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OTRA PERSPECTIVA.

Subí al siguiente piso, buscando una de las altas ventanas de alguna de las habitaciones de huéspedes, ocultándome detrás de las cortinas apenas me acerqué, intentando echar un vistazo al exterior sin ser descubierto. Tenía mis sospechas sobre lo que ocurría afuera. De hecho la noche anterior había hablado de ello con los amigos de Yeon Jun, sacándoles la información sin que se enteraran de nada. Muy especialmente a ese Kang Tae Hyun, el chico hablaba más de lo que debería ser socialmente permitido.

Guardias armados. Eso era justo lo que había. Justo lo que papá (como si hubiese descubierto lo que ocurría) había hecho. Tae Hyun y Ji Min los habían visto, creyendo que eran cazadores. Había lobos por la zona, les dije entonces; y le había dicho lo mismo a Yeon Jun un rato atrás, si bien este no pareció entender, así pues deduje que sus amigos no le habían contado nada de aquello. Por el momento. Aunque no era como si me afectase. O eso quería creer, porque pese a mi resistencia debía admitir que Choi Yeon Jun me agradaba, era un buen chico. Una verdadera lástima como se estaban desarrollando las cosas. Estaba seguro que de ser las circunstancias diferentes habría sido un gran esposo para Hyo Ri.

Miré hacia afuera, tratando de encontrar a los guardias. Esta vez no me tomó ningún trabajo. Fruncí los labios, molesto. Los invitados a la boda estaban llegando ya y prontamente sería fácil que pasaran inadvertidos. De hecho muchos de ellos ya se habían infiltrado así, siendo muy pocos los que permanecían ocultos en los alrededores. ¿Cuántos había contratado papá? ¿Y con qué dinero les había pagado? Nuestras cuentas estaban congeladas, no teníamos absolutamente nada a nuestro nombre. Ni siquiera las ropas que usábamos nos pertenecían. Y aun así papá había contratado a todo un destacamento de guardias para vigilarnos a Soo Bin y a mí.

Porque sí, esa era su misión.

Apreté los puños con fuerza al pensar en ello, mirando a los amigos de Yeon Jun corretear por el jardín como si fuesen niños pequeños.

Yoon Gi y yo habiamos hablado de ello casi desde el momento en que papá anunció el compromiso. Nos habíamos mostrado de acuerdo, por supuesto, ya que era lo que se esperaba del hijo mayor y Yoon Gi era alguien de mucha confianza para papá; pero yo jamás había aprobado la idea de vender a Hyo Ri de esa manera. Así que habíamos planeado como romper aquello (sin decirle nada a Soo Bin, el gemelo era demasiado unido a ella como para guardar un secreto), planes que se habían ido al caño cuando Hyo Ri había escapado. Esa niña siempre era así, impulsiva e idiota. Era mi hermana y la quería, pero en comparación a su gemelo no podía sino admitir mi preferencia por Binnie, mucho más tranquilo y fácil de manejar.

Aún con todo Yoon Gi y yo habíamos seguido adelante, procurandonos esa misma noche un plan de emergencia. Plan que se había ido al mismo sitio que el anterior...

Le había dicho a Soo Bin que Yoon Gi había encontrado a Hyo Ri y que ella volvería en dos días, pero había omitido el plan. Así como había omitido hablarle de ella, de su insistencia en volver una vez se entero de lo que ocurría con Binnie, aun si yo hubiese preferido que se quedara afuera, lejos de nuestro padre, a salvo. Aun si le dije a Yoon Gi que ya encontraría la forma de seguir el plan: huir de aquí, sacar a Soo Bin sin que nuestros padres se dieran cuenta. Aun a riesgo de recibir un balazo por los guardias armados, de los cuales tampoco le había hablado a Soo Bin.

No había habido caso. Cuando algo se le metía en la cabeza a Hyonie era imposible hacerla desistir. Ni siquiera el saber lo que papá le haría... O sea, el ático. Ella jamás había escarmentado, no como Binnie y yo.

Y yo tenía miedo. Porqué su llegada causaría problemas, lo sabía.

Y por quién más temía era Yeon Jun. Porqué sería él el más afectado. No tendría ni que decirlo, porqué Hyo Ri no era Soo Bin.

Me aparté un poco de la ventana cuando vi a esa singular pareja acercarse a los compañeros de Yeon Jun. Mi hermano menor andando con cierta resistencia, si bien Yeon Jun tiraba de él, sujetándolo por la mano. Así que lo había dejado entrar a su estudio. Bueno, no era ninguna sorpresa. Binnie tenía corazón de pollo y era casi seguro que él mismo le hubiese tomado simpatía a Yeon Jun.

Y eso sólo empeoraba las cosas. Si huiamos el más afectado sería el hijo de los Choi, pero, ¿qué otra cosa podíamos hacer? No podíamos decirle la verdad, al momento papá lo sabría todo. Porque dudaba que Yeon Jun fuese a quedarse tan tranquilo al enterarse de la verdad, a saber: que había estado tonteando con un hombre.

Negué con la cabeza, apartándome de la ventana y apresurándome a bajar. Soo Bin me necesitaba a su lado.

Pero mientras lo hacía no pude evitar pensar de nuevo en la situación. Hyo Ri y Yoon Gi llegarían en dos días, uno y medio si encontraban en que volver. Según había dicho Yoon Gi la niña había estado a punto de tomar un barco rumbo a Australia. ¿Con que dinero? Hyo Ri era creativa y astuta, según Yoon Gi había apostado con la tripulación a que era capaz de soportar sobre una tabla de surf sin caer. Una locura, pero todos habían aceptado. Y ella lo había hecho, aun si en su vida había visto el mar y ni hablar de surfear.

Hyo Ri...

Y me pregunte entonces porque Yeon Jun había optado por comprarla de esa forma. ¿Por qué no acercarse y tratar de conquistarla? Era bien parecido y su personalidad era agradable, aun si jamás hubiese tenido una oportunidad real con Hyo Ri precisamente por eso. Yeon Jun era del tipo principesco; justo lo que ella más odiaba.

Vi a mamá charlar con la señora Choi en la sala, aunque no se le veía cómoda a ninguna. Lo entendía, mi madre podía llegar a sacar de quicio a cualquiera.

Abrí entonces la puerta principal, topandome con Tae Hyun, quién entraba, acompañado por algunos de los invitados de Yeon Jun. Los saludé a todos con un movimiento de cabeza.

—Ya los sigo.

Escuché a Tae Hyun, mientras ellos seguían hasta la sala, pero el quedándose conmigo. Le hice mala cara. No era que el chico me desagradara realmente, de hecho podía decir que era simpático, pero por su bien y el mío era mejor mantener las distancias.

—¿Siempre pones esa cara? —inquirió.

—Es la única que tengo —repliqué, cruzándome de brazos.

—¿Ah sí? Pues yo creo que de la forma correcta podría cambiar un poco.

Y pegó su cuerpo al mío un segundo. Fruncí el ceño y lo aparté. Ya me había figurado que Tae Hyun le tiraba por ese lado, sus tontos coqueteos hacia mi no hacían sino hacerlo más que evidente.

—Dejalo, tienes cosas que hacer.

Y señalé a la sala.

—¿Por qué eres tan cortante?

E hizo un puchero realmente infantil.

—¿Y tú por qué eres tan fácil? Nos acabamos de conocer.

—¿Y qué?

—¿Cómo que "y qué"? —bufé, haciendo una mueca.

—Me gustas —dijo —¿tengo que deletrearlo para que lo entiendas?

—No te serviría de nada —pero sin quererlo había comenzado a reír —soy muy malo en gramática.

Y sin dejarle añadir algo mas salí de la casa, ya había dejado a mi pequeño hermano mucho tiempo solo.

Lo distinguí a lo lejos, junto a Yeon Jun y un trío de chicas. Vaya, no se veía algo así todos los días. Las tres eran muy guapas.

