Capítulo 15
Alemania estaba sentado en el escritorio de la antigua oficina de su padre, haciendo algunos bocetos de lo que sería el plan que casi tenía finalizado.
"Solo me falta una cosa" murmuró el alemán de occidente mientras apoyaba en sus manos su cabeza "Pero qué?"
En ese momento, sintió unas patitas pisar sus pies. Era Blondie, buscando la atención de su dueño, quien le dirigió la mirada y empezó a darle un par de caricias.
"Was machst du hier? (¿Qué haces aquí?)" preguntó, en un tono suave, mientras una pequeña sonrisa aparecía en su cara. Estaba por alzar a la perrita cuando alguien tocó la puerta, haciendo que el tricolor de lentes recuperara la postura y tosiera un par de veces.
"Adelante" dijo mientras veía abrirse la puerta.
"Ich habe nicht erwartet, dich hier zu finden, Enkel. (No esperaba encontrarte aquí, nieto)"
"Was ist los, Opa? Was führt dich an diesen... Ort? (¿Qué pasa, Abuelo? ¿Qué te trae a este... lugar?)" preguntó Alemania, aún con un pequeño aire de desconfianza a la oficina, observando a su abuelo apoyado en el marco de la puerta.
"Ich habe nach deinem Vater gesucht, ich kann es nirgends finden" (Buscaba a tu padre, no lo encuentro por ningún lado)" dijo Imperio Alemán mientras entraba. "Ich dachte, du wärst hier (Pensé que estaría aquí)"
"Nein, es ist nicht hier (No, aquí no está)." respondió el de lentes "Ahora que lo recuerdo, tampoco lo he visto en lo que va del día"
"Ja, es raro" dijo el imperial antes de sentarse en uno de los sofás de la oficina "Pero supongo que fue a pasear a algún lado" dijo después de unos segundos, tratando de calmar a su nieto y a sí mismo.
Alemania pareció notar eso, y trató de tranquilizarle sonriendo y diciéndole:
"Keine Sorge, alles wird gut. Er weiß, wie er auf sich selbst aufpassen kann. (No te preocupes, todo estará bien. Él sabe cuidarse)"
Al oír eso, su abuelo le miró y le devolvió la sonrisa para luego murmurar un «Gracias».
Pasaron unos cuantos minutos en silencio, el abuelo había agarrado algunos de los papeles de su nieto (quien seguía con los bocetos) y los había empezado a leer.
"Me gustan las ideas que tienes" le dijo a su nieto mientras leía esos papeles. Casualmente había agarrado los planes del primer robo de la mafia. "Me recuerdas mucho a cuando era mas joven, solía pasar mis horas aquí"
"¿De verdad?" preguntó, incrédulo. Su abuelo asintió, confirmando su pregunta.
"Así es" comentó "Du folgst der Familientradition, Enkel. (Estás siguiendo la tradición familiar, nieto)"
Al oír eso, Alemania soltó una pequeña risa. Imperio Alemán movió una silla cerca de su nieto y se sentó a su lado.
"Lass mich dir helfen, dir fehlen die Ideen (Déjame ayudarte, te vez sin ideas)"
[...]
A la mañana siguiente, Alemania se dedicó a explicar cada cosa del plan, empezando por la posición de cada uno.
"Gut. Haben sie ihre Plätze verstanden? Gibt es irgendwelche Zweifel? (Bien. ¿Entendieron sus lugares? ¿Hay alguna duda?)
Al ver que nadie habló por unos segundos, el de lentes asumió que no había ninguna duda y siguió explicando justo después de acomodarse lo lentes. Quienes lo estaban escuchando (o sea Ori, Reich, Prussa e Imperio Alemán), estaban sentados en una mesa de 6 personas, pero dos de esas sillas estaban apoyadas en una pared, quedando las sillas de los costados y de uno de los lados. La mesa era de madera y parecía antigua pero elegante al mismo tiempo.
Faltaban dos días solamente para que fuera el evento. Por suerte, todo ya estaba planificado, y era muy probable que esa misma noche la familia partiera hacia Londres o a la mañana siguiente, justo cuando esté saliendo el sol.
Pasaron los minutos y, cuando el de lentes terminó la explicación, soltó un «Bueno, eso es todo, pueden irse». Toda su familia se fue, dejándolo completamente solo.
Agarró las sillas que había apoyado contra la pared y las puso en su lugar, luego colocó sus planes en un folder. Miró momentáneamente a uno de los bocetos que había hecho y descartado, mostraba un dibujo similar al de un niño de cinco años sobre la copa de la Finalíssima quemándose en el fuego de su chimenea. Hizo un bollo el papel y lo tiró a un bote de basura que había pegado a la pared, cerca del pizarrón donde explicó las cosas, para luego irse a su oficina.
Pero se detuvo repentinamente, y una sonrisa algo maliciosa apareció en su cara. Se dio la vuelta y agarró el papel, lo guardó en su bolsillo y se fue nuevamente a la oficina.
[...]
Prusia estaba leyendo un libro en su habitación cuando escuchó un ruido en la ventana, haciendo que levantara la mirada de su libro. Se levantó y fue hacia donde se encontraba la ventana para revisar si había algo, o alguien.
Asomó su cabeza y miró para ambos lados, sin encontrar alguna pista de que algohubiera pasado por allí, pero cuando iba a volver a meter la cabeza adentro, encontró un pequeño sobre en el borde del pequeño 'balconcito' de la ventana. Al verlo, lo agarró y lo examinó.
El sobre era de papel fino, de un color ligeramente amarillento. Instantáneamente se dio cuenta de quién era. Algo de enojo se apoderó de su cuerpo, recordando una antigua situación que no salió bien.
Aun así, la prusiana no podía negar algo de curiosidad. Prendió la fogata de su habitación y se sentó en un sillón cercano a esta, para luego abrir el sobre y tirarlo al fuego.
Дорогая Пруссия:
Я знаю, что ты не хочешь обо мне ничего знать, но прошу тебя послушать (или прочитать) меня. Приходите ко мне. Да, я знаю, это странно, но я умоляю и умоляю тебя сделать это.
Все еще твоя,
Российская Империя.
(Querida Prusia:
Sé que no quieres saber nada de mí, pero te pido que me escuches (o leas). Ven a verme. Sí, sé que es raro, pero te ruego y suplico que lo hagas.
Aún tuyo,
Imperio Ruso)
Prusia sintió una gran cantidad de enojo dentro suyo. Hizo un bollo el papel en sus manos y estaba por tirarlo al fuego cuando escuchó ese mismo ruido en la ventana. Fue hacia la ventana y la abrió, encontrando un pequeño papelito con un pequeño texto:
Estaré en el bosque cercano a aquí. Por favor ven, quiero explicarte todo.
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