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VIII

Había protestas fuera del juzgado, todos en favor de Soobin, ya que este había provocado lo que tanto quería.

Aunque no fue planificado el ataque de Yewon, mantenerse en silencio y ausente en la tercera audiencia fue suficiente para ganar de nuevo el poder y provocar el odio y desprecio a una mujer, y no cualquier mujer.

Yewon pasó de ser la mujer más amada en el deporte a ser la más repudiada en el país, los reportajes que salían sobre ella no hacían nada más que mostrar a supuestos expertos decir que esto va mucho más allá de una acusación sobre molestar a tu hermano, ahora hablaban de la misma mujer que Soobin ha estado alegando que tiene de hermana.

Una malcriada, ingrata y podrida, la cual solo fue acentuada con la adopción por Bang Yongguk y su esposa, sin marcar ningún límite con ella al ya no creer que necesite ser reprendida por su sentimiento de superioridad con el cual ha crecido, al todos, incluyendo a Soobin, haberle dado todo en bandeja de oro y plata por ser “una pobre niña desamparada”.

Yeonjun miraba desde el auto cómo todos estaban esperando para ver a uno de los hermanos aparecer en ingresar al juzgado, estaba asustado en cierta parte.

Puede que no lo hayan atacado en la audiencia anterior, pero, temía que en algún momento tomen a mal sus palabras, las audiencias estaban acabando con su confianza y de verdad ya no sabía qué hacer para arreglar el problema.

Sabe que en este juicio las cosas iban a salir mal, no porque era la primera audiencia donde Soobin estaría de regreso por el ataque a Minju, sino que Yewon ya le había confesado tener un truco bajo la manga, no estaba seguro de qué pasaría y la ansiedad se lo estaba comiendo en vida.

Bajó del auto, acaparando la atención de una gran parte de periodistas y se puso sus lentes de sol, aquello con tal de proteger un poco sus ojos de las cámaras y poder avanzar con un poco más de seguridad al interior del juzgado. Escuchó algunas preguntas, tratando de encontrar una postura suya respecto al incidente a pesar de haberlo visto acompañar a Soobin y a Minju hasta el auto, otros tratando de sacarle la verdad a través de mentiras o si acaso seguía apoyando a Yewon a pesar de que ella trató de quitarse la culpa en la audiencia anterior al confesar que Minju manejaba una actitud provocativa, siendo que rebasó el vaso cuando vio que estaba embarazada.

Es entonces cuando la atención en él decayó un poco, por no decir que del todo, ya que Soobin había llegado al juzgado, vistiendo un formal traje negro y unos lentes de sol negros cubriendo sus ojos, avanzando con naturalidad y en silencio hacia la entrada del lugar, luciendo tan misterioso como la aura que lo recorre en la pista de hielo, pareciendo que habría fusionado ese extraño príncipe del hielo con el educado y hogareño Choi Soobin que conoce.

— ¡Choi Soobin, aquí!

— ¡Soobin, tenemos unas preguntas para usted!

— ¡Señor Choi, nos interesa saber el estado de su esposa!

Soobin se detuvo en sus pasos y se dio la vuelta, viendo que todos los periodistas y también protestantes esperaban una respuesta de él, aunque pronto vio en la entrada a Yeonjun, quien miraba con cierta súplica escondida antes de ingresar al edificio.

El jugador de hockey suspiró y se quitó los lentes de sol, denotando las ojeras que tenía debajo de sus ojos, pero en lugar de hablar algo, pidió que no hicieran preguntas al respecto, ya que se le venía una jornada difícil.

Los periodistas aceptaron y cuando Yugyeom apareció ambos ingresaron al juzgado, ambos comenzando a hablar de cómo debían ser las declaraciones de ahora en adelante, ya que el juicio había tomado un rumbo distinto al haber presenciado cómo Yewon se comporta al verse orillada, y ambos ya tenían un plan para ganar el juicio.

¿Por qué? Bueno, a Soobin le tocaba subir al estrado esta vez, y ya tenían más evidencia.

Van a estar sentados por horas en la sala de audiencias solo para escuchar las tristes cosas que Soobin va a decir, dejándose hipnotizar por las palabras del hombre para tocar el corazón de tantas personas, apelando a que Yewon no es conservadora, ni innovadora, solo es hipócrita.

