08. La verdad y la culpa
Por la mañana todo fue extraño, el equipo estaba más dividido que nunca. Las chicas no se hablaban entre ellas, Wren y yo tampoco lo hacíamos, aunque debíamos aclarar las cosas, y Bax estaba decidido en atacar a Ari.
— Yo hablare con el — decidí, colocando cera en mi nueva tabla —. Tu no harás más que empeorarlo.
— ¿Eso crees? Se lo merece — espetó mirando el mar con el ceño fruncido.
— No harás nada — finalice.
Bax chasqueó la lengua con enfado.
— En los chicos quiero a Griff y Tommy contra Bax y Ari — grito Elo, preparando los grupos.
Tenía que ser una broma.
Baxter se levantó de mi lado con una sonrisa de oreja a oreja, dirigiéndose al rubio. No pude detenerlo cuando comenzó a hablarle, solo me alerté al ver la cara de susto de Ari. Me acerqué a los chicos al mismo tiempo que Summer.
— Summer puede hacer lo que quiera. Pero si no le dices a Wren lo qué pasa, yo lo haré primero — la sonrisa en el
rostro de Bax había desaparecido, demostrando la seriedad en sus palabras.
Baxter y Wren podrían tener millones de discusiones, pero el chico haría todo por su hermana, la defendería todas las veces que fueran necesarias.Y acababa de dejarlo en claro.
Caminamos devuelta a mi tabla en la arena con intención de alejarnos de la palpable tensión entre Summer y Ari.
— Estuviste bien — chocamos puños con una sonrisa.
— Lo se — Bax hizo un ademán con la mano, restándole importancia.
Momentos después Poppy y yo estábamos dentro del agua, montando unas olas antes de salir y chocar la mano de nuestra compañera de grupo, en mi caso fue a Summer, para cederle el paso y que se adentrara al mar.
Lo último que hicimos ese día como preparación para las nacionales, fue una sesión de fotos con la nueva ropa del equipo Victoria, representando a Shorehaven.
Tome una bocanada de aire antes de adentrarme a la casa Gibson.
Wren había organizado su fiesta de cumpleaños en la casa de su novio, fue muy inesperado el recibir una invitación de su parte. En parte lo agradecí, porque era una gran oportunidad para arreglar nuestros problemas, pero por otro lado estaba asustada. ¿Y si perdía a mi mejor amiga?
Busqué con la mirada a la rubia, encontrándola junto a Bodhi, riendo con felicidad. Me acerqué dubitativa, saludé a ambas con un asentimiento y le tendí a Wren una pequeña bolsa de regalo. La abrió en un movimiento, revelando un brazalete con un delicado dije de ola.
— Me encanta — sonrió, aunque la emoción no le llegó a los ojos —. Bodhi también me regaló brazaletes.
— Son bonitos — asentí, ojeando sus muñecas —. Feliz cumpleaños, Wren.
La chica me respondió con otra sonrisa de labios apretados, decepcionándome lo suficiente como para que mis ánimos decayeran.
Summer salió de la casa, cargando una jarra con algo que supuse era alcohol, para luego adentrarse al cobertizo. La seguí disimuladamente, necesitaba huir de aquella fiesta.
— Que sorpresa — murmuró apenas verme llegar.
— Se que no te caigo bien, pero necesitaba escapar — me senté sobre una mesa dando un suspiro.
— No te equivoques, me caes bien — se encogió de hombros, tendiéndome la bebida —. Pero si hay rencores entre nosotras, olvidémoslos ahora.
Acepte con una sonrisa y seguidamente di un trago a la jarra. Automáticamente sentí como el ardor característico del alcohol bajaba por mi garganta, confirmándome que aquella sería una larga noche.
Mientras Summer se distrajo pintando en un lienzo transparente, extraño, me dediqué a husmear en mi teléfono publicaciones sin sentido. Al menos hasta que Baxter se hizo presente, tomándonos por sorpresa a ambas.
— ¿Que hacen aquí?
— El ponche especial de Margot, delicioso — Summer le enseñó la jarra.
— Hagan lo que quieran, ese no es mi estilo — se dirigió a sentarse a mi lado.
De un momento a otro Poppy entró al cobertizo entre gritos frustrados.
— No puedo estar con Wren y Bodhi un segundo más — reparo en que el chico también se encontraba ahí —. Sin ofender Bax.
— Me ofende un poco — murmuró.
Summer le ofreció ponche a su amiga, y cuando aceptó, más gente comenzó a llegar. Dentro del cobertizo se había creado una auténtica fiesta aparte del cumpleaños de Wren.
Todos bebían sin freno, al igual que yo de cierto modo, pero a diferencia de ellos, no me encontraba ebria. Solo me sentía contenta, olvidándome por un instante todo lo ocurrido con Wren.
Baxter se encontraba sentado frente a mi, dedicándose a observarme con una sonrisa mientras de vez en cuando bailaba y cantaba alguna canción que reproducían.
