El olor a especias mezcladas y a quemado golpeó a Yuri tan pronto como entró en su casa en la cual vivía con Yena. Yuri gritó dándose cuenta de que estaba en casa, y lo más probable es que ella haya provocado ese olor.

— ¡¿Yena?! ¡Pensé que llegarías tarde! — gritó.

"Oh, lo que faltaba"pensó Yuri.

— Hum, ¿qué es ese olor? —

Silencio.

Yena era genial en muchas cosas. Era una rapera increíble, y una buena bailarina. También tenía una hermosa voz para cantar. Pero no era la mejor cocinera, y ambas lo sabían. Por eso, o Yuri cocinaba, o pedían comida.

Yuri dejó caer su bolsa y se dirigió en dirección a la cocina.

Yuri estaba preparándose por el seguro desastre que habrá hecho Yena en la cocina.

Se detuvo en la puerta mirando la cocina, no era tan malo como ella pensaba que sería. Sí, había unos cuantos platos sucios en la encimera, pero no estaba tan desordenado.

Yena se paró frente a la estufa, mirando a Yuri — Hola, bebé, ¿Como fue tu día? — preguntó, sabiendo ya la respuesta.

La semana de trabajo de Yuri fue bastante estresante, pero hoy fue la peor.

Todo el día había estado enviando mensajes de texto a su hermosa novia, diciéndole que no podía esperar para ir a casa y relajarse con ella.

— Agotador, pero ahora estoy mejor estando contigo — Yuri le sonrió — ¿Qué has estado tratando de cocinar, amor? —

Yena se sonrojó un poco — Sabía que tuviste un largo día, y que estarías cansada cuando llegaras a casa, así que pensé en cocinar para nosotras — se detuvo — No salió bien — Yena se dio la vuelta y señaló la estufa — Se suponía que eran espaguetis —

Yuri se rió de eso. Era tan linda. Yuri podía ver que trabajo mucho por ello, pero eso ya no era comestible. Sabía que Yena tampoco lo comería.

— ¡Preparé un baño para ti, para ayudarte a relajarte! — Yena le dijo felizmente a Yuri — Puedes entrar, tómate el tiempo que necesites, mientras yo limpio todo esto y pido algo de comida —

— ¿Estás segura? — Yuri preguntó — Puedo ayudarte si quieres —

— No, no — sacudió la cabeza — Ahora solo relajate, eso te ayudará a sentirte mejor —

— Estar aquí contigo es suficiente para hacerme sentir mejor — le dijo Yuri.

— ¡No seas terca! — Yena le regañó juguetonamente — Ve a tomar una ducha mientras pido algo de comida, y además tengo más formas de hacerte sentir mejor — Le guiñó un ojo a Yuri después de su sugerente comentario.

Su último comentario puso nerviosa y ansiosa a Yuri. Aunque Yena solía ser algo coqueta, así que Yuri le restó importancia.

Ella se acercó a Yuri, dándole la vuelta y empujando a Yuri ligeramente — Ve — le dijo a Yuri, y así lo hizo.

Yuri realmente tenía la novia perfecta.

La bañera tenía la temperatura perfecta cuando ella entró, y olía increíble. Debe haber puesto un jabón perfumado de lujo en ella. También había velas bonitas en la bañera. Incluso puso ropa recién planchada y cómoda para ella y al lado una toalla y una secadora. Yuri se sintió conmovida por el amable gesto de su pareja.

Después de media hora, Yuri salió y se secó. Poniéndose la ropa que Yena le eligió, Yuri fue a buscar a su chica.

Yuri regreso a la cocina primero para ver qué el desorden había sido limpiado.

Yuri ya no podía oler los espaguetis quemados como cuando llegó, lo cual fue una bendición.

Luego, Yuri entró en la sala y vio a Yena sentada en el sofá. Se sentó a su lado y se acurrucó a su lado, agradeciéndole en silencio lo del baño.

Yena la miró, sonriendo, y empezó a acariciar el cabello de Yuri — No estaba segura de lo que querías comer, así que no he pedido nada todavía — le dijo a Yuri.

— Está bien, cariño —

Sus dedos jugando con el cabello de Yuri, se sentía tan bien. Yuri sintió como sus ojos se cerraban. Estaba cansada, pero aún no podía dormir. Yena había mencionado que podría hacerla sentir mejor de otra manera, Yuri lo necesitaba, y queria aceptar esa oferta.

— Mencionaste que podrías hacerme sentir mejor de otra forma — Yuri le sonrió.

— Lo hice — rió.