Ha apelado lo suficiente a la gente que estaba en contra de ella, ahora tocaba fingir estar en constante conflicto porque amaba a su hermana y hacer esto dolía, pero es la única forma para detenerla de su mala conducta y que no se hiciera parte ni que siga manchando la imagen de movimientos que han estado intentando hacer que la sociedad de este horrible país pueda avanzar.

Podía entenderlo un poco con Yoo Jimin, ella murió y fue abusada hasta el final de sus miserables días, a pesar de las drogas era amable con todos y admiraba mucho a sus compañeras, su único error fue meterse de forma romántica con Yeonjun, mientras que Yewon es la persona menos sorora que ha conocido después de su padre y el abogado Yugyeom. Habla mucho de ella si solo puede comparar esa poca empatía con los hombres machistas y hasta femicidas.

Yeonjun tomó aire, viendo que Yewon conversaba de manera muy calculadora con su abogado, quien sólo agachó la cabeza cuando apareció el juez, quedando la sala de audiencia en silencio y entonces Soobin estaba comenzando a prepararse para subir al estrado, pero aquello se vio interrumpido cuando Jungkook anunció que había un testigo por parte de ellos.

Aquella declaración llamó la atención de todos, en especial la de Soobin, fue entonces que el juez autorizó la entrada y lo vio.

Un hombre de estatura casi tan alta como Soobin, cabello castaño oscuro como el de Yewon adornado con dos mechones de canas, un uniforme azul y esposas que le impedían quitar sus manos de la vista y paciencia de todos los que estaban presentes.

Jungkook sentía su corazón palpitar a mil, asustado como un pequeño conejitos en el matadero por lo que pronto pasaría si estas declaraciones no eran suficientes, sin olvidar lo intimidante que lucía el viejo convicto.

Soobin solo miraba al hombre, sin saber cómo es que podía seguir respirando, como es que ese viejo seguía vivo mientras que él estaba pagando por los horrores que le ha hecho. Su corazón se llenó de sorpresa, rabia, y anticipación.

—Él no tiene relación alguna con nosotros —espetó en voz baja, atrayendo la atención de Yugyeom, quien lo miró bastante confundido.

— ¿A qué se refiere?

—Ese hombre, es mi padre biológico, esa basura no tiene relación con nosotros, ni con Yewon, ni conmigo. Él nos abandonó cuando éramos niños, ¿quién le dijo que viniera a declarar?

Sabía que con ese pequeño diálogo hizo la mente de su abogado funcionar, y apenas el viejo estaba por hablar, Jungkook se jaló el cabello cuando el juez determinó que el primero en hacerle preguntas sería Yugyeom.

—No le preguntaré, su Señoría. No hay preguntas pars este hombre.

La sala se guardó en un ensordecedor silencio, al menos hasta que Yugyeom y Jungkook se levantaron para ir con el juez y discutir qué harían al respecto y por qué Yugyeom se rehusaba a cuestionar al hombre. ¿Quién no lo haría si no es un real aporte para el caso?

Es entonces cuando Yeosang miró al hombre, y sus pensamientos comenzaron a fluir, inadvertido del caos que se formó cuando el juez habría indicado que el testigo de Yewon no es útil, porque el padre de los hermanos Choi no es una fuente de confianza, ya que habría renunciado a sus derechos parentales mucho antes de caer preso.

Desde la transmisión de la televisión, todos quedaron estupefactos al ver lo que la mujer tramaba, volviéndose más repudiable.

Soobin mantuvo su postura inmóvil, evitando mirar al estrado donde su padre estaba sentado, este hombre volviéndose un escandaloso y apuntando directamente a Yewon.

— ¡Me prometiste que bajarían mi condena si declaraba, maldita perra inútil! —Los guardias trataron de retener al hombre, pero este se resistió y antes de que el guardia pudiera inmovilizar al hombre, Soobin estaba volteando solo para ver como este derrumbaba al guardia, aún con las manos esposadas.

Sin dudas, su padre seguía siendo alguien bastante violento.

