Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7


Después del ataque de los Goblins, la sala de estar sólo necesitaba manchas de sangre para lucir exactamente como una escena del crimen. Menos de diez minutos fueron todo lo que se necesitó para que las criaturas arrasaran con la habitación. Cuando finalmente los objetos habían dejado de impactarse con el suelo "mágicamente" y las pisadas se habían detenido tan espontáneamente como comenzaron, William se preguntó si los duendes se habrían marchado por aburrimiento. De cualquier forma, no podía negar el alivio que sintió al saber que se habían ido, al menos, por el momento.

El muchacho estaba perdido en el caso. No tenía ni la menor idea de cómo ayudar a Marian Gray, puesto que ni él entendía lo que estaba pasando. La frustración comenzó a esparcirse por todo su ser, como una enfermedad. Simplemente detestaba no ser capaz de entender.

Los cuatro adultos se reunieron en la cocina para planear su siguiente movimiento. Cuando Marian Gray preguntó a Zamira cómo eliminar a los Goblins de una vez por todas, la chica le indicó que no podían hacer eso, no aún al menos. Explicó que, si se deshacían de los pequeños demonios, perderían su única oportunidad de encontrar a los niños que habían robado y por lo tanto, la Señora Gray no sería capaz de recuperar a su hijo Vincent. La vidente declaró que, primeramente, debían proteger a Aaron de los Goblins, ya que, esa misma noche, siendo la noche de La Luna de la Cosecha, las criaturas vendrían por él sin lugar a dudas.

Las siguientes horas del día debían dedicarse a convertir la casa en una fortaleza anti-Goblins. El Padre Marcos y Marian trataban de reponer la sala de estar y cuidar a Aaron de cualquier otro ataque de los duendes, mientras Zamira se dirigía a su casa donde conseguiría algunas cosas necesarias para proseguir con el plan. Will, como el caballero que era, se había ofrecido a llevarla en su furgoneta. Fue más que obvio el desconcierto de la chica al oír el sincero ofrecimiento del muchacho. Y Will no la culpaba, después de las fuertes acusaciones que había hecho a la vidente hace varios minutos, tenía toda la razón al pensar que él era un completo idiota.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

A William le molestaba el silencio sepulcral en el vehículo.


Como era costumbre, el silencio le daba la perfecta oportunidad a su complicada mente para sobre-pensar las cosas, creando más confusión y frustración. Finalmente, Will terminaba convirtiéndose en una víctima de su propia mente.

Pero, si en verdad era honesto consigo, su molestia no se debía a los Goblins ni mucho menos al silencio, se debía a sus acciones. Se sentía culpable y avergonzado de precipitarse a inculpar a Zamira de ser una estafadora.

La miró de reojo. Estaba tranquilamente sentada en el asiento del copiloto con su sien casi apoyada en la ventanilla y la mirada pérdida en la lejanía. No parecía enojada, sólo apacible, sin importarle el silencio ni un poco; de alguna manera, eso hacía sentir más culpable a Will.

– Lo siento. – Las repentinas palabras del muchacho tomaron a Zamira por sorpresa, arrancándola de su serenidad. Lo miró perpleja por un instante, pero después pareció entender el porqué de sus palabras – Lamento haberte dicho todas esas cosas. Estaba muy equivocado. –

– Está bien. – Aseguró restándole importancia al asunto– Es normal desconfiar de alguien a quien no conoces. –

– Exacto, te acabo de conocer y no tenía derecho a juzgarte. Es solo que... – Will suspiró pesadamente haciendo su mejor esfuerzo para ordenar sus pensamientos. – creo que los duendes me son algo difíciles de procesar. –

– ¿Así que puedes manejar perfectamente a los fantasmas, pero los Goblins son demasiado para ti? – La chica sonrió irónicamente ante la idea. – ¿Por qué? –

– No lo sé. – Lo meditó por un segundo y prosiguió ­– He sabido que los fantasmas son reales desde que era un niño. Los he estudiado por mucho tiempo y ya sé qué esperar cuando trato con ellos. Supongo que los puedo entender de una manera... –

– ¿Racional? ­–

– Sí... – Concordó. –... Además, en toda mi vida, nunca he visto a un Goblin y dudo que alguna vez lo haga, porque, ya sabes... son invisibles. Eso hace mucho más difícil creer que realmente existen. –

– Entiendo... "Ver para creer."– Zamira se dejó caer en el asiento con fastidio al pronunciar la última frase. Entonces agregó – Bueno, si te hace sentir mejor, te puedo asegurar que los Goblins sí te han visto a ti. – La idea de las diabólicas criaturas invisibles acechándolo constantemente le dio escalofríos.

– De hecho eso es... espeluznante. –

– A veces no lo puedo evitar. – Bromeó Zamira. Will miró a través del espejo retrovisor la parte trasera de la furgoneta. Se veía vacía, sin embargo, se preguntó si era posible que en ese momento hubiera un Goblin ahí observándolo mientras conducía. Por supuesto que era posible, pero él jamás lo sabría con seguridad.

La paranoia del muchacho se hizo presente en todo el camino.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro