad de mis pasos. Mire a ambos lados y sentí alivio al descubrir que Bax no fue el causante de los golpes, sino otro chico que se fue apenas entre.
— El pobre se perdió su ronda, demasiada testosterona.
Sonreí al escucharlo y me senté a su lado en un banco de los cambiadores.
— ¿Que fue lo qué sucedió afuera? — pregunté, tratando de encontrarle un sentido a la situación.
— No tengo idea — murmuró.
No sabía como abordar el tema, Bax lucia distraído, como si quisiera evitarlo. Y no supe que hacer hasta que algunas lagrimas descendieron por sus mejillas, me limité a abrazarlo con fuerza, dejando que recostara la cabeza en mi hombro. Acaricié su cabello con lentitud.
— Todo esto es injusto para ti — susurre —. No renuncies a la competencia, a tu sueño, por ellas dos. No permitas que te hagan esto.
— No soy lo suficientemente fuerte como para enfrentarlas, lo sabes, son mi única familia — negó, con la voz quebrada.
Baxter y Wren tenían padres ausentes, era por eso que Elo se hacía cargo de ellos. Los padres de los chicos se la pasaban viajando, olvidando completamente que debían cumplir con un rol de responsabilidad respecto a sus hijos.
>> Todo este tiempo... deje que me manipularan por una mentira, soy un completo idiota — se lamentó.
— No lo eres — negué automáticamente.
— Lo arruine todo, te perdí — se irguió en su lugar, de repente inquieto.
— No lo hiciste.
— Lo hice.
— No es así, Bax — repetí — Sigo aquí, contigo, pero dime cómo puedo lograr perdonarte, porque ya no se que hacer — susurre, esquivando su mirada.
— Supe que me arrepentiría de hacerlo apenas Wren me lo pidió. Iba a arruinar lo que teníamos, pero me sentí demasiado presionado, Lia. Si no lo hacía mis hermanas se pondrían en mi contra, Elo me sacaría del equipo y devolvería a Queensland. No era lo que quería, porque también significaba alejarme. Alejarme de ti — limpió las lágrimas de su rostro con sus manos, en un movimiento nervioso —. Hiciera lo que hiciera todo saldría mal, aunque ahora se que elegí el peor camino.
— Me lastimaste — reproche en voz baja, volviendo a mirarlo.
— Y estoy completamente arrepentido. Nunca jamás volvería a traicionarte así. Sabes que desde niños solo somos tú y yo — sostuvo un mechón de mi cabello entre sus dedos, observándolo atentamente. Casi podía ver como los engranajes de su cabeza trabajaban rápidamente, preparando lo siguiente que iba a decirme —. No se exactamente desde que momento, pero te amo, créeme cuando te digo que lo hago.
Deje de respirar por unos segundos, sentí que me temblaban las manos, obligándome a volverlas puños para detener el movimiento.
Mi mente se mezclo entre los sentimientos de dolor y amor, manteniéndome confundida y alterada. Baxter lo era todo para mi, y que estuviera diciéndome aquello me hacía olvidar poco a poco su error.
Porque tenía razón, desde pequeños, siempre fuimos nosotros dos. Solos contra los demás. Wren estaba con nosotros únicamente cuando le aburrían sus otros amigos, tal y como hacía actualmente.
Así que Bax solo me tenía a mi cuando el mundo se le derrumbaba, cuando caía de su patineta apenas aprendió a usarla, cuando sus padres lo dejaban solo. Y yo solo lo tenia a él, cada vez que mi padre me hacía llorar, cuando me caía de mi tabla al surfear, y cuando su propia hermana se olvidaba de mi existencia. Cada vez que nos sentíamos mal, o absolutamente felices, nos teníamos el uno al otro.
— Yo te amo a ti, muchísimo — mi voz tembló al hablar. Bax tomó mis manos entre las suyas, obligándome a deshacer los puños. Sonrió de forma que sólo él podía hacer, llenando mi corazón de una calma inmensa —. ¿Como es que eres tan lindo?
Note un suave rubor hacerse notar en sus mejillas y a causa de la ternura que aquello me generó, no pude evitar acercar mis labios a los suyos para dejar un corto beso.
— Vas a volverme loco — sonrió en grande.
Esta vez, fue él quien se acerco, uniendo nuestros labios en un beso que comenzó lento, sin prisas, y poco después se volvió algo desesperado. Bax llevó sus manos a mi cintura, presionando un poco para acercar nuestros cuerpos aún más, al mismo tiempo que yo aferré mis manos a su cabello, volviéndolo un desastre.
Capítulo largo, ¿les gustó?
Estamos tannn cerca del final que ya puedo decirles que este es el ante último capítulo <3
Además, quería mostrarles la siguiente foto:
No estoy segura de si se aprecia bien, pero es Josh (el actor que interpreta a Baxter) subiendo una historia con la canción de Olivia Rodrigo "Get Him Back!", la cual también es el título de esta historia.
Nose JAJJAJA simplemente me pareció gracioso, así que tenía que mostrárselos.
En finn, nos leemos en el próximo capítulo <3
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