—Ah, Beom Gyu —escuché la alegre voz de Yeon Jun —que bueno que vienes. Quiero presentarte...

Pero a mi el nombre de las chicas me entró por un oído y me salió por el otro. Era una lástima la verdad. Tanta belleza ante mi y yo... Pues yo encontraba más atractivo a Kang Tae Hyun que a esas chicas; tal vez esa era la razón por la que el tipo se me había lanzado de inmediato. Decían que uno era capaz de reconocer a los suyos y su homosexualidad era tan evidente como la mía.

—Les decía que su madre tiene un jardín digno de admirarse.

Siguió Yeon Jun y vi la mirada que Soo Bin me lanzó, una que pedía que lo ayudase, pero no sabía como. Aunque no dejé de notar la tristeza que había en su mirada, la misma que había aparecido cuando le dije que Hyo Ri volvería.

—Eh... —se me ocurrió algo—. Tu madre quiere que ayudes a Tae Hyun a acomodar a tus invitados.

E hice énfasis en aquel "tus", dejándole muy en claro que yo no pensaba hacerlo. No era mi asunto después de todo.

Yeon Jun sólo sonrió, asintiendo mientras se disculpaba y aseguraba que no tardaría. Arqueé una ceja, preguntandome si acaso había algún modo de hacer enojar a ese tipo. Sí, lo había. Y sabía perfectamente cuál era.

Soo Bin y yo nos quedamos con esas tres chicas, mientras yo pensaba en una buena excusa para irnos de ahí. Pero ellas se me adelantaron. La chica que estaba justo en el centro (con una falda tan corta que no sabía como le haría para agacharse sin que todo el mundo le viera las bragas) fue la que habló.

—¿Asi que era esto? —y miró a Soo Bin de arriba a abajo—. Cuando Yeon dijo que iba a casarse imaginé que sería algo mejor que yo.

Binnie se mordió el labio inferior, mirándome. Estaba confundido. No así yo, quien había visto suficiente mundo para saber que clase de chica era aquella.

—Deberías callarte —dije, tratando de mantener la calma.

—Oh, por favor. Es evidente lo que pretenden —siguió —aunque me sorprende como lograron amarrar a Yeon Jun—. Y clavó sus ojos en Soo Bin de nuevo—. ¿Te acostate con él? ¿Es eso? ¿Te embarazaste para atraparlo?

Y el rostro de Binnie enrojeció. Esa chica estaba metiendo ideas raras a la inocente mente de mi hermano. Así que lo tomé del brazo y tire de él para llevarmelo, sin añadir nada más.

—Eres demasiado poco para él —siguió berreando ella, secundada por sus amigas —insípida y sin personalidad. No tardara nada en aburrirse de ti. Y entonces te tirara lejos.

Sentí como Soo Bin me enterraba las uñas, muy tenso y con los ojos brillantes. Esa tonta estaba a punto de hacerlo llorar.

Pero ni aun así me detuve, sólo pensando en llevarlo a casa, a su biblioteca especial. Y esa tipa volvió a hablar, diciendo algo que nos provocó piel de gallina a los dos, sabiéndolo sin necesidad de comprobarlo.

—Pero podrá hacerlo sin problemas, después de todo eres una esposa comprada —Binnie se detuvo, obligándome a hacer lo mismo y a volver el rostro—. Sí, Hyo Ri, yo lo sé todo. Sé que ustedes los Lee están en la quiebra. Y que Yeon simplemente te esta comprando.

Soo Bin negó con la cabeza, pero no dijo nada, dándose la vuelta con la intención de volver a casa, sin lograrlo. Chocando directamente con Yeon Jun, quién nos miraba con la boca abierta. Y sí, no tuve ninguna duda al respecto, lo había escuchado todo.

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Ahhh, ¿doble actualización? 🤔 ¿Si o no?

¡¡Este capitulo está que quema!! ¡¡Gente para más metida!! 🤺🤺

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