El clima era húmedo, la lluvia se deslizaban por aquel auto rojo de mi padre, creando así una competencia de gotas de lluvia en el cristal, competencia en la cual mi gota de agua siempre perdía. La música suave y a la vez rockandolera, hacía el viaje un poco menos agobiado.

-bien, llegamos, a nuestro nuevo hogar- habló mi papá frenando en una hermosa casa de 3 pisos, de color perla y un balcón que tenía justo pegado un hermoso árbol de Jacaranda.

-¡Ya escogí me habitación!- grité ante tal felicidad de haber llegado, baje corriendo y sin pensarlo dos veces trepé por el árbol hasta el balcón -¡Quiero está!- una suave risa fue soltada por parte de mis padres.

-será tuya, solo si me ganas en desempacar más cosas- habló mi papá de forma retadora, siempre me retaba, en videojuegos, carreras, quien pesca más peces, siempre le gano pero, es divertido después de todo.

Bajé del balcón y como Sonic, comencé a bajar las cosas del camión, nos llevamos aproximadamente unos 20 minutos bajando todo, y por si fuera poco, gané.

-bien... Fernando 30 y ____ 70, la ganadora es ¡____!- gritó mi madre sonriendo a lo que claro, mi padre se quejó haciendo su típico puchero.

Yo mientras tanto, pase a reír, y me dirigí a donde sería mi habitación....

Era la tercera mudanza este año, he tenido varios amigos, al igual que crushes, varios de ellos aceptaron mis sentimientos, por desgracia, no eran más que unos idiotas que buscan diversión de chica en chica, y sinceramente, creo que la idea de tener a alguien que solo tenga ojos para mí se ha ido para siempre, además, estoy segura de que nos mudaremos de nuevo, ellos no lo saben pero, por dentro no puedo dejar de llorar. Me siento tan, sola.

...

Era un nuevo día, y mientras mamá y papá buscaban la escuela en la cual me quedaría, yo mientras tanto, pues iré a dar un paseo por la ciudad, no sé, conocerla un poco no haría.

Con aquel pantalón de mezclilla negro, playera de manga corta blanca y una sudadera rosada abierta, salí de la casa.

-como me encantaría tener ahora mismo una mascota, claro que mamá y papá nunca me compraran una- hablé para mí misma, y como por arte de magia, un pequeño cachorro se apareció ante mis ojos -owww pero que ternurita-

Me acerque con cuidado, parecía estar buscando comida en un bote de basura cerca del parque, así que para ganarme su confianza, compré un helado de galleta para dárselo al pequeño.

-hey pequeño, ¿Tienes hambre?- me coloqué de cunclillas, le acerque el helado, y como si me conociera de siglos, se acercó moviendo la cola y comiendo el helado alegremente -eres una ternurita-

-¡Bestia! ¡Aquí estás!- una voz varonil comenzó a acercarse, y justamente donde el perrito y yo estábamos -¡Perro malo! No debes quitarle los helados a las chicas-

Lo miré, parecía ser bastante alto,cabello rubio cenizo, ojos plateados que podrían confundirse fácilmente con verdes, y una piel un poco bronceada además de tener ropa algo maltrata. En conclusión, era de los chicos más lindos que había visto en mi vida.

-oh, no no te preocupes, yo le compré el helado a este pequeño, parecía tener hambre- le dije al chico sonriendo, cosa que él me regreso, de una forma amable, tierna, joder, era tan tierno.

-te lo agradezco, permíteme pagarte el helado que este pillo te hizo comprar-

-no tranquilo, me encantan los animales, lo hice con gusto además no te aceptaré nada- soltó una risa, se agacho a cargar a su perrito y luego me miró.

-no eres de por aquí ¿Cierto?-

-¿Se nota mucho?-

-digo porque jamás había visto a una chica tan linda por esta ciudad-

-¿Esa es tu mejor forma de impresionar a las chicas?- me cruce de brazos sonriendo de forma irónica, a lo que el rasco su nuca algo nervioso y riendo claro.

-soy Springtrap, es un gusto conocerte-

-yo soy ____, también es un placer conocerte-

-bueno, al menos déjame darte un tour por la ciudad como agradecimiento de alimentar a Bestia-

-bueno, ya que lo mencionas, no vendría mal dar un paseo- digo, no puedo desaprovechar salir con un chico tan lindo.

