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EL PRINCIPIO DEL FIN.

Jamás hubiese imaginado que nada de eso ocurriría. Ni en mis más locas fantasías hubiese podido vislumbrar lo que pasó aquella tarde.

Primero por las palabras de Yeon Jun. El haberme dicho que estaba enamorado de mí, no había duda que eso debió ser suficiente para alertarme sobre lo que estaba pasando. Aún si la enorme felicidad que sentía casi desbordarse de mi pecho era enorme. Porque no todo era siempre color de rosa. Y aún menos cuando ellos estaban involucrados.

No hizo falta que Beom Gyu lo dijera, bastó un intercambio de miradas tras las palabras de Kai para comprender lo que ambos sabíamos: que, de alguna forma, en la desaparición de Hyo Ri estaban involucrados mamá y papá.

—¿Están seguros?

Fue Yeon Jun quién preguntó, aún con sus brazos alrededor de mi cintura, detalle que, por el momento, a nadie pareció importarle.

—¡Por supuesto! —la voz de Kai sonaba cortada. Jamás le había visto así, por lo general solía comportarse de forma burlona y un tanto fastidiosa—. La busqué en todas partes y ella no...

La puerta se abrió y apareció Yoon Gi, estaba pálido y se sujetaba el tórax con una mano. No se veía nada bien.

—No está en el ático —dijo, yendo directamente al grano.

—¿Y papá?

—No hay rastro de él.

Eso era malo. Tanto Beom Gyu como yo lo sabíamos. Papá era de esas criaturas que valía más tener vigiladas si queríamos saber que pasaría con ellas.

—¿Y mamá?

Quise saber, notando la mirada que Beom Gyu y Tae Hyun intercambiaban. Y supe, sencillamente, que así como Yeon Jun, Kang Tae Hyun lo sabía todo. Que en algún momento Beom Gyu se lo había contado todo. Nuestra situación familiar, la mentira de la suplantación. Y si le dedicaba el tiempo justo a pensarlo podía hasta adivinar cuando había sido. La noche pasada, después de nuestro fallido escape. Cuando mi hermano mayor estaba tan vulnerable emocionalmente.

—No se queden callados y respondan —intervino Yeon Jun, soltándome al fin para acercarse hasta ellos—. ¿Dónde está su madre?

—Creo que en el jardín.

Murmuró Beom.Gyu y noté como parecía luchar contra las ganas que tenía de llorar. No de nuevo. No quería verlo mal de nuevo por culpa de ellos.

Y entonces recordé las palabras de Hyo Ri esa mañana. Su sonrisa resplandeciente al asegurar que Yeon Jun me quería y lo feliz que esto la hacia, su propia confesión de amor a Huening Kai y después... después "eso" que tenía que hacer porque ahora era valiente.

Me llevé una mano a la frente, comprendiendo de lo que hablaba al decir aquello. Ella ahora podía ser valiente... como yo. Y ella... había ido a cancelar el compromiso con Yeon Jun. Había ido sola a hablar con papá.

—¿Soo Bin?

Esté era Yeon Jun, a mi lado de nuevo, mirándome con preocupación.

—La dejé ir sola —murmuré, sabiendo que mis sospechas eran ciertas.

—¿De que hablas? —se interesó Yoon Gi al momento.

Podía sentir la mirada fija de Beom Gyu sobre mí. Pero no podía contarles eso, no cuando el tiempo apremiaba.

—Debemos encontrar a papá. Donde este él estará Hyo Ri.

Sin dejarles añadir nada más eché a correr hacia el pasillo, aquel que cuando era niño tanto miedo me daba. Recordé entonces a Hyo Ri tirando de mí, llamándome "pequeño Binnie" y asegurándome que ella siempre me protegería.

Hyo Ri.

Y sentí como mi ser se estremecía. Sabía que ella estaba en dificultades. Lo sentía desde el fondo de mi ser.

Corrí hasta la habitación de mis padres, subiendo los escalones de dos en dos, sin importarme si alguno de los invitados me veía y comenzaba a indagar sobre lo que ocurría. A esas alturas sólo quería ver a Hyo Ri sana y salva, quería abrazarla y reírnos juntos. Escucharla decir: "te lo dije" cuando le contara sobre Yeon Jun y yo...

La habitación de mis padres estaba vacía. Me giré de golpe, más que listo para ir a buscarle en la biblioteca, pero choqué de frente con Beom Gyu, era él quién me había seguido primero.

—¿Qué es lo que pasa, Soo Bin? —y me tomó por los hombros. —¿Qué es lo que sabes?

Miré a Tae Hyun detrás de él, muy cerca; y por detrás a Yeon Jun Y Huening Kai. Yoon Gi no les había seguido al parecer.

Me tomé un segundo para ordenar mis ideas, tratando de que el pánico no me hiciera perder la cabeza. Sentía que mi cuerpo temblaba, pero ya no de nervios como segundos atrás con Yeon Jun, sino de miedo. Porque realmente no sabía donde estaba Hyo Ri, no sabía lo que nuestro padre podría haberle hecho si mis suposiciones eran correctas.

Al final les conté lo que sabía, haciendo lo posible por abreviar, aún si la mirada de Beom Gyu sobre mi me indicaba que no se me ocurriera dejar nada fuera.

—Esa imbécil —gruñó cuando terminé mi pequeño relato, contando mis sospechas—. ¿Por qué siempre tiene que actuar por su propia cuenta?

Negué con la cabeza, sin saber que decir. Era cierto. Si Hyo Ri no actuase impulsivamente todo el tiempo la mayor parte de los hechos ocurridos los últimos días no habrían pasado. Si Hyo Ri no hubiese huido yo nunca me hubiese enamorado de Yeon Jun y él nunca se hubiese enamorado de mí. Aunque eso era algo que tendríamos que hablar más adelante.

—Olvidense de eso ahora —replicó Huening Kai con la voz cargada de impaciencia —tenemos que encontrarla.

Y se dio la vuelta, marchándose para seguir buscando por su cuenta. Nadie lo detuvo, aunque tanto Beom Gyu como yo pudimos recordarle lo inútil de ir en habitación en habitación buscándola. La casa era demasiado grande, con demasiadas habitaciones. Era casi un laberinto.

—Tal vez su madre sepa algo —dijo Yeon Jun entonces.

—Ella esta en el jardín.

Nos recordó Tae Hyun, rodeando la cintura de mi hermano mayor con un brazo.

—Hay que buscarla.

Decidí, adelantándome a ellos de nuevo, pero sintiendo entonces una mano entrelazarse con la mía. Volví el rostro para encontrarme con los ojos de Yeon Jun fijos en mí, unos ojos que intentaban transmitirme confianza. Como si aquel sencillo roce fuese su manera de decirme que todo estaría bien.

Me mordí el labio inferior un segundo, pero asentí. Tenía que ser positivo si quería encontrar a mi gemela. Tenía que ser fuerte y valiente para enfrentar lo que fuera, aunque en ese momento aún no sabía que el final de todo estaba cerca.

Salimos al jardín, podíamos escuchar las voces de los trabajadores que colocaban la carpa para la boda, pero a ninguno de los dos nos importó. Seguimos andando en dirección a esa parte especial de la casa, sin soltarnos de las manos. Beom Gyu y Tae Hyun por detrás de nosotros. Y, aunque era estúpido pensar en esas cosas en un momento así, comprendí porque Hyo Ri los había llamado "TaeGyu". En ese caso, ¿Yeon Jun y yo que éramos? ¿SooJun? ¿YeonBin?

Mamá estaba sentada justo en el borde de la fuente, mirando fijamente hacia la escultura que el abuelo hiciera en el pasado. El abuelo, su padre de ella, ese dulce hombre que había vuelto un poco tolerable la vida de los tres.

—Mamá...

La llamé, pero me interrumpí al momento, mirando sus rostro empapado en llanto. Jamás la había visto llorar.

—Así que realmente estabas llorando.

Dejó caer Beom Gyu, deteniéndose detrás de Yeon Jun y de mí.

—Gyu...

La voz de mamá tembló y se cubrió el rostro con las manos.

—¿Dónde está Hyo Ri? —inquirió Yeon Jun, sin soltar nuestras manos.

—Ella... ella... —mamá sollozaba de una forma lastimera, una que, muy a mi pesar, me producía cierto dolor —habló con su padre y él... ella...

—¿Dónde está?

La urgió Beom Gyu, tomándola de los hombros para hacerla reaccionar.

—En el ala norte. Encerrada en una de las habitaciones —y mamá sacó una pequeña llave de su bolsillo—. Yo no quería que esto pasará, pero ella lo provocó... Hyo Ri nunca... nunca ha sabido cerrar la boca.

Le arrebaté la llave al momento. No perdería un segundo más escuchando eso. Tenía que ir por mi otra mitad. Pero mamá aún no terminaba. La vi aferrarse a los brazos de Beom Gyu, sin dejar de sollozar.

