Drarry #4 🏳️🌈
Draco miraba al techo de su habitación.
La mansión Malfoy estaba totalmente en silencio, pero desgraciadamente eso ya no era una novedad.
El chico suspiró y agarró su varita.
-Tempus.
Las 23:55, cinco minutos, faltaban 5 minutos.
Draco miró al suelo acordándose de Harry, el chico que le convenció de que no todo lo que decía su padre era correcto, de que la sangre no era lo más importante, de que no estaba solo.
Pero a pesar de saber todo eso, Draco Malfoy, a dos minutos de las doce se sentía más solo que nunca.
Cuando quedó un minuto el chico hizo la cuenta atrás con pesar.
00:00.
Una lágrima rodó por la mejilla del chico.
-Feliz cumpleaños.
Y se lo susurró a si mismo, pues sentía que en esos momentos era lo único que tenía.
Aún recordaba cómo el día de su cumpleaños su madre solía despertarlo con una gran sonrisa y una tarta.
Su alegre madre.
Todo eso murió en el momento en el que Voldemort puso un pie en su casa.
Se levantó de su cama, sintiéndose encerrado y salió de la habitación.
Llegó hasta el comedor y un escalofrío le recorrió la espalda al recordar como fue asesinada la profesora de estudios muggles.
A día de hoy se arrepentía de no haber cogido esa optativa o siquiera molestarse en aprenderse el nombre de aquella mujer.
Salió de la mansión y respiró profundamente.
El jardín de los Malfoy siempre le había parecido hermoso, ahora no era más que oscuridad y tristeza.
Miró al cielo, preguntándose que estaría haciendo Harry ahora, si pensaba en él.
Soltó un sollozo que rápidamente ahogó con sus manos.
Nunca se había sentido tan sólo en su cumpleaños.
-¿Draco?
El chico se giró sobresaltado, pero se alivió al ver a su madre.
Narcissa le miró, vio a su hijo triste y solo, su corazón se encogió.
Caminó hasta el rubio y le envolvió en sus brazos.
Esto fue todo lo que pudo aguantar Draco. En cuanto sintió el contacto con su madre rompió en un llanto desgarrador.
Narcissa acariciaba el cabello de su hijo intentando calmarlo y llenar el vacío que el chico sentía, aunque ella sabía que nunca podría hacer eso.
-Todo mejorará tarde o temprano cariño, ya lo verás.
Pero Draco no lo veía, en esos momentos le parecía que aquella tortura no se acabaría, que aquel monstruo no se iría de su casa, que no volvería a ver a Harry.
Ambos pasaron así un rato, hasta que el llanto de Draco se calmó.
Narcissa se apartó un poco de él y acarició su cara con sus manos.
-Feliz cumpleaños, cariño.
***
En ese mismo momento, en algún lugar remoto de algún bosque, el niño que vivió miraba a la luna derramando lágrimas.
Miraba al cielo pensando en él, preguntándose si estaba vivo, y si estaba pensando en él.
-Feliz cumpleaños Draco, te quiero.
Susurró, aún sabiendo que el otro no podía oírle.
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