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Advertencia ⚠️: este capítulo contiene lenguaje fuerte y algo explícito, habla sobre un tema bastante delicado, si eres menor de edad está bajo tu propia responsabilidad el leerlo o no.

*No menciono la palabra como tal para evitarme problemas con wattpad.

*Espero no estar incumpliendo con las políticas de wattpad :'v

*Espero no me borren el capítulo :'v




Disfruta de la lectura :3


Existe una palabra muy fuerte para describir cuando una persona le roba la inocencia a otra, cuando esta le es arrebatada su dignidad sólo para satisfacer los pensamientos retorcidos de otra. Que incluso a mitad de la noche te levantas gritando y llorando porque te atacó una pesadilla, llega el momento donde ni siquiera en tus sueños estás a salvo de sus abusos.

Marlene no podía creer lo que tuvo que enfrentar Alreth en ese orfanato, no podía imaginar que un ser tan pequeño y frágil en este mundo pudiera sufrir así, y eso sólo es el comienzo de su sufrimiento.

–¿Él sólo jugaba con Arleth? –Marlene cerró un segundo los ojos preparándose para lo siguiente que venía.

–Al principio sí, pero cuando Arleth nos dejó salir a la luz ya todas pasábamos por lo mismo.

–¿Podrás describirme como era aquello que les hacía?

  –Sí –Elisa suspiró intentando recordar aquellos sucesos, creía que esos recuerdos se quedarían atrapados en lo más oscuro de su mente, nunca imaginó que tendría que sacarlos a la luz, así que comenzó a relatar cada encuentro que tuvo con el muchacho.



Aquella pequeña niña tan inocente se encontraba en las escaleras principales del orfanato, con una enorme ilusión, se imaginaba cientos de veces  que una linda familia la adoptaría, pero lo cierto era que solo se interesaban por bebes casi recién nacidos o niños con apenas tres o cuatro años de edad, pero ¿quién se interesaría por niños con nueve años de edad? Nadie, pero aún así la pequeña castaña no perdía la esperanza que algún día saldría de aquel lugar. Llevaba consigo un lindo vestido de flores junto con unos zapatos negros ya algo desgastados, llevaba entre sus manos una linda flor amarilla, se la había regalado una de sus amigas.

Y en el fondo, en aquella esquina se encontraba un muchacho observándola detenidamente, se encontraba maravillado por lo hermosa que era aquella niña y más por la inocencia que desprendía su rostro, sonrió en sus adentros creando una idea algo enferma en su mente, ya tenía días observándola desde luego, así que con aquello en mente se dirigió en dirección a la pequeña. Una vez cerca se sentó a su costado, ella por su parte se sobresaltó un poco debido a su repentina aparición.

—Tranquila, no te asustes, no te haré daño —el joven le mostró un pequeña sonrisa, se quedó maravillado con el brillo tan singular que desprendían sus enormes ojos verdes —¿Sabes? Eres bastante bonita, ¿puedo? —señaló la flor que traía la niña entre sus manos, ella asintió sin dejar de observar sus pecas marcadas en sus mejillas y sus lindos hoyuelos adornando su sonrisa, el joven la tomó colocándosela entre su oreja y su cabello, así lucía aun más bonita de lo que era  —.Me llamo Alex.

Ese fue el primer encuentro entre ellos dos, Alex tenía en ese entonces 14 años de edad, mientras que Arleth tan solo 9 años, aún así se llevaban bastante bien, hasta que un día todo eso cambió.

Aquella mañana del jueves la oji verde se dio cuenta de lo cual malvado es su nuevo amigo. La llevó a un cuarto de limpieza, colocándole seguro a la puerta, le había dicho que tenía una linda sorpresa para ella, y vaya sorpresa que se llevó.

—Pero antes de darte tu regalo, juguemos a algo —Alex la tomó de la cintura acercándosele un poco más de lo debido.

