Este one-shot es la continuación de el primero de Theo y Harry, recomiendo volverlo a leer si no os acordáis.

Harry estaba sentado en una camilla de la enfermería.

Era de noche y estaba desierta, pero a pesar de eso Harry era incapaz de dormir.

Cada vez que cerraba los ojos veía el cadáver de Cedric y escuchaba la risa de Voldemort.

Solo habían pasado unas horas desde lo sucedido, pero Harry lo sentía como segundos.

De un momento a otro todo había cambiado, nada volvería a ser lo mismo y él lo sabía.

-¿Potter?

Harry se sobresaltó al escuchar esa voz ya conocida para él.

Desde aquel día en el que Theodore le defendió Harry había empezado a fijarse más en él, no eran amigos, pero se saludaban por los pasillos, y el elegido descubrió lo entretenido que era observarle leer, aunque fuera de lejos.

El Slytherin le miraba con sorpresa, no se esperaba que hubiera nadie despierto a esas horas.

-¿Qué haces aquí a estas horas Nott?

Harry de nuevo volvía a estar avergonzado, ¿cómo era posible que siempre apareciera en sus momentos de debilidad?

-Tengo migrañas crónicas, es una enfermedad que te produce terribles dolores de cabeza, si no me tomo la medicación ahora que empieza no podré salir de mi cuarto en los próximos siete días.

Encogiendose de hombros se giró y abrió un estante de la enfermería, sacó una poción que tenía una etiqueta con su nombre y se la bebió.

-¿Y tú? ¿No puedes dormir?

Esta vez Theo suavizó su tono de voz, pues era consciente de todo lo que el chico frente a él había pasado.

Harry miró al suelo avergonzado, más se decidió a hablar.

-No paro de verlo, una y otra vez la misma escena, Cedric está muerto y todo es mi culpa.

Nott negó con la cabeza y se acercó a él.

-El único culpable de un asesinato es el asesino, no tú.

Harry enterró su cara en sus manos soltando lágrimas y pequeños sollozos.

-No pude hacer nada para evitarlo, y ahora él... Él.

Theo suspiró y se sentó junto a Harry, agarró las manos del chico y las colocó en su regazo.

-No podías hacer nada, era el señor oscuro, nadie hubiera podido hacer nada, especialmente tú, tienes catorce años, que no sé te olvide.

Harry agachó la cabeza avergonzado, Theo tenía razón pero no por eso dolía menos.

El Slytherin agarró el mentón del chico y alzó su rostro.

-Ya te dije esto una vez Potter, la cabeza alta. No podemos controlar lo que pasa en la vida, pero si nuestra reacción ante ello.

Harry asintió y su corazón comenzó a latir más rápido al ver como Theo le limpiaba suavemente las lágrimas de las mejillas.

-Gracias Theo.

El Slytherin el miró sorprendido, Harry nunca le había llamado así.

La sorpresa no impidió que se le escapara una pequeña sonrisa.

-No hay de que Potter, y recuerda que no sólo tienes aliados en Gryffindor, no estás solo.

Dicho esto Theo besó la comisura de los labios de Harry y se dirigió a la salida de la enfermería.

-Adiós Harry.

Harry miró atontado el lugar por el que se había ido el chico, aún confuso por todo lo que acababa de pasar.

Un bostezo salió de su boca, y el se decidió a, por lo menos intentar dormir.

“No estás solo”

Fue su último pensamiento antes de caer dormido.