Genya realmente no podía entender, como es que Tanjiro siendo un hombre, le provocaba las mismas reacciones que le provocaba una chica

Ahí estaban, de noche entrenando solos para el entrenamiento de Gyomei, querían terminarlo, o seguir con él, ya que más allá de todo, mover la piedra enfocado en el dolor era catartico

Pero Genya... Miraba a Tanjiro mirar las estrellas, con su rostro brillante por el sudor Pero sus ojos, alumbrados por la luz de la luna, él era una pintura, algo hermoso de mirar y apreciar, le miraba con una sonrisa, una sonrisa lleno del cariño del que él estaba hambriento

Será eso? Será que está tan hambriento de cariño que se aferra al único ser que lo da de forma desinteresada? Puede ser, pero no quería detenerse, no podía, su corazón realmente ya había tomado a Tanjiro como el objeto de sus latidos acelerados

-Genya?

Preguntó, y su voz le erizó la nuca, podía jurarlo,  la mirada de Tanjiro era tan pura como él y al mismo tiempo le provocaba cosas que sabía que son Pero no entendia del todo

Sacudió su cabeza y en un movimiento rápido sacó unas flores cercanas y se las puso cerca de su rostro

-Genya?

-Eres una estrella más...

Solo dijo eso, hecho un manojo de nervios, Pero bastó para hacer a Tanjiro sonrojar, y tomar las flores de sus manos

-Si yo soy una estrella, tu también... El brillo que tienes es único

Esa frase hizo a Genya sonreír, aún avergonzado, mientras se acomodaba al lado de Tanjiro para abrazarlo, y mirar el cielo juntos

El entrenamiento podía esperar