—¿Quieres jugar a las escondidas? —Arleth le susurró mordiéndose inconscientemente los labios y este negó con la cabeza en respuesta, observando con detenimiento su boca, acercó la palma de sus manos a sus piernas, acariciándolas con la yema de sus dedos, fue ascendiendo de poco a poco hasta meterlas por debajo de su vestido, por lo que la niña confundida lo detuvo —.¿Qué haces?

—Relájate, solo es un pequeño juego, ¿que tal si lo llamamos...? —se quedó unos segundos en silencio pensando el nombre —.Lo llamaremos "el juego del doctor" porque tú fingirás que algo te duele y yo seré el doctor así que tengo que revisarte —Alex le sonrió, la tomó de las muñecas estampándola contra la pared del almacén, a lo que Arleth se quejó —.¿Te duele la espalda? Yo te curaré —Alex acercó las manos al cierre de su vestido dispuesto a bajarlo , pero cuando la niña sintió su vestido un poco más flojo de lo normal, lo empujó separándolo de su anatomía.

—¡No, Alex!, no me está gustando tu juego y le voy a decir a tu tía —Arleth chilló bastante molesta y agitada, intentó retirar el seguro de la puerta pero el pelinegro la detuvo.

—Si vas con el chisme a con mi tía, entonces yo —la tomó del cuello apretándolo un poco, la infante intentó aflojar su agarre rasguñando su mano, pero fue imposible, pues él era más fuerte que ella -.Me encargaré que nadie te adopte y te quedarás solo conmigo, para SIEMPRE —susurró lo último, cada sílaba cerca de su oído así que le dio un pequeño beso en la comisura de los labios.

Arleth chilló, no le gustaba para nada su actitud, creía que era un tierno chico, pero la verdad es que era un monstruo.

Los días pasaron y ellos "jugaban" en el almacén, Arleth le decía que no lo hiciera, que le dolía, que no le gustaba pero el sólo se reía y continuaba.

Ni en sus sueños había paz, se levantaba en las noches con constantes pesadillas.

Así que Alerth creó a Olive como un barrera de protección, pero simplemente fue peor, después creó a Isabelle para que los abusos terminaran pero no funcionó, hasta que llegó Elisa y todo acabó.




—¿Sabes?, nosotras sólo éramos unas inocentes niñas, no sabíamos de las malas intenciones de ese chico, ni la maldad de este mundo y él sólo se aprovechó de ello —Elisa escupió aquellas palabras con rencor, odió el maldito momento en que ese infeliz se aprovechó de su hermana, su papel era protegerla de todo y de todos y como tal lo hizo.

—¿Cuánto tiempo duró haciendo eso? —Marlene tragó en seco, intentado borrar las imágenes de su cabeza.

—Aproximadamente unos seis meses.

—Y las monjas, ¿nunca se enteraron? —Elisa negó con la cabeza, secó rápidamente la pequeña lágrima que salió de su ojo derecho.

—No, nunca, Arleth intentó decírselo a la madre directora, pero lo único que obtuvo fue unos grandes azotones por mentirosa, después llegó Charlotte y nos salvó, al principio la directora no quería dejarnos ir, pero después cuando descubrió el problema de Arleth lo único que quería era deshacerse de ella. La muy ignorante creía que Arleth hablaba con fantasmas —Elisa se carcajeó al recordar la constantes caras de susto cuando veía a su gemela.

—¿Y qué pasó con Alex? —Marlene se ajustó las gafas del puente de su nariz.

—Él está enterrado a cinco metros bajo tierra —Marlene se espantó creyendo que Elisa tenía algo que ver al respecto, pero se calmó al escucharla reírse —.Un par de días antes de irme, volvió a jugar conmigo, esa vez por fin una de las monjas lo vio todo, le dijo a su tía y ella decepcionada iba a denunciarlo a la policía, el muy cobarde al no soportar todos los problemas que se venían decidió suicidarse.

—¿Y qué pasó con el orfanato?

