UNA CHICA.
La expresión seria en el rostro de papá me hizo comprender que no bromeaba. Beom.Gyu dejó escapar un silbido bajo y mamá se limitó a mirarlo con atención. El único que no parecía shockeado ante la idea era Yoon Gi. Para él también era la única solución posible, además de decir la verdad, por supuesto, pero parecía evidente que papá prefería pasar por la vergüenza de ver a su hijo varón vestido de niña antes de pasar por la vergüenza de la ruina económica.
—Papá —dije débilmente, pero bastó una mirada suya para hacerme callar.
Yo no era Hyo Ri, yo no tenía su fuerza, así que cuando papá decidió que me disfrazaría para engañar a la familia Choi no pude oponerme. Mi única esperanza era mi condición de chico, por mucho que fuésemos gemelos esa diferencia era obvia. Nadie creería que yo era Hyo Ri.
Eso pensaba hasta que me vi vestido como ella ese día más tarde, con su ropa y sus accesorios. Mamá me alabó con una sonrisa y papá dio su aprobación, sin embargo Beom Gyu me dió una mirada llena de tristeza. El primo Yoon Gi se había marchado una hora atrás, así que al menos me evité la vergüenza de que él me viera así.
Me dejaron solo entonces, momento que aproveché para huír a la pequeña biblioteca escondida. Ese lugar me pertenecía. Cerré la puerta con llave y me miré en el espejo de cuerpo completo que había ahí. No para mí, sino para mi hermana, quién era la única a la que dejaba entrar de vez en cuando.
Me sorprendió mucho lo que ví. Hyo Ri y yo realmente nos parecíamos mucho. Nuestras facciones, nuestros ojos. Lo que nos diferenciaba era que ella tenia pechos y yo era plano, claro que ese problema mamá lo había solucionado con algo de relleno. Era la imagen misma de Hyo Ri; y, sin embargo, si me miraba con atención podía verme a mi mismo, a Soo Bin, el gemelo varón. Pese al parecido esperaba que alguien notara la verdad. Esperaba que Choi Yeon Jun fuese capaz de diferenciar a un hombre de una mujer, que fuese capaz de diferenciarme de mi hermana.
Fruncí el ceño, llevando una mano al cuello del vestido. Parecía una chica, no podía negarlo. Me parecía muchísimo a Hyo Ri.
—¿Soo Bin? —era Beom Gyu, pero no respondí. —¿Estás listo?
Consideraba esa una pregunta estúpida. ¿Cómo podría alguien estar listo para algo así?
—¿Puedes abrir?
—No quiero.
—Vamos, Soo Bin, ya te he visto con el vestido, ¿recuerdas?
No respondí. Para él podía ser la cosa más divertida del mundo, pero no lo era para mí. Era humillante usar esa ropa, era vergonzoso. Lo odiaba mucho. Pero pese a ello no podía sentir coraje contra Hyo Ri, ella era una víctima más, si debía odiar a alguien debía ser papá. O mucho mejor a Choi Yeon Jun, el responsable directo de esa catástrofe.
Escuché crujidos del otro lado de la puerta, pero los ignoré, volviendo a enforcarme en mi reflejo. Dándome vueltas, haciendo posturas. Parecía una chica, claro, pero debía tener algo que gritara mi masculinidad, ¿verdad?
—Cariño, sal ahora. Yeon Jun ha llegado.
La voz de mamá me hizo dar un salto, logrando que tropezara con mis pies y esos malditos zapatos de tacón que debía llevar no ayudaban mucho. Logré no caer y arruinar el vestido. Mi torpeza haría de las suyas hasta el final.
Me miré en el espejo una vez más. Con sentimientos encontrados. Quería que ese Yeon Jun se diera cuenta de la verdad, pero al pensar en papá y en cual seria su reacción me llenaba de miedo y deseaba que Yeon Jun no lo descubriera. ¿Podría yo actuar como una chica?
Me encaminé entonces a la puerta, con la pequeña llave fuertemente apretada en mi puño derecho. Tenía que hacerlo, por la familia, por Hyo Ri. Y sobre todo por mi cobardía.
Introduje la llave en la cerradura y abrí la puerta, topandome con mamá y Beom.Gyu, además de un joven que nunca antes había visto. Era delgado, de piel clara, cabello oscuro y ojos muy profundos. Tenía un rostro bonito.
Antes de poder decir una palabra el chico dio un paso hacia mí. No sabía como debía reaccionar ante eso, así que me limité a mirarlo, rogando para que notara mi incomodidad y se alejara. Pero en vez de eso sus ojos buscaron los míos. No resistí la vergüenza y aparté la vista.
—Hija —habló mamá entonces —él es Choi Yeon Jun, tu prometido.