Todo el día había imaginado cómo se sentiría besarlo, y quizás ahora, con unas algunas gotas de alcohol encima, la idea de hacerlo realidad era más tentadora.
— Creo que me gustas — fruncí el ceño cuando aquellas palabras escaparon sin permiso de mi interior —. En verdad lo sé, me gustas.
Bax se mantuvo quieto, sin ninguna expresión entendible en su rostro. Me preocupe, pero elimine toda idea contradictoria al recordar sus palabras del día anterior, el me confesó sus sentimientos. ¿Existía forma de que cambiara de opinión en un solo día?
Estaba sobre pensando las cosas, lo sabía, pero mientras no obtuviera una respuesta de su parte no podría acallar mis ideas.
Me acerqué unos centímetros más, quedando a una distancia considerable de sus labios, aunque lo suficientemente cerca. Baxter parpadeó con lentitud, esperando el momento, pero cuando me decidí a darle un corto beso para comenzar, me alejó tomándome el rostro suavemente.
Automáticamente me sentí patética, mi vista se nublo, giré el rostro para alejarme de su toque y dejar de verlo.
— Oye, mírame — llevo sus manos a mi cintura, provocándome un cosquilleo. Lo observé de reojo —. No pienses que no quiero besarte, quiero hacerlo más que nada, créeme. Me gustas muchísimo, Lia, pero siento que debo ser sincero contigo antes de que hagas algo de lo que puedas arrepentirte...
Por fin lo mire a los ojos nuevamente, con confusión.
— ¿De que estás hablando?
— En la competencia que a Summer se le rompió la tabla, yo... — vaciló, entrecerré mis ojos sin entender. Baxter tensó la mandíbula y dejó de observarme —. Yo lo hice, dañe su tabla por un favor que le debía a Wren.
Instantáneamente me aleje de sus brazos, como si me estuvieran quemando.
— ¿Un favor?
— ¿Recuerdas la razón por la que nos fuimos de Queensland para venir aquí?
Por supuesto que lo recordaba. Un año atrás, en las nacionales, Baxter estaba con Queensland. Solo quedaban ellos y Nueva Galés del Sur. El otro equipo quiso intimidarlos pero no funcionó, Queensland ganó de todas formas, y luego festejaron frente a la casa club de su rival. No les alcanzo con eso, ya que retaron a Baxter a prender fuego la bandera de aquel equipo, terminando con un grave incendio en la casa.
Los jefes en Queensland se volvieron locos, llevaron a Wren a una reunión y terminaron por expulsar a Baxter permanentemente. Por eso los hermanos Radic se encontraban en Shorehaven actualmente.
>> También afloje la cuerda de tu tabla — confesó —. Wren no podía competir ese día por su tobillo, y no quería que ustedes dos la superaran.
— Dime que es una mentira — casi rogué, sintiendo los ojos arder —. Por favor, dime que estás mintiéndome.
— No podría mentirte con algo así — su voz sonó ahogada.
Las luces del cobertizo se encendieron, dejando ver a la madre de Summer.
— Pastel — anunció la mujer, obligando a todos a que salieran.
Los demás ahí dentro obedecieron, pero tanto Baxter como yo no conseguimos movernos ni un centímetro, ensimismados en nuestra conversación.
— Todo este tiempo, creía que estabas apoyándome cuando perdí en la competencia y me sentí insuficiente, me regalaste la tabla... — me mantuve inexpresiva, aunque por dentro estaba llorando —. Y la realidad es que lo hiciste porque tu lo ocasionaste, te sentías culpable.
— Sabes que no lo hubiera hecho sino fuera porque...
— ¡No te excuses, Baxter! — exclame, retrocediendo varios pasos —. Hiciste lo que Wren te pidió, y preferiste pasar sobre mi, sabiendo que me perjudicarías. Perdí esa competencia por tu culpa, y aun cuando me sentía mal no fuiste capaz de confesarme esto — se puso de pie e intentó llevar una mano a mi rostro, lo aleje de un empujón —. No me toques.
— Me equivoqué, se que lo arruine todo, lo siento tanto — sus ojos se encontraban vidriosos, demostrando lo mal que la estaba pasando.
El sentimiento de traición era demasiado fuerte, y nunca lo había experimentado de tal manera, mucho menos viniendo de alguien tan importante en mi vida. No sabía como manejarlo.
— Desde ahora tu y Wren no son nada para mi, ¿lo entiendes? No quiero tener en mi vida a alguien que este dispuesto a lastimarme de esa manera.
Me hice camino hacia la salida de la casa Gibson, pasando de largo a Wren, a su pastel, a su mierda de fiesta de cumpleaños y a su forma de ser una muy mala amiga.
Estaba decidida de que toda amistad entre Wren y yo murió ese día, y tal vez también mi extraña relación con Baxter.
Capítulo caótico, ¿que opinan?
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