CAPITULO XII: FINAL
Al día siguiente los tres fueron despertados por una llamada telefónica, era la estación de policía quienes llamaban para pedir una declaración más formal de parte de los gemelos. Aunque realmente no querían hacerlo, Yeon Jun los animo para que lo hicieran, porque después de todo, era mejor intentar llevarlos ante la justicia a no hacer nada.
Su día se basó en hablar con la policía, siendo apoyados por Yeon Jun y también siendo guiados por su abogado, Lim Jae Beom, un amigo de Yeon Jun por supuesto. Habían comenzado a hartarse a la mitad del día, pero Yeon Jun siempre estaba allí dándoles cariños, haciendo lo posible por calmarlos y por supuesto dándoles mucho amor.
En cuanto regresaron a casa se encontraron con las expresiones preocupadas de sus padres, habían olvidado el pequeño detalle de que ellos no sabían nada y simplemente se habían excusado con que saldrían con Yeon Jun.
—Mis niños – exclamó la mujer abrazándolos – Por favor expliquen qué pasa, los Lee nos han llamado...
—Nos han dicho que nos van a demandar por difamación, por acoso laboral y quien sabe cuánto más – explicó su padre.
—Lo sentimos – se disculparon de inmediato y Yeon Jun estuvo a punto de defender a los gemelos, sin embargo el señor Choi lo detuvo.
—No me malentiendan, no les estoy reprochando – negó – Lo que yo quiero, es saber la verdad y así poder apoyarlos como se debe ¿qué importa un contrato cuando la comodidad y seguridad está en juego? No me importa perder todo mi dinero si con eso logro mantenerlos felices y saludables.
—Solo queremos saber que paso – explicó su madre preocupada.
Entre pequeños sollozos e hipidos los gemelos terminaron contando los acosos que habían sufrido de parte de los hermanos San, incluyendo la noche que ellos no podían recordar. El señor Choi estaba furioso, realmente lo estaba y no con sus hijos, ellos no tenían la culpa de absolutamente nada, toda la culpa era de esos malditos alfas que no entendían un "No" por respuesta.
La señora Choi se sintió, por un momento, culpable porque ella había pensado que aquellos chicos habían sido buenos amigos de sus hijos ¿cómo no noto que la supuesta amistad estaba mal? Sin embargo olvido ese sentimiento de culpa, no podía retroceder el tiempo para evitar aquello, pero si podía luchar por sus hijos, para conseguir que esa familia sufriera algo peor que la muerte.
—Contactaremos a nuestros abogados para que tomen el caso – anunció el señor Choi.
—Le pedí a un amigo mío que lo hiciera, señor Choi – explicó Yeon Jun – Pero si usted gusta, él podría trabajar con sus abogados, de esa manera podríamos crear un mejor plan.
—No – negó la señora Choi a lo que la vieron sorprendidos – Yeon Jun se encargará de la demanda a esos imbéciles. Tú, querido, te harás cargo de la pequeña empresa de los Lee – sonrió encantadoramente.
—Mamá... — comenzó Soo Bin.
—Das miedo – finalizo Hae Bin.
—Vean y aprendan, bebés – les guiño un ojo.
Lo que siguió después de eso, fue una serie de demandas, bastante investigación de parte del grupo de abogados y varios juicios en contra de la familia Lee. Aunque se intentó mantener el problema fuera del foco de los medios, no pudieron evitar que un poco de información saliera. Los gemelos tuvieron que aguantar escuchar todo tipo de estupideces de parte de los medios y de personas que no conocían su situación pero que se creían con el derecho de opinar.
Pero nada de eso les importo, porque sinceramente, poco importaba la opinión de los demás. Lo que ellos más habían temido, era la opinión de sus propios padres, amigos y de su alfa. Pero todos sus seres queridos los apoyaban y protegían, con eso, ellos entendían que lo demás no importaba.
Lamentablemente no encontraron pruebas suficientes para acusarlos de asalto sexual en contra de los gemelos, sin embargo si fueron sentenciados debido a la tenencia de substancias ilegales y de intento de violación. Era una condena mucho menor a lo que hubieran deseado, pero no se desanimaron porque al menos quedarían incluidos en la larga lista de depredadores sexuales, lo cual los volvía un constante blanco para la policía.
Por su parte los señores Choi lograron hundir la pequeña empresa de los Lee, los demandaron por todo tipo de problemas. Buscaron por todos los medios posibles, alguna razón que pudieran utilizar en su contra, hasta que los lograron dejar en bancarrota y con un pequeño consejo sobre vivir en algún sitio lejos de Corea del Sur e incluso les pidieron que no vivieran en algún sitio turístico para evitar encontrarse. Solo un pequeño consejo para que vivieran una mejor vida o si no, podrían vivir mal, muy mal.