—Yo... yo no quería que ella... Pero él la golpeó mucho... dijo que iba a cancelar el matrimonio. Que... que nos iríamos a la ruina y él... la golpeó. Una y otra vez... una y otra vez — sorbió una vez por la nariz—. Había mucha sangre saliendo de su cabeza. Ella... ella estaba inconsciente cuando él... Creo que está muerta...

Y su llanto se intensificó.

Al momento las manos de Beom Gyu la soltaron y vi a mi hermano trastabillar. Sin duda habría caído de no ser por que los brazos de Tae Hyun lo sujetaron con fuerza.

—No...

La voz de Beom Gyu salió en un suave susurro.

Sentí la presión de la mano de Yeon Jun sobre la mía un segundo, como si él esperará una reacción parecida en mí. Pero no fue así. ¿Por qué? Porque nosotros éramos gemelos, nuestra conexión iba más allá de un simple parecido. Y yo sabía que ella estaba viva. En serios problemas que podrían hacer las cosas difíciles para todos, pero viva.

—Ella está bien.

Repliqué y, con la llave fuertemente sujeta en la mano libre, me volví hacia la casa de nuevo, con Yeon Jun a mi lado.

—¿Cómo sabes que está bien?

Quiso saber una vez comenzamos a subir las escaleras con dirección al ala norte.

—Lo sé nada más —y logré sonreirle un poco —por algo somos gemelos.

Llegamos al sitio, un largo pasillo con las paredes color violeta. Nada más pusimos un pie ahí un extraño olor nos invadió, provocando que Yeon Jun y yo nos miraramos.

—¿En que habitación está?

Casi nos hizo dar un salto la voz de Tae Hyun, Beom Gyu venía casi colgado de él. Y Yoon Gi les seguía con cierta dificultad. Debió verlos al entrar.

—No lo sé.

Murmuré, mirando en todas direcciones, decidiendo pasar de aquel extraño olor y echando a andar por el pasillo, tirando de la mano de Yeon Jun. Le necesitaba cerca de mí.

—Mira, Binnie —interrumpió Beom Gyu mi línea de pensamiento, señalando una puerta cerrada con un enorme candado —la llave...

Me acerqué a paso rápido. Esa era la única puerta cerrada. Y la llave... La introduje en la cerradura, teniendo que soltar a Yeon Jun para hacerlo bien, sintiendo el aliento de todos detrás de mí. Pensé en que Huening Kai debería estar ahí, pero ya no había tiempo para ir a buscarlo.

Abrí la puerta y, durante un segundo, tuve miedo de haberme equivocado. Miedo de haber llegado tarde. Miedo de perder a una de las personas más importantes de mi vida...

Hyo Ri se hallaba sentada en un viejo sofá, el cual estaba cubierto con una sábana blanca. Había utilizado una manga de su blusa para contener la hemorragia de su cabeza.

—Hyo Ri.

La llamé, logrando que sus ojos se volvieran hacia mí. Durante un segundo vi a la Hyo Ri frágil que pocos conocían, sus ojos vidriosos y su boca temblando a causa del miedo. Pero sólo duró un segundo. Apenas me vio sus ojos se iluminaron y una enorme sonrisa se dibujo en su rostro.

Corrí hacía ella, tomándola entre mis brazos, besando sus mejillas.

—Hyo Ri... Hyo Ri...

—Tranquilo, Binnie, estoy bien —la oí reírse —recuerda esto: hierba mala nunca muere.

No pude contener una risa a la vez que Beom Gyu saltaba hacia nosotros, envolviéndonos a ambos entre sus brazos. Llorando de alegría.

Yeon Jun y Tae Hyun se sonrieron mutuamente; y Yoon Gi se acercó cojeando hasta nosotros.

—Habrá que avisarle a Huening Kai.

—Habrá que llevar a Hyo Ri a un hospital —puntualizó Beom Gyu, riendo un poco también.

—Usemos mi auto, podemos...

Empezó Tae Hyun, pero no pudo terminar. Detrás de él y Yeon Jun había aparecido aquel al que buscáramos antes.

Papá.

Y, además de una sonrisa psicópata que prometía problemas, llevaba con él una botella verde. Y comprendí que había contenido esa botella.

Gasolina.

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Ahhh, El señor Lee está loco, ¿creen qué puedan escapar? 🤔

¿Les gustaron los capitulos? Espero que sí. ❤ (²/²) 🌻

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