Capítulo 3
Misión: El rubí maldito
Capital Federal, República de Argentina
Polonia corría tras los alemanes. Tenía que atraparlos, pues era una bienhechora y ellos unos malhechores, debía cumplir su misión.
Corrió y corrió pero no los pudo alcanzar... los había perdido de vista.
"No es nada personal" escuchó decir la polaca detrás suyo "¿A quién engaño? ¡Claro que es personal!"
La europea se dio vuelta, asustada.
"Alemania, tu..." no sabía que decir y no lo podía creer; Alemania, ¿un enemigo? Mientras, el alemán había puesto una mano en la mejilla de Polonia.
"Querías tenerme miedo, ¿Verdad? Pues ahora tú y el mundo van a tenerme miedo"
La polaca no tenía palabras, pues el miedo la paralizaba.
"Adiós, mi querida polaca" se despidió Alemania, sacando la mano de la mejilla de la polaca y se marchó para reunirse con su familia.
¿Qué habrá pasado? Te estarás peguntando. Pues en el capítulo anterior la Deutsch Mafia estaba en el Museo Nacional de la Ciudad de Buenos Aires (que no existe, la verdad) y Prusia les dijo al alemán Nazi y a sus hijos que fueran al museo a robar el conocido rubí del Río de la Plata, el cual se dice que está maldito.
"Bien" dijo Naz "tenemos que encontrar el maldito rubí de la señorita toma mate"
"¡Che, guacho!" gritó una voz conocida, la cual era de un porteño hijo de la república "¿Qué hacés acá?"
"ach Scheiße (Ay, caraj*)" maldijo el alemán nazi, para luego agarrar a sus hijos y llevarlos a rastras con un solo pensamiento en su mente: «Debo encontrar ese rubí antes que me atrapen»
Caminaron unos pasillos y decidieron separarse en el centro del museo, cuando perdieron de vista a CABA y Buenos Aires. Ori por la izquierda, Ale por la derecha y Naz por el medio. Unos minutos mas tarde, el alemán nazi se encuentra con otra provincia, esta vez una cordobesa.
"¡Lord Third Reich!" saludó Córdoba, alegre de ver al tercer Reich "Es un gusto volver a verlo, señor"
"Córdoba, ¿Qué haces aquí?" cuestionó el alemán nazi "¿No se supone que deberías estar con los mas pequeños o creando tus propias canciones?"
"Quería tomarme un respiro de pasar horas y horas en mi habitación escribiendo letras" respondió la cordobesa.
"Wow" dijo Third Reich, asombrado "No pensaba que te hayas tomado en serio eso de querer ser cantante"
"¿De verdad cree que me lo estoy tomando en serio? Yo siento que todo lo contrario porque si no estaría en mi casa escribiendo hasta las 3 de la mañana" dijo la cordobesa como si nada "pero bueno, esa es otra historia. ¿Qué hace acá?"
"Ehh... pues yo-"
"Acaso quiere ver el rubí, ¿no es así?" preguntó Córdoba, lo cual hizo que Naz se pusiera nervioso
"¿Qué?... N-no, claro que no. Y-yo venía a-"
"Se re nota cuando mentís, Naz" la cordobesa agarró del antebrazo al alemán y empezó a llevarlo a rastras, quien trataba de soltarse para irse corriendo lo mas pronto, pero al parecer la fuerza de la provincia era de hierro.
"Ya cagué" pensó, lleno de nervios "Lo mas probable es que me metan en una celda y me lleven a un psiquiatra o a prisión... ¿Por qué soy tan obvio?"
Todos los pensamientos del tercer Reich se fueron al ver que Córdoba lo llevaba a un lugar lleno de joyas y, con ellos, sus nervios. Una vez llegaron a la entrada, la cordobesa le susurró algo en el oído: "Si querés robar ese rubí será mejor que no se lo ponga si no quiere estar maldito"
[...]
Una vez ya era de noche, Naz, Ori y Ale volvieron al museo esta ves para robar ese famoso rubí. Lograron entrar sin hacer ruido y pasaban las cosas sin ningún problema, hasta que tocó dividirse.
"Bien, ustedes vayan por la izquierda y yo por la derecha" dijo Naz organizando. Los mellizos hicieron caso y se fueron por el pasillo de la izquierda. Caminaban tranquilamente cuando escucharon la voz de una porteña bastante familiar...
