Repetitivos golpes en la ventana me sobresaltaron, abrí los ojos velozmente. Busque el causante del ruido, totalmente desorientada, hasta reparar en una silueta a través de las cortinas. Wren se encontraba golpeando mi ventana.

En otra situación no me habría preocupado, pero ahora, con Baxter durmiendo plácidamente en mi cama, por supuesto que me preocuparía.

— Bax, despierta — lleve una mano a su espalda, sacudiéndolo suavemente. Se encontraba prácticamente sobre mi, por lo que si él no se movía, yo no podría hacerlo. Otro golpe resonó en la ventana, alterándome —. Baxter, por Dios levántate. Wren definitivamente no puede verte aquí.

Terminé empujándolo lejos, el chico soltó un quejido al rodar hasta el suelo. Mi cama no era lo suficiente grande para ambos.

— ¿Que te sucede? — murmuró adormilado, tendido en el suelo.

— Tu hermana está afuera — señale la ventana.

— ¿Y cual es el problema?

— ¡No puede verte aquí! — grite en un susurro. Baxter sonrió ladinamente —. No es momento, te recuerdo que mi abuela tampoco debería verte en mi habitación.

Bax palideció y esta vez me tocó sonreí.

— Tu ganas.

Me puse de pie, en dirección a mi armario. Tome una chaqueta, me la coloque rápidamente y gire a verlo.

— Escóndete bajo la cama. Me iré con Wren, y luego puedes irte sin que mi abuela te vea.

Entre al cuarto de baño para terminar de prepararme, al salir nuevamente, no divisé a Baxter, por lo que supuse que estaba en donde le indique. Me arrodillé a un lado de la cama y le dediqué una mirada.

— Debes limpiar debajo de tu cama — pidió, formando una mueca exagerada.

— Eso será otro día — sonreí —. ¿Nos vemos luego?

— Claro.

Me asegure de estar lista antes de abrir la ventana y recibir a mi amiga con una sonrisa. Salí por el marco y disimuladamente dejé la ventana abierta, para que Baxter consiguiera salir luego.

— ¿Porque tardaste tanto? — Wren cuestionó mientras comenzábamos a caminar.

— Me despertaste — me encogí de hombros —. Cuéntame como te fue con la campaña.

— Fue un desastre. El camarógrafo le dijo algunas cosas a Bodhi y Summer se vengó de él, aunque le dijimos que no lo hiciera, lleno el cuarto del hombre con pescados y escribió un mensaje en las paredes. Esta loca, realmente.

— ¿Es broma? — fruncí el ceño —. No lo puedo creer.

— La regresaron a su casa apenas enterarse — asintió la rubia.

— Ósea, la casa de Ari.

Después de aquella fiesta caótica, en la que Baxter y Summer incendiaron la cocina, terminaron por echar a la chica y a su madre del lugar. Viéndose obligadas a vivir con su familia amiga, los Gibson.

— No me lo recuerdes — frunció la nariz con desagrado.

Elo organizó un campamento para ese día, una actividad para que entrenáramos y a la vez reforzáramos la unión del equipo. Tal vez pasar tiempo juntos de esa manera nos serviría para solucionar problemas, o eso creí hasta ver llegar a Baxter y Summer juntos.

Deje a un lado mi carpa y presté total atención a la situación.

— Elo, mi hermana favorita, ¿como te va? — su hermana le regaló una mala mirada —. Espera, no, adivino. Diez vueltas para todos.

— No le hagas caso — Summer empujó al chico —. Vinimos a entrenar.

— Eso espero, después del desastre en la sesión de fotos. Sin carreras. Ustedes dos van a cocinar y limpiar por
todos mientras estemos aquí — Elo continuó comiendo de una bolsa de frituras.

— ¿En serio? ¿A esto vine? — se quejó Bax.

La entrenadora indicó que nos preparáramos para ir a la playa, a lo que todos festejaron.

Fui en busca de mi tabla, la cual luego de ir por helado con Bax, el chico y yo nos dedicamos a arreglar. Estaba muchísimo mejor que antes, ahora al menos podía utilizarse, pero aún así continuaba viéndose vieja y desgastada.

Una mano en mi hombro me hizo voltear.

— ¿No vas a saludarme? — Bax alzó las cejas.

Le dediqué una mirada de soslayo. Intente con todas mis fuerzas no sentirme celosa por Summer, pero fue imposible. ¿Que habían estado haciendo los dos juntos? Esa pregunta me carcomía la mente.

— No hace falta — lo esquive para avanzar hacia la playa.

Tomó su propia tabla y me siguió.

— Es cierto, olvido que dormimos juntos — fingió pensar, mirando a la nada.

Gire el rostro en otra dirección para que no notara mi sonrojo. Terminar durmiendo con el no fue algo intencional, ni siquiera recuerdo como acabamos así, exactamente. Simplemente hablamos hasta cierta hora y lo siguiente que supe fue que nos quedamos dormidos. Estaba claro que conscientemente nunca hubiera permitido que Baxter durmiera en mi cama, mucho menos con mi abuela estando en la casa.

Me acerqué al grupo de chicas, alejándome disimuladamente de él.

Primero entrarían al mar los hombres, luego iríamos nosotras, y por cómo estaba el ambiente sería una guerra.

— ¿Competimos? — Wren tomó su tabla firmemente cuando los chicos terminaron su ronda de surf.

Asentí. En Queensland, mi amiga y yo teníamos una pequeña costumbre de competir entre nosotras, todo a nivel de un juego, prometiendo no tomarnos la rivalidad enserio.

— Escuchen chicas, como si fuera una competencia, presiónense una a la otra. Todas serán enemigas al entrar al agua — indicó Elo.

Entramos al mar y nadamos hasta llegar a donde crecían las mejores olas. Aguardamos unos minutos, mientras Bodhi, Poppy y Summer hacían su propia competencia.

Una gran ola creció frente a nuestros ojos y ambas braceamos para ganarla, fui más rápida que la rubia y la monte. Di tres lindos giros y me dejé caer. Reí al ver la cara de indignación de Wren.

Nos divertimos por un rato, hasta que nuestro tiempo acabo y salimos del mar. Fruncí el ceño al oír como Wren y Bodhi hablaban sobre Summer de forma despectiva. ¿Desde cuando eran tan amigas?

Maldecí en cuanto mi carpa volvió a derrumbarse. Nunca entendería el arte de acampar, eso estaba claro. Sacudí la cabeza y fui a buscar a Wren para que me ayudara, su carpa estaba perfectamente colocada, mientras que la mía era un auténtico desastre.

Pase de largo a Summer, la cual caminaba con una pila de platos sucios para lavar y continué mi búsqueda.

Me detuve detrás de unos arbustos al escuchar ciertos murmullos, espié un poco para descubrir a Baxter y Elo discutiendo. El chico se liberó del agarre que su hermana mantenía en su brazo y avanzó en dirección contraria.

Espere a que Elo desapareciera para detenerlo.

— ¿Está todo bien? — pregunté, sacudió la cabeza levemente —. ¿A donde vas?

— No quiero estar aquí.

— ¿Vas a dejarme sola? — inquirí, con ánimos de hacerlo sonreír, pero conseguí lo contrario.

— Lo siento — amenazo con irse, pero lo detuve al sostener su mano. Llevo sus ojos a los míos, alborotando todo en mi interior —. Volveré en unas horas, espérame.

Beso mi mejilla en un movimiento veloz y prosiguió a caminar lejos del campamento.