Harry caminaba por los pasillos totalmente estresado, y con la cabeza gacha.

Desde que su nombre había salido de el cáliz de fuego todo le iba de mal en peor.

Ron había dejado de hablarle y casi nadie le creía cuando decía que él no había metido su nombre.

Y hoy había sido todavía peor, puesto que hoy había sido el día en el que Draco Malfoy creo las insignias.

La mayoría de todos los alumnos llevaban unas chapas que rezaban: “Apoya a Cedric Digory, el verdadero campeón de Howarts. Potter apesta”

Por todo esto Harry se sentía más solo y triste que nunca, cruzando ese pasillo lleno de alumnos que le insultaban o se burlaban de él.

Pero iba tan distraído que no se dio cuenta de que un par Slytherins de séptimo año venían hacia él.

Chocó con el pecho de uno de ellos y alzó la mirada, encontrándose con sus rostros burlones.

-Pero si es Potter, la estrella de Howarts. ¿Por qué no te vas a otro lado a llorar la muerte de tus papás y nos dejas en paz?

Harry bajó la cabeza y apretó los puños, sabiendo que no podía hacer nada contra ellos, pues todo iría a peor.

Al ver que el Gryffindor no se defendía, los chicos soltaron risas burlonas y le dieron un empujón, causando que cayera al suelo.

Pero a ninguno de los dos les dio tiempo a reírse mucho más, pues uno de ellos salió disparado.

Harry no se atrevió a levantar la mirada. A pesar de que la voz se le hacía familiar estaba demasiado avergonzado, se suponía que el debería ser capaz de vencer a los abusones por su cuenta, se sentía inútil.

-¿Estás bien Potter?

Harry asintió con la cabeza y se levantó torpemente, intentando conservar el orgullo que aún le quedaba.

-Gracias.

Totalmente avergonzado se dispuso a largarse de allí.

-¡Espera Potter!

Harry se giró y esta vez decidió mirar a la persona que le había ayudado.

Se llevó una gran sorpresa al ver que el chico era Theodore Nott.

Pertenecía al grupo de Malfoy, pero la verdad era que no sabía mucho de él.

Cuando Malfoy se burlaba de Harry Theodore se mantenía a su lado mirándole cansado, como si estuviera harto de él.

Era por eso que Nott era el menos desagradable de todo el grupo de Malfoy.

-Tu varita Potter.

Harry agarró esta rápidamente y volvió a mirar a la punta de sus pies.

¿Cómo había sido tan estúpido de no haberse dado cuenta de que su varita se había caído?

-La cabeza alta Potter, puede que no seas Slytherin, pero no te vendría mal.

Harry alzó la mirada aún sorprendido.

-¿Por qué me ayudas Nott?

Theo se cruzó de brazos.

-Porque no puedes dejar que te pisen así, eres un campeón de Howarts, les guste o no tu nombre salió de ese cáliz. Siéntete orgulloso de ello, la cabeza alta.

Harry le dedicó una pequeña sonrisa al chico, totalmente agradecido por contar con el apoyo de alguien, pues a pesar de que Hermione seguía a su lado, su amiga parecía estar al borde de el colapso.

-Lo tendré en cuenta Nott.

El Slytherin asintió con la cabeza.

-Avísame si algo así vuelve a pasar, esos dos inútiles son una vergüenza para mi casa.

Harry asintió.

-Bueno, me voy. Buena suerte en el torneo Potter.

Y dicho esto el chico se marchó dejando a un Harry totalmente perplejo.

Harry se giró y miró el pasillo lleno de alumnos, ahora le parecía menos aterrador.

Y se dispuso a cruzarlo sin llamar mucho la atención cuando recordó las palabras de Nott.

“Cabeza alta Potter”

Alzó la cabeza y esbozando su primera sonrisa verdadera desde hacía semanas Harry cruzó aquel pasillo, sintiéndose contento, seguro y, extrañamente, con ganas de volver a hablar con aquel Slytherin.