"¡¿Qué hacen acá!?" escucharon gritar de nada mas ni nada menos que de CABA, quien empezó a perseguirlos.
Los gemelos empezaron a correr. Unos segundos mas tarde, CABA atrapó a Ori tirándosele encima, quedando arriba de la ruso-alemana
"¡Ori!" gritó Alemania, preocupado por su hermana, y le dirigió la mirada a la ciudad autónoma mientras la maldecía entre dientes.
La alemana oriental le pegó una patada en el estómago, haciendo que la bonaerense «volase» en el aire y cayese en el piso luego de que la ruso-alemana diese una tumba carnera hacia atrás. El golpe hizo que la ciudad autónoma le agarraran nauseas, pero, aun así se levantó y los siguió persiguiendo.
Los 2 countrys gemelos corrían mientras la ciudad autónoma los perseguía. Unos minutos más tarde, CABA perdió de vista a los gemelos, quienes se habían dividido.
"La p#ta que me parió" maldijo la ciudad autónoma, quien se detuvo y empezó a jadear, cansada.
"¡CABA!" exclamó Buenos Aires, quien la alcanzó y le puso la mano en la espalda, preocupado "Al fin te alcanzo, b0lud@"
CABA no dijo nada, sus ganas de vomitar aumentaban cada segundo.
"Hermana, ¿estás bien?"
"Si, estoy bien, solo-"
CABA empezó a vomitar.
"¡CABA!" el porteño solo agarró el pelo de su melliza mientras le decía que escupiera todo, que no se aguantase las ganas de tirar patos.
Una vez que terminó de vomitar, la ciudad autónoma tosió 2 veces y escupió un poco de saliva, se aferró a su hermano en un abrazo y empezó a llorar.
"Soy un fracaso, fallé en lo más simple: atrapar al rufián" decía mientras sollozaba de manera leve. El porteño empezó a acariciarle el cabello en modo de consolada.
"¿¡Qué dices!?" dijo el porteño cuestionando "eres la mejor policía de todas, no debes ponerte mal por eso..."
Unos segundos después, Argentina apareció en el lugar. Al parecer había corrido mucho, pues también tenía una sensación de que algo iba a suceder.
"¿Están bien?" preguntó al ver a ambos mellizos.
"Si, ma', todo está bie-"
"Dejá de mentir" le regañó Buenos Aires "No, mamá, nada está bien. Alemania, su padre y su hermana robaron el collar de abue"
La argentina no tenía palabras, su simple cara mostraba que no había digerido bien la noticia, que hayan robado el rubí maldito del Río de la Plata no es un tema del cual uno puede hacer una broma fácilmente, pero aún no creía que fuese verdad.
"Hijo, tenés que estar jodiendo. No creo que hayan robado el rubí de Confederación" dijo, tratando de convencer al bonaerense de que lo que había dicho no era cierto.
"Entonces cómo explicás esto" el porteño sacó su celular y le mostró a su madre una foto en la que se podía ver el lugar donde reposaba el collar, solo que sin la joya. Al ver eso, sorpresa y enojo invadieron a la república.
"¿Cuándo fue que pasó?" preguntó tratando de mantener la calma
"Esta noche" respondió CABA "Hace un par de minutos para ser mas exacta"
La argentina no pudo mas y pisó el suelo con fuerza, enfadada y sus ojos se habían puesto de un color rojo sangre, causando un gran miedo en sus hijos, quienes sabían que la situación se había puesto de mal en peor.
"Que hijo de p#t@. Que hijo de p#t@" repetía la república cada vez mas enojada "juro que cuando me lo encuentre lo voy a ma-"
"¡Ma'! ¿Qué pasa?" preguntó la ciudad autónoma, con una cara de preocupación notoria. Que supiese que esas cosas eran normales cuando su madre se enfadara no quería decir que no le diera miedo o preocupación.
Esas palabras hizo que se calmara.
"Nada, solo un pequeño ataque de ira" respondió, tratando de calmar a la porteña "Vallan yendo a casa" pidió "los alcanzo en un rato"
"Como digas, mamá" dijo Buenos Aires, quien agarró la mano de su melliza y se fueron.
La latina agarró su celular y llamó a Polonia, su compañera de trabajo.
"Polonia, ya se quienes son los malos de la historia: Alemania y su familia"
"Ya lo sé" dijo Polonia "me los encontré hace unos minutos"
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