Así fue como las fiestas fueron pasando e incluso tuvieron que evitar presentarse en publico debido a los medios, lo que quiso decir que no pudieron bailar frente a su alfa. Pero para Yoongi aquello no importaba realmente, tenían mucho tiempo y en cualquier momento podría verlos bailar con comodidad y más tranquilos.
Lo que si cambio un poco fue su relación, su lazo se intensifico más, eran más cercanos y el amor parecía aumentar día con día. Incluso los medios estaban sorprendidos de que el serio y frío Kim Yeon Jun, mostrara sonrisas y se comportara tierno con alguien, porque ni siquiera lo habían visto ser así con su familia.
Cuando los gemelos volvieron a clases, llamaron mucho la atención de las personas, algunos hablaban bien de ellos, otros hablaban mal, otros empatizaban con su situación. Sin embargo todos estaban de acuerdo en que debían mantener su distancia de los gemelos e incluso de Huening Kai. De cualquier forma no es como si ellos quisieran tener más amigos, a menos que fueran sinceros con la amistad, por lo pronto estaban del todo bien con sus pocos amigos.
Con todos esos sucesos, llegaron a cumplir un año de conocer a Yeon Jun. Al principio habían estado emocionados, pero sus ánimos bajaron bastante al escuchar que Yeon Jun viajaría a otro país por algún tema de negocios. No solo eso, sino que Yeon Jun ni siquiera recordaba que hubiera algo importante.
—Ese tonto alfa – murmuró Hae Bin, parecía ser el más molesto.
—No vale la pena recordarlo – negó Soo Bin igual de molesto.
—¿Por qué tan molestos Binnies? – cuestionó Kai sentándose a su lado.
—Yeon Jun se fue de viaje de negocios – explicó Soo Bin.
—Olvidando el aniversario de nuestro primer encuentro – reclamó Hae Bin.
—Entiendo – asintió – Pero es su trabajo, recuerden que eso también es importante – argumento Huening Kai.
—¿Estás defendiéndolo? – cuestionaron ambos sorprendidos.
—La traición – Soo Bin soltó ofendido.
—La decepción – continuó Hae Bin igual de ofendido.
—¡Yah! Solo explique un hecho, no quiere decir que estoy de parte del horrible alfa que los ha dejado solos – negó preocupado, esos dos lindos ángeles podían convertirse en demonios si se lo proponían.
—Más te vale – asintió Hae Bin.
—Porque hasta Ji Min-hyung nos apoya – aclaró Soo Bin con una sonrisa burlona.
—¿Me han cambiado tan rápido? – cuestionó Huening Kai, esta vez era él el ofendido – Y yo que pensaba llevarlos a comer algo esta noche, pero siendo que me han cambiado, mejor váyanse con Ji Min-hyung – refunfuño cruzando sus brazos.
—¡No es cierto! – exclamaron ambos.
—Tu sabes que eres nuestro favorito – explicó Soo Bin.
—Siempre nuestro favorito – asintió Hae Bin.
—Mm... bien, pónganse elegantes, conseguí una reserva para tres en un lindo restaurante rodeado de naturaleza – explicó con una gran sonrisa – Una limosina pasara por ustedes más tarde.
—¿Ah? ¿Por qué no pasas tú por nosotros? – cuestionó Soo Bin confundido
—Porque yo también debo arreglarme, además quiero que sea como una cita cliché de esas de película – bromeó – Tal vez después podamos hacer una pijamada y divertirnos un rato – les guiño el ojo.
—¡Me gusta la idea! – exclamó Hae Bin emocionado – Me vestiré muy bonito para ti.
—¡Yo también! Pero me vestiré sexy – afirmó Soo Bin con una gran sonrisa.
—Perfecto, tenemos una cita – asintió Huening Kai observando como Tae Hyun llegaba en su auto junto a un sonriente Beom Gyu – Nos vemos – se despidió corriendo rápidamente hacia los alfas.
—Planea algo – murmuró Soo Bin después de ver el auto partir.
—Por supuesto, es buen actor pero no puede con nosotros – negó Hae Bin.
—Hubiera sido más convincente si hubiera dicho algo como que nos llevaría a bailar – afirmó Soo Bin.
—Sí, pero ¿una cena formal? Pff Huening odia ir a los eventos formales, es obvio que él no planeo esto – declaró seguro Hae Bin.
—¿Podría ser un plan de Yeon Jun? – cuestionó Soo Bin ilusionado.
—Esta cena será una linda cena formal y cliché como en las películas – comentó Hae Bin de manera pensativa.
—Muy al estilo de nuestro alfa – afirmó Soo Bin sonriendo.
—Él sabe que nos gusta este tipo de cosas – asintió Hae Bin de acuerdo.
Ambos esperaron un rato más hasta que finalmente el chofer los había llegado a recoger, por un minuto pensaron que tal vez sería Yeon Jun, pero lamentablemente no era él y eso los hacía dudar porque tal vez estaban pensando demasiado las cosas y al final no sería nada como lo que estaban pensando.
