Lavender X Parvati 🏳️🌈
Lavender se levantó de la cama a las 11 como ya era costumbre.
Las clases empezaban a las 9, pero desde que Hogwarts volvió a funcionar después de la batalla no había vuelto a ser la misma.
Se incorporó en la cama y se frotó los ojos con pesar, deseando haberse quedado allí, dormida, para siempre.
Cogió su uniforme y entró al baño para darse una ducha rápida y ponérselo.
Al salir de la ducha se quedó un tiempo mirando su reflejo.
A aquellas horribles marcas que Greyback le hizo en la batalla de Hogwarts se sumaban las que ella misma se hizo en su transformación del mes pasado.
Apartó la mirada de el espejo, incapaz de enfrentar mucho más tiempo a la aberración en la que se había convertido.
Se vistió y peinó, prestándole especial atención al flequillo que se había hecho para tratar de ocultar su cara.
No pasó por el comedor y se dirigió a su clase de transformaciones, a la que llegó unos minutos adelantada, pues la clase anterior aún no había acabado.
Se sentó en su pupitre y se dedicó a mirar a la nada hasta que el resto de sus compañeros entraron a clase.
No les prestó atención, pero si que escuchó la voz de Ron Weasley.
Aquel chico que fue su amor platónico durante años. Cuando el pareció corresponder a sus sentimientos se volvió loca de alegría.
Y también se convirtió en una celosa controladora.
Al principio, cuando Ron la dejó estuvo furiosa con él, pero el tiempo lo cura todo y, además de acabar con su enamoramiento le hizo darse cuanta de lo mal que manejó las cosas.
No lo culpaba por no querer salir más con ella, además, teniendo a alguien como Hermione, Lavender tampoco se elegiría a ella.
A día de hoy el recuerdo le causaba gracia y arrepentimiento a la vez.
Le encantaría acercarse y disculparse por todo lo sucedido, pero desde que era una mujer loba nadie parecía poder mirarla a los ojos.
Sintió como el asiento de su lado era ocupado por alguien y alzó la mirada observando a su amiga Parvati, quien la miraba con el ceño fruncido.
Lavender rodó los ojos sabiendo lo que venía.
-Que sea leve.
Murmuró mientras que apoyaba su cabeza en sus brazos.
Parvati bufó enfadada y comenzó su discurso.
-Tres clases, ¡te has saltado tres clases Lavender! Sabes que esto afectará a tus notas.... Ni siquiera has venido a adivinación, he tenido que leerle las manos a Finnigan y ya sabes que siempre huele a quemado.
Lavender la miró cansada, por mucho que el ceño fruncido de su amiga fuese adorable no estaba de humor para aquello.
Así que simplemente asintió con la cabeza y se dispuso a prestar atención a la directora McGonagall.
***
-¡Lavender! ¡Esperame, no puedes irte así!
La nombrada detuvo el paso y esperó a que su amiga, furiosa, llegara hasta ella.
-¡No puedes simplemente irte si la conversación no te gusta! Tenemos que hablar de esto, no puedes seguir así.
Lavender negó con la cabeza, estaba furiosa. Parvati no tenía ni idea de lo que se sentía ser como ella y no podía ir dándole dirscursitos morales.
-¡Lavender contéstame!
La rubia finalmente se giró hacia ella.
-¡Déjame en paz Parvati! ¡No tienes derecho a opinar sobre qué es bueno para mi!
La morena se sorprendió ante los gritos de su amiga, después de la guerra no había hablado mucho.
-¡Si tengo derecho! ¡No puedo quedarme quieta viendo como arruinas tu vida!
-¡¿Arruinar mi vida?! ¡Mi vida me la arruinaron el día que aquel maldito lobo me atacó! ¡¿Qué quieres de mi Parvati?!
Unas lágrimas de frustración surcaron el rostro de la morena.
-¡Quiero a la Lavender de antes! ¡Quiero que vuelva mi amiga!
Lavender la miró enfurecida.
-¡Ella no va a volver! ¡Esto es lo que soy ahora, o lo tomas o lo dejas!
Parvati la miró unos segundos para luego marcharse de allí sollozando.
Lavender soltó un grito de frustración y observó a el corrillo de personas que se habían acercado a ver su pelea.
