DEMASIADO PRONTO...
—No tiene nada de malo.
Dijo Beom Gyu, con una pequeña sonrisa en el rostro, acariciando mi cabello suavemente, aún si debía ser incómodo ya que él sabía que no era mi verdadero pelo. Mis lágrimas habían dejado de fluir.
—Pero... nosotros... somos hombres —murmuré, bajando mi vista, sorprendido de mi mismo al ser capaz de aceptar mis sentimientos por Yeon Jun.
Y delante de Beom Gyu.
Pero él no dijo nada sobre ese último hecho, en su lugar instándome a ir a casa, tomandome del brazo, con mucha más suavidad de la que lo había hecho mamá minutos atrás.
Los amigos de Yeon Jun ya estaban en el comedor, siendo acomodados por mamá; así como un puñado de invitados que venían de parte de ella, aún si yo nunca los había visto. Y por el ceño fruncido de Beom Gyu supe que él tampoco.
Pero no había rastro de Yeon Jun ni de Huening Kai. Y tampoco de esa chica que me había dicho cosas tan terribles. Me mordí el labio inferior, intentando no pensar en cosas innecesarias. Pero en honor a la verdad veía muy pocas posibilidades de que Yeon Jun y Huening Kai estuviesen juntos y menos aún que mi profesor de piano estuviese con esa chica. No, Yeon Jun debía estar con ella.
Tae Hyun se acercó a nosotros, pero Beom Gyu le hizo una mala cara, esquivándolo mientras me llevaba con él en busca de asientos libres. Pensé en decirle que debería dejar de ser tan antipático con Tae Hyun y Ji Min, pero al final decidí que no era mi asunto. Beom Gyu ya tenía sus propios líos, aún si no se comparaban con los míos.
Nos sentamos juntos y mientras veía a mamá reír abiertamente con una señora que yo no conocía, Yeon Jun entró en el comedor, con Tae Hyun detrás de él. Sus ojos buscándome de inmediato y mis mejillas ardiendo de sólo verlo. Se sentó delante mío, mientras Tae Hyun lo hacia a un lado de Beom Gyu. Esto último no debió gustarle mucho a mi hermano.
—Hyo Ri —me habló Yeon Jun —sonríe.
Y el simple hecho de tenerlo frente a mi fue suficiente para hacerlo, sintiendo mi corazón encogerse cuando le vi hacer lo mismo. El miedo a que rompiera el compromiso desapareciendo de mi mente. No iba a hacerlo. No iba a dejarme, es decir, no iba a dejar a Hyo Ri.
Papá entró al comedor, el señor Choi y Huening Kai venían con él. Mi profesor de piano nos dedicó a Beom Gyu y a mi un saludo con la mano antes de sentarse unos asientos lejos de nosotros.
El almuerzo fue bastante bueno, ligero y alegre. Los amigos de Yeon Jun hablando de todo, sólo dirigiéndose a mi de vez en cuando, pero todos siendo amables. Reí un par de veces sus comentarios, aunque por lo general Beom Gyu era quién respondía por mí, de forma protectora.
Jugueteé con mis palillos, mirando de reojo a mis padres, quienes convivían con los invitados de una forma que nunca les había visto; bueno casi nunca. Recordaba que hubo una época en la cual mamá era algo así como la reina de la sociedad, con muchas amigas y con muchas invitaciones a eventos públicos. Poco después papá le había prohibido todo eso y nos habíamos encerrado en casa.
Mis ojos se giraron hacia otro lado, topándose con los de Yeon Jun. Nos sonreímos casi al mismo tiempo. Y esa sincronía me puso tan nervioso que dejé caer mis palillos, ganándome una mirada desaprobatoria de Beom Gyu. Me encogí de hombros y sin más me metí debajo de la mesa en busca de mis palillos, aunque simplemente pude pedir otros, si bien no fue algo que se me ocurrió hasta después.
Casi me golpeé la cabeza con la mesa. Bufé ante mi torpeza, tomando los palillos y entonces ví aquello. El largo mantel los cubría, de modo que nadie desde arriba podría verlos, pero abajo no había nada de eso.
