XII
Pos nada, sean felices porque a mi me hacen feliz los comentarios y ustedes cumplieron<3
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Se quedaron un momento mirándose luego de que Ni-ki haya acomodado delicadamente su cabello.
-¡Oh! Cierto, dejé mi teléfono en la cocina- y Sunoo se fue dejando las galletas encima de su cama.
Jungwon espero a que Sunoo se alejara un poco para hablar.
-No me agradas- dijo el omega de pelo negro -no me agradas para nada.
-Pero, si yo no--
-Eres un cobarde que trata de tener algo con él, sin embargo lo niegas o te quedas callado cada vez que esto pasa- tenía sus brazos cruzados -no me agradas ni siquiera por la comida que me das.
-Yo... - Ni-ki estaba por explicar, pero otra vez sus palabras se cortaron -yo quiero que sea feliz.
-Ya vete, Sunoo volverá pronto
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-Ay, amor- Jay abrazaba a su novio dentro del auto.
-¡Es que no entiendes!- se sentó, separándose del abrazo que tenia con su novio -él es absolutamente malo, yo lo sé, no sé cómo Sunoo no sé da cuenta o si solo es muy inocente o si es un idiota- se quejaba mientras volvía a acostarse.
-Pero si le gusta, no es como si pudieras hacer que deje de gustarle.
-¡Lo sé!- se revolcó en su lugar. -es solo que... nunca le gustó alguien como le gusta Ni-ki, nunca se enamoró y me da miedo que se vuelva ciego de tantos sentimientos....
-Amor, al final, solo te queda apoyar a Sunoo, haga lo que haga, si no puedes cambiarlo, apoyalo y hazle saber que te tiene a ti.- sostuvo su mano.
-Lo sé... sé que pase lo que pase voy a apoyarlo, pero sigue dándome miedo.
-¿Recuerdas la primera vez que tu mamá nos encontró en tu habitación besándonos?
-Ese día mi corazón se detuvo al menos dos minutos- Jungwon rio.
-Pero el me aceptó después de hablar un poco- siguió la risa -talvez solo tienes que aceptar lo que está pasando, de todos modos, nunca había visto a Sunoo tan feliz por tener flores de alguien.
Jay vio a Sunoo ese día, puesto que fue a recoger a Jungwon de la puerta de la casa de Ni-ki.
-Estaba tan emocionado cuando me las mostró...- suspiró acostándose en el pecho de su novio -que apoye a Sunoo no va a significar que Ni-ki me agrade.
-Claro que no, el único alfa que te puede agradar soy yo.
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-Sí, que sea color perla- Ni-ki indicaba a los tres trabajadores que remodelarían el baño.
-Señor, probablemente tengamos que--
-Cuando lo hagan me avisan, estoy ocupado hoy- y se fue sin más.
Ni-ki suspiró llevando su toalla de baño y cepillo de dientes al segundo baño de la casa, ni siquiera presto atención a este solo colocó su cepillo en el lavabo, entrando a una ducha fría, saliendo en unos 25 minutos después de haber entrado.
-Sí, ya voy- una llamada de su trabajo estaba en su teléfono -pura mierda.
Se alistó bastante rápido, saliendo de casa sin despedirse de Sunoo, puesto que este estaba en sus clases.
Debería traerte algo.
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-Solo un poco más de sal...- Sunoo condimentaba el omelet que comerían esa noche. -Listo, ahora solo falta ponerlo al plato- levantó uno de la alacena pero un fuerte sonido en la puerta le hizo soltarlo por el susto, haciendo que este caiga al suelo.
-¡Ni una puta cosa pueden hacer bien!- se escuchó desde la entrada, era la voz de Ni-ki.
Eso fue todo lo que pudo entender, puesto que empezó a hablar japonés y Sunoo ya no sabía qué estaba diciendo.
Talvez le fue mal en el trabajo, talvez algún papeleo se retrasó o los socios no llegaron a tiempo.
Se quedó tanto tiempo pensando en qué pudo pasar que cuando quiso levantar el plato roto del suelo, Ni-ki ya estaba en la cocina, mirándolo desde su lugar, la poca luz hacía que su rostro se vea sombrío.
Y de pronto, Sunoo volvió a tener 11 años, quien había roto un vaso de porcelana al tropezarse, recibiendo regaños y golpes de sus padres.
Sus manos comenzaron a temblar, su corazón a latir rápido y las lágrimas se llenaron en sus ojos, escapando de manera rápida sin tener control en ello.
-L-lo siento...- con sus manos temblando, sostuvo los pedazos rotos del plato, cortándose un dedo, pero siguiendo con su trabajo de levantar lo que había hecho.
-Te acabas de cortar- Ni-ki dejo una bolsa en la mesa, agarrando el basurero para que Sunoo ponga los pedazos que agarró ahí -no los toques, tenemos una escoba de cocina- agarró un pequeño artefacto que aspiraba pedazos pequeños y con eso limpió el suelo.
-Lo siento, en verdad lo siento- Sunoo seguía temblando en su lugar.
-¿Qué pasa?- se sentó en el suelo, acompañando a Sunoo.
-N-no quise romperlo, yo...
-Es solo un plato- le sonrió -podemos comprar más.
-¿N-no estas molesto conmigo?- Sunoo preguntó mirándolo.
-Claro que no- con miedo de si mismo, abrió sus brazos rodeando así el cuerpo de Sunoo.
El omega sonrió al sentir el calor contrario al rededor de él, calmandose un poco al escuchar los latidos contrarios, pues estaba acostado en su pecho.
-Mientras yo esté aquí, ya nada va a hacerte daño.
2/?
Cami~
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