Jamás había escuchado tanto silencio, desde la última vez que estaba en la Muralla María.. y para ser sincero, es mejor que estar en las afueras que estar encerrado por unas murallas que no valían la pena que los Titanes, ¡ahem!, quise decir, MÍ PADRE, dejara un agujero grandísimo para darles el paso a los de otra especie.

Un momento, si está todo tranquilito, quiere decir que...

—Era de suponerse.— Volteo hacia atrás sin impresión alguna, encontrándome un Titán que estaba en cuatro patas mirándome con deseo de hambre, si no cálculo mal debe de tener aproximadamente unos 7 metros, pelo corto color marrón, faltando mencionarles que su lengua la tenía fuera y con su saliva escurriéndola por la falta de... hambre. Murmuré fastidiado. —Tenía que encontrarme con un titán anormal.— El pelimarrón abrió su boca y con velocidad ayudado de la impulsividad se dirige a mí preparado para que me deje comer. Claramente esperé y...

(...)

—Ya van más de mil veces que me quiero dejar comer por esas cosas, ¿hasta cuándo van a cansarse?

Me estaba quejando por la cabeza tan estúpida y nula que tenían los titanes, se detiene el titán anormal frente a unos árboles extremadamente altos, creo que quieren romper las leyes de la naturaleza. Me paré de su espalda ya que aún permanecía en cuatros patas (con apoyo de sus manos), pegué dos veces en ella y bajó su cabeza y cuerpo haciendo una reverencia, de un salto bajé sin despegar mi vista en ese gran bosque, literal.

Volteé mi vista en el titán anormal con indiferencia, hasta que le alcé la voz para que me escuchase.

—¡Oe, ¿por qué demonios te detuviste!?—. Baja su cabeza sin cambiar su expresión hambrienta hacia mí. Levanté mi mano en forma de puño a su carota haciéndolo reaccionar, cambie mi cara a una maniática. —Si veo que te detienes y no atraviesas ese bosque. ¡YO MISMO VOY A MATARTE!—. Así que sin más preámbulos, lo cacheteé para que cumpliera mi objetivo.

Por fin había conseguido un titán que me llevase en su espalda o en su cabeza, ya que me daba hueva irme solo caminando a no sé donde y también por otra razón. No dejaré que él se vaya como los otros malagradecidos que fueron, obviamente los tuve que matar.

Estaba tan distraído metido en mis pensamientos, que sentí algo húmedo por encima de mi capucha negra, miré nuevamente al titán pelimarrón que me miraba con deseo de comerme entero, y no digo de la otra forma, otra gota de saliva iba a salir de su luenga que estaba por encima de mí. Solté un suspiro fatigado alzando mi mano con pereza, mirando como el titán de 7 metros era alzado mientras se removía con dificultad.

Me acerqué hacia él con apoyo de mi poder hasta quedar frente a frente, éste me miró y no hizo más que bajar su mirada. Con voz seria y apagada digo:

—Te lo advertí...— Saco por debajo de mi capa una katana de filo grueso y grande que estaba medio curveada, con una fuerza inhumana jalé su lengua hacia mí, alzando la katana lista para cortársela. —Este es tu castigo.— Velozmente la bajé hacia su lengua, antes de escuchar su característico grito.

—¡¡GRAAHHHH~!!

(...)

Días después de ese incidente, no tuve más opción que matarlo porque,, cada vez que me distraía o me bañaba en un pequeño lago, me quería comer aún así haberle quitado los dientes y partirle la lengua. Sé que al principio pensaron que era muy pacífico e indiferente, pero cuando se trata de que un titán te coma aún así haberlo tratado con misericordia, pongo mi actitud un tanto sádica y seria a la vez. Bueno, ¿quien no se puede resistir a esta sabrosura?

Okey, se escuchó muy malpensado.

Ahora mismo está lloviendo mientras recorría con mi mirada una cabaña o una cueva en donde refugiarme,.

Seré inmortal, pero hasta los inmortales pueden enfermarse pellizcar un virus mortal. En mi opinión, el resfrío (:v).