Las rodillas de Beom Gyu y Tae Hyun estaban muy juntas, casi rozándose, pero no fue esto lo que me sorprendió, sino que la mano izquierda del amigo de Yeon Jun estuviese sobre el muslo de mi hermano, acariciándolo, muy cerca de su parte intima. Y lo más raro fue que Beom Gyu no le apartaba.
—¿Hyo Ri?
La voz de Yeon Jun me hizo apartar la mirada y apresurarme a levantar, buscando sus ojos de inmediato. Le mostré los palillos y lo vi sonreír de forma divertida cuando comprendió lo que hacía abajo. Y sin más miré a Beom Gyu, el cual comía tranquilamente, con ambas manos en la mesa, sin ningún tipo de turbación en el rostro.
Me mordí el labio inferior un segundo y me atreví a mirar a Tae Hyun, de este sólo era posible apreciar una mano, que era con la cual manipulaba los palillos. Hablaba alegremente y de igual forma su rostro no mostraba ningún tipo de turbación. Nada en él daba a entender lo que ocurría debajo de la mesa.
Pero, ¿qué era exactamente lo que ocurría debajo de la mesa?
Miré a Beom Gyu de nuevo, recibiendo esta vez una mirada de regreso, con el ceño fruncido, pero no dije nada, negando simplemente con la cabeza. No podía hablarle de lo que había visto, no donde tanta gente podía escucharnos. No donde papá parecía mirarnos cada pocos segundos. Y pensar en papá me asustó. Si papá se enteraba de lo mío con Yeon Jun... O de lo que fuera que estaba ocurriendo entre mi hermano y Tae Hyun... Sabía que habría problemas. Él no lo aceptaría. Papá sería capaz de matarnos a ambos por ello.
Tae Hyun se hizo un poco hacia adelante, mirándome también, su mano todavía oculta debajo de la mesa. ¿Qué tanto más pretendía seguir tocando a Beom Gyu? ¿Y por qué tenía que hacerlo justo en ese momento cuando cualquiera podría verlos? ¿Por qué Beom Gyu lo dejaba?
Eran cuestiones demasiado difíciles para mi, así que me levanté, más que listo para huir del sitio, disculpándome en voz baja con quienes tenía más cerca y recibiendo una helada mirada por parte de mi padre, aunque no hizo nada para detenerme.
Llegué hasta las escaleras, pensando primero en ir a mi biblioteca especial, pero cambiando de parecer para ir a mi habitación, esa donde hacia un par de días que no entraba, teniendo que pasarla en la de Hyo Ri. Y entonces la voz de Yeon Jun me hizo detener.
—¿Sí? —inquirí, nervioso y algo turbado por lo que pensaba recién.
—¿Te encuentras bien?
—Sí.
—Sobre lo de hace rato... —empezó entonces, pero lo hice callar, tomándolo de las manos y sonriéndole.
—Dejemos el tema, ¿sí?
—De acuerdo —se zafó de una de mis manos para llevarla a mi rostro, está vez no me tensé ante su contacto, me limité a disfrutar su caricia—. Ya habrá más de esos después de la boda.
Me reí bajito, así que era del beso de lo que quería hablar, no de lo otro, ni tampoco del matrimonio. Y había dicho que habría boda. Eso me tranquilizaba un poco, pero muy poco, porque no iba a casarse conmigo.
Y pensé de nuevo en Beom Gyu. No habría imaginado jamás que le pudiese gustar un chico, claro que nunca había salido con nadie, pero yo creía que era porque nuestros padres esperaban a conocer a una buena chica para hacer un buen matrimonio. Y me dio curiosidad que pensaría Yeon Jun al respecto.
—Hace rato —dije, bajando la voz —ví a Beom Gyu y Tae Hyun... mmh... acariciándose bajo la mesa.
Sus dedos se tensaron sobre mi piel, dejando de acariciarme después.
—¿Acariciándose dices?
—Sí.
—Y —su rostro lucía un poco pálido —tú sabes si Beom Gyu es —se acercó más a mí —¿homosexual?
Me sonrojé ante su cuestión. No, no lo sabía. Y tampoco lo creía, así como tampoco lo era yo. O eso pensaba.
—No. ¿Tae Hyun lo es?
—Ni idea —repuso y se encogió de hombros, mirando de forma pensativa hacía las escaleras.
Y se me ocurrió otra cosa.
