Había ya había pasado casi un año desde  que Sofía dejará Ontario para irse con sus padres y su hermana menor para Montreal porque a su padre  la empresa  donde trabaja le encomendó la tarea de que fuera gerente en una sucursal que abrieron allá, aunque no podía negar que se había adaptado rápido a su cambio de vida y tenía muchos amigos, en especial a Vanessa que al poco tiempo de conocerla se había convertido en su mejor amiga, pero también extrañaba a todos sus amigos que dejo en Ontario y más ahora que iba a celebrar su primer cumpleaños lejos de ellos lo que la tenía un poco triste. Sofía miró el reloj vio que ya era hora de levantarse, se dirigió al baño donde se dió una ducha después se colocó su uniforme para bajar a la cocina donde estaban sus padres y su hermana que la felicitaron por su cumpleaños ella les dio las gracia después de desayunar, cogió sus cosas y se despidió de toda su familia para irse para el colegio, donde la esperaba Vanessa y el resto de sus amigos, que la felicitaron, después de eso el día siguio normal hasta que llegó la noche  y sus padres con la ayuda de su hermana, Vanessa y el resto de sus amigos organizaron una fiesta sorpresa aprovechado que al otro día no había clase. El resto de la semana paso sin ninguna novedad  hasta que llegó el sábado Sofi  se despertó y vio que sólo eran las 6 de la mañana, luego de intentar sin éxito volverse a dormir decidió levantarse a correr un poco se pudo su ropa deportiva y salió de la casa con cuidado por la puerta trasera, fue a un parque donde hizo un poco de calentamiento, después de un rato comenzó a correr por las calles que a esa hora estaban vacías, Sofía comenzó a pensar  en una chica del salón que le gustaba y no se dió cuenta que estaba muy cerca del bosque hasta que vio a una criatura que saltaba de unos arbustos tirándola al piso donde la mordió en un brazo, Sofi en el piso noto que su ataque era un lobo pero más grande de lo normal, con el otro brazo empezó a darle  golpes en el hocico pero no tenían mucho efecto el lobo que intentaba morder el cuello, con las pocas fuerzas que tenía grito pidiendo ayuda y uno de los vecinos al escuchar el alboroto salió con una pistola en la mano