Estaba a punto de reventar por este maldito clima, porque no me gusta la lluvia, bueno, tienen un lado positivo, pero para mí no. ¡Ahem!, dije que 'estaba', hasta que oí pasos de cascos de caballor y su chirrido. ¿Cómo es que lo sé? Porque antes de que me exiliaran de los muros, yo montaba a caballo, así que si hay caballos.

—“¡Hay personas!”— ¡Aleluya sea el señor y los milagros! ¡Por fin voy a ver a gente después de hace mucho tiempo!

Con rapidez me dirijo hacia donde están los caballos con su galope, salté hacia una rama al estilo ninja, sin dejar mi objetivo de lado. Ya estando lo suficientemente cerca y siguiendo a un grupo con una capa verde, pero detrás de su espalda había un signo con un escudo y una parte de alas azules y la otro con blanco, han de ser un tipo de escuadrón o algo.

Mientras ellos seguían galopando a todo lo que podían (no sé porque), uno de ellos (me pareció el líder) dice autoritariamente.

—¡Todos, preparense para luchar!—. ¿Nani? ¿Contra quién van a pelear? —¡Sólo hay un objetivo! ¡Los extermináremos y haremos la primera base en el exterior para la humanidad!

¿Exterminar? ¿Base? ¿Humanidad? ¿Qué carajos?

*PAS*

—Auch, mi cabecita.— Me había estampado con una rama de arriba por estar haciéndome el tonto, intenté ignorar el golpe y seguí corriendo pero mejor en tierra sin perderlos de vista, con una velocidad que igualaba a la de los caballos.

—¡Hay uno cerca!—. Advirtió uno de ellos que era rubio. Ahora que los miro bien, ¿qué son esas cosas colgando sobre sus caderas? ¡No me respondan! Quiero descubrirlo yo mismo.

De repente se oyeron unas fuertes pisadas que provenían más al frente dejándome a mí confundido, pero eso no me hizo detener, sino que.. fue lo contrario, aceleré el paso un poco rebasando a los otros que ni siquiera se dieron cuenta de mi presencia, ya que a estoy en el bosque pero de su lado izquierdo.

Alcé la mirada de quien era el causante de ellos y... ¿Es un titán? Esperen, es mucho más alto, debe de ser uno normal de ser de ocho o diez metros.

Escuché nuevamente la voz del que iba más al frente que los demás, supongo que es el líder, dando una nueva afirmación o sugerencia.

—¡Recuerden su entrenamiento de cinco años!—. ¿Entrenamiento? Deben de ser fuertes como para que exterminen algo, ¿no? —¡Vamos a distraer el objetivo! ¡Todos los equipos de ataque, preparense para subir!—. ¿Cómo demonios van a hacer eso? ¿Acaso van a volar? ¿Tienen poderes igual que yo?

No sé en que momento, pero fijé mi vista en uno de casualidad, sacando él unos dos ganchos que me impresionaron, escucho un *click* de esos dos ganchos y sorpresivamente salen de esas dos cajas negras de metal un tipo de cable grueso que se
enganchó en un tronco, todos salieron volando con el apoyo de esos cables de seguro, pero algunos se quedaron con sus yeguas.

Nuevamente alzaba la vista para mirar comos ellos hacían movimientos increíbles cada vez que avanzaban con esos cables que se incrustan en la madera gruesa y dura, de sus manos traían unos sables súper-mega-hiper afilados que hasta me sacaron una gota en la sien.

—¡Nos acercáremos a él por ambos lados!—. Gritaron nuevamente dando la orden.

Salté nuevamente más alto para hincarme después en la rama del árbol grande viendo como rodeaban al titán con ayuda de sus aparatos que se seguían moviendo con agilidad.

Vi que uno de ellos se acercaba a él con esas dos sables dirigiéndose a su nuca, con estoicismo grita.

—¡Prueba el sabor de resistencia de la humanidad!—. Ya casi se acercaba a él para matarlo, dio una vuelta giratoria y...