-entonces vamos señorita- me ofreció el brazo como cualquier caballero, yo solo reí ligeramente y acepté aquel agarre, caminando a través del parque -¿y hace cuanto llegaste?-

-prácticamente acabo de llegar, solo quise dar un paseo para empezarme a familiarizar con la ciudad-

-entonces ¿De dónde eres?-

-México, mi papá creció en su negocio, y decidió venir para acá para una mejor vacante-

-vaya, pues vinieron al mejor lugar de todos-

-es lo que espero... Y tú... ¿Hace cuanto que vives aquí?-

-desde que tengo memoria, no he conocido otro lugar que no sea California-

-y supongo entonces que tendrás muchos amigos-

-bueno... Realmente solo 2, los conozco desde que somos niños, digamos que crecimos juntos, aunque claro Foxy y Meg se han distanciado con el tiempo-

-¿Así se llaman?-

-si... Pero bueno, ¿Que te gustaría ver?-

-.... La escuela donde me inscribirán.... Quiero verla-

...

-es enorme- dije mirando aquel edificio.

-realmente es preparatoria, Universidad y creo que también secundaria- dijo Spring sonriendo.

-¿Estudias aquí?- lo miré.

-no, yo trabajo, el estudio no es lo mio- soltó una risilla.

-... Entiendo- suspiré, siendo sincera este es un lugar desconocido, y algo de compañía no me hubiera hecho mal.

-descuida, se nota que eres agradable al instante, no te será difícil encontrar amigos en cuanto entres-

-si... Si eso creo.

No puedo mentir, estoy nerviosa, es un país desconocido, ciudad desconocido...  Extraño mi casa... Pero si tengo que estar aquí, tendré que aceptarlo.

...

Llegó el día que más temía, caminaba hacia la escuela nerviosa, de forma lenta, en cierto modo solo quería que todos entraran para que no me vieran.
Una vez dentro, el pasillo estaba completo de casilleros, alumnos, muchos riendo con sus amigos, otros aislados en sus auriculares, pero sin miedo a estar con la gente. Solo suspiré, saqué mi celular, audífonos, y metí en mi mundo, tan solo dejé de escuchar las voces de todos, y escuchaba la música, que era lo único que en estos momentos me consolaba.

Pasar entre la gente nunca fue tan sencillo como lo fue hoy, aunque solo hubo un pequeño inconveniente, ¿Dónde queda la oficina del director?.

Mierda, ¿Cómo rayos voy a preguntar? No conozco a nadie... Solo queda, seguir mi corazonada.

Si yo fuera el director, dejaría mi oficina cerca de todos los cableados de cámaras de seguridad... ¡Eso es! Si sigo los cables de las cámaras de seguridad llegaré a su oficina... Tal vez. Y para mí mala suerte, la campana sonó.

Puta madre, ahora llegaré tarde mi primer día.... Veamos, estoy en primero, así que, no deben ser muchos salones.

...

-¿En serio no hay ninguna alumna llamada ____?- pregunté molesta al profesor.

-no señorita, ¿Está segura de que su hermana se inscribió como dijo?- no iba a decirle que la perdida era yo.

-... ¿Sabe qué? Ya no estoy segura, iréa ver con el director, gracias profesor-

¡¿Es tan difícil encontrar un maldito salón de clases?! Estoy harta, ¡Si este no es el salón me voy de este estúpido lugar!.

Fui hacia este y abrí la puerta pateandola, y gracias a eso se azotó, sentí la mirada de todos sobre mi.

-¡La señorita ___ Sweet Collins está en esta clase!- grité al profesor de forma eufórica, tenía un maldito tic nervioso en el ojo, es que ya estaba hasta la madre, ¡LLEVO 16 PUTOS SALONES PREGUNTANDO LO MISMO!.

-.... No- contestó el profesor algo sorprendido ante como hablé, y yo... Bueno rasguñé la puerta causando un ruido infernal en esta.

-¿Cómo que no?- susurré con una voz... Vaya diría... Demoníaca.

-no... La señorita Sweet, no ha llegado, parece que el día de hoy no se presentó, y es su primer día... ¿La necesitaba para algo?- dijo algo serio.

-... No.... - dijo entrando al salón, mire a nadie a pesar de que sentía sus miradas sobre mi, me dirigí al asiento solo de !a esquina y me senté azotando mi mochila contra el suelo.

-.... Tu eres ___ Sweet Collins, ¿Verdad?- dijo el profesor mirándome - y por lo visto has tenido un mal día-

Lo miré y dejé caer mi cara a la mesa, no sé si fuí yo, pero juro haber escuchado como el profesor rió y siguió con su clase.