El juez llamó a la orden, y Cuando Soobin se estaba levantando para poner a su padre en su lugar, se lo terminó cruzando frente a frente.

Fue una sensación extraña, como si aún fuera más pequeño que su padre y este siga siendo capaz de hacerlo trizas, tanto en golpes como en sus emociones.

El hombre lo miró de pies a cabeza, sonriendo con malicia.

—Mírate, eres igual a mi —Soobin frunció el ceño, mas no dijo nada cuando su padre se acercó a su oído —. No podría esperarse de alguien tan miserable y despreciable como mi propia descendencia. Dime, ¿acaso crees que puedes salvarte de tu hermana?

Sus puños temblaban, tensos por las ganas en Soobin de golpear a su padre, pero, sabía que no podría.

—Es gracioso, ¿sabes? Ustedes dos lucen como dos cuervos peleando por quien se queda con toda la carroña, la puta asquerosa de tu madre estaría decepcionada de ver que sus dos hijos son capaces de matarse entre sí. Ustedes dos no tienen arreglo.

Los guardias tomaron al hombre, finalmente podían sacar a ese hombre de su vista.

Soobin agachó la mirada y volvió a su asiento, pero fue incapaz de seguir diciendo algo en toda la audiencia. Ni siquiera sabía cómo se sentía respecto a lo que su padre había dicho sobre él y su hermana.

¿Realmente había dicho que es como él? ¿Alguien tan miserable y repudiable como su padre se atrevió a llamarlo así?

《Carroña…》

Entonces, tal y como si fuera un deja vu, una grotesca idea cruzó por su mente, recordando a su vez la última instancia que una idea así cruzó por su mente.

Susurró a su abogado, avisando que tendría que retirarse en esos momentos por un asunto urgente, y se fue sin decir nada más, dejando que la idea se hiciera más y más grande.

Todo el mundo estaba asombrado de verlo salir, y si fue perseguido por la prensa hasta volver a su auto, todos haciendo preguntas y por sus razones de haberse retirado antes pero Soobin no estaba fijado en eso, no le interesaba hablarle a la prensa.

Yeonjun quedó estupefacto, luego Yewon le miró, con una demanda total de quedarse ahí, así que Yeonjun agachó la mirada, aunque el juicio continuó sin Soobin, la tensión seguía palpable.

Soobin condujo por horas, luego llegó a una cabina de teléfono y lo pagó, esperando por la otra parte de la línea.

— ¿Hola?

—Necesito tu ayuda —La otra parte de la línea se mantuvo en silencio, haciendo que Soobin se ponga tenso.

— ¿Y en qué se supone que puedo ayudarte?

—Ya sabes, lo que hiciste por mí años atrás.

—Ah, ¿te refieres a lo del Ministro que asesinaste?

Soobin guardó silencio.

—Sí.

¿Carroña es lo que Yewon quiere? Pues es lo que Yewon tendrá.

Soobin miraba por la ventana cómo es que los automóviles pasaban, tranquilo a pesar de que Minju fuera atacada.

Por un lado, sí afligido. Por el otro, Minju era tan devota que podría echarse a morir con tal de que Soobin pueda avanzar y hacer quedar mal a Yewon, mucho peor que antes.

Estaba pensando en cómo ejecutar este plan, en cómo tumbar a Yewon de verdad, al menos hasta que escuchó la puerta ser tocada.

No esperaba visitas.

Frunció el ceño y fue hacia la puerta, mirando por la mirilla para saber de quién se trataba. Para su sorpresa, se trataba de Yeonjun, así que abrió la puerta.

—Yeonjun, no esperaba verte —Sonrió al joven, quien llevaba una expresión de preocupación, le parecía adorable a Soobin —. ¿Qué te trae por aquí?

Yeonjun suspiró, luego habló.

—Necesito hablar contigo de forma urgente, ¿puedo pasar?

La sonrisa de Soobin se borró, y lo dejó entrar a su departamento.

Allí dentro, Yeonjun miraba al interior, se notaba que Soobin estaba acomodado en la sala de estar para dormir, o es lo que suponía.

