capítulo diecinueve.
Nunca lo diría en voz alta, pero cuando supo de la existencia de Yuqi tuvo un destello de egoísmo en sus sentimientos. Más que estar feliz por Soyeon, se sentía aliviada de que su amiga hubiese encontrado a alguien más. Inmediatamente sus cálculos le daban a una Miyeon muy disponible sin la consecuencia de perder a su amiga.
Ahora sentía como si hubiera retrocedido diez pasos.
-¿Tú que opinas, unnie? -Soyeon la miraba la expectante, como si su opinión realmente importara.
-No lo sé, Jelly... -Minnie no podía mirarla a la cara, se sentía incluso más culpable que antes. Y esta situación era por de más incómoda. -¿Qué hay de Yuqi?
La menor sonrió ni bien oyó aquel nombre. ¿Y cómo no hacerlo? Tan pronto escuchó el nombre de la menor su rostro vino a su mente.
-Ella de verdad me gusta. -Admitió sin rodeos. -Pero Miyeon es... es diferente. ¿Sabes? Yo estaba enamorada de ella.
-¿Estabas? -Remarcó más que preguntar. Notó que las publicidades habían acabado, pero no debía ser muy inteligente para saber que Soyeon quería hablar más que seguir viendo el programa, así que no se molestó en hacer ningún comentario al respecto.
-O estoy, no lo sé. -Mordió su labio inferior, por un momento Minnie la notó ida, como si sus pensamientos estuviesen otro lugar. Y así era en cierta forma. -Cuando vino a mi trabajo y me invitó a tomar algo me sentí tan nerviosa que llegué a estar incómoda, quería evitarla y salir corriendo.
-¿Y qué pasó después?
-Ella sonrió. -Dijo, y como le había pasado anteriormente con una pelinegra más joven que ella, sonrió ante el recuerdo invocado. -Ella estaba tan linda, unnie. Se mostró tímida y nerviosa, pero también decidida. Me recordó a cuando me invitó a nuestra primera cita.
Minnie no supo en qué momento había empezado a sonreír ella también, pero era una sonrisa que dolía. Ver a su amiga tan feliz e ilusionada no debía dolerle. Dios, ni siquiera cuando Miyeon le dijo que todo entre ellas había acabado le dolió tanto.
-No es por cortar la magia. -Dijo sinceramente. -¿Pero qué hay de la infidelidad?
El semblante de la menor cambió un poco, pero solo se puso más seria. No se mostraba muy afectada por lo mencionado.
-Cuando pasó, Miyeon no me dio tiempo para procesarlo. Ella solo me dijo que había estado con otra chica y me dejó. -Recordó como si temiera que la mayor hubiese olvidado esa parte de la historia. -Pensé mucho al respecto en este tiempo, y creo que no fue la gran cosa. En teoría, fue la única cosa que hizo mal Miyeon como novia, e intentó hacer lo correcto.
Una parte, no tan pequeña para su desgracia, quería decirle a Soyeon que estaba equivocada, que Miyeon no se merecía realmente su perdón, sabía que podía manipularla diciéndole que si la castaña la había engañado una vez, podía hacerlo una segunda o una tercera vez.
No lo hizo, sin embargo. Por primera vez en mucho tiempo se tragó sus sentimientos, no tenía sentido hacer otra cosa. Había sido demasiado egoísta en el pasado; egoísta y cobarde, tal como la había llamado Soojin.
-Si confías en ella y quieres darle otra oportunidad, adelante. Pero habla con Yuqi primero, sé que no eran nada serio, pero quizás le importe.
Soyeon sonrió incrédula.
-Yuqi es muy linda, pero está descubriendo su sexualidad, no creo que me haya tomado en serio.
-Habla con ella, Soyeon. -Insistió. No se sentía en derecho de decirlo en voz alta, pero había notado como la menor la miraba, y no era alguien que estuviera interesada meramente en experimentar su sexualidad.
-Esta bien, hablaré con ella. -Puso los ojos en blanco antes de agregar en un susurro: -Aunque ya acepté la cita de Miyeon.
-¡Eres increíble! ¿Por qué pediste mi opinión?
-Porque de verdad me importaba, tonta.
Minnie tomó uno de los pequeños cojines del sillón y no dudó en tirarlo en dirección a Soyeon, iniciando una pequeña guerra de almohadas.
La risa de ambas se escucharon, pero una de ellas no era del todo auténtica.
(...)
Yuqi se estaba divirtiendo, pero no de la forma que Shuhua esperaba.
En un primer momento temió que ir al mismo club donde tenía recuerdos con Soyeon le acabaran afectando y la hicieran sentir incluso peor, pero para su sorpresa, no fue así.
Soyeon le había dejado en claro que las cosas eran complicadas ahora que Miyeon estaba de nuevo en el mapa, Yuqi pensaba decirle que la esperaría, que podía ser paciente... pero entonces la mayor le aconsejó que disfrutara su disponibilidad para experimentar de lleno su sexualidad.
-Lo bueno es que no estas atada emocionalmente a nadie, puedes estar con tantas chicas quieras hasta saber si realmente te gusta o no. -Le había dicho en un tono tan natural y libre de segundas intenciones que hasta parecía indiferente al respecto.
Pero Yuqi decidió que era lo mejor. Debía serlo, ¿no? Soyeon no tenía idea de cómo se sentía por ella, así que eso facilitaba las cosas. Podían ser amigas mientras cada una seguía su camino, era mejor que nada.
Ahora Yuqi medio estaba siguiendo su consejo.
Ella no tenía dudas de que le gustaban las mujeres y no los hombres, estaba segura que no necesitaba más experiencia para saberlo, pero noto que, a pesar de haber estado acompañando siempre a Shuhua, ella no estaba tan conectada con la cultura queer a la que aparentemente pertenecía.
-¿Cuánto te lleva prepararte? -Le preguntó a una de las drag queens con las que estaba conversando. Esta tenía el maquillaje y el vestuario más extravagante de todas, más que solo estar personificando a una mujer, parecía un anime traído a la vida. A Soyeon le hubiera gustado.
Ugh, Soyeon.
-Tres horas, solo el maquillaje. -Respondió como si no fuera consciente de la dimensión de sus palabras.
-¡¿Tres horas?! -Su impresión las hizo reír sin maldad. La ignorancia de la menor la hacía lucir tierna e inocente ante sus ojos, comentario que ninguna haría después de que Yuqi dejó en claro de cuánto le disgustaba que le dijeran "tierna". -Yo estoy treinta minutos para hacerme el maldito delineado y como diez minutos más para aplicarme el labial de forma decente.
-No te sientas mal, está bien si el maquillaje no es lo tuyo. -Sintiendose con confianza, acarició la cabeza de la menor de forma cariñosa. -Tú eres muy linda, no lo necesitas.
-¿Estás coqueteando conmigo? -Movió sus cejas de forma exagerada, resaltando la broma. Por supuesto que no olvidaba que detrás de aquel vestuario y producción había un hombre homosexual.
-No, eres muy joven para mí. -Simuló una expresión de desilusión, siguiéndole la broma. -Soy la próxima en presentarse. ¿Alguna canción para sugerir?
-¿Conoces scared to be lonely?
-¿Dua Lipa? -Yuqi asintió en respuesta. -Sí, más o menos sé la letra, es algo triste. -Ante el silencio y la sonrisa incomoda de la Yuqi se atrevió a preguntar. -¿Mal de amores? ¿Una ruptura reciente tal vez?
-Algo así. -Hizo una pequeña mueca, sabía que lo suyo con Soyeon no había sido una ruptura como tal, pero no dejaba de sentirse así. -Fue mi primera mujer.
Con otras personas Yuqi no se hubiera atrevido a hablar tan libremente. Ahora medio entendía por qué su amiga se sentía mucho más cómoda en bares dedicados a los miembros de la comunidad lgbt, incluso siendo completos extraños, Yuqi sabía que no iban a juzgarla.
-Es la que más duele. -Le respondió sin demasiados ánimos.
-Supongo, pero lo difícil para mi es el clóset y eso.
Las miradas que recibió Yuqi fueron de compasión, pudo haberlas confundido con pena de no ser porque sospechaba que aquellos hombres estaban en la misma situación que ella.
-¿Sabes qué? Voy a preparar tu canción y va a ser la mejor presentación que viste en tu vida.
Yuqi sonrió demasiado amplio para su sorpresa, tantas veces ignorando las presentaciones de las drag queens no creyó que una dedicada a ella le emocionaría tanto, pero así fue.
En efecto, la presentación fue hermosa aunque fue de las menos aplaudidas. Yuqi asumió que las personas querían algo más animado que una balada pop, notó al público más entusiasmado cuando otras queens presentaron alguna canción de kpop. Las de generaciones anteriores fueron aún más aplaudidas, aunque tenía mucho que ver la calidad del lipsync también.
Aunque estuvo muy decidida a disfrutar del espectáculo y a mantenerse social, más de una vez no había podido evitar que sus pensamientos tomaran un rumbo distinto a lo que estaba presenciando. Pero pese a que Soyeon se apoderó de su cabeza alguna que otra vez la noche acabó siendo un gran consuelo, más tarde debía darle las gracias a Shuhua.
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