Desilusionados se arreglaron, obviamente se verían increíble, si era Huening Kai o Yeon Jun quien los esperaba en el restaurante, lo dejarían encantado con su aspecto.
Cuando la limosina llego, simplemente salieron de su hogar para ir directo al restaurante. De hecho el restaurante al que iban se llamaba "Sonata de Luna" y era llamado de esa manera porque estaba muy cerca del bosque, de hecho el bosque parecía cubrir dicho restaurante. Era tan popular que solo personas con reservaciones hechas desde un año atrás podían entrar. Eso también les hacía dudar de que fuera Yeon Jun quien los esperaba, porque aceptaban que Huening Kai pudo haber planeado todo desde un año atrás y simplemente era como un juego de roles. Pero también conocían a su mejor amigo, sabían que era demasiado despistado como para pensar en algo tan grande como aquello.
Al bajar de la limosina, fueron guiados por el gerente hacia lo que sería su mesa. Está estaba en una pequeña terraza que daba una hermosa vista a la gran luna llena y debajo de esta un precioso y apacible lago.
La mesa estaba tenuemente iluminada, lo suficiente para poder ver pero no tanto como para opacar a la luna. Ambos se sorprendieron y sonrojaron al ver todo tan bonito, si Yeon Jun estuviera allí, pensarían que todo sería para una propuesta de matrimonio, pero eso no era posible porque Yeon Jun estaba en un viaje de negocios ¿verdad?
Ni siquiera se habían sentado aun cuando una suave música comenzó a llenar el ambiente, era una melodía hermosa, tan llena de sentimientos que sus corazones se aceleraron con solo escucharla. Fue entonces que alguien se les acerco y no debían pensar demasiado como para darse cuenta de que era su alfa.
Yeon Jun llegaba con ese porte firme, la elegancia que caracterizaba a cualquier felino y esa gran aura de autoridad que los hacia delirar. En cada mano sostenía un pequeño ramo de flores, los dos parecidos pero diferentes a la vez.
En la mano izquierda Yeon Jun sostenía un pequeño ramo con algunas flores de azahar, dalias de color rosa y gladiolos multicolores. Mientras en su mano derecha llevaba otro con camelias blancas, claveles rojos y lirios rojos. Cada uno tenía un significado un tanto diferente, pero al final todo se resumía en una sola cosa: Amor.
Ambos lo observaron con sorpresa y emoción, no tardaron en tomar los ramos y observarlos con cariño. Porque Yeon Jun había recordado como a Soo Bin le encantaban las flores rojas y lucían bonitas con los pequeños toques blancos. Mientras que las de Hae Bin eran más suaves de colores rosas, perfectas para él.
Al ver de nuevo a Yeon Jun, lo observaron arrodillado frente a ellos y con una gran sonrisa en su rostro. Sacó dos cajitas de su pantalón y las abrió dejando a la vista dos lindos anillos de compromiso.
—Sé que esto es sorpresivo, sé que dije que esperaría a que ustedes quisieran casarse conmigo. Sin embargo quiero, al menos, tener el placer de ser yo quien decida cundo pedirles matrimonio ¿qué mejor día que este? El aniversario de cuando nos reunimos por primera vez – sonrió encantado al ver las expresiones de los omegas – Todos estos meses que llevamos conociéndonos y saliendo, solo me han confirmado lo que mi león me dijo aquella primera noche. Ustedes son los indicados. Yo trataré de ser el mejor alfa que puedan tener, quiero protegerlos, quiero apoyarme en ustedes, quiero amarlos y, sobre todo, quiero hacerlos felices. Es por eso que aquí me tienen, suplicándoles que por favor acepten casarse conmigo
—¡Por supuesto que sí! – exclamaron ambos emocionados abrazándolo
Los gemelos simplemente intentaban no llorar pero es que era difícil, estaban realmente felices porque ahí estaba su alfa, el amor de sus vidas, frente a ellos diciéndoles palabras tan bonitas. Para Yeon Jun ellos no eran solo unos omegas para follar, para Yeon Jun, ellos eran los más hermosos, los únicos omegas que él podría amar en su vida y eso los hacia malditamente felices.
Yeon Jun tomo los anillos y los coloco en sus dedos. Se veían tan bonitos, eran delgados pero con un bonito diamante en el medio y varias pequeñas incrustaciones de aventurina negra alrededor. Eran anillos perfectos para ellos.
—Te amamos, alfa – pronunciaron al mismo tiempo dejando un beso en cada mejilla de Yeon Jun.
—Yo también los amo, mis preciosos omegas – sonrió dejando un pequeño beso en los labios de cada uno.
A pesar de las circunstancias, a pesar de que no todo fuera perfecto, ellos estaban allí, juntos y felices. No importaba si alguien los veía raro, si las noticias hablaban sobre ellos, los tres simplemente seguirían amándose día a día y luchando por su felicidad, nada ni nadie lograría derrotarlos si estaban juntos apoyándose los unos a los otros.
Fin...
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