—Siento el desorden, Minju quería estar en el sofá y como está llegando el invierno, tenía que acomodar la sala para que estuviera bien. Las complicaciones del embarazo la dejaron muy débil —explicó con poco entusiasmo, luego se fue a la cocina, haciendo que Yeonjun le siguiera y viera que Soobin empezaba a preparar la cena —. Dime, ¿qué necesitas hablar conmigo que te tiene tan afligido?

Yeonjun se mantuvo en silencio por unos momentos, al menos mientras estaba viendo a Soobin actuar con tanta normalidad en frente suyo.

—Yo… Vine a pedirte que retires la demanda, o accedas al acuerdo que Jungkook y Yewon ofrecen.

Soobin se detuvo en seco, luego miró a Yeonjun con severidad.

— ¿Y se puede saber para qué, o por qué?

—Yewon está demasiado estresada, además…

— ¿Y acaso crees que yo no? —cuestionó Soobin, haciendo que Yeonjun guardara silencio — ¿Crees que esto lo hago por diversión?

— ¡No! Es solo que…

—No, Yeonjun, no me importa que tan estresada esté Yewon.

—Yewon está embarazada otra vez.

Soobin guardó silencio, viendo como Yeonjun agachaba la cabeza.

—Por favor, no pido que lo hagas por ella, ni siquiera por mí, pero por tu sobrino  —suplicó Yeonjun, buscando dentro del corazón de Soobin un Poco de misericordia.

—Es un embarazo falso —contestó Soobin con toda la frialdad —. Yewon es infértil. Incluso si lograran concebir, su útero está tan seco que es incapaz de llevar un hijo por unas semanas. Creí que eso ya lo sabías.

—Soobin, yo vi como el ultrasonido mostraba que mi hi…

—Suficiente —interrumpió Soobin, molesto por las súplicas —. Si quieres un poco a tu descendencia entenderás que Yewon no es la madre para tu hijo. Presenciaste en primera persona cómo es con las mujeres a su alrededor, ¿te has puesto a pensar en qué demonios harás si ese bebé nace y resulta que es una niña? ¿Te has puesto a pensar en el peligro que es Yewon para ti o tu futuro hijo? —Yeonjun tragó saliva, pero se mantuvo callado — Yo me alejé de ella porque entendí que no debo soportar mierdas de ella solo por ser mi hermana. Tú tampoco tienes que hacer esto solo porque fueron compañeros de patinaje.

Eso ocurrió hace dos noches. Soobin no podía parar de pensar en lo que había ocurrido y en el pensamiento de que Yewon otra vez estaba embarazada.

No podía dormir, ni cenar correctamente. Solo pensaba en que tal vez Yewon había ganado. Y eso no lo podía permitir.

Miró por el rabillo del ojo cómo la gente llevaba máscaras, nadie podría sospechar de él por llevar una máscara en una fiesta de máscaras de la más alta sociedad.

Políticos, empresarios y hasta artistas, la más grande élite coreana se reunía ahí.

Por supuesto, estas fiestas no siempre se dan, el mundo creería que solo aparecen en las películas de suspenso, pero lo cierto es que Soobin tiene un largo historial de seducir hombres o mujeres de la alta sociedad que le han permitido asistir a este especie de eventos sin ser sospechoso, una ganancia después de todo, ya que por alguna razón, todos empezaron a tomarle aprecio, lo encontraban encantador y un buen accesorio el cual pueden presumir.

Soobin por supuesto, no estaba del todo cómodo haciendo eso, pero fue una forma de ganar dinero poco después de renunciar a su posición anterior, y también era fácil para recolectar información, ya que muchas de estas fiestas estaban hechas para que los de la alta élite pudieran cumplir deseos un tanto morbosos, también romper la ley de distintas maneras o incluso para hacer acuerdos.

Como ahora.

Lo encontró vistiendo un elegante traje de cuadros blanco y negro, acorde a la temática de la fiesta, siendo fácil de pasar desapercibido. Se acercó al hombre y ambos tomaron una copa.

—Lo tienes, ¿cierto?

El hombre de pecas sonrió y luego le extendió un sobre, haciendo a Soobin sonreír con malicia.

Le parecía perfecto que alguien de su pasado siga siendo tan leal como para seguir haciendo este tipo de trabajos por él.

