Capítulo 7.
Lev me acompañó hasta la entrada de mi cuarto, no era muy tarde, ya que nuestra cita había durado apenas dos horas, no quería llegar después de Ayshane y que me viera con Lev.
Caminamos por el pasillo sin dejar de hablar y reírnos:
―Fue una buena cita― Me dijo Lev cuando nos paramos frente a mi puerta.
― Sí― Le dije con una enorme sonrisa en mis labios― Yo también la pasé bien.
Lev se apoyó contra la pared y lentamente se inclinó hacia mí, inmediatamente me tensé en mi lugar, mi corazón se aceleró violentamente, martillando en mi pecho como un toro loco. ¿Quería besarme?, ¿Quería besarlo?, y la mayor de mis dudas era: ¿Debía besarlo?
Podía sentir su fragancia masculina como si inundara todo el ambiente, podía sentir cada músculo de su cuerpo como si de mí dependieran, pero ni siquiera lo estaba tocando, un haz de luz separaba nuestros cuerpos que por pocos centímetros no se tocaban. Sus carnosos labios rosados se abrieron, tentadores, invitando a probarlos. Pero no lo hice. No los probé. Abrí la puerta de mi cuarto en un rápido reflejo y cerrándola de inmediato, me oculté en mi habitación, como cuando una presa escapa de su depredador escondiéndose cobardemente en su madriguera, así me escondí de Lev.
Acerqué el oído a la madera de la puerta y pude escuchar unos pasos que se alejaban. Lev se estaba marchando. El peligro se estaba marchando.
― ¿Ya volviste?― Preguntó Olena al verme agazapada como una espía contra la puerta ― ¿Tan rápido?
― Sí― Le respondí recobrando la compostura, intenté disimular mi emoción y susto.
― Es la cita más corta de la historia ― Me dijo Olena media desilusionada.
― ¿Qué tal estuvo?― Preguntó Dasha saltando de la cama con un entusiasmo exagerado.
― Bien, bien― Les dije.
― ¿Bien, bien?― Preguntó Olena confundida ― ¿Eso quiere decir en realidad mal, mal?
― Sí― Les dije, ellas abrieron los ojos sorprendidas, no comprendían como pudo haber salido mal mi cita ― ¡Casi nos besamos!― Les dije tapándome los ojos con las palmas de la mano.
― ¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!― Gritó Dasha exageradamente mientras empezaba a hacer un bailecito triunfal.
― ¿Y eso que tiene de malo?― Me preguntó Olena aun más confundida que la vez anterior.
― Ustedes son muy chicas, no entienden― Les dije poniendo cara de ofendida.
― Ya tengo trece años, creo que puedo llegar a comprender tu patético dilema amoroso― Me respondió Olena poniendo los ojos en blanco con un agravado fastidio, odiaba que la traten como a una niña, aunque todavía lo era.
― No todo se trata de lo superficial― Les dije― Lev es el enemigo de nuestro hermano Ayshane, no es correcto que tenga citas con él. Porque sea el gens más sexi, hermoso, atractivo... ― Fue patético pero se me escapó un suspiro en medio de mi caracterización ― y perfecto en rostro y cuerpo, no significa que sea buena persona. ¡Ustedes estuvieron en el almuerzo, vieron como trató a Sergei y a nuestro hermano!
― Tal vez tiene una razón para actuar así― Me dijo Dasha.
¡Pobre Ayshane, nadie se ponía de su lado!
― Las razones no importan, ¿No entienden lo que trata de hacer?― Les dije, mis hermanas sacudieron la cabeza en desaprobación ― ¡Nos quiere separar!, y está funcionando.
Olena se llevó la mano a su mentón, siempre hacía eso cuando pensaba:
― Creo que no deberíamos adelantarnos a hipotetizar sobre Lev.
― ¿Es en serio?― Le pregunté incrédula.
― Creo que deberías tener más citas y hablar con él sobre cuál es su problema. Tal vez hasta llegues a conciliar a Ayshane con Lev, cuando eran chicos eran buenos amigos.
― ¡Sí!, ¡Es una gran idea!― Se entusiasmo Dasha ― Debes tener, muchas, muchas citas más. ¡Un montón de citas!― Definitivamente a Dasha le emocionaba mucho que yo tuviera citas, dudaba si era solamente con Lev, o sólo que tuviera citas.
Me di cuenta que no valía la pena seguir insistiendo en hacerles comprender los peligros de una relación con Lev, así que cambié mi vestido por un pijama, y luego de limpiar el maquillaje de mi rostro y escamas me tiré sobre mi cama para dormir. Había sido un día muy largo y agotador, mis parpados se cerraban involuntariamente.
El sueño no tardó en llegar, mi mente cayó en un vacio oscuro y estéril, no había imágenes, sólo sonidos. Nunca había soñado algo así, era confuso y aterrador. Un tormentoso bullicio llenó mis oídos, era un sonido como nunca antes había escuchado, parecía como si un animal intentaba comunicarse conmigo, pero nunca había escuchado tal sonido de un animal conocido, era una mezcla entre ronroneos y los chasquidos de un saltamontes, sólo que en una frecuencia mucho mayor y más profunda.
Me desperté en la mitad de la noche, con el pulso acelerado y mi cuerpo sudado, un gritó escapó por mi garganta despertando a mis hermanos en la habitación. Olena prendió la luz, mientras Ayshane se sentaba junto a mí para abrazarme. Yo no dejaba de tiritar:
― ¿Qué sucede?― Me preguntó Ayshane acariciando mi cabello con suavidad.
― No lo sé, fue muy extraño― Le respondí con la voz entrecortada.
― Fue sólo un sueño― Dijo Ayshane apartando el cabello de mi rostro.
¡Fue sólo un sueño!, me repetía aquella frase en mi cabeza una y otra vez para calmarme, pero lo dudaba mucho, se sintió como algo más que un simple sueño, como si algo o alguien quisiera comunicarse conmigo.
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