Lo sabía. Ya lo sabía. Había oído mucho sobre él, sobre su gran atractivo físico y ahora podía comprobarlo. Era muy guapo y en cierta forma eso destruía mi ego como hombre. Él jamas habría pasado como una chica, su masculinidad era mas que evidente.
Sin mirarlo asentí, bajando el rostro tanto como pude, concentrándome en mis zapatillas blancas. Y sin más Yeon Jun tomó una de mis manos entre las suyas. Quise alejarlo, pero sentía la mirada de mamá sobre mí. Cualquier gesto malo hacia Yeon Jun era inaceptable; y si lo hacía ella no dudaría en correr a contarle a papá.
—Es un placer conocerte al fin, Lee Hyo Ri —escuché la suave voz del chico.
No supe que hacer. ¿Debía decirle lo mismo? ¿Debía quedarme callado?
—Hyo Ri —habló esta vez Beom Gyu, cruzándose de brazos —dile algo a tu prometido.
Mamá le lanzó una mirada de advertencia, pero yo no. Sabía que debía decirle algo a ese chico que me creía Hyo Ri.
Me llené interiormente de coraje y levanté la vista, con esa intensa mirada sobre mí. No era nada cómodo que otro hombre me estuviese mirando así.
—El placer es mío —dije —será un honor ser tu esposa.
Una sonrisa enorme apareció en el rostro del chico. Y aparté la vista de nuevo, confundido y molesto. ¿Qué tan idiota se tenía que ser para no darse cuenta de que yo era un hombre y no una mujer?
—Vayamos afuera —propuso alegremente mamá —tus padres deben haber llegado ya, Yeon.
—Por supuesto.
Le cedió el paso a mi madre con caballerosidad. Beom Gyu lo miró con el ceño fruncido, pero fue detrás de ella. Y me dejaron solo con Yeon Jun, el prometido de mi hermana, quién no hacia sino mirarme como si yo fuese algo que podría comer. ¿Qué tipo de persona era ese Yeon Jun? ¿Y que era exactamente lo que quería de Hyo Ri?
—¿Vamos? —me sonrió de nuevo.
Asentí, pero tuve otro momento de confusión cuando me ofreció su brazo. Esa clase de cosas sólo ocurrían en las películas.
No tenía más opción que seguirle el juego.
Afuera se había armado casi una fiesta. Los criados llevaban las maletas a la casa, noté las miradas de varios de ellos. Estaban al tanto de lo ocurrido con Hyo Ri, pero habían recibido la advertencia de papá de no decir ni una palabra. Y nadie desobedecía una orden de papá, excepto Hyo Ri, por supuesto.
—Será una gran celebración.
Decía papá ante los Choi, me lanzó una mirada y sonrió de forma aprobatoria. Suspiré con desgana, ganándome una mirada de Yeon Jun.
—¿Estás bien?
—Sí —murmuré y me zafé de él.
Era molesto estar tan cerca de ese chico, el cual en definitiva no me agradaba.
Me presentaron a los señores Choi, futuros suegros de Hyo Ri y llegó la pregunta obligada.
—¿Dónde está Soo Bin?
Mamá rió débilmente, pero papá mantuvo la compostura.
—Está estudiando en el extranjero.
—Pero, ¿estará aquí para la boda?
—Por supuesto —y papá me miró de nuevo. —¿No es eso lo que te dijo, Hyo Ri? Que estaría aquí para la boda.
—Sí, papá —murmuré, sintiendo como enrojecía.
Mentiras y más mentiras. ¿Por qué esa familia de estúpidos no se daba cuenta? ¡Yo era Soo Bin! Quería gritarlo a los cuatro vientos, quería quitarme ese vestido, quería que Yeon Jun dejara de mirarme de esa forma y quería que Hyo Ri volviera. Pero no ocurrió nada de eso. La mirada de papá seguía clavada en mí. Y el recuerdo de esas palizas fue suficiente para intensificar el miedo. Si yo lo arruinaba papá me lo haría pagar muy caro.
—Entremos —dijo mamá —tengo bocadillos.
Parecía una típica ama de casa norteamericana.
—¿Hyo Ri?
Yeon Jun de nuevo. Carajo, ¿era qué el tipo no podía dejarme en paz un segundo?
—¿Sí?
—Nada. Sólo... No, olvidalo.
Volvió a ofrecerme su brazo y yo volví a aceptarlo. Sus ojos fijos en mí.
Hyo Ri, ¿por qué no me llevaste contigo?
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¿Qué les pareció el capitulo de hoy? Yo realmente amo esta historia, es una de mis favoritas e incluso amé el poder adaptar esta historia!! ❤❤
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