Esta es una antigua historia que sucedió en una lejana tierra de Oriente, en un país que ya nadie conoce o parece querer recordar.

Un país de hermosas flores fragantes con vividos colores en primavera y con frutos dulces que maduran en verano. Una tierra llena de riquezas y de encanto, una tierra en la que una joven y bella doncella se enamoró de un hombre apuesto y sabio, con corazón valiente cual León y amable cual brisa fresca en los días más soleados. Pero esa historia no tuvo un final feliz,... por lo menos no para ella.

Para su mala suerte su a amado no correspondía su amor. Su amado ya había conocido el amor ya había conocido el amor con otra muchacha, y esta correspondía a su vez le correspondía. Por lo cual la doncella fue rechazada, y tanto su mente como su corazón se llenaron de dolor y traición; llegando a querer matar a aquella que consideraba su enemiga. Pero algo dentro de sí la detuvo, pues sabía que de hacerlo ni su amado ni ella se lo perdonarían jamás. Por lo que optó por dejarlos ser feliz y no perturbar nunca su paz.

¡Ay, pero cuán doloroso resulta abandonar el amor!, sobre todo para aquellas almas puras que solo ahnelan la dicha y la felicidad, y que no saben donde encontrarla.

Para esta joven, la melancolía y el dolor eran ahora el adorno que cubría su rostro. Y cierto día, sabiéndose que aún era un peligro para la felicidad de su amado cometió el peor de los crímenes que puede algún mortal cometer contra Dios.Se arrebató la vida que se le fue dada, y las puertas de los cielos, a causa de su extraña muerte, le fueron cerradas; las puertas del infierno, por más que quisieron recibirla a causa de su alma pura no pudieron la albergar. Por lo que supo que fue condenada a vagar por toda la eternidad. Hasta que por fin, un día recibió lo que sería su sentencia, y ese castigo sería hacer realidad los deseos y caprichos del corazón humano. Una esclava de los cambiantes deseos de los humanos.

Su alma fue puesta a confinamiento en una lámpara, y cuando alguien la frotase se convertiría en su dueño, y tendría que cumplir todo lo que el desease.

El alma que habita en la lámpara fue destinada por milenios a vagar de región en región, a cada país del mundo cumpliendo los deseos de los humanos. Todo eso hasta que fuese encontrada absuelta de su horrible pecado y pudiera por fin ascender a los cielos. Pero la lámpara y el genio que la habitan han cambiado tanto de dueño y región que un buen día se perdió, ahora nadie sabe donde puede estar; si ha cumplido con su condena y está en los cielos o si todavía sigue confinada a la lámpara cumpliendo los deseos y caprichos de los mortales.

Esta es la leyenda real del genio, está es una historia que sucedió hace mucho tiempo ya, una historia que prevalece en estos tiempos modernos y que aún no encuentra su final.