Este es, el primer día más asqueroso que he tenido en mi vida. Intenté relajarme y poner atención, dudo mucho que con el genio con el que me vieron llegar hoy, alguien quiera acercarse para ser mi amigo o algo.

Al terminar cada clase, los profesores tardaban 5 minutos al salón, 5 minutos que miraba como los demás se acercaban a sus amigos a quejarse o pasarse la tarea para copiarla en 2 minutos. Es horrible sentir como solo un instante puede cambiar todo.

-... Me siento tan, sola- susurré para mí misma, y en cuanto sonó la campana del almuerzo, esperé a que todos se levantarán para que así al salir no me notasen, y eso hice, creo que ahora lo último que quiero es convivir con la gente.

...

Tomé lo primero que bien el comedor, un sándwich, una caja de jugo de uva y por supuesto, no podía faltar...

-pudin- di una sonrisa y acerqué mi mano al último pudin que quedaba, e iba a tomarlo, hasta que otra mano agarró el pudin sobre mi mano la cual ya sujetaba aquel postre. No dude en mirar a la persona que tomó al igual que yo el pudin.

-eh, disculpa, este pudin es mío, así que suéltalo- dijo aquel chico alto de ojos ámbar y cabello rojizo, además de ser tan alto como Springtrap.

-... ¿Eso fue una orden?- contesté molesta, apretando más mi agarre al pudin.

-tómalo como quieras, ahora suéltalo- jalo mi mano hacia él y yo hice lo mismo, solo que al contrario.

-no, mi mano está primero sobre el pudin, así que, es mio por derecho- lo miré sería, mi cuando empezó muy bien que digamos, y este edificio menstruado lo estaba empeorando.

-mira, tu entrada al salón no me impresionó en lo absoluto, así que no intentes hacerte la valiente, porque no te funcionará-

-aahhh ¿Así que vamos en el mismo salón?-

-así es, por lo tanto, si no quieres tener problemas conmigo, te sugiero que sueltes ese pudin-

-él que va a tener problemas aquí eres tú si me sigues hablando de esa manera-

-me estás provocando pequeño duende- me miró de forma intimidante, a lo que por supuesto yo no me quedé atrás y lo miré de la misma forma.

-él sentimiento es mutuo Andrés gigante- dije apretando los dientes, nuestro agarre se hizo más fuerte al igual que cuando jalabamos el pudin, hasta que una brillante idea me surgió de mi maravillosa mente -¿Sabes qué? Tienes razón, estos tuyo-

Solté el pudin de forma brusca, haciendo que el solo se exprimiera el pudin en todo su rostro, a lo que claro, no pude evitar reír por lo ocurrido, se lo merece por meterse conmigo.

-¿De qué te ríes?- me miró molesto y procedió a tomar una servilleta para poder limpiarse.

-de tu cara, ¿De qué más me reiría?-

-eres un pedazo de...

-¡Fox!- gritó a lo lejos una chica de cabellos rubios, ojos púrpura, y que se acercaba junto a su grupito de amigos hacia nosotros -¡Deja de molestarla! ¡Ya tuvo suficiente como para tener que lidiar contigo!-

-¡¿Yo?! ¡Pero si mira lo que me hizo!- gritó el edificio apuntando su cara.

-¡Pues si! ¡La estabas molestando por un patético pudin! ¡¿Pues que querías que hiciera?!-

-Chica tiene razón, yo te vi- habló el chico de cabellos morados.

-¡¿Así que tú fuiste el chismoso que le dijo a Chica?!- gritó el rojito bastante molesto.

-¿Así que es cierto lo que dijo Bonnie?- la rubia se cruzó de brazos, mientras el edificio menstruado bufó, a la vez que limpiaba su rostro -lamento el comportamiento de Foxy, él... Se pone así cuando se trata de pudin- me dijo la rubia sonriendo.

Por un lado, yo alcé mis hombros y procedí a tomar mi almuerzo -no importa-

-no quisiera que te llevaras una mala impresión de nosotros- dijo de forma amable.

-eso no lo haría, yo no di una- suspiré, y me alejé de ellos, tan solo escuché como habían golpeado a aquel chico... Foxy creo, y comenzaron a regalarle.

Sinceramente, no estoy en condiciones de hacer amigos, no por ahora, prefiero estar sola, al menos por el momento.

Pequeño reto del día, quien logré adivinar primero cuántas veces se mencionó la palabra "pudin" en este capítulo, podrá salir en un futuro capítulo, bien saben que solo tendrán aparición en uno.

Sin más que agregar me despido, bye bye!!.