—Resulta que la policía se dio cuenta de cómo en realidad era la vida dentro de ese lugar, encontraron en los niños golpes, rasguños e incluso quemaduras, después de medio año por fin cerraron las puertas de ese lugar.

—¿Y qué pasó con las monjas? —Marlene tamborileó con sus dedos sobre su cuadernillo.

—Unas escaparon, otras las encerraron incluyendo a la directora —dijo burlonamente, se cruzó de brazos.

—¿Arleth recuerda algo de todo esto? —Elisa negó con la cabeza.

—Yo decidí suprimir sus recuerdos, ella es mi hermana y haría cualquier cosa para protegerla aún así tenga que hacerle daño a los demás.

—¿Y que sientes cuando estás cerca de Damián? —Marlene la observó fijamente analizando todas sus facciones, y cuando se dio cuenta que sus gestos se habían suavizado se alegró internamente pues había dado en el clavo.

—Protección —Elisa sonrió apenada —.Él va a protegerme de las personas malas, yo lo vi primero y el me pertenece. Arleth intenta arrebatármelo pero yo sé que Damián me prefiere a mí antes que a mi hermana.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque una vez él me lo dijo —Elisa sonrió recordando cuando el otro día se le acercó más de lo previsto y le había dicho lo guapa que era, esa vez se sintió bien consigo misma, pero después recordó que ella sólo hace daño a todo lo que toca e intentó alejarlo pero resultó peor.

Marlene observó el reloj, se había excedido del tiempo de la sesión y en cinco minutos tenía que ver a su próximo paciente. Quería seguir hablando con Elisa, necesitaba más información, pero eso ocurriría más adelante. 

—Se ha terminado la sesión Elisa, tengo que hablar con tus padres —la castaña asintió con una pequeña sonrisa traviesa.

Lo que la psicóloga no sabía era que en realidad el chico no se había suicidado, sino que Elisa lo asesinó tan cruelmente una noche antes de marcharse, lo enterró en el patio trasero, después de que ella se marchó de ese lugar, en el trascurso de la misma semana encontraron el cuerpo del joven, aunque una monja la había visto sacando una bolsa de basura tuvo que cortarle la lengua para que no hablara.  Además que en la investigación encontraron todos aquellos abusos físicos que sufrían los niños en ese orfanato, por lo tanto tuvieron que cerrarlo.

Elisa cerró los ojos debido a una agitación en su cabeza.

—Yo...me duele demasiado mi cabeza —Arleth soltó un gemido debido al dolor —.¿Por qué me duele siempre antes o después de un episodio?

—Es normal, haces demasiado esfuerzo y tu cerebro tiende a cansarse —Marlene fue por un vaso de agua, amablemente se lo ofreció a Arleth —.Estás de vuelta, hiciste un gran trabajo.

—Gracias —bebió un pequeño sorbo —.¿Descubrió algo?, ¿pronto estaré bien?

—Tranquila, si descubrí algo pero por el momento no puedo decírtelo, y estarás bien pero esto no se cura de un día para otro, cada día se extenderán más las sesiones y te sentirás más agotada.

Arleth agachó un poco la mirada con cierta desilusión, pero al imaginarse que pronto todas aquellas voces que escuchaba en su cabeza por fin estarían lejos se alegró internamente, aunque aun así no quería alejarse de su hermana.

—Solo puedo decirte que necesito que estés en contacto con un chico de nombre Damián.

—¿Perdón? —no sabe si no escuchó bien o no entendía a que se refería.

—Sí, al parecer todas tus identidades tienen un fuerte lazo con este chico, todas ellas dependen de él, ellas me dijeron que se siente protegidas junto con él, incluso Elisa. Y necesito que estén estabilizadas.

Joder, cuando más pensaba en alejarse de él más tenía que acercarse.

*Cualquier falta ortográfica será editada después.

Hasta aquí mi reporte.

–Jocelyn 🤣✌🏻

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