-¡¿Y vosotros que mierdas miráis?!
Y sin más se marcó de allí a paso rápido, en la dirección contraria a la que había ido Parvati.
***
Lavender se encontraba sentada en la torre de astronomía.
Cerró los ojos intentando relajarse.
Unos minutos más tarde sintió como alguien se sentaba a su lado.
Lavender se sorprendió al ver como Hermione Granger la miraba con una tímida sonrisa.
-Lavender, siento molestarte pero.... Yo escuché tu pelea con Parvati, no estaba cotilleando ni nada, es solo que hablasteis muy alto.
La rubia seguía mirando estupefacta a la chica a la que una vez odio.
-Yo... Solo quería decirte que no eres un monstruo y que no deberías alejarte de la gente que te importa solo por eso.
Lavender soltó una risa burlona.
-Claro que soy un monstruo, soy ese bicho con el que los niños tienen pesadillas. Además ¿tú que vas a saber de eso?
Hermione suspiró armándose de paciencia. Había olvidado el fuerte carácter que poseía la chica.
-Lo sé porque yo conocí a un hombre lobo, se llamaba Remus Lupin y era una de las mejores personas que he conocido.
Lavender la miró por primera vez en toda la conversación.
Hermione sonrió levemente al notar que contaba con la atención de la rubia.
-La cuestión es que Remus vivió toda su vida intentando apartarse de el resto solo porque se consideraba un monstruo ; afortunadamente sus amigos y su esposa le hicieron ver que no era así. Al final tuvo una familia normal como cualquier otro hombre.
Lavender sonrió levemente, le alegraba que su ex profesor hubiera sido feliz.
-¿Murió en la guerra verdad?
Hermione abrazó a sus piernas.
-Él y su esposa.
Un silencio incómodo se instaló entre ambas, pero Hermione decidió romperlo.
-A lo que quiero llegar es a que no tienes que apartar a Parvati de ti.
Lavender bufó, no era tan sencillo.
-Parvati no me aceptará y no creo que pueda soportar un rechazo ahora mismo, así que apartarla es lo mejor.
-¿Rechazarte? ¿Por qué iba a.....
Hermione abrió los ojos sorprendida entendiendo lo que ocurría y Lavender asintió tristemente con la cabeza.
-¿Ella te gusta?
La rubia negó.
-Estoy enamorada de ella, desde hace un año. Iba a confesarme el día de la guerra, pero pasó lo que pasó.
Hermione se mantuvo unos segundos en silencio pensando bien lo que diría a continuación.
-No sé si Parvati corresponde a tus sentimientos, pero lo que sí te puedo asegurar es que si ella te rechaza no será por tu condición, así que no tienes nada que perder.
Lavender se mantuvo unos momentos callada, considerando la opción que la otra chica le daba.
-Lo pensaré.
Hermione asintió y se puso de pie.
-Se hace tarde, deberíamos volver a la sala común.
Lavender asintió y siguió a la castaña.
Ninguna habló de camino a su habitación. Habían tenido una gran charla, pero eso no significaba que fueran amigas, al menos no aún.
Cuando entraron a su habitación y se encontraron a Parvati con las mejillas mojadas, sentada en la cama de Lavender.
-Os dejo solas.
Susurró Hermione antes de salir de allí.
Lavender suspiró y se sentó junto a Parvati.
-Lo siento. He estado muy triste y lo he pagado contigo, no es justo.
La morena la miró.
-Soy yo la que lo siento, sé que todo esto es muy difícil, no debería haberte forzado a volver a la normalidad.
Lavender negó con la cabeza y tomó su mano.
-No es tu culpa, solo intentabas ayudar y yo te lo pagué haciéndote de lado.
Los ojos de Parvati se cristalizaron.
-¿Por qué lo has hecho?
Las mejillas de Lavender se sonrojaron.
-Es sólo que yo.... Me gustas, y sé que no tengo oportunidades porque nadie querría estar con un bicho como yo pero....
Fue interrumpida por Parvati, quien acariciaba sus mejillas.
-¿Y quién te ha dicho a ti eso?
Lavender la miró sorprendida.
-Nadie, pero habría que estar muy loco para querer a alguien como yo.
La morena sonrió.
-Pues quizás yo estoy loca.
Y dicho esto la besó.
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