He tardado un poco, pero aquí va otro de los que pedisteis.

¡Espero que os guste! 💚

Tom entró al despacho del director algo confuso.

Acababa de empezar su quinto año, y le sorprendía que el hombre quisiera verle, pues no tenían lo que se podría decir una buena relación.

Una vez atravesó la puerta se encontró con el anciano hablando con un chico que le daba la espalda.

Carraspeó para hacerse notar y ambos se giraron hacia él.

-¿Quería verme director?

El hombre le asintió y le indicó que tomara asiento.

-Señor Riddle, este es el señor Potter, ha tenido un problema con un giratiempo y ahora está atrapado aquí.

El más joven miró sorprendido al chico a su lado.

Parecía ser un par de años mayor que él y escondía sus ojos bajo sus desordenados cabellos, parecía no querer mirarle a los ojos.

-¿De qué año vienes?

Notó como se estremeció al escucharle hablar.

-1998.

Riddle asintió interesado, si venía de el futuro quizás podría contarle que había sido de él.

-Señor Riddle, le he llamado ya que como es usted el mejor alumno de su curso pensé que sería el adecuado para ayudar al señor Potter a adaptarse mientras arreglamos el giratiempo.

El nombrado asintió pareciendo indiferente, a pesar de que por dentro estaba emocionado de conocer a alguien de el futuro.

-De acuerdo profesor, ¿puedo retirarme ya?

El anciano asintió.

-Claro, espere fuera al señor Potter, tendré unas palabras con él y luego pueden irse.

Cuando el Slytherin salió Harry miró desesperado al director.

-¿De verdad tengo que hacerlo? Acabo de matarlo en mi época, no quiero tener que lidiar con él ahora.

Albus suspiró y posó una mano en el hombro del joven.

-El Tom de este tiempo aún no ha hecho nada que no pueda ser perdonado, hacer que recapacite a tiempo es nuestra mayor esperanza.

Harry asintió cansado y se dispuso a salir de la sala.

Al miró al chico que le esperaba.

Era el asesino de sus padres, el hombre que le había hecho la vida imposible a él y a millones de personas.

Pero al observar el uniforme de Slytherin se dio cuenta de que aún era un chiquillo.

Aún no podía culparle por todas esas atrocidades.

-Dime Potter, ¿cómo es el futuro?

Harry rodó los ojos comenzando a andar junto a Riddle, aquel sería un largo mes.

***

Dos semanas habían pasado y Tom estaba frustrado.

Harry era incapaz de mirarle a la cara y eso no le gustaba, nunca le habían negado nada.

Ademas de eso, ahora se pasaba las tardes leyendo sobre horrocruxes gracias al profesor Slughorn, quien le dio acceso a esos libros.

Cada vez que le decía a Harry que iba a leer este gruñía y se alejaba de él.

Toda esta situación fue creando una tensión entre ellos que acabó por explotar.

Aquel día Tom iba andando por los pasillos cuando vio a unas niñas de Hufflepuff.

Ambas parecían de primer o segundo curso y leían una revista muggle.

Tom sonrió, desde que Harry había llegado no había intimidado a ningún sangre sucia.

Se acercó despacio a las niñas, como un depredador antes de saltar hacia su presa.

Sacó su varita lentamente y susurró.

-Incendio.

Al instante la revista de las niñas se prendió en fuego.

Ambas la soltaron asustadas, una de ellas soltaba pequeñas lágrimas, pues se había quemado el dedo.

Tom esbozó una sonrisa aún mayor y se acercó a las crías, que le miraban aterrorizadas.

-¿Veis eso? Es lo que le pasa a las cosas muggles aquí y si todo sale según lo planeado, vosotras, malditas sangre sucias, acabaréis igual que vuestra estúpida revista.

-¡Expeliermus!

Tom se sobresaltó al ser desarmado.

Se giró para encontrarse con Harry.

Este tenía su varita en la mano y le miraba furioso.

Le dio la espalda para dirigirse a las niñas.

-¿Estáis bien?

Las dos pequeñas asintieron aún asustadas.

Harry posó su mano en el hombro de una de ellas antes de susurrar un hechizo y devolverles su revista reparada.

-Deberíais ir a enfermería a que te curen esa quemadura.

Las pequeñas asintieron de nuevo y se marcharon corriendo de allí.

Tom miró a los lados, comprobando que el pasillo estaba vacío y miró furioso al chico frente a él.

-¿Qué demonios Potter? Pensaba que tu familia estaba entre los Sagrados 28.

Harry le miró igual de enfadado.

-Si sabes tanto de esa estúpida lista deberías saber que mi familia es traidora de sangre desde hace muchas generaciones.

Tom se sorprendió ante las palabras del mayor, lo cierto es que no había investigado mucho al muchacho, se contentó con que fuera sangre pura.

-¿Ahora me vas a decir que estás de acuerdo con la invasión que estamos sufriendo por parte de estos impuros? Son unos farsantes que roban la magia.

Harry le dio la espalda, reteniendo las ganas de hechizarle.

-Mi mejor amiga es hija de muggles, mi madre lo era y, si no me equivoco, tu padre también forma parte del club.

Tom se sobresaltó ante sus palabras y se colocó frente a él, tratando de ser intimidante.

-¿Qué puedes saber tú de mi padre Potter?

El mayor le miró y esbozó una sonrisa sarcástica.

-Digamos que nos conocemos bastante bien en el futuro.

Tom decidió ignorar el escalofrío que recorrió su espalda cuando escuchó las palabras del chico frente a él, pues se dio cuenta de un detalle.

-Has dicho que tu madre era sangre sucia, ¿ella...

Harry suspiró.

-Ella está muerta, murió intentando protegerme.

Y así Harry procedió a contarle toda su historia, omitiendo el nombre del mago tenebroso que tanto daño le había causado.

Al escuchar la historia de Harry Tom se sintió mal por él.

No le malinterpretéis, él estaba de acuerdo con la causa de aquel mago, él quería ver un mundo sin muggles, pero al escuchar el relato de una de las víctimas de ese hombre, la idea se le hizo menos agradable.

Él no veía a los muggles como personas, les veía como problemas, que alguien viniera y le hablara así de gente como Hermione o Lily le ponía incómodo.

Cuando Harry terminó su relato ambos se sumieron en un silencio algo incómodo.

Tom observó el perfil del chico junto a él durante unos segundos.

No era idiota, sabía perfectamente por que se sentía ligeramente nervioso cuando el chico estaba cerca, pero Harry era de otro tiempo.

Tomó aire y acercó su mano a la de Harry, pero tan pronto como estas se rozaron el mayor apartó la suya.

Harry tampoco era estúpido, sabía que aquel chico le parecía atractivo, y que si no fuera a convertirse en el monstruo que él conocía habría tomado su mano.

Pero no podía hacerlo, no era como en su segundo año, cuando llegó a desarrollar un pequeño enamoramiento por el chico de el diario.

Ahora era un adulto, un superviviente de una guerra al que se le había acabado el tiempo para intentar cambiar al joven junto a él.

-Dumbledore ya ha arreglado mi giratiempo, me voy en una hora.

Tom se limitó a asentir con la cabeza, demasiado avergonzado por lo que había ocurrido hace unos segundos.

Harry suspiró y adelantó unos pasos dispuesto a irse.

Pero se arrepintió en el último momento.

Volvió hacia Tom y se plantó frente a él.

-¿Quieres saber quién fue el tipo que los mató?

Tom le miró extrañado por el arrebato y le miró indicando que siguiera.

-Se hacía llamar Lord Voldemort.

Al escuchar eso el Slytherin se quedó de piedra.

Lord Voldemort era el nombre que llevaba escribiendo un mes en sus libretas, el que había construido con las letras de el suyo.

Él era la persona que tanto sufrimiento le había causado a Harry.

El nombrado observó como el chico frente a él agachaba la cabeza.

Suspiró y posó una mano en su hombro.

-Aún no es tarde Tom, puedes cambiar, creo en ti.

Y tras esas palabras Harry se fue de allí para no volver, dejando tras de si a un Tom petrificado, replanteandose tus objetivos.