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34. El hilo azul del destino

Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá. Su dueño es el destino. 

* * *

Magnus se había quedado recostado en el césped de aquel lugar histórico para los libertos. Con Alec acomodado encima de él, con la cabeza en su pecho.

Alec sonreía cada que el pecho de Magnus subía y bajaba con cada respiración, frotaba su mejilla tal vez inconscientemente buscando mejor su latido. Había algo en el corazón de Magnus que le atraía enormemente.

Y otra cosa que Alec no entendía. Era como si quisiera tocar más allá de su cuerpo. A veces sus pequeñas manitas recorrían el rostro de Magnus, como si de un ciego tratando de verlo con sus manos se tratara, y sus dedos se hundían con fuerza sobre él, como queriendo más. Alec no lo entendía y luego sentía culpa cuando Magnus hacía alguna mueca porque le dolía. Muchas veces eso sucedía cuando dormían, Alec despertaba y tocaba su rostro comenzando por una caricia y después se convertía en aquellos desesperados toques que despertaban a Magnus.

Una vez Alec había comenzado a llorar cuando Magnus todavía medio dormido, y con una mueca de desagrado cuando el dedito de Alec se hundió en su mejilla, había retirado su mano.

El llanto había despertado a Magnus asustado, y había atraído a Alec contra él, listo para luchar para protegerlo, lo había acercado más a su pecho y más que las palabras o sentirse protegido lo que lo calmó fue cuando chocó contra el pecho de Magnus y fue mutuo: el corazón acelerado de Magnus de tranquilizó al sentir a Alec cerca y saberlo seguro y Alec dejó de llorar al escuchar aquel latido contra él.

Ahora Alec estaba feliz y tranquilo frotándose contra ese pecho y aferrándose a Magnus. Alec quería mucho mucho a Magnus. No entendía cómo o por qué quería tanto a alguien que no era de su familia o por qué no se sentía culpable de quererlo más que a sus padres o su hermana, pero así era.

-¿Por qué me trajiste aquí, Mags? -la voz de Alec ya sonaba un poco adormilada y fue por eso que Magnus se atrevió a contárselo:



"Hace mucho tiempo, hubo dos personas que se amaron mucho, mi niño. Mucho mucho.

[Así como yo te amo a ti, corazón.]

Ellas se conocieron porque el destino así lo quiso. Dicen que hay un hilo rojo que te ata a aquellos que están unidos a tu destino, un hilo que nunca jamás podría romperse, y este hilo es especialmente fuerte con aquellas almas que se pertenecen a la otra.

Hubo tiempo en que los dioses, llenos de envidia por la fuerza que los humanos estaban tomando, lanzaron rayos, separándolos para restar algo de ese poder, diviéndolos en dos, condenándolos también a buscar por toda la eternidad a su mitad faltante.

A veces, como le sucedió a estas dos personas, las almas gemelas tienen la suerte de sentirse y encontrarse en una misma vida.

Y no importa lo que digan en el FOIRFE, mi niño, los ojos de cielo como los tuyos no son malos ni malo cuando, como ellas, tu mitad es alguien de tu mismo sexo.

Ellas eran las dos mujeres y se encontraron porque, aunque vivían en reinos diferentes, sus almas se sintieron atraídas por la otra.

En aquel tiempo, los colores de las miradas no estaban atribuidos a ningún gen o padecimiento.

Una de ellas era una chica mágica, ella podía hacer magia y la hizo cuando el padre de la princesa las encontró y quiso separarlas. En vida o en muerte, ellas no podían estar separadas, así que huyeron juntas.

Sus ojos cambiaron. Las primeras miradas de cielo porque dos ángeles se habían encontrado.

Ellas huyeron de quienes querían separarlas y llegaron hasta este lugar, ellas dieron sus almas, sus corazones, sus vidas y su magia para formarlo.

Es por eso que es fuerte, es por eso que estamos protegidos de cualquier "perfecto". Aquí somos libres, porque ellas murieron para que lo fuéramos, dieron sus vidas por nuestra libertad, por nuestra SAOIRSE..."



Magnus creía que Alec ya dormía porque estaba tan quieto y en silencio sobre él, así que se sorprendió cuando se removió sobre él y, con aquellos enormes ojos azules, lo miró directamente a los suyos y sonrió tímidamente.

-Mis ojos son azules y tú tienes magia...

Magnus sintió los suyos abrirse con pánico. Tal vez no debería haber contado esto a Alec, él prometió no influirlo hasta que fuera mayor de edad.

Pero Alec veía esa historia sólo como un cuento más. Él rodeó el cuello de Magnus con sus bracitos cuando éste se sentó, levantándolo con él.

-Yo soy tu corazón -Alec asintió muy serio-, tú me dices "Mi corazón" a veces.

Magnus sólo lo miró antes de asentir.

Entonces Alec acercó su rostro al cuello de Magnus y lo abrazó con más fuerza.

-Yo quiero ser tu corazón y tu alma, ¿puedo?

Porque él no quería que nadie más estuviera tan cerca de su Magnus.

Magnus se rió suavemente por toda respuesta. "Si supieras, mi hermoso niño..."

Alec se echó para atrás y lo miró. -¿Pero puede nuestro hilo ser azul? -él hizo un puchero-, el rojo no me gusta. ¡Y tal vez por eso mis ojos son azules, Magnus! De cielo, porque el cielo nos unió.

El pulgar de Magnus acarició suavemente uno de los pómulos de su predestinado. -Tal vez sí, mi niño con ojos de...

-¡Cielo! ¡De cielo! -Alec terminó por él y Magnus se alegró de darse cuenta que Robert nunca podría cambiar el alma de Alec.

Alec se lanzó hacia adelante, buscando un beso de Magnus, queriendo, como a veces pasaba, tocar algo más profundo: Alec buscaba sentir el alma de Magnus, su predestinado, sin saberlo.

Él tocó las comisuras de los labios de Magnus con los suyos y éste se tensó, Alec estaba creciendo y tal vez ya no debería permitirle estas cosas, pero Alec se retiró al instante, volviendo a abrazarlo, sin notar nada malo en ese gesto. Era un beso inocente y puro nada más.

-¿Puedes contarme esa historia de nuevo, Mags?

Magus.

Alec se acurrucó contra él, listo para dormirse con el "cuento" en voz de su persona especial.

-¡Pero ahora con el hilo azul! ¡Ahora tú y yo! ¡Nuestro cuento!



CONTINUARÁ...

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? 🙈

No vayan a empezar con dramas por ese mini beso 😒 ellos se tienen un amor pudo y Magnus no ha hecho más que cuidarlo y protegerlo 😻💙

Creo que el siguiente capítulo aparecen dos personajes que esperan mucho 🙌

¿Les gustó la leyenda del "Hilo azul"? 😂 Alec cambiando el mundo 😌

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