Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Linny#1 🏳️‍🌈

El bosque prohibido siempre había sido algo que fascinó a Ginny.

Siendo hermana de Fred y George, con sólo oír la palabra prohibido unas ganas de entrar en aquel lugar se apoderaron de ella.

Y eso hizo, desde su tercer año comenzó a entrar aquí cuando algo iba mal o necesitaba despejarse.

La primera vez que entró fue cuando se enteró de que Harry le había pedido ir al baile a Cho y más tarde a las gemelas Patil.

El ambiente tranquilo de el lugar la ayudaba a relajarse, y hoy, después de haber suspendido un examen de transformaciones y de haber hecho explotar su caldero en pociones decidió que era momento para descansar.

Caminó tranquilamente por el sendero hasta que escuchó una voz que venía de un claro.

Al escuchar mejor se dio cuenta de que la voz entonaba una dulce melodía.

Decidió seguir aquel hipnotizante sonido hasta llegar a un claro, donde pudo ver la espalda de la dueña de la voz.

Pero no le hizo falta ver nada más, Ginny reconocería a Luna donde fuera y como fuera.

La pelirroja se acercó hacia donde estaba sentada la otra chica, y se situó a su lado, pudiendo así observar una de las imágenes más tristes que había visto en su corta vida.

Luna cantaba con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa, mientras lágrimas caían por su rostro, el cual tenía pequeñas heridas.

Ginny nunca había sentido tantas emociones a la vez, tristeza por aquella imagen, enfado hacia quien la había provocado, frustración al no haberlo podido evitar y nervios, esos malditos nervios que siempre aparecían cuando estaba cerca de la rubia.

Decidió hacerse notar y se sentó junto a la chica para después tocar su hombro.

-Luna.

La rubia se sobresaltó, estaba tan concentrada en su canción que no se había dado cuenta de que su amiga pelirroja estaba junto a ella.

Luna se apresuró a dedicarle una suave sonrisa, sin molestarse en limpiar sus lágrimas.

-Hola Ginny, ¿qué tal estás?

A pesar de que la voz de Luna solía poder calmar a Ginny esta vez la pelirroja ignoró su pregunta y posó su mano el la mejilla de la rubia.

-¿Qué te ha pasado Luna?

La rubia acarició la mano que Ginny tenía en su mejilla y se dispuso a hablar.

-Me pusieron la zancadilla y caí rodando por una colina, pero no pasa nada.

Luna se encogió de hombros quitándole importancia, pues no quería preocupar a Ginny.

Pero ya era tarde Ginny estaba preocupada y enfadada, muy enfadada.

-Si que pasa Luna, no tienen derecho a tratarte así, dime quienes fueron y haré que paren.

Una lágrima cayó por el ojo de la lluvia y apartó la mano de la pelirroja de su mejilla, entrelazandola con la suya.

-Aunque te lo dijera seguiría pasando, no cambiaría nada.

Ginny la miró sería, lo más seria que había mirado a alguien en su vida.

-Pues no me apartaré de ti, te pondré un perro guardian si es necesario, pero no voy a permitir que algo así te vuelva a pasar.

Otra lágrima corrió por la mejilla de Luna, pero esta vez por un motivo distinto.

Esta vez lloraba de felicidad y de alivio al ver que había alguien con ella, que no estaba sola.

-Te quiero mucho Ginny Weasley, eres una persona especial.

Al escuchar esto el corazón de Ginny se aceleró y sus nervios aumentaron, por lo que no consiguió retener su impulso y estrechó a Luna en sus brazos.

Cuando ambas se separaron sus caras quedaron cerca, y Ginny pudo apreciar de cerca los ojos de Luna; a pesar de estar rojos por llorar eran los ojos más bonitos que había visto, y no por el color si no por todo lo que estos transmitían.

Poco a poco fue bajando la vista hasta encontrarse con sus labios, los cuales la dejaron embobada unos segundos.

Cuando volvió a subir la mirada y vio como Luna observaba los suyos curiosa, no pudo resistirse más, y tomando a la chica por las mejillas juntó sus labios en un beso.

Se separaron unos segundos después, con sonrisas tímidas.

-Yo también te quiero mucho Luna Lovegood.

Luna soltó una dulce risa ante lo que la pelirroja susurró y besó su nariz.

Ginny sonrió aún más y se puso de pie.

-Va a ser la hora de la cena, deberíamos ir volviendo.

Le ofreció una mano a Luna, la cual la chica tomó y se colocó de pie a su lado.

-Si, creo que hoy hay pudin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro