JiMin tenía unos trece años cuando decidió cambiar su vida por completo, ¿La razón? Ella, Kang NaEul. Su mejor amiga, quien jamás le ha dado indicios de quererlo más allá de una hermosa amistad, la joven le robó su corazón siendo un inocente niño sin conciencia sobre el resto. Él estaba decidido a permanecer al lado de ella sin importar cómo, incluso si arriesgaba mucho, nada sería demasiado por su amor.

Fingió una orientación sexual para 'protegerla'. NaEul era popular en la escuela primaria por ser extrovertida, por más que muchas niñas no la veían como la más bonita, los chicos se le acercaban tratando de obtener mínimo una sonrisa de su parte, eso a JiMin lo enfurecia. Peor fue cuando uno en especial encantó a la niña. Jung Hoseok le había dado una flor en el receso, dijo: 'Eres tan, o incluso más bella que estas flores.'

¡Zorro astuto! Supo conquistarla. Pero claro, él no se quedaría de brazos cruzados viendo como otro se llevaba a la niña que amaba, por lo que tomó medidas extremas. Una mañana en la escuela se acercó al pequeño de nariz respingada en la clase de música, lo observó atentamente antes de por el rabillo del ojo notar que la Kang seguía sus pasos con atención por estar cerca de su 'primer amor.'

—Me gustas. —espetó, generando que el castaño detuviera sus movimientos en la flauta. Todos giraron a verlos, JiMin no lo pensó dos veces antes de inclinarse y besar los labios del contrario.

La chica bajó su vista, aunque estaba sorprendida, le dolía ver la escena. Luego de eso, su amigo fue llevado a dirección por 'actos pecaminosos' que alteran al salón, y fue castigado por besar a un compañero. Cabe resaltar que Hoseok se sentía asqueado, pero no lo suficiente, tanto que comenzó a dudar si ese beso le gustó. Por otra parte, NaEul se negaba a hablarle a JiMin.

Hasta que sus padres cenaron juntos y tuvo que verlo, ya todos sabían de su gusto. Era extraño, él jamás se lo había contado.

—¿Estás molesta? —le preguntó sobre su cama, en la habitación de ella.

—Nunca me dijiste que te atraían los niños.

—Hmmh —rasco su nuca nervioso—... es porque tenía miedo de que te alejaras de mi. ¿Piensas que soy raro? —hacerla sentir lástima era suficiente para tenerla a sus pies.

—¡Claro que no! —sus brazos lo rodearon—. Eres mi mejor amigo, nunca podría pensar mal de ti. No me importa con quien estas, o que te gusta, mientras estés a mi lado voy a amarte.

—¿Me amas? —sus ojos brillaron con ilusión.

—Obvio sí, tontito. Somos como hermanos de diferente madre.

Sí, sería duro a partir de ese momento llevar las riendas de su estrepitosa mentira que lo unió aún más a NaEul. Ella es la mujer que será suya algún día, sin importar la manera, incluso si debía... cometer locuras.

Lo haría hasta el final.