Soobin extendió un maletín, y el hombre en tanto lo recibió, la dejó en el suelo y la cerró de nuevo, volviendo a su postura anterior.

—Por ser tan leal, considera esto como un primer pago, me encargaré de que puedas ser bien recompensado.

Por supuesto, el hombre se fue feliz, y Soobin se fue con la satisfacción de tener toda esta información en sus manos, información que pronto podrá usar en contra de Yewon.

Ella se las iba a pagar, ¿cómo se atreve a hacerle la vida miserable otra vez?

Quería matarla, pero con la ley encima de ellos gracias a su demanda no podía, o saldría impune de todo lo que era este proceso de la demanda, necesitaba hacerle la vida miserable, el doble de miserable, de lo contrario, Yewon habría ganado todo por lo que Soobin estaba luchando. Todo eso y más.

Yeonjun miraba el público con el desasosiego en su pecho, todos murmuraban o hablaban respecto a las intenciones de lo que pudiera ocurrir en esta nueva audiencia, aún resonando las palabras de su cuñado por la forma en la que todo terminó, cómo es que este ahora cruzaba palabras con su abogado, el cual no parecía estar de acuerdo con lo que estaban discutiendo.

Sus dudas surgían, florecían como si las flores sintieran la primavera, solo que esta vez era en el frío del invierno y la incertidumbre, no sabiendo como este tipo de cosas pueden acabar.

Entonces, por primera vez después de tanto, vio a la madre de Yoo Jimin y a su esposo, ambos tomados de su gancho marital y atrayendo las miradas, confusos por ver a unas figuras tan devastadas por la muerte de su hija, tan destruidos como él, quien solo podía mirarlos y pedir que estuvieran bien en silencio. Su corazón estaba latiendo con fuerza, y por alguna razón, ellos no se sentaron a su lado. Por el contrario, estaban sentados en el lado de Soobin, donde tantos simpatizantes también estaban.

Miró a Yewon, quien estaba igual de confundida que el resto, pero sus gestos de molestia eran tan obvios que solo les dio una gélida mirada y volvió a su posición original, hablando con Jungkook respecto a lo que esta aparición inesperada pudiera ser.

Todos se miraban entre todos, sacando conclusiones, incluso Yeonjun escuchó unos murmullos que teorizaban acerca de Jimin y Soobin, como si ellos hubieran tenido un amorío, una aventura a espaldas de Yeonjun, el joven negó con la cabeza, por tener esas mismas sospechas y ser tan duro con ella fue que la terminó perdiendo.

Ya iban dos años, aún no podía perdonarse porque sus últimas palabras con ella fueron usadas en una discusión, acusándola de ser infiel.

Yeonjun se sentía tan culpable como lo era el que le puso las manos encima a la chica y la haya destrozado hasta que no hubiera nada, solo un triste cuerpo marchito.

El juez apareció, entonces todos se pusieron de pie para dar inicio a la audiencia.

Cuando tomaron asiento, se dio a conocer que un testigo por parte de Soobin habría muerto, Kang Yeosang. Soobin volteó la cara, como si él se hubiera sentido mal por recordar la muerte de un amigo o decepción. Eso se le hizo doloroso de ver para Yeonjun. De todas formas, él sabe lo que es perder a una persona de la noche a la mañana.

Todos en la corte comenzaron a murmurar, pero fueron acallados por el juez.

—Debido a las acusaciones, testigos y evidencias, se ha llegado a la decisión de no tomar más evidencia, entonces se dará un veredicto.

— ¡¿Perdón?! —Yewon se levantó de la silla, exclamando por alguna explicación mientras que Jungkook la trataba de calmar.

—Señorita, por favor…

—Señorita Bang, guarde silencio y tome asiento —Yewon gruñó y no tuvo de otra que obedecer, entonces los padres de Jimin se miraron.

—Por hoy, se tomarán las declaraciones programadas, pero luego de eso, no habrá nada más que se acepte como evidencia, en la próxima audiencia será dado el veredicto.

Todos se miraban con desconcierto, pero la corte no iba a esperar a que todos comprendieran, así subieron al estrado a una trabajadora social, quien habría estado ahí en representación al orfanato donde estuvieron juntos los hermanos Choi antes de ser separados y todo lo demás se diera.

Yewon estaba furiosa, ya que no podía creer que la mujer fuera tan obvia al decir mentiras, la puesta en escena siempre fue culpando a Yewon, mencionando a la mujer como si ella hubiera sido un demonio con Soobin, mientras que Soobin se dejaba recibir los castigos para protegerla. Aquello la hacía ver como si cada vez que hiciera algo malo, ella lo disfrutaba porque sabía que si era descubierta, Soobin sufriría en su lugar.

Entonces, Yewon subió al estrado, donde se declaraba inocente de todo acto el cual haya sido acusada, aclarando muchas cosas pero que tampoco la dejaban bien, incluso admitió en público - por consejo de Jungkook - que admitiera sus pecados, aunque su reputación estaba tan destruida que todos la miraban como una criminal.

Soobin, por supuesto, se había dado cuenta de esto, y eso le había fascinado, porque la puesta en escena para sus declaraciones era la ideal, la que necesitaba para que el verdadero repudio comenzara.

Soobin, después de tanto atraso, subió al estrado, todos lo miraban con el corazón palpitante en dolor por la anticipación, entonces Yugyeom comenzó con el cruce de preguntas.

Empezaron lo básico, su nombre, edad y oficio para dar a entender que estaba dentro de sus cabales, eso aseguró que sus declaraciones salieran bien, al menos hasta que una pregunta respecto a lo de Jimin surgió.

Soobin suspiró, como si hubiera traído malos recuerdos a su memoria.

—Recuerdo que Jimin era una chica agradable, puedo entender por qué alguien como ella estaba al lado de alguien como Yeonjun. Una pareja forjada desde el cielo —comenzó hablando, sus ojos llenos de lástima —. Me sorprende el repudio que se generó en su contra por una adicción. ¿Saben? Yo vengo de un ambiente donde no solo vi una adicción al alcohol, y realmente puedo discernir que Jimin era una chica que terminó ahí por no ser su culpa, pero porque le hemos fallado como sociedad, más de una vez. Y temo decir que, siento vergüenza saber como la vida de esta chica ha acabado.

Toda la sala guardó silencio, entonces Jungkook se levantó, temblando y mirando a Soobin con una mirada suplicante.

— ¿Qué quiere decir, señor Choi…?

Como si se hubiera llamado a los padres de Jimin, el padre de ella se levantó de su asiento, todos lo miraban con incertidumbre y miedo, el juez, por la misma curiosidad de qué pudo haber pasado, dejó que esto fuera de otra manera y le dio el chance al padre de la chica para que pueda hacer su declaración pública, porque el hombre lucía destruido.

Yeonjun, como si hubiera recordado algo, se levantó y miró a Soobin, tratando de entender lo que estaba pasando, al menos hasta que el padre de Jimin habló.

—El abogado de Kang Yeosang se nos acercó, debido a que habían unos documentos que iban destinados a nosotros y… Él —la voz del hombre se quebró, comenzó a sollozar y trató de recomponerse —. Él confesó haberla matado.

Todos en la sala guardaron silencio, estupefactos por lo recién dicho.

— ¡Y ella! —exclamó el hombre con rabia, apuntando a Yewon — ¡Ella lo obligó a asesinarla, por ella esas palabras estaban grabadas en el cuerpo de mi hija! ¡Por tener celos de mi hija, la mató! ¡La mató, ella es una asesina!

El caos comenzó a desatarse en la sala, mucho más de lo que el guardia o el juez pudieran manejar.

Yeonjun miró a Yewon, y ella negó con la cabeza, desesperada por alguien que le creyera.

Soobin lo vio todo desde el estrado, y una sonrisa se plantó en su rostro cuando Yeonjun abandonó la sala, dejando a Yewon tirada en medio de todo.

Su plan fue un éxito, porque no sólo logró que Yewon perdiera el juicio y que se abriera el caso de Yoo Jimin, está vez para darle un cierre definitivo y con Yewon como la única imputada, sino que también logró algo que era de su mayor incumbencia.

Yeonjun se separó de Yewon.

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