—No puede ser...— Mi cabeza explotó al ver al hombre con aire heroico, ser comido por ese titán calvo. Apreté mis puños teniendo la mirada hacia abajo, con impotencia. —Malditos Titanes.

Mi vista era cubrida por mi flequillo volviéndola sombría, forme mis manos a cambio de puños para después tronarlas con fuerza que hasta mandó una ventisca muy fuerte, le mandé una mirada asesina al titán. Sonreí maniático.

Hoy va llover mucha sangre.

(Año 845, Distrito de Shiganshina)(Tres Días Después)

—Hmm, tal vez no debí interponerme, pero en realidad me enojó mucho que ese titán se lo comiera.— Murmuraba para mis adentros mientras caminaba con la vista gacha pensativo, no podía quitarme esas imágenes de la cabeza, aún así no podía creermelo, ni los otros tampoco.

Sin darme cuenta siquiera, levanté la mirada por inercia, y al ver lo que me encontraba me sorprendió y a la ver me quedé en shock. Una gran muralla estaba ahí.. en mi cara, con mis propios ojos. Esto es real...

Mis ojos se iluminaron esperanzados por volver, a la Muralla María, mi ho-...

—¡¿PERO QUÉ...!?—. Un rayo amarillo cayó al suelo haciendo que la tierra se moviese violentamente que hasta me mandó a volar un poco, cayendo nuevamente de cara al suelo, me salió una venita en la sien. —Mierda...

Alcé la mirada con confusión y sorpresa, ya que cuando ese rayo cae al suelo significa que...

—“Alguien se ha convertido en un Titán.”— Yo que recuerde, “mi padre” y yo éramos los únicos en poder convertirnos en Titanes, ¿acaso no será...?

Un segundo, ahora que lo miro bien... ¡Ése titán mide como 60 metros, es más grande que yo! ¿Por qué tuve que medir yo 15 metros y no 40? :^:

El titán grandote y rojo, alzó su píe izquierdo, yo lo miraba curioso por saber que más iba hacer, su pié bajó con lentitud pero me encontraba más interrogativo que nunca.

Su pié seguía bajando hasta darle una “patada” a la gran muralla del distrito, creando una gran presión de aire muy fuerte que casi me voy volando, de no ser porque saqué mi Katana y la incrusté con fuerza en el suelo. No tengo palabras para describir lo que mis ojos vieron, hasta mi pelo rubio se me paró por el aire y mis labios se pusieron resecos.

Alcé la mirada mirada nuevamente, suspiré sorprendido al no encontrarme con el Titán grandote.

—¿Dó-Dónde está..?—. Síp, este día me estoy quedando conmovido. Pero no niego que ese patadón que dio estuvo bueno :V. ¡Aunque tengo una duda! —¿Por qué él hizo eso a la Muralla María?—. Cambié mi expresión a una extrañada y triste.

Al otro extremo (en el Este), oía pasos pesados y grandes como los de un.., bueno, ya saben de quienes son, pero no eran pasos de uno o de dos, ni de tres, al girar mi cabeza con impresión, un montón de Titanes venían hacia mi dirección, o más bien. ¡Van a la Muralla! ¡No~!

—¡Tengo que ir, y rápido!—. Estaba a punto de correr hacia allá, cuando siento una presencia a un lado mío. —“¿En serio? ¡No es el momento!”— Giré molesto hacia el titán anormal de ocho metros que me miraba con deseo y su sonrisa era una tonta, no me inmuté siquiera y le grité enojado y desesperado. —¡No tengo tiempo para ser comido por ti! ¡Voy a ir a...!—. Callé al sentir como una mano me agarraba con fuerza y presión, yo intentaba salir de su agarre. —¡¿Por qué tengo que ser siempre carnada para los Titanes Anormales!? ¡¿Por qué no mejor con chicas!?

Muy bien, voy a sacar mi lado sádico, ya que los titanes no fueron muy amables en dejarme salvar a la humanidad, yo no seré amable con la suya.

Espero que no sea demasiado tarde, Kami-Sama.