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Ambas pequeñas niñas estaban jugando a un juego de manos, solo palmeandolas en algún ritmo para divertirse entre ambas.

Todo mientras el maestro, que antes las encontró, las miraba casi furioso pero más disgustado.

A ambas reinas las habían llevado allí y la banca era muy pequeña como para que estén separadas mientras estén sentadas. Recibían una mirada fea del maestro pero la ignoraban mientras se hundían en su felicidad.

El maestro había pedido a la maestra, del grado de Mina y Nayeon, el número de teléfono de los progenitores, obviamente recibiendolos pero también varias preguntas de la maestra.

¿Se lastimaron? ¿Les paso algo malo? ¿Hicieron algo fuera de las normas? Cosas así, pero el maestro Choi no contestó y llamó a esos números para decirles que lleguen urgentemente a el kinder.

- ¡Mami! - Nayeon fue la primera en notar a su madre agitada. Nayeon estaba aliviada porque su padre no estaba, ya que no lo quería allí.

- Nay, ¿qué sucedió, eh? No te ves mal, me dijeron que estabas enferma - mencionó verificando cualquier síntoma de la pequeña pero esta se encontraba bastante bien.

- Estoy muy bien, no me siento enferma - Nayeon confundida dijo mientras tocaba su cuerpo.

- Disculpen la tardanza, vinimos lo más rápido posible - dos personas japonesas, madre y padre se acercaban un poco inquietos hasta notar a su hija muy boba viendo a Nayeon, no parecía estar mal a como dijo el maestro que se presentó como Choi.

La maestra, quien daba también el papel como directora, estaba esperando en la oficina mientras escuchaba murmullos en le pasillo. Entonces salió de la oficina para ver.

- El maestro Choi los citó por algo que no se me ha informado, entren. También quiero saber, las niñas estaban muy bien todo el día - y entonces mejor entraron a la oficina donde la docente se sentó en una silla detrás del escritorio y esperó que el señor Choi dijera lo que sucedió.

Los progenitores estaban preocupados.

- Me encontré una blasfemia en esas niñas - apuntó a Nayeon y Mina que se miraron queriendo entender que era aquello - En el patio trasero donde yo a veces caminó para verificar el bien de los niños.

- Diga completamente, maestro - el hombre asintió.

- Esas dos niñas estaban besándose, no algún beso de amigas solo estaban besándose en los labios. Aparte de asqueroso, podían verlas otros niños y hacer lo mismo - terminó de decir.

La señora Im miró con una ceja alzada a su hija quien le sonrió inocente, solo entendió que la cacharon besándose a su reina Minari.

- Mmmh, ¿eso era lo gravemente enfermas que usted estaba informando? - la directora preguntó frunciendo el ceño - ¿Llamó a padres porque encontró a dos niñas besándose inocentemente en el patio trasero? - preguntó como si quisiera que aquello fuera mentira.

- ¡Son dos niñas! Es enfermo y son menores - se exaltó el hombre mientras los señores Myoui solo intentaban distraer a Mina para que no lo escuche.

Y Nayeon, bueno, a Nayeon le importaba poco y nada aquel hombre que arruinó su momento de besito con Mina.

- Eso no es excusa para llamarnos y decirnos aquello de 'enfermas gravemente'. Son dos niñas que como cualquier otras les gusta alguien e intentan lo que ven - la señora Im habló seriamente cuando vio a ambos adultos Myoui ocupados intentando distraer a Mina - Nos preocupamos y alteramos por eso. Sí, son menores y eso no lo deberían hacer hasta edad más avanzada porque es algo que tendrán que descubrir con el tiempo. Si esta en desacuerdo y van a perjudicar a mi hija con aquello, tendré que sacarla de este plantel.

- No es necesario, señora Im. Y usted, maestro es muy bueno enseñando pero lo que hizo no fue muy bueno. Entiendo sus costumbres y creencias o lo que sea, pero separe sus cosas personales con la educación que da en éste plantel educativo, o se le tendrá que despedir.

El maestro enfureció.

- ¡¿Es en serio?! Son dos malcriadas, no deber-... - calló de inmediato cuando la directora se levantó bruscamente.

- Pues esta decidido, ya no trabaja en este plantel. Pido disculpas a los padres y pueden llevarse a las niñas por hoy. De nuevo, disculpen las molestias y preocupaciones que se causaron. Pueden retirarse.

Y así es como Nayeon pudo tener a Mina en su casa porque la japonesa pidió poder ir con Nayeon a una pijamada que ninguno de los adultos Myoui pudo negarse.

Claro, regañaron a Mina por besar en 'no las mejillas' a su amiga pero después le dijeron que estaba bien, sólo que no lo volviera hacer hasta crecer.

Mina sólo asintió, sin estar muy de acuerdo, para irse y ahora estaba en la mesa comiendo de unos buenos platillos de ensalada de pollo, la cual era lo único con verduras que le gustan a ambas niñas.

¿Pero el lado bueno?

Pues... tienen una anécdota que contar de grandes.

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