Alemania entró a la habitación de su padre, sintiendose un poco preocupado por él.

"¿Estás seguro que estás bien, Vater?" preguntó el alemán tricolor de lentes, mientras entraba a la habitación.

"Si! Si..." aseguró Naz, mientras fingía. "Está todo bien, mein Liebe, no te preocupes."

"¿De acuerdo?" dijo el alemán occidental, desconfiando un poco de las palabras de su padre. "¿Por qué está tu cama desordenada, por cierto?"

"Oh... bueno, yo..." el alemán de cruz esvástica empezó a pensar en una excusa creíble para que su hijo no piense que él estaba llorando hace unos minutos, o al menos no por qué realmente lloraba "Estaba leyendo un libro y perdí la noción del tiempo" mintió el alemán nacionalsocialista, esperando que su hijo le creyera.

"Como digas..." dijo el alemán de occidente ". Por cierto, creo que deberías bajar conmigo, el Großvater nos envió a Blondie para ir al comedor. Creo que quiere que lo ayudemos con la mesa."

"Ve yendo, hijo, ya te alcanzo" 

[...]

"Arge hay algo que-

"¡Hitlernovinoacá!" 

}"Espera, ¿Qué dijiste?"

"¡Ah, Sov!" exclamó Argentina, y una sonrisa nerviosa apareció en su cara ". N-no dije nada importante."

"¿Segura? Juré que escuché que dijiste «Hitler no-" el soviético no pudo terminar de hablar porque la argentina lo interrumpió.

"¡Te dije que no es nada importante, lo juro!" 

"Eh... ¿De acuerdo?" el comunista la miró raro, mientras sospechaba un poco "Como sea, hay algo que quiero decir-"

"Ma', ¿Qué hacés acá? ¿No estabas en el laburo?" preguntó una voz femenina. Era CABA. 

"Me fui a comprar un café me encontré con el soviético y hablé un rato con él" dijo Argentina para luego tirar una taza descartable de café (de esas que te dan en las cafeterías) y la tiró en un cesto de basura "¿Vos que hacés acá, CABA? Vos también deberías estar laburando."

"Salí por algo parecido, pero mi jefé es el que me envió a comprarle un café" dijo la ciudad auntónoma mientras se acercaba a su 'madre' y le agarraba del brazo. "¿Querés que te acompañe, ma'?"

"Eh... claro, por que no" la argentina se dio vuelta un poco y saludó con la mano a URSS, quien devolvió el saludo y murmuró un «Hasta luego». la república miró a la ciudad autónoma con una mueca rara pero graciosa ". ¿Ahora que pasa, CABA?"

Ambas mujeres empezaron a caminar por la capital.

"Nada, es que solo quería decirte algo" dijo la ciudad autónoma, mientras caminaba hacia una panadería, agarrando el brazo de su madre ". Es sobre lo del collar..."

"¿Qué pasó con mi collar?" preguntó la república, mientras fruncía un poco el ceño.

"Puede que haya una manera de tenerlo de vuelta..." dijo la ciudad autónoma, mientras tragaba un poco de saliva.

"¿En serio lo decis?"

"Si. O al menos podes saber un poco sobre el collar, como si alguien se lo puso"

A a la argentina se le vino una idea en la mente. Quizás podría lograr que Naz le dijera algo sin que se diera cuenta... solo quedaba ver la oportunidad perfecta para eso.

"Entiendo... ¿Sabés una cosa, porteñita? Vos andá a trabajar que ahora me iré sola al laburo, corazón."

"¿Segura, Mami? No creo que sea una muy buena idea que digamos..."

"Vos tranquila que no me va a pasar nada, CABA."

"Bueno... chau, mamá" la ciudad autónoma le dio a la república un beso en la mejilla y se fue, caminando hacia una panadería cerca de donde estaban.

"Chau. Te me cuidás, pend3ja"

[...]

Reich estaba con su celular, sin saber que mas hacer, o al menos hasta que pensó que sería buena idea entrar a Instragram. El nacionalsocialista estuvo viendo imágenes un rato hasta que vio una imagen en la que Argentina y Brasil estaban juntos agarrados de la mano. 

Por mas que él supiera que ellos 2 eran amigos, el alemán de cruz no pudo evitar sentir un poco de molestia al ver esa muestra de afecto que había en esa imagen, y ganas de estar en el lugar del brasileño.

"No entiendo por qué me molesto, ella solo es una amiga... creo" pensó el nacionarsocialista. "Quizás si la invito a salir pueda quitarme algunas dudas de la cabeza..."

Reich entró a WhatsApp y buscó en sus contactos a Argentina. Luego, abrió el chat y escribió:

"Arge, ¿Estás libre?" escribió.

No pasó mucho hasta que obtuvo una respuesta.

Si Naz

¿Qué pasa?

Bueno, quería preguntarte si te gustaría salir conmigo
Pero solo como amigos

Obvio
Podés pasado mañana?

Creo que si.

Mientras tanto, Argentina se estaba metiendo un chicle en la boca ya que su aroma apestaba. La república siguió hacicendo un par de cosas en su oficina cuando vio que Naz le había respondido.

Si, si puedo.

Bien ahí

La argentina tenía una sonrisa en la cara, que se le fue un poco cuando pensó en lo que se le vino a la cabeza lo que pensó cuando estaba con CABA.

"Sacarle un poco de información no le hará daño, ¿verdad?" pensó, tratando de convencerse del todo de que no iba a pasar nada malo "Es solo un poco de información inofensiva"

La argentina agarró y le escribió:

"Te parece a las 8 y media?"

No tardó mucho tiempo en recibir respuesta:

Está bien por mi

Bueno.
Te veo el jueves, corazón.

En un intento de ser un poco coqueta, Argentina decidió escribirle "corazón", cosa de la que se arrepintió a los pocos segundos.

"Pelotuda, ¿Por qué hiciste eso?" se dijo Arge para si misma "Ahora Naz va a pensar que le tengo ganas... Soy una estúpida"

Argentina iba a borrar el mensaje, pero vio que tuvo de respuesta un corazón.

"Pero que cara-"

"¡Arge! Boluda, no sabés"

"Manuel, ¿Cómo chota entraste a la Casa Rosada?"

"¡Te dije que soy Gauchito, no Manuel!" Gauchito se acercó al escritorio y se sentó en frente de Arge. "Como sea, ¿Qué estás haciendo?"

"Te voy a decir que estaba haciendo si vos me decís que hacés acá" dijo la argentina, con los brazos y piernas cruzadas.

"Te extrañaba, por eso vine a verte." admitió la mascota argentina ". Ahora decime que estabas haciendo" pidió.

"Estaba hablando" respondió la república "No voy a decirte con quien"

"¿Es el soviético?" preguntó la mascota argentina, mientras lo miraba con una leve mirada de cachorro de perro.

"Así es" respondió la argentina, claramente mintiendo, pero ambos argentinos sabían que eso solo era un juego "¿Cómo supiste?"