—Yeon Jun —me miró —si yo fuese... un chico —lo vi ladear la cabeza, curioso —¿me querrías igual? ¿Aún te gustaría?
Sus ojos se abrieron cuan grandes eran a causa de la sorpresa y entonces empezó a reír.
—¡Por supuesto que sí! Me gustarías y te querría como fuese —sentí que moriría ante sus palabras, sintiendo una ola de esperanza e ilusión crecer en mi interior, pero esta se murió de golpe cuando detecté la burla en sus siguientes palabras: —¿y tú? ¿Me querrías igual si fuese una chica tan guapa como tú?
Bajé la vista. No, que estúpido era. Obviamente que él nunca tendría algo con un hombre. No, él sólo pensaba en Hyo Ri.
—Sí, Yeon Jun —respondí y me zafé por completo de él, queriendo llorar de nuevo, pero no era el momento.
No quería llorar enfrente de él, así que subí las escaleras corriendo, dejándolo sorprendido sin duda ante esto, pero me daba igual. Él nunca me querría, pasara lo que pasara, jamás me querría.
Fuí a mi habitación y cerré la puerta, echando la llave, aun si lo tenia prohibido.
Me tomé unos segundos para tranquilizarme, con el cuerpo pegado a la puerta. Era tonto ponerme así por eso, pero no podía evitarlo, porqué si a Beom Gyu le gustaba Tae Hyun... entonces mi hermano era correspondido. Y ambos eran hombres. ¿Ese tipo de relaciones funcionaban? Si yo me presentaba ante Yeon Jun como Soo Bin, ¿tendría alguna posibilidad de que...? Pero recordé su expresión cuando le hablé de mi hermano y su amigo. A Yeon Jun no le gustaban los homosexuales.
Negué con la cabeza, tenía que dejar de pensar. Así que fui directo a mi viejo baúl, el que estaba a los pies de mi cama, disfrutando un poco de regresar a mi habitación. Rebusqué en el interior, aunque no había gran cosa a simple vista, el verdadero tesoro estaba al fondo, en el doble fondo que Yoon Gi le había hecho y que Hyo Ri había perfeccionado. Un doble fondo ideal para esconder mis mangas y ánimes favoritos. Podría leer un rato y distraerme. No me duró mucho ese pensamiento, no cuando saqué el primer tomo: Death Note.
Me mordí el labio y los oculté de nuevo, dejándome caer sobre la cama, con los brazos extendidos y los ojos cerrados, en una pose en la que ninguna dama debería estar. Si bien ese tipo de "poses" eran algo normal de ver en Hyo Ri.
Solté un sollozo, aunque no deseaba hacerlo no podía frenarme. No podía dejar de pensar en él. ¿Qué tanto me había enamorado de Choi Yeon Jun?
Escuché entonces un suave golpeteo en la habitación frente a la mía, la de Hyo Ri. Me levanté de inmediato, abriendo la puerta para toparme con Beom Gyu, quién venía corriendo al parecer, con las mejillas rojas.
—¿Beom Gyu?
—Menos mal te encuentro rápido.
—¿Qué ocurre?
Por respuesta tiró de mí y me llevó a la habitación de mi gemela, cerrando la puerta detrás de él.
—Estaba con Huening Kai y papá cuando ha recibido una llamada. Parece que envió a... unas personas a buscar a Yoon Gi y a Hyo Ri.
—¿Qué personas? —me extrañé, pero Beom Gyu se veía un poco confundido.
—No importa eso ahora —y me tomó de las manos —lo que importa es lo que le dijeron.
—¿Qué fue?
Y tuve un mal presentimiento.
—Binnie, tómate esto con calma, por favor.
—¿Qué pasa? Me asustas.
Beom Gyu soltó un suspiro.
—No lo hagas, porque en parte son buenas noticias para ti. Aunque por lo otro...
—Dime ya —casi le grité.
—Yoon Gi y Hyo Ri no llegaran mañana ni pasado mañana.
—¿No?
No supe si sentirme feliz o triste, pero él había dicho que en parte eran buenas noticias para mí, pero...
—Lo siento mucho, Binnie, pero esto esta a punto de terminar. Yoon Gi y Hyo Ri vuelven esta noche.
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Ahh, ¿qué pasará? Espero les guste la actualización de hoy. ❤❤
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