Yuri se acercó juntando sus labios con los de Yena. Fue un dulce beso que terminó muy pronto.

Tan pronto como Yena se alejó, Yuri volvió a conectar sus labios, deseosa de más. Esta vez Yuri se sentó en el regazo de Yena.

Ambas tenían agendas de trabajo muy apretadas, así que Yuri no tenía mucho tiempo a solas como este. Momentos como estos eran los que ella atesoraba.

A Yuri le encantaba besar a Yena, sus labios son realmente suaves. También besaba muy bien. Yuri podía hablar durante horas y horas sobre cómo se sentían sus labios en los suyos.

Yuri finalmente se alejó tratando de recuperar aliento, ambas jadeando.

Yena aprovechó ese momento para quitarle la camisa a Yuri, tirándola al suelo — No necesitas esto — le dijo a Yuri.

Yuri no respondió, dirigió sus labios hambrientos al cuello de Yena. Yuri empezó a dejar unas notorias marcas rojas, y empezo a escuchar los gemidos de Yena.

Mientras Yuri marcaba territorio, Yena intentó concentrarse en quitarle el sostén a Yuri. Una vez estuvo fuera, bajo lentamente su lengua hasta atrapar un pezón. La espalda de Yuri se arqueó ante la sensación.

Haciendo que Yuri se distraiga de su tarea principal. Yuri rodeó con sus brazos el cuello de Yena, acercándola.

Yena se fue hacía el otro pezón, pero empezó a jugar con el otro pezón con sus manos. Yuri empezó a gemir.

Ella quitó sus labios del pecho de Yuri con un estallido silencioso. Luego se olvidó de ellos, y en su lugar besó a Yuri apasionadamente otra vez.

Los pezones de Yuri se sentían fríos sin la boca o los dedos de Yena en ellos, pero ella no se centró en eso. Yuri se concentró y puso toda su energía actual en besar a Yena.

Tan pronto como ambas se alejaron, Yuri saco rápidamente la camisa de Yena, tirándola al suelo.

— ¿Ansiosa, no? — rió.

— Cállate y bésame — murmuró Yuri.

— Puedo hacer más que eso — le dijo Yena con una sonrisa.

En lugar de responder apropiadamente, Yuri la miró y le dijo — Muéstrame —

Una vez más sus labios se encontraron con los de Yuri, dirigió su mano hacia abajo. Abrió el botón de los vaqueros de Yuri y metió su mano. Yena comenzó a frotar lentamente el clitoris de Yuri, sobre su ropa interior, creando una deliciosa fricción.

— Mierda, bebé. No pares — se quejó Yuri.

— No pienso parar — respondió, mientras deslizaba su mano dentro de sus bragas. Todos los besos ya le habían dado a Yuri una buena dosis, así que fácilmente pudo introducir un dedo.

Empezó a hacer suaves embestidas, dejando a Yuri con ganas de más. Las caderas de Yuri se movían por si solas, y Yena le preguntó si podía usar dos.

— Dios sí, por favor, bebé, lo necesito tanto — Yuri gimió.

Yema deslizó fácilmente otro dedo en el centro de Yuri, embistiendo fuertemente ahora. Yuri soltó un gemido, un poco más fuerte de lo que ella quería. Todo el placer que Yena le daba hacía que su mente se volviera borrosa.

— ¿Se siente bien, bebé? — le preguntó a Yuri.

— Se siente increíble, daddy — dijo Yuri en voz baja.

Yena sonrió ligeramente y comenzó a mover sus dedos más rápido. Ella realmente era una experta en esto. Conocía el cuerpo de Yuri perfectamente, y sabía lo que Yuri quería.

Las piernas de Yuri comenzaron a temblar por el intenso placer que Yena le estaba dando. Sintió que se formaba un nudo en su estómago y supo que estaba por venirse.

— Eres una jodida sexy baby girl — dijo Yena, mirando a los ojos de Yuri.

Yena movió su otra mano acariciando su clitoris. Después de unas embestidas más, Yuri se corrió gritando el nombre Yena. Y esta era la manera de Yena de hacerla sentir mejor.

Saco los dedos del interior de Yuri, y los lamió.

— Sabes tan bien bebé — le dijo Yena a Yuri.

Yuri se ruborizó por eso.

— ¿Qué tal si pedimos algo de comida ahora, y luego tenemos una... Segunda ronda? — Yena le preguntó a Yuri.

— Siempre necesito una segunda ronda, daddy — le recordó Yuri.

— Entonces empecemos — Yena le guiñó un ojo a Yuri para